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Capítulo Veintiséis



Cuando la mañana del día siguiente llegó, el primero en abrir los ojos fue Jaehyun, el cual se sintió confundido al sentir un cuerpo ajeno abrazarle pero por otra parte, muy bien como si hubiera encontrado su otra mitad.

Miró enfrente suyo como el delgado Omega le abraza dejando su cabeza reposar en su pecho. Se siente cálido. Con su mente aún adormilada sin pensar con claridad o captar la situación, una de sus manos asciende al rostro ajeno y le acaricia la mejilla con añoración.

«Tan bonito...» Pensó con inconsciencia.

De pronto, detuvo las caricias y miró la palma de su mano con extrañeza. «¿Por qué...? ¿Qué me pasa?» se preguntó confundido y se alejó del menor, levantándose de la cama con cuidado.

El aroma del celo del Omega aún es muy fuerte. Antes de que sienta que pueda perder la cordura otra vez, salió del cuarto con rapidez.

No sabe qué hacer con Doyoung. ¿A quién debería llamar? ¿Con quién debería dejarlo? No puede seguir en esa casa, esta Johnny y Kun. Sacó su celular y empezó a vagar entre sus contactos.

No quiere molestar a Taeyong ya que vive con sus padres y debe de estar ocupado trabajando, no tendrá tiempo para cuidar del menor. Podría estar Ten, su vecino, así lo mantendría cerca pero Sungchan vive ahí, no puede dejarlo en una casa con un Alfa y aún no tiene la confianza de pedirle algo así.

Al final, su mirada se quedó en el contacto de Lee Jungwoo.

Siendo su única alternativa, lo llamó. Pero no le contestó, intentó una segunda vez y casi al último tono fue respondido.

-Oh... Hyung... -saludo un adormilado muchacho, suelta bostezos y se frota los ojos.

-Estamos a día de semana, ¿no tienes clases en la universidad? -cuestionó, un poco sorprendido que el menor siga durmiendo.

-Nou, los miércoles son mis días libres.

El corazón de Jaehyun celebró, esto es el destino.

-Escúchame, ocurrió algo y necesito tu ayuda.

-¿Qué pasó?

-Doyoung entró en celo en mi departamento ayer en la noche.

-¿¡Qué!? ¿¡En tu qué!? ¿¡Y por qué no me dijiste!? ¿No hicieron nada verdad? -ahora el rubio esta completamente despierto y es que claro, el conoce la situación del pelinegro, su familia está en otra ciudad, vive en Seúl con solo el apoyo de ellos y justamente reside temporalmente en un apartamento con tres Alfa.

-No pasó nada, Kun y Johnny por suerte no volvieron a casa pero Hyung no debe de seguir aquí, yo tambien soy un Alfa y me tengo miedo, ¿sabes?

-Si, si. Lo sé -asintió comprensivo -Bueno, compraré unos supresores e iré a tu departamento. Cuando Doyoung-Hyung este controlado lo acompañaré a su casa para cuidarlo, ¿te parece? Yo vivo con mi xuxi, no puedo traerlo para acá.

-Está bien -asintió de acuerdo.

















Después de ordenar una pizza a domicilio y recibirla. Ten y Sungchan, ambos hermanastros considerados hermanos de sangre se sentaron en el comedor y se dispusieron a comer. Entre un silencio ya que cada uno está atento a su celular.

-Oye, ¿y cómo vas? -cuestionó de pronto el Alfa un poco indeciso en si preguntar o no.

-¿Sobre qué? -le preguntó sin mirarlo directamente.

-Digo... Sobre Johnny -pronunció con lentitud aquel nombre, atento a la reacción del tailandés, el cual lo miró sorprendido.

-¿Cómo sabes? ¿Lo sabes?

-Tú me contaste de él hace dos años, claro que voy a saber -contestó con obviedad -En aquel tiempo ningún Alfa te gustaba hasta que de pronto apareció él y tu te desapareciste por una semana entera. Papá y mamá casi que van a la policía para avisar de tu secuestro.

Ten se ríe -Claro que no, exagerado. Al final si termine contáctandolos.

-Si, claro -rodo los ojos -... ¿Y entonces?

La sonrisa del tailandés vuelve a desaparecer y con melancolía expresa -La cague hace dos años, tu sabes que no creía en toda esa cosa del amor verdadero y prefería simplemente estar en diferentes relaciones sin ningún compromiso. Creí que lo de John sería pasajero, ¿sabes?

-Tu mismo dijiste que había sido la mejor semana de tu vida, ¿por qué no volviste a contactarlo?

-Lo rechacé fríamente -admitió y con un triste suspiro prosigue -Creo que tenía miedo de estar en una relación de verdad, pensé que no sería para mi pero...

-¿Te arrepientes, no? -el moreno asintió cabizbajo -Sé que lo haces, después del tiempo que pasaste con él empezaste a dejar de ser el chico sociable y super extrovertido que todos conocían, y seis meses después cortaste contacto con todo tu círculo social.

-Eso debía de haberlo hecho años atrás -murmuró.

Antes, sus amigos no eran de lo mejor. Todos eran como su antiguo yo, jugadores, coquetos, amantes a la fiestas y al alcohol. Eran personas con una larga y afilada lengua la cual no tenían miedo de usarla para atacar a otros, entre sus víctimas estaba el destacado Dong Sicheng, el Omega adinerado, bonito, inteligente, bueno y perfecto cual cuentito de hadas, una víctima hecha a medida de pies a cabezas para las bocas de sus amigos. Chittaphon no se metía mucho en esa parte pero admitía que si se reía de algunas bromas que le hacían al menor o hasta una que otra vez, si llegó a insultarle, sumado a esto, sus familias se conocen por lo que se han visto en algunas reuniones sociales.

Cuando mira hacia atrás, se da cuenta que no se amaba a sí mismo, seguía a los demás en todo, por ello fue lo que fue.

No está orgulloso de su pasado y realmente desea dejarlo atrás, olvidarlo y seguir adelante por completo pero las sombras de lo que fue en aquel entonces lo siguen persiguiendo al presente. Se rindió con Johnny después de tristemente darse cuenta que perdió a su predestinado por su estupidez, tenía miedo de contactarlo después por las redes sociales y que éste le respondiera con desagrado. Se armó de valor el día anterior fue porque, el americano borracho prácticamente admitió que le seguía queriendo así sea un poco, o al menos deseándolo.

Como dicen "Las cosas suceden por algo" y realmente espera, anhela e implora que todo sea para bien.














Kun fue ingenuo al pensar que en aquel día llegaría Winwin como todos los días a trabajar y así aprovechará en explicarle la verdad. Pero por más que espero y espero, no llegó.

En cambio, el Sr. Choi tocó su puerta y lo miraba con confusión.

-Buenos días, Qian.

-Buenos días, Sr. Choi. ¿Sucede algo? -empezó a temer.

-El señorito Dong, pidió un cambio de tutor con la excusa de que debe de ser alguien de su especialidad y de su género, la joven Shuhua es la que está recibiendo al muchacho ahorita -explicó, no viéndose muy a gusto con la situación. -¿Fuiste muy duro o algo así? SiCheng es una persona que soporta todo con el fin de mejorar, es imposible que te haya dejado a menos que hayas actuado muy ofensivo, él ni siquiera es rencoroso.

-Lo sé, lo sé... -asintió con angustia. Se pasa las manos en su rostro, pensando -No he hecho las cosas muy bien, es mi culpa.

-Si realmente le has hecho algo malo, disculpate. No porque sea tu futuro Presidente ni por el dinero de por medio, ¿me entiendes?

-Lo entiendo.

Después de una pequeña charla con el mayor, minutos después se fue dejándolo trabajar. Intentó concentrarse en sus papeles pero sin querer a cada cinco minutos recordaba al rubio y anhelaba su presencia.

Su mirada se perdió en varias ocasiones en el escritorio que aún se encuentra a su lado, con el asiento vacío que ojalá estuviera ocupado por aquella persona.

Cuando el reloj marcó el descanso de veinte minutos para desayunar, aprovechó en salir y buscar al rubio. La oficina de Shuhua queda al siguiente pasillo de la suya por lo que no le costó llegar y ver a ambos Omegas salir de ahí.

El rubio se detuvo abruptamente cuando vio al Alfa ahí, parado y esperandole. Siendo sincero pensó que lo vería más molesto e intimidante, ya que si hablamos laboralmente, perdió la grandísima oportunidad de ganar dinero, estatus y privilegios a través de él. Ese es el Kun que se espero ver y al que se obliga a creer que es.

Pero nuestro Alfa, no está pensando en nada de eso, en cambio, se encuentra angustiado, afligido y un sentimiento de culpabilidad que sobrepasa sus sentidos, porque Winwin le importa mucho más de lo que le gustaría admitir pero debe de admitir. Lo quiere más que al dinero y eso es sorprendente viniendo de él.

Si perder un simple centavo de su bolsillo lo vuelve loco, perder al amor de su vida aún más.

-Buenos días, Sr. Qian -saludo la Taiwanesa con respeto.

Él solo respondió con un asentimiento de cabeza sin importancia para ir directo al grano.-Necesito hablar con el Joven Dong.

-Oh, si. Claro -asintió amable y se despidió del rubio -Te espero en la cafetería, ¿si?

Winwin quiso decirle que no se vaya, que no lo deje solo pero las palabras salieron torpemente de su boca y no fue capaz de articular ni una buena. Y ahora con Qian en frente a unos metros, aproximándose a él, no puede evitar retroceder. No quiere estar con él, no aún.

-Winwin, lo siento -soltó el Alfa de una vez -Pero todo lo que escuchaste de esos dos estúpidos no es cierto, ¿en serio les harás caso? Yo no estoy contigo por dinero, yo...

-Nos pueden escuchar -le interrumpió temeroso, mirando entre los pasillos.

Kun apresuró en tomar la muñeca del Omega y lo llevó en contra de su voluntad hasta su oficina, por suerte nadie pasó por ahí y los vio.

-¿Qué hace? ¡Suelteme! -exclamó. Una vez que se vio nuevamente en la oficina donde todo su romance ocurrió, sintió su corazón latir descontrolado. -Abre la puerta, me quiero ir.

-¿Por qué? -se puso delante de la entrada impidiendo que el menor pudiera salir. -¿Por qué no me quieres escuchar? Yo realmente no estoy contigo por dinero, por más que me guste, nunca, nunca pero de verdad nunca sería capaz de salir con alguien solo por su dinero. Debes de saber que yo no caería tan bajo para hacer algo así y más con alguien como tu, mi predestinado.

-Lo sé, lo sé -asintió sin mucha sorpresa.

-¿Y entonces por qué estas molesto?

-Porque no crees en mi -contestó con honestidad -Me ves como el maldito niño bonito y debilucho que todos dicen que soy. No crees en mi potencial como Administrador y apuesto que no me ves en un futuro liderando la empresa de mi padre, ¿o si?

-¿Qué no creo en ti? Solos predestinados, claro que lo hago -contestó a la ligera, como si fuera lo más obvio.

-Hablo en serio, contéstame con la verdad ¿me ves llevando el negocio familiar? ¿Crees que un Omega como yo podría hacerse cargo de una empresa tan grande llena de Alfas? ¿Me ves con un buen futuro como Administrador?

Sus preguntas dejaron sin palabras al chino, el cual no supo con qué responder. ¿Si ve a Sicheng como el presidente de la empresa? Si tiene que ser sincero, es un no. No cree que un Omega pueda tomar un cargo tan grande y más en un lugar lleno de Alfas. El hermano menor de Winwin es un Alfa, Renjun y a escuchado por terceros que es un muchacho muy inteligente, con mucho liderazgo y capaz de mucho a su edad.

-Tu... Puedes ser un Administrador de la empresa pero creo que, anhelar un puesto que no es para ti, no...

-¿Por qué el puesto no puede ser para mi? ¿Por ser un Omega? ¿En serio lo dices por mi género?

-Están los celos de los Omegas, su sensibilidad, el apego a sus parejas, el embarazo y muchas cosas que podrían afectar y retrasar a la empresa -intentó sonar lo más comprensivo posible, sin querer lastimar con sus palabras al contrario pero ya con lo que dijo, es suficiente como para desgarrarle el corazón.

-Todos los "factores" que has mencionado es en dado caso si tengo una pareja -asumió Winwin.

Si no tiene una pareja, no quedará con un vientre abultado y síntomas horribles de embarazo, no tendrá apego ni dependencia hacia una pareja inexistente, no será sensible y fácilmente puede pasar los celos como toda su vida lo ha hecho, tomando supresores. Sin una pareja, todo será mas fácil para él. De igual forma, sus padres no iban a aceptar su relación con el chino y si quiere volverse el futuro Presidente de la Empresa, debe de buscar un Alfa de una grande corporación que los beneficie tanto que su padre no tenga de otra que dejarlo como líder.

Y en este momento, esta entre la espada y la pared. Su relación con Kun o su sueño más grande por el cual lleva años luchando.

-Win, no lo veas de esa forma, por favor... -dijo el Alfa mirándolo con anhelo.

-Lo siento pero terminamos. Lamento que lo nuestro haya durado muy poco pero...

-No puedes terminarme así -le interrumpió perplejo.

-Usted mismo en múltiples ocasiones me ha dicho que el amor y las relaciones son obstáculos para la vida laboral exitosa, y en este momento, tu lo eres para mi -sus palabras, llegaron como dagas clavándose en el corazón del Chino.

Cuando por primera vez, quiso abrirse y disfrutar la vida, el amor y la felicidad de tener a alguien a su lado, terminó tan rápido que ni siquiera tuvo tiempo para procesar la información en su cabeza. Su mente quedó en el limbo y ni se percató que Winwin, logró escaparse saliendo de la oficina sin poder mirarlo a la cara.

Kun siente una extraña opresión dentro de su caja torácica jamás antes sentida en su vida. Su mano presiona su pecho e inhala y exhala confundido. Retrocede haciendo que su espalda choque contra la pared. Sigue respirando inestable.

Duele.

Su corazón duele mucho más de lo que pensó que dolería.

Pero se siente familiar.

Si, se siente parecido al dolor que sufrió cuando a los ocho años sus padres firmaron el acta de divorcio. A esa edad, escuchar constantemente sus gritos, peleas y discusiones a penas siendo un niño, siempre buscó la manera ingenua e inocente de juntarlos.

«Papá y mamá están juntos porque se aman.

Siguen amándose, ¿verdad?

Si es así, ¿por qué siempre se lastiman y me lastiman a mi?»


Cuando tuvo elegir con quien ir, prefirió a su madre y no porque ella sea más cariñosa que su progenitor ya que a ambos, prácticamente no los conoce de nada, pero al menos ella no cambió a su familia tan rápido por otra persona más joven y atractiva como su padre.

Pasaba noches en desvela, escuchando a sus padres discutir mientras fingía dormir abrazando con fuerza su muñequito. Buscó el amor inexistente entre ellos como un estúpido, no queriendo ser el único niño de entre todos que no tiene a sus padres juntos. En los concursos o eventos escolares, nunca, nunca fueron a verlo, se acostumbró a no obtener el cariño de ninguno ya que ambos son secos y apasionados por su trabajo. Entonces, si tanto aman el dinero de sus bolsillos ¿por qué se quisieron dar una oportunidad? ¿Por qué lo tuvieron a él y lo dejaron a la deriva?

Finge que no le importa, finge que no le duele pero en realidad lo hace. Toda su vida evito las relaciones diciendo una y otra vez que el dinero es mejor, que es lo que los hará más felices pero en realidad, en lo más profundo de su corazón sigue el pequeño niño de ocho años el cual deseó alguna vez haber tenido una familia normal llena de cariño pero, aun así, no es capaz de formar ningún vínculo con nadie porque teme llegar a ser como sus padres, a tener un niño y al no saber criarlo, causarle muchas lágrimas y sufrimiento.

Kun no quiere ser el reflejo de sus padres ni crear otra copia a él mismo.

No puede formar una relación cuando ambos luchan laboralmente y tienen sus problemas, cuando ya uno de los dos eligió sus propios éxitos a que los dos como una pareja.

Si, así es la vida.

Importa uno mismo y nadie más.

¿Por qué empezó a volver a creer en los cuentos de hadas si en realidad no existen?

Estando con Winwin, creyó por primera vez que habría algo diferente y único en su vida pero solo le dejó en claro cómo es el mundo.

Y el lazo que habían formado mediante la marca que se hicieron en el cuello, empezó a temblar trayendo penumbras a sus corazones.





















Después de un duro día de trabajo, Taeyong por fin se encuentra entrando por la puerta de su casa, con el olor a comida recién hecha le hace agua la boca.

-Cariño, ¿cómo estás? -se acercó su cariñosa madre y le dio unos besitos en el rostro -Ven a comer.

Caminaron al gran comedor y se sentaron, su padre a los segundos llegó e hizo lo mismo en el centro de la mesa, con su esposa a un lado y su hermoso hijo al otro. Las mucamas sirvieron sus platos.

Mientras comen, iniciaron con una conversación casual sobre el trabajo y como les fue en el día, hasta que un momento cambio de rumbo gracias a la pregunta de su madre.

-¿Cuando volverás a traer a Jaehyun?

-¿Jaehyun? ¿Y para qué? -cuestionó el pelirosa.

-¿Para qué tu crees? -lo miró con molestia -Estás tardando mucho en acabar el contacto que tienes con ese japonés, hijo, debes de apresurarte o si no, alguien se llevará a Jung, un joven, inteligente y apuesto muchacho que cualquier Omega y Beta envidiaría. No debes dejar que otro lo tome si tu lo tienes ahí a tu lado.

-Mamá -alargó la palabra en queja -Solo somos amigos, ¿no puedes entenderlo? Además, nunca dije que le terminaría a Yuta-ssi.

-¿Y por qué no lo traes a la casa? ¡Si fuera un hombre vendría a verme la cara! -exclamó su padre furioso.

-¿Y para qué lo voy a traer? ¿Para que le recriminen que es un japonés? ¿Para que lo comparen e infravaloren con Jaehyun? ¿Para qué, eh? ¿Para decirle que termine conmigo? ¿Por qué debo de traerlo? -soltó totalmente furioso el pelirrojo, con su sangre hirviendo y su rostro caliente de la rabia.

-Eres un desvergonzado, ¿desde cuándo le levantas la voz a tu padre? -escandalizó la mujer. -Deberías de avergonzarte, ese japonés te está cambiando, antes eras bueno, tenías una buena relación con Jaehyun. ¡Si estuvieras cuerdo, no harías la niñera que estás haciendo ahora!

-¡Mamá!

-¡Cállate y vete a tu habitación, no te quiero ver más, insolente! -volvió a gritar furioso su padre, con su poderosa voz de Alfa logró intimidar a su pequeño hijo, el cual con cólera y lágrimas acumuladas en sus ojos se levantó de la mesa y se retiro del comedor.

No se dirigió a su cuarto, se quedó tras la puerta escuchando lo que dirían con los puños cerrados.

-No se que haremos con nuestro hijo -dijo con preocupación la mujer.

-Llama a Jaehyun y dile que se encuentre con Tae mañana, para dejar de verse con ese Japonés debe de empezar a ver más a Jaehyun.

-Antes eran mucho más cercanos, se veían todos los días, realmente pensé que eran novios en secreto y les daba pena decirlo -se lamentó la mujer mientras saca su celular y llama al joven Alfa, futuro Doctor.

Taeyong no quiso ni escuchar nada más, con las lágrimas deslizándose por sus mejillas, corre hacia su habitación para encerrarse.

¿Qué debería de hacer? ¿Por qué nadie le entiende?

Mientras más piensa en ello más cree que se volverá loco. Sus padres están siendo muy pero muy persistentes con lo mismo, ya ha tratado de hacer todo lo posible por negarse pero aun no ha llegado al extremo.

Una notificación de su celular interrumpió sus pensamientos. Curioso verifica de quien se trata.

Es Jaehyun.

Hola, Hyung. Siento molestarlo,
iré a visitarlo mañana en la hora
del postre, le llevaré de sus
tartaletas favoritas. ¿Tiene tiempo?

No sabe cómo sentirse exactamente ante aquel mensaje. Sabe que Jae le escribió por culpa de sus padres.

-Dios mío -murmuró con angustia.

Escribió rápido un simple "Ok" antes de que se arrepintiera y apagó el celular para tirarse en su cama y arroparse.

«Ojalá todo fuera diferente»















Casi al anochecer, el americano llegó al departamento con humor y diversión viendo a Jaehyun otra vez estudiando como si no hubiese un mañana en la sala. Entre sus manos sostiene una caja de pizza, se acercó y la dejó en la mesa.

-¿Otra vez estudiando?

-Buenas noches para ti también, hyung -contestó Jaehyun con una media sonrisa.

-Si, si, buenas noche para ti también. Traje pizza, deja de escribir tanto y descansa un poco con esta deliciosa degustación.

El Alfa menor terminó asintiendo y soltó el lápiz. Estiro su espalda y brazos, sintiendo como los huesos tronan.

-Realmente espero que todo esto esté valiendo la pena -dijo John refiriéndose al cansador estudio del menor.

-Claro que si, ya te lo dije. ¿Qué me darás cuendo veas que soy el alumno con la nota más alta del primer trimestre? -cuestionó obvio.

Johnny lo miro y pensó por largos segundos mientras mastica su pizza -No sé, ¿qué quieres?

-Mmm... Tampoco lo sé pero ya sabes, me deberás algo.

-Trato hecho -no le molesta perder aquella apuesta y regalarle algo al castaño. En cambio, lo disfrutaría mucho.

En eso, llegó dando un portazo y los ánimos por los suelos, Kun. Su piel pálida y demacrada, ojeras notorias y expresión tan seria que pareciera comerse a todo aquel que le hablara.

-Hyung, ¿está bien? -cuestionó Jaehyun mirando al mayor.

Kun aflojó su corbata, sintiendo que ésta le asfixia y se deshace de su saco. Caminó hasta sus amigos y tirándose en un sofá, toma una rebanada de pizza.

Se ve furioso.

-¿Pasó algo con Winwin? -volvió a preguntar nuestro castaño.

Kun al escuchar aquel nombre, sus ojos se llenan de lágrimas, algo que dejó estupefactos a ambos presentes.

Se levantó y se dirigió hacia la nevera de la cocina para tomar una lata de cerveza, abrirla y digerirlo todo de un trago.

-¡Kun, ¿Qué haces?! -se alarmó Johnny sorprendido.

-¿Qué? ¿¡No puedo desahogarme como quiero!? -respondió en un exclamo.

-Claro que si pero ¿que sucedió? -apresuró a decir Jung.

Las lágrimas descienden por las mejillas del chino recordando aquel suceso. Su corazón duele como el puto infierno, sintiendo como claramente se le está siento arrebatada una mitad fundamental.

-Winwin, eso pasó -contestó corto y conciso -La arruine y ya no sé que hacer. Lo lastime y no creo que me perdone.

-¿Cómo no te va a perdonar? ¿Acaso que le hiciste? ¿No se supone que son predestinados? ¿Y el lazo? Solo es una discusión, volverán -intento tranquilizar las aguas turbulentas el americano.

Kun se ríe sin gracia. -¿Realmente eres tan ingenuo como para creer que todos los predestinados quedan juntos? Eso es una vil mentira, no estamos destinados a tener un final feliz, estamos destinados a conocernos y a amarnos, seremos las almas gemelas del otro pero... ¿Sabes cuántas personas la arruinaron y perdieron su oportunidad? ¿Sabes cuántos han dado con decisiones erradas? La Reina Luna es malévola, nos pone a nuestras parejas en frente de uno pero ni siquiera es asegurado nuestro futuro. No tengo un futuro certero con Winwin.

Y por primera vez en muchos años, el chino pelinegro, aquel que se muestra frío ante los sentimientos tanto ajenos como suyos, aquel que solo piensa en la estabilidad laboral y una vida ahorrativa sin la necesidad de tener a alguien a su lado. Ni siquiera necesito a sus padres o más bien... Aprendió a no necesitarlos.

Qian dijo que no lloró por la separación de sus progenitores y es cierto pero, lo que no quiso admitir ni siquiera para sí mismo es que, aquello dejó una cicatriz permanente que le seguirá por el resto de su vida. Y cuando por fin estaba avanzando, creyendo por primera vez en el amor que nunca sintió ni vio, él mismo con sus acciones desmoronó el hermoso castillo de pedestal que estaba creando en su interior y la herida de su corazón, se intensificó, recordándole que así como sus padres no tuvieron su final feliz juntos, así podría ser para él.

Así es la realidad, la cruel realidad que le tocó vivir.














Al día siguiente, después de una noche para nada cómoda con un chino sin ánimo, Jaehyun despertó como todos los días, hizo el desayuno y se despidió de sus mayores, mirando con preocupación al pelinegro el cual parece tan enojado y triste a la vez. Su aroma en si, es tan amargo y turbulento que demuestra lo defensivo que esta, es mejor no hablarle mucho y tener cuidado con lo que se le vaya a decir.

De camino a la universidad le llegó un mensaje de Jungwoo, el cual le había tomado una foto desprevenido a Doyoung comiendo cereal con leche, lo más tierno es que le puso un filtro de conejo. El Alfa sonrió sin pensar y reaccionó a la foto deslizando el dedo para presionar un corazón. Guardó el celular en su bolsillo y siguió con lo suyo.

El día pasó de lo más normal, bueno, exceptuando la parte de un sentimiento, díganle un sexto sentido, que le dice que no debe de estar ahí si no en otro lado, que hay alguien llamándole y esperándole.

«Que raro» se frotó sus cabellos con una inexplicable angustia mientras respondía las preguntas de un examen.

Si, ha estado algo inquieto y confundido.

Pero logró sobrevivir.

Ya saliendo, a eso de las dos de la tarde fue a una cafetería y compró los dulces que le prometió llevar a Taeyong. Cuando le llamaron los padres del Omega el día de ayer, no supo como responderles y solo asintió a todo lo que dijeron por cortesía, aun así es incómodo. Antes, nunca se molestó en que ellos lo quisieran como su yerno pero últimamente eso ya no le está pareciendo buena idea.

¿Por qué? ¿No se supone que le gusta Taeyong?

Él es su predestinado, debería de amarlo, debería de estar feliz que todos sepan y crean que deben de estar juntos.

Aparcó el vehículo en el estacionamiento del Hospital y salió cargando la bolsa con las tartaletas.

Le envió un mensaje a su Hyung de que llegó, el cual le respondió que le espere en la recepción.

Se adentró al centro y se dispuso a esperar mientras mira a las personas pasar, en unos minutos llego el Omega casi corriendo.

-¿Esperaste mucho? Lo siento -apresuró a decir apenado, deteniéndose justo delante del Alfa.

Jaehyun sonrió. -No, claro que no. Tranquilo, yo soy el que está irrumpiendo su trabajo.

-Pero por mis padres, claro está -soltó con recelo. -Se que viniste por ellos, gracias por hacerlo, de verdad pero no es necesario tomarse estas molestias.

-Puedes molestarme, no me importa -admitió con calma. Luego le extiende la bolsa al pelirosa, el cual la toma. -Si tus padres me llaman, les diré que pasé una hora entera contigo, ¿te parece?

Taeyong frunció el ceño sin entender. -¿No te vas a quedar?

-Tengo tareas pendientes -mintió. Si tiene algunas pero ya son para la semana de arriba.

El Omega asintió esbozando una pequeña sonrisa, agradecido con el Alfa. -Está bien, gracias por haber venido hoy. Estudia mucho.

-Lo haré.


Al parecer, justo por esos momentos, llegó una ambulancia con la sirena de emergencia a todo volumen. Diversos doctores salieron para sacar el cuerpo en una carretilla, con rapidez lo deslizan por la entrada.

Ambos muchachos no les dio el suficiente tiempo para quitarse de en medio, Jaehyun fue un poco más rápido haciéndose a un lado pero Taeyong no, la camilla chocó un poco contra él y se tropezó, sin tiempo de mantenerse erguido, empezó a caer al suelo. El castaño alarmado se apresuró en tomar al más pequeño, una de sus manos tomó su hombro y la otra la delgada cintura, y lo halo hacía sí, haciendo que la pequeña cabeza choque contra su pecho. Prácticamente se podría decir que se están abrazando.

En ese momento, en el que ambos cuerpos están pegados uno al otro, Jaehyun se sintió raro. Cuando el mayor trató de separarse, el Alfa se lo impidió, abrazándolo con más fuerza.

-Espera un momento, solo un momento, por favor.

Él quería verificar algo, algo que creyó que estaría pero al parecer, no está. Su corazón late con normalidad y siente débil la conexión que creyó tener con el Omega toda su vida. Abrazar a su predestinado debería de sentirse diferente, pensó confundido.

-¿Pasa algo, Jae? -cuestionó el Omega confundido y preocupado. Extendió una de sus manos y frotó el cabello del más alto con cariño. Jung soltó al doctor y asintió cabizbajo, Tae aún sigue acariciándole el cabello. -¿Estás cambiando o es que en realidad nunca te conocí?

La pregunta del mayor dejó desconcertado a nuestro universitario, el cual sin palabras no supo que contestar con exactitud.

-Creo que algo está cambiando, pero aún no sé que es -reveló pensativo. Las cosas no están funcionando como cree que debería ¿por qué? ¿Qué es lo que no funciona?

-Todo cambiará para bien, ya lo verás -animó intentando ayudar a su amigo. -Estaré a tu lado en todo tu proceso y en tus triunfos, ¿si? No me dejes aparte.

Jaehyun asintió con pocas palabras y eventualmente se terminó yendo, con su corazón aturdido y su mente confundida. Es como si estuviese en un laberinto oscuro, nubloso y sin poder encontrar la salida. Por más que gira por diversos pasillos parece quedarse estancado con una gruesa y dura pared de piedra que le impide encontrar lo que está buscando.

¿Y qué esta buscando Jaehyun?

Un final feliz con Taeyong, o al menos...


«...Un final feliz para mi...»



Mientras, en otra perspectiva pero en el mismo lugar, un Alfa pelirrojo sostiene un vaso de plástico de café, había ido a recepción pero actualmente se encuentra devolviéndose a su oficina a pasos rápidos. Su ceño fruncido, labios rectos y sus distraídos ojos demuestran que no parece muy contento, y es que claro que no. Aún no saca de su mente a ambos "mejores amigos" abrazándose en la entrada, además de como su pareja le acariciaba el cabello.

No es alguien celoso, claro que no, en realidad es pacífico y amigable que siempre trata de ponerse en los zapatos de los demás pero, toda persona debe de tener su límite, ¿no?

Desde el primer día que conoció a Jung Jaehyun entendió su fama de "príncipe", tiene colegas y conocidos Doctores que han conocido al Alfa, nunca le tomó importancia hasta que un día llegó un Doctor Interino, recién graduado. En el momento en que lo vio entre los pasillos presentándose con otros colegas, su hermosa sonrisa y brillantes ojos le cautivaron. En un inicio quiso acercarse y conocerlo en persona, su corazón latía de una forma que nunca hizo en su vida, los nervios de no ser aceptado y las ganas de protegerlo. Pero, nuevamente el nombre Jung Jaehyun circulaban entre las enfermeras y recepcionistas, sobre lo linda pareja que él y el Omega eran.

Para no hacerlo difícil, su primer tiempo lo evitaba pero cuanto más lo hacia más le dolía. Era extraño. Su lobo le exigía una y otra vez acercarse, que debía de hacerlo, y después de un par de meses le hizo caso. Le habló por primera vez en frente de una máquina expendedora, en ese momento cuando escuchó la voz de aquel ángel dirigirse a él se dio cuenta que cayó en su encanto por completo y no había vuelta atrás. Se puso muy contento cuando el Omega le explicó que su relación con Jung sólo era de amistad casi hermandad, más nada.

¿Acaso podía tener más suerte?

Su relación se fortaleció bastante rápido, todos los días se veían y hablaban. Pero había algo que le seguía molestando y ese algo tenía un nombre, Jung Jaehyun.

¿Por qué va todos los días al Hospital para ver a Taeyong?
Se supone que solo son amigos, ¿entonces por que su trato parece ser más íntimo?

En mas de una ocasión los vio a ambos hablar en la recepción, su pareja hablándole con emoción y libertad mientras aquel Alfa lo miraba con un brillo peculiar, uno que no era de simples amigos. Verlos le molestaba un poco pero fingía no hacerlo, Taeyong le seguía tratando bien y eso es más importante que todos los chismes por aquella relación que en realidad, no existe.

Se hicieron novios, y después de tanto escuchar del tal hablado y famoso Alfa, lo conoció en una Pizzeria y lo notó, notó su molestia al enterarse de su relación con el Omega, no lo demostró por fuera pero por dentro se sintió orgulloso de sí mismo de haberle ganado al castaño.

Aún así, no es rencoroso y lo siguió tratando bien, es amigo de su pareja, deben de agradarse. ¿Entonces por qué Tae parecía pasar más tiempo con su amigo que con él? Empezó a codiciar un poco más de su tiempo, a hacer todo con él pero también tiene su vida y su trabajo. A veces está muy cerca pero a veces muy lejos, y cuando se aleja, es cuando Tae se molesta.

Admite que muchas veces no coordina bien su tiempo con su novio, pero hace lo mejor que puede. Aún así, cada vez que tiene un tiempito libre, siempre intenta acompañarlo en cambio, Tae parece buscar a Jaehyun.

Pensó que esos celos acabarían.

Siguió siendo compasivo y comprensivo, «Es el único amigo de Tae, se conocen desde hace diez años. Son sólo amigos»

Le ha dicho varias veces a Tae para que conozca a su familia pero el coreano se niega y niega presentarle su familia. ¿Por qué?

Muchas cosas así, le aturden la cabeza.

Antes de que Yuta llegara a su oficina, se topó con unas enfermeras hablando entre ellas a espalda suya.

-¿Lo viste, no? Es tan guapo -chilló de emoción -¿Será que Taeyong me lo presentará?

-No puedes codiciar los novios ajenos -le reto la otra.

-No son novios, ¿acaso te quedaste en el pasado? Taeyong sale con Yuta-ssi del departamento de psiquiatría.

-¿En serio? Pensé que solo era un rumor. Me acaban de destruir mi ship -fingió llorar con drama -Realmente se ven muy bien juntos, incluso tengo una conocida que estudió con ellos.

-¿En serio?

-Si, ella me dijo que llevan años de noviazgo y los padres de Taeyong ya quieren armarles una boda.

-La verdad juntos se ven muy bien, con Yuta-ssi no tiene la misma química pero es su elección, no la nuestra.

El japonés al escuchar aquello quedó estupefacto. Apretando el vaso entre sus manos, lo terminó aplastando y se acercó a ambas.

-¿Bromeas, no? -cuestionó entre dientes. Ellas se giraron y quedaron sorprendidas al ver al personaje. -Fuera de aquí y trabajen -ordenó tosco y rudo. Rápidamente le hicieron caso y desaparecieron.

¿Qué tan lejos irán los rumores ahora?
¿No es suficiente ya con lo de antes y ahora quieren sacar una supuesta boda?

Sintiéndose mareado del estrés, se apoyo de la pared y frotó su cien, intentando relajar su tenso cuerpo agitado. Respira hondo varias veces y relaja a su agresivo lobo que sólo quiere ir y hacer desaparecer al otro Alfa.

«Tranquilo, Yuta. No es culpa de Taeyong, nunca lo es.

Como siempre, solo son rumores...»







¿Solo rumores?
¿Será que Jaehyun por fin está abriendo los ojos?
¿La relación Kun y Winwin podrá resurgir?
¿Qué tanto les afectará su marca?
Yuta y Taeyong ¿su relación seguirá manteniéndose bien?

Regrese tarde pero seguro :')

¿Qué les está pareciendo la historia? 🤗

Por cierto, está empezando la cuenta regresiva para que termine. Como máximo en diez capítulos será el final (según el cronograma que hice de este libro). Es un aproximado.









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