Capítulo Seis
Doyoung saliendo del trance empuja al más alto colocando sus manos en aquel duro pecho, pero por más fuerza que aplicó el contrario no se movió ni un solo centímetro, ni lo soltó.
Su rostro se ruboriza de la vergüenza. Jaehyun esboza una sonrisa genuina y lo soltó.
—Gracias —agradeció sin mirarlo directamente.
—Tienes que tener más cuidado al poner los libros, te hubieran roto la cabeza —dijo mientras se agacha y los recoge.
Doyoung no quiso responder nada contra ello, su orgullo está muy herido como para hacerlo. Intentó tomar los libros para ponerlos él mismo pero Jung no se lo permitió.
—Yo lo hago —dicho esto subió por la escalera y los ordenó con cuidado.
Al bajar, el más bajo vuelve a agradecer y se da la media vuelta para marcharse rápido.
Jaehyun sonríe como bobo al notar de última instancia aquellas mejillas sonrojadas hasta que recordó a qué venía en primer lugar. Su expresión se esfuma, volviendo a enojarse.
Se aproxima rápido y lo toma de la muñeca haciendo que se gire bruscamente hacia el.
—Casi se me olvidaba, tú me debes una compensación —soltó entre dientes.
—¿Qué? —el más bajo lo mira arqueando una ceja incrédulo.
Jaehyun nota que no muy lejos hay unos estudiantes por lo que arrastra en contra de su voluntad al mayor, llevándolo a una esquina.
—¿Q-Qué? ¿Qué quieres hacerme? ¡N-No soy como los demás Omegas que se derriten por esta estupidez! —exclamó dramático con su rostro ruborizado, intentando verse rudo y para nada afectado.
«¿Qué hago si este loco Alfa trata de besarme o algo?»
»¡Tal vez se dio cuenta por fin que somos su alma gemela! ¡Quiero besarlo ya! «
«¡Existe algo llamado dignidad!»
Su espalda choca bruscamente contra la pared de una esquina, oculta a los ojos del público, suelta un pequeño quejido. Jaehyun lo acorrala y con la mandíbula tensa se deshace de sus gafas para señalar su ojo izquierdo.
—Mira lo que tu pequeña mano hizo de mí rostro el sábado en la noche —dice entre dientes receloso.
Doyoung recordó aquel momento. Si, golpeó a ese infeliz por tratar de robarle un beso. —¿Y por qué crees que te golpee? —se cruza de brazos y alza la barbilla con confianza mientras detalla el ojo del menor. —Por cierto, no veo ninguna marca, ¿por qué te quejas?
—¡Porque lo oculte todo con maquillaje y cremas! —exclamó rojo de la furia. —Pero si miras bien, verás un morado.
—No veo nada morado.
—Más cerca, mira —el castaño invade el espacio personal del más bajo para que viese su ojo a solo centímetros de distancia. Todo por insistir en que de verdad su ojo tenía un morado.
—Creo que si... Pero más parece unas ojeras —comentó confundido. No ve nada, ese Alfa está exagerando estúpidamente. ¿Está usando gafas por esa estupidez? ¡Ni siquiera le golpeó tan fuerte!
—Debes darme una compensación por haber golpeado mi hermoso rostro.
—¿Acaso tu rostro tiene un seguro? —fue una pregunta al azar pero cuando nota como el menor vacila, lo mira perplejo. —¿Qué? ¿En serio?
—Lo estoy creando pero aún no ha sido aceptado.
—¿Qué clase de estúpido crea un seguro de su rostro? Eres un completo narcisista —intentó empujarlo para alejarlo pero obviamente, no sirvió de nada.
—Eso se llama saber lo que tengo —sonrió de lado pareciendo un completo bastardo.
—Si no te quitas ahora voy a gritar que estas tratando de tocarme —amenazó serio.
—¿Qué? —bufa sarcástico —¿Me estás amenazando? ¿A mi?
—¿Qué crees?
—Deja tus payasadas y hablemos de cómo me pagaras por la herida que tú me causaste, nadie va a creer tu estupidez —molesto, golpea la pared justo al lado de la mejilla del mayor demostrando que no tiene miedo de alguien como él.
—¿A quién crees que le van a creer? ¿A un estúpido y prepotente Alfa con aires de grandeza o a un indefenso Omega llorando y gritando del miedo? —lo miro con relajo confiado de que si lo hacía, las cosas serían a su favor. Por dentro su lobo aúlla de que no lo haga, pero es que aquel estúpido Alfa se cree superior a él solo por considerarse de la clase Dominante. Esta bien, físicamente es más fuerte y por ello su labor es cuidar de los Omegas pero, solo cuando es su deber y sea necesario. Mientras en todo lo demás, un Omega es tan capaz de luchar, trabajar, defenderse, gritar y muchísimas cosas más. Y un estúpido Alfa como Jaehyun que quiere a los Omegas más lindos y delicados para protegerlos y creerse superior, claramente necesita que alguien lo ponga en su lugar.
El castaño vacila un poco, sabiendo que todos se pondrían del lado de Kim por lo que se aleja y le da espacio de mala gana.
Doyoung sin mirarlo sigue su camino, intentando controlar sus nervios. No le gusta ser duro, pero de alguna u otra forma la gente debe de respetarlo, siendo su predestinado o no, Jaehyun tiene que hacerlo.
Jung sigue por detrás al pelinegro, sin querer dejarlo tranquilo.
—¿Entonces te irás sin pagarme nada?
—¿Y qué quieres que te pague, ah? —cuestionó enojado sin dejar de mirar al frente y apresura su caminata.
Salen de la biblioteca y se encuentran caminando por los pasillos.
—¡Oh, buenos días profesor Kim! —de pronto, un exclamo detiene al de apariencia de conejo y haciendo lo mismo con Jae. Ambos se giran y encuentran a una hermosa jovencita de cabellera castaña.
—Dígame, ¿qué necesita? —se acercó sonriente y amable, cambiando drásticamente su comportamiento a cuando estaba con Jung, el cual quedó indignado.
—Solo quería preguntarle sobre el trabajo que mandó a hacer en referencia de un libro, no soy amante a las historias, prefiero poesía. ¿Se vale?
—Si, claro que sí.
—Oh, esta bien, gracias y disculpe la molestia —dicho esto, sonríe y con las mejillas sonrojadas se va cabizbaja.
Jaehyun se queda estupefacto. —No puede ser, le gustas.
—¿Qué? Claro que no, ella es dulce de por sí.
—Si claro —rodó los ojos con fastidio. Si su humor de por sí no estaba entre los mejores, ahora ver a esa chica Beta comportándose bonito con el Omega, le causó un amargo sabor en la boca y una opresión que no entiende en su interior.
A Doyoung le llegan las feromonas molestas con leve toque de celos de parte del Alfa y suelta una inevitable sonrisa. Aquello hizo que su corazón lata rápido.
—¿Celoso? —arqueo una ceja.
—¿Qué? ¿Y-Yo? ¡Nunca, ni que fueras mi tipo! —exclamó dramático tocándose el pecho.
—Entonces controla tus feromonas —dicho esto se da la media vuelta y desaparece dando la vuelta por otro pasillo.
Jaehyun se queda estático sin entender. Se huele a si mismo y nota el leve sentimiento de celos que abunda.
—¿Q-Qué...? ¿P-Por qué...? —se cuestionó perplejo.
«Debe de haber algo malo conmigo» Pensó.
En un gran y prestigiado edificio de más de quince pisos, moderno, en el centro de la ciudad con miles de autos pasando enfrente. Dentro de una de las toneladas de oficinas se haya nuestro querido Chino pelinegro sentado con sus lentes para leer y papeles en su mesa, firmando y anotando en la computadora.
El trabaja para la Mercet Comporation, una poderosa y prestigiada empresa de electrodomésticos como batidoras, microondas, licuadoras, hornos y entre muchos más aparatos específicos para la cocina. Cuando se graduó hace dos años, gracias a que su padre ya lleva más de dos décadas trabajando para esa misma empresa aunque en la Sede Principal en China, envió una recomendación. Sinceramente tuvo suerte, conseguir un trabajo en una buena empresa como esa no es algo que un recién graduado pueda conseguir con facilidad pero, las conexiones lo ayudaron.
Ahora con sus veinticinco años, es miembro dem Departamento de Contaduría. Su inteligencia e intelecto es muy halagada y subió rápidamente, esta parte sí fue gracias a él sin ayuda de su progenitor.
De pronto, escucha como tocan la puerta, levanta la vista y ve al Gerente Song —su superior del mismo Departamento— entrar. Por respeto se levantó de un tirón de su asiento y se inclina.
—Buenos días, Sr. Song. Dígame en qué puedo ayudarlo.
El mayor sonríe y se aproxima sentándose. —Siéntate muchacho, tengo una buena noticia que le gustará mucho.
Este viejo Señor desde que llegó le ha ayudado y orientado mucho, en contra parte con el Subgerente el cual es un hombre en sus treinta engreído y prepotente, el cual se la pasa intentando darle tareas excesivas para que las hiciera mal y fuera despedido.
—Dígame qué es —le sonríe amable.
—Debes de haber escuchado que el hijo del dueño de nuestra empresa vino de China, ¿no?
—Si, lo he escuchado.
—En realidad su padre lo mando para acá a probarlo como maneja esta subsidiaria de su empresa, dependiendo de como le vaya afectará su herencia, tal vez se convierta en nuestro CEO o tal vez se lo pase su hermano pequeño de doce años.
—Wow, si que es una historia como en los dramas —asumió un poco sorprendido. ¿Luchar por la sucesión? —¿Y eso qué tiene que ver conmigo?
—Recién hace una semana se graduó de Administración de Empresa, es una carrera muy parecida a la de nosotros, los contadores y para él familiarizarse con la Compañía y en general con Corea, necesita un guía...
Kun al ver la mirada que le dedica el mayor, empezó a suponer a donde es que iba la cosa. Se señaló a sí mismo confundido. —¿Quiere que yo...?
—Si, que usted sea su guía y también que le enseñe a como trabajar, será como su pequeño aprendiz.
«No quiero ser guía de un niño mimado de cuna de oro, tengo muchas mejores cosas que hacer que meterme entre las discusiones de heredero de una familia» Pensó en desacuerdo. Prefiere pasar desapercibido y concentrarse únicamente en su trabajo, progresar y ganar mucho dinero.
—Gerente Song, no es por rechazar su oferta pero me gustaría concentrarme en mi trabajo. Usted puede escoger, hay muchos Contadores en la empresa, mayores y más experimentados que yo como el Subgerente Choi —intento en lo que más pudo ser respetuoso a pesar de su negativa.
—El Subgerente Choi es partidario de Renjun.
—¿Y quién es Renjun?
—El Hermano menor, no le voy a pedir a cualquier persona que guíe al joven Sicheng, su herencia pende de un hilo y no me gustaría que se lo arrebaten. Tu eres joven, ambos están en sus veinte, pueden hacerse amigos rápidamente y entenderse, son compatriotas de China, los Chinos en la empresa son muy reducidos además de que el no sabe muy bien el idioma Coreano. Ambos son centrados en su trabajo. En fin, tienen muchos puntos en común —Kun empezó a notar el leve toque de desesperación de aquel hombre. ¿Por qué tanta insistencia en qué él sea su guía? Está bien, podrán entenderse más por si el chico no sabe coreano pero ¿tanto drama por preservar una herencia que al fin y al cabo, no será suya si no de otro?
—Yo, Gerente Song creo que... —buscó una manera de rechazarlo sutilmente hasta que fue interrumpido.
—Creo que debe de saber que si trabaja como su Guía, su sueldo será el doble y además, si el Joven Sicheng nota su buen desempeño podrá darle cualquier posición que usted quiera de la Compañía.
—¿Cualquiera? —cuestionó con su corazón dejando de palpitar mientras sus ojos brillan y se imagina la cantidad de dinero ganará. Si de por sí gana cuatro mil dólares mensuales, significa que se duplicará a ocho mil dólares mensuales. ¡Obvio que tiene que aceptar esa oferta!
—Si, cualquiera pero dependiendo, tiene que ganárselo y yo se que lo hará, usted es un buen muchacho.
—Acepto —contestó sin dudar.
—Me alegro, aquí esta el expediente de Dong Sicheng para que vaya conociendo su rostro y datos importantes. Mañana será su primer día aquí.
Kun asiente y abre la carpeta, lo primero que llama la atención es la pequeña foto de aquel muchacho adinerado. «De verdad, que desperdicio, si yo tuviera su rostro no sería un Administrador, sería algún actor o modelo» Pensó con pena.
Jaehyun estuvo todo el día distraído, casi no pudo prestar atención a las clases ni tomar apuntes solo porque una duda existencial lo carcome vivo. ¿Kim Doyoung es profesor de esa Universidad? ¿En serio? ¿Por qué? ¿Qué materia da? ¿Y por qué nunca lo ha visto hasta ahora?
Ahora que se pone a pensar a fondo, ese odioso Omega con cara de Conejo después de ayudarlo a dar su primer paso con Taeyong, desapareció de la faz de la tierra en plena secundaria. ¿Por qué? ¿Qué le pasó? ¿A dónde fue en todos estos años?
Sin evitarlo suelta un bufido de fastidio que llamó la atención de todos sus compañeros y hasta inclusive del profesor, el cual se encuentra explicando con una presentación. Al darse cuenta de ello se apena.
—L-Lo siento, continúe con la clase —balbuceo un poco con sus orejas rojas. Se arrastra hacia abajo en el asiento. Toma su lápiz y suelta un suspiro.
Vuelve a escuchar al profesor seguir explicando su clase por lo que decide anotar algo pero cuando su vista recae en su cuaderno, ve escrito el nombre de "Kim Doyoung", "Profesor", "Conejo", "Feo" y entre otras palabras garabateado en toda la página.
«Tonto Omega, ¿qué me estás haciendo?»
La clase terminó con el sonido de la campana y con ello, su estadía en la Universidad aquel día.
Guarda sus cosas con cierta pena, al menos pudo anotar los títulos de lo que vio, así investiga en casa.
Sale del salón de clases y se dispone a caminar.
No supo porqué pero empezó a dar varias vueltas por la Universidad. En vez de irse hacia su casa ya que tiene estudio pendiente, se quedó ahí como un tonto esperando encontrar algo o a alguien. Lo malo es que ni el mismo sabe qué está esperando.
Soltó un sonoro suspiro cuando se detuvo enfrente de su casillero. Lo abrió por quinta vez y vio su interior durante varios segundos para cerrarlo.
—Es la segunda vez que veo que abres tu casillero en estos diez minutos —escuchó una voz por detrás suyo que lo hizo sobresaltarse y pegarse contra los casilleros debido a la sorpresa.
Se frota su adolorida mejilla y se gira, encontrándose al culpable de su distracción.
—No me digas, ahora me culparas por "arruinarte el rostro" —dijo entre comillas mientras pone los ojos en blanco.
Jaehyun no responde y dirige su vista en el carne que cuelga del cuello del Omega. Con una meta en su mente y es verificar qué tipo de profesor es, se fue acercando.
Doyoung nota como el más alto se va acercando con una mirada oscura a él por lo que retrocede instintivamente.
—¿Q-Qué? ¿Qué quieres de mí? —su voz temblorosa y algo aguda. —¿P-P-Por qué miras mi pecho? —rápidamente se abrazo a sí mismo intentando ocultarse.
Para su mala suerte, su espalda pega contra los casilleros detrás suyo y Jaehyun lo acorrala sin piedad. Siente aquellas manos grandes y suaves quitar los brazos de su pecho, cierra los ojos y aprieta sus puños.
«Si a la cuenta de tres este baboso no se quita, le rompo su hermosa nariz»
Jaehyun toma el carne entre sus manos y lo lee, Doyoung confundido abre un ojo y lo ve leyendo su identificación como Profesor de aquella Universidad.
—Oh... Profesor de Lenguaje —murmuró el tonto Alfa asintiendo, de pronto su oscura aura desapareció y su rostro se ilumina debido a la hermosa y pacífica sonrisa que adorna junto a sus lindos hoyuelos. Doyoung siente como la luz de la belleza del muchacho penetra sus ojos por lo que es difícil mantenerlos abiertos. —Te queda bien, Sr. Obsesionado con los honoríficos solo porque eres siete meses mayor que yo.
Y en eso, la ilusión y bonita atmósfera se rompió cual vaso de cristal cayendo contra el suelo.
—Tonto —masculló molesto. Retiro su carne de la mano del contrario con brusquedad y se va dejándolo solo.
Jaehyun lo ve irse con una sonrisa inconsciente, a pesar de que lo insultó, no se pudo enojar, al menos había descubierto un poco más de Doyoung y eso de alguna forma tranquilizo su agitada mente.
Esa tarde, Jung pudo estudiar con paz y al día siguiente prestar atención en clases.
¿Será que poco a poco Jaehyun se irá dando cuenta?
¿Cómo creen que Kun se lleve con su nuevo "aprendiz"?
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