EXTRAS - JAEDO [Parte 1/7]
AVISO:
Cada Extra puede ser de diferente tiempo aleatorio, yo estaré diciendo más o menos en que momento transcurrió tal evento. Ya que algunos es un año después, dentro de la historia, otros después del final o antes del epílogo, etc... y así van
Disfruten 🥰🥰
5 años después...
En una moderna casa bastante hogareña, de dos pisos con múltiples habitaciones, hayandose en una Urbanización bella y cuidada. Posee un largo jardín lleno de múltiples flores, de gran variedad. Dentro, más específicamente en una de las varias habitaciones, se haya un estudio. Distintos estantes repleto de libros, un escritorio y a un costado una televisión en la pared encendida.
Un cuerpo se haya sentado tranquilamente, escuchando música de relajación a bajo volumen. Vistiendo su pillama azul con rayas, suelta múltiples bostezos debido al sueño, y es que claro, son pasadas las una de la mañana y aún está pegado a su trabajo revisando exámenes.
Se frota sus ojos adormilados y revisa la hora en su celular, un poco fastidiado y preocupado.
«Está tardando mucho» pensó.
Tomó el control remoto y cambia los canales encontrando el de la farándula, el cual se ve en pantalla como las personas se amontonaron en el aeropuerto para ver y si es posible, tocar a aquel famoso.
Vio como caminó entre el montón de personas, un poco incómodo por el espacio reducido pero aún así trató de sonreír y ser amable. Las cámaras lo grabaron hasta que se montó al vehículo negro y se marchó.
Eso paso hace dos horas y aún no ha vuelto a casa.
Suspiró.
De pronto, la puerta de su estudio es ligeramente abierta llamando su atención, al girarse ve un pequeño ser, que no llega ni al medio metro. Una hermosura pequeña y tierna, de cabellera pelinegra y ojos del mismo color. Mejillas sonrojadas y labios rosaditos.
—Lia, ¿Qué haces despierta a esta hora, amor? —cuestionó preocupado mientras se levantó y caminó hacia ella.
La menor al verlo acercarse alzó sus bracitos esperando ser cargada por su progenitor, el cual lo hizo. La tomó en brazos y le acaricia su cabello con ternura.
—E-Etoy eperando a papá —debido a sus dos añitos, su habla aún no es totalmente perfecta pero si lo suficientemente coherente como para ser entendida.
—No es necesario que lo esperes a estas horas, es muy tarde.
—Lo estaño —balbuceo con sus ojitos brillosos de las lágrimas.
Doyoung suspiró derrotado —Yo también... —murmuró casi inaudible que ella no logró escuchar.
De pronto, escuchan como la puerta principal es abierta y cerrada. Sabiendo quien es y sintiendo su distinguido olor a café y pradera, Do salió del estudio con su hija en brazos.
En el pasillo pudo ver como Jaehyun subió las escaleras sosteniendo distintas bolsas de regalo.
—¡Papá! —exclama la menor al verlo.
Jung al visualizar a ambos esboza una sonrisa verdaderamente feliz y honesta.
—¡Mi princesa! —exclamó él junto a ella y corre hacia ambos. Soltó las bolsas y cargó la niña que le fue pasada por su pareja. La abrazó con fuerza y le llenó su pequeño rostro de múltiples besitos causando que soltara risas tras risas. —¿Cómo has estado?
—¡Bien! —le respondió con emoción, abrazándolo y riendo con su vocecita aguda y dulce —No se vaya, papi... No be vuelva a ir...
—Te extrañó mucho —comentó Doyoung, extendiendo su mano para acariciar el lacio cabello de la menor.
—¿Y tú no? —le cuestionó Jung, acercando su rostro al contrario para besarle la mejilla.
Do rodó los ojos. —Si sabes, ¿para qué preguntas?
—Solo quiero oírte decirlo —se sinceró honesto.
—En tus sueños.
—¡Bahame, papi, bahame! —se mueve inquieta la menor. Él la suelta y ella salió corriendo para buscar algo en su habitación.
—¿A dónde fue?
—Te preparó una sorpresa.
Jae sonríe enternecido y aprovechando el momento, se acercó a su pareja y lo abrazó. Se fue por una semana al extranjero, debido a las grabaciones del último capítulo del drama. Está cansado y abatido por todo el trabajo que tuvo, ya que se apretaron bastante la agenda y fueron grabando escena tras escena sin descanso.
—Estás pálido —dice Kim una vez se separó del menor, mientras siente las manos ajenas enrollarse y quedarse alrededor de su cintura. Extiende sus palmas y toma de manera delicada el rostro del más alto, a pesar de su sonrisa y el brillo de felicidad en sus ojos, puede notar físicamente como parece decaído. Incluso lo siente desde el fondo de su corazón. —Trabajaste mucho —asumió.
—Pero descansaré un largo tiempo.
—¿Ah si?
—Para cuidarte —susurró y le robó un casto beso al mayor. Mantiene sus rostros a centímetros del otro y roza ambas narices, proporcionando caricias y ronroneos.
Doyoung se ruboriza cuando siente la mano del Alfa tocar su vientre con suavidad produciendole muchas emociones placenteras.
—¿Te molesta mucho?
Do negó con sus ojos disfrutando del tacto, incapaz de pronunciar palabra alguna.
Sí, recientemente se entero que lleva ya cuatro semanas de embarazo.
Una segunda vida se está formando en su vientre, una vida que formó producto al amor que ambos se tienen. Y tal vez un pequeño descuido ya que olvidaron cuidarse, pero de igual manera, si tenían planeado tener un segundo bebé.
—Descansaré unos años de los dramas —reveló, dejando sorprendido al mayor.
—No es necesario que lo hagas, si se sabe dividir el tiempo, puedes...
—Solo quiero pasar un tiempo con mi familia, ese es mi sueño ahora —soltó con sinceridad y besa la frente del más bajo con cariño.
Ambos ojos se miran y brillan entre la poca iluminación del pasillo. Jae apego más el cuerpo menor hacia sí y da pasos al frente mientras Doyoung retrocede.
Hasta que en un momento determinado, el Omega sintió una mesa aleatoria pegada a la pared rozar contra sus muslos. Sintió las manos del Alfa tomar su cintura y sentarlo para sentarlo. Enrolla sus brazos alrededor de su cuello y sus piernas alrededor de su cintura.
Jung empieza a llenar de delicados y besos húmedos por las mejillas y cuello del mayor, hasta que llegó a sus labios. Se detuvo unos segundos para seguir aspirando el mismo aire del contrario y disfrutar de su calor.
Había necesitado tanto de su compañía en aquella semana que casi sintió perder la cordura. Su sentido de protección está muy alerta hasta el punto de volverlo loco, y es que claro, su Alfa interior no desea abandonar a su Omega que además tiene a su pequeña cría creciendo dentro de su interior. Todo lo siente como un peligro para Doyoung, quiere acompañarlo, apoyarlo y mimarlo.
Un embarazo es una situación que además de producir felicidad por la nueva vida que se está esperando, también se puede volver un infierno para quien soporta el cuerpo ajeno ya que se puede volver una carga que afecta su día a día
Desea estar junto a él hasta el final.
Cuando sus labios estaban a punto de tocarse y poder saciar la necesidad de ambos de sentirse, la aguda voz escandalosa de la pequeña niña los sobresalto.
—¡Volví! —grita una vez llegó.
De un segundo a otro, Jaehyun y Doyoung estaban en diferentes extremos del pasillo, incómodos y ruborizados. Habían olvidado que su hija volvería.
Jung notó que la menor trajo una hoja. —¿Qué es eso, amor? —se arrodilló ante ella.
Lia le mostró su dibujo con orgullo como si hubiese hecho alguna obra Maestra. Un dibujo de su familia con líneas chuecas y crayolas un poco desordenadas.
—Oh, que bonito —exclamó con exageración como si fuese un personaje de alguna caricatura. Ella chilló feliz.
—Doy una atista —dice orgullosa refiriéndose a que es una artista.
—¿Y quiénes son? —preguntó haciéndose el tonto, aunque no lo fuera.
—¡Papá! ¿No lo sabe? —ella escandalizó, retandole con su pequeño dedo índice con el cual, lo utiliza para señalar cada personaje de su dibujo y decir —¡Mamá, Papá y yo!
—Que lindo, es muy, muy lindo —le desordena su cabello con ternura —Pero ¿sabes qué es más lindo?
—¿Wue? (¿Qué?)
—Dormir temprano, es hora de dormir.
—Estuvo esperándote, no se quiso dormir hasta verte llegar —rió Doyoung al comentar aquella anécdota.
Al escuchar tal oración venida del Omega, recuerdos abruptos atacaron su mente de cuando era un niño, un niño muy pequeño. Pero su memoria es muy nula y aún así, aquella situación le hace sentir que está en un déjàvu.
Es como cuando era pequeño y esperaba a su progenitor a que llegase, le preparaba dibujos de la familia hecho a mano con todo su corazón y su madre diciéndole a su pareja que no se quería dormir hasta verlo.
Es tan familiar que lo hace sentirse melancólico.
Y viendo a su propia hija, se dio cuenta de lo rápido que había pasado el tiempo. De un abrir y cerrar de ojos, dejó de ser cuidado por sus padres para ahora ser él quien cuide y forme su propia familia.
Y sinceramente, por más tonos de rosa que creen que es su vida actualmente, no es así. Obviamente, está muy feliz y agradecido porque no le falta nada ni a él ni a su pequeña hija.
Pero los problemas cotidianos, el estrés del trabajo y peor aún, el miedo a no saber educar. Mientras Doyoung estaba embarazo de Lia, fue varias veces al psicólogo para ordenarse a si mismo, sus pensamientos y emociones para sentirse completamente listo para poder educar a alguien más.
No cree ser perfecto, pero siente que es bueno, al menos lo suficiente para ser una digna imagen a seguir.
Hará que sus hijos aprendan a ser felices, a apreciar la vida pero por sobre todo, a no enfrascarse en los fracasos y tristezas. Cada caída tiene una manera de levantarse. Cada puerta cerrada tiene un agujero aunque sea mínimo para poder salir. Cada problema tiene su solución.
Y no solo les enseñará eso, él también, aprenderá de sus palabras y lo aplicará.
Porque para formar una familia, no sólo se necesita de un padre y una madre y ya, no, claro que no. Se necesita dedicación de cuerpo y alma.
Una dedicación que no todos pueden afrontar pero que Jaehyun junto a Doyoung, si lo desea y más.
—¿Se durmió? —le preguntó el Omega, una vez salió silenciosamente de la habitación de su hija luego de haberle leído un cuento para dormir.
—Si —asintió en un susurro. —Profundamente.
—Ven, vamos a descansar —Kim entrelaza sus manos y lo guía hacia su habitación compartida, con una gran cama matrimonial en el centro.
Se duchó y se puso una pillama. Una vez salió encontró al Omega recostado esperándolo. Apagó las luces y se acostó junto a él bostezando y frotando sus ojos.
Abraza a Doyoung por la cintura y deja que el rostro ajeno se frote en su pecho. Con su manos acaricia aquellos azabaches cabellos mientras inhala profundamente el aroma que tanto ama y disfruta.
Doyoung levantó su rostro, encontrándose con el perfil del cuello y mandíbula del Alfa, le dejó un casto beso en la punta de su barbilla y murmuró suave —Buenas noches.
—Buenas noches, mi amor —contestó bajo y dulce, un sonido ronco pero que a su vez, es lo suficientemente delicado como para producir amor y calma.
🥺💖
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