
Capítulo Once
Para lo usual en aquel día domingo, Jaehyun se levantó temprano y se dispuso a estudiar. Estuvo tentado a parar en más de una ocasión pero Medicina no es cualquier carrera, un simple error por ignorancia puede llegar a matar a un paciente.
Con su reloj marcando las ocho y media de la mañana, se levantó para tomarse un descanso y hacer el desayuno. Al abrir la puerta de su habitación escucho el timbre sonar y como alguien abre la entrada principal del departamento. Mientras camina por el pasillo hasta llegar a la sala escucha la voz de una reconocida mujer, se apresuró y se asomó.
—¡Mamá! —exclamó con emoción cual niño, esbozando una enorme sonrisa.
—¡Mi pequeño Yoonoh! —exclamó la mujer de no más de cuarenta y cinco años pero de una apariencia realmente joven, bella y bien vestida. Con sus ropas de marca, y altos tacones, las personas se sorprenden que a su edad pueda verse así de linda y joven. Claro, nada es imposible para la hermosa Son Ye Jin.
Ella corre mientras sus tacones resuenan al chocar contra el suelo y abraza con fuerza a su alto hijo, al cual no ve desde los primeros días de enero, osea, antes de que iniciará su semestre.
Al separarse toma las mejillas del menor pero que aún así le saca una cabeza de diferencia de altura y lo apapacha.
—M-Mamá, duele~~ —se quejo cual crío, lloriqueando falsamente.
—Pero es que te extraño tanto y no soy la única, tus hermanos también —se defendió ella para por fin soltarlo con un puchero. Creo que ya es obvio de donde Jaehyun saco tanto dramatismo y amor, es de sangre.
—¿No trajo a esos demonios con usted o si? —cuestionó Johnny desde la puerta, siendo quien abrió. Se asomó afuera mirando a los lados y suspiro relajado.
—Pero si Jisunggie es un amor —reprocho ella.
—Si, es tranquilo pero Jaemin se la pasa haciéndome maldades —se rasco la nuca recordando vergonzosamente todas las veces que se ha dejado bullear por un chiquillo de quince años.
—Jaemin es inteligente, deberías de avergonzarte sabiendo que un niño Omega te quito doscientos dólares —se apareció Kun saliendo del pasillo y se acerca a la mujer. —Buenos días, Señora Jung.
—Buenos días, mi lindo chinito —aun cuando el joven le extendio la mano ella lo abrazo. —Hoy, esta humilde mujer los acompañará. Les traje guarniciones deliciosas que les durará al menos un par de semanas.
—¿Kimchi? —cuestionó el americano con ansias.
—Si.
—¡Yes! —exclamó con un puño, emocionado. —Extrañaba comerlo —se limpio una lágrima imaginaria dramático.
—Puedes comprarlo o pedirle a Tiffany que te lo haga.
Johnny forzó una sonrisa —Recuerde que venimos de América.
—Eso fue hace veinte años ya, John —le interrumpió Kun.
—Pero igual, por alguna razón —de pronto bajo el tono de su voz —Mamá aún no es muy buena con la comida Coreana.
—Si, Tiffany se crío toda su vida en el extranjero, vino aquí a los treinta y algo, es entendible. Aunque su pollo frito es excelente —Yejin levanto su pulgar, recordando una vez que comió en casa de aquella mujer soltera.
Debió a que sus hijos son amigos desde hace muchos años, las madres de los tres se volvieron cercanas, casi que amigas como ellos. Yejin, la madre de Jaehyun. Tiffany la madre de Johnny. Y Victoria la madre de Kun.
Entre todas las madres, la de Jaehyun es la única casada.
—Vengan, hagamos un rico desayuno Coreano casero, ¿quieren?
—¡Obvio que si!
—Por supuesto.
—Empecemos, mamá.
Todos entraron a la cocina emocionados y mientras la mujer dividía los quehaceres, se dispusieron a hablar sobre lo que ha sido de ellos.
—¿Y cómo crees que te irá, Johnny? —le pregunto la mujer mientras va cortando unas verduras.
—Bien, supongo. Las pruebas son a mediados de febrero, sería después del cumpleaños de Jaehyun. Así que ando entrenando bastante y su hijo ya me ayuda a comer sano. Espero este año volver a viajar —anhelo el americano. Cada año se vuelve una lucha para sobrevivir en su profesión, nuevos jugadores llegan cada uno con tanta habitabilidad como la cantidad de energía que dan en la cancha de Fútbol. Aún así, para su suerte, es muy talentoso en su profesión por lo que no ha decaído pero, nunca debe bajar la guardia.
—Te echaremos porras, tu puedes, John —le dio un golpecito amistoso en el hombro al Alfa y luego se dirigio a Kun —Apuesto a que aún sigues excelente con tu trabajo.
—Exacto, señora Jung —le sonrió pacifico el contrario.
—Me imagino, debes de tener el negocio circulando por tu sangre.
Y cierto era, como saben su padre es Administrador de Empresa y su madre es una Economista. De ahí viene la razón de su divorcio, cada uno se la pasaba mucho tiempo en sus trabajos pensando en solo avanzar laboralmente olvidando fortalecer su relación. El comportamiento de Kun y sus intereses se debe mucho al ambiente solitario y trabajador en que se crío.
—Ay, mis lindos niños. Esta señora se siente muy triste por ustedes —soltó con drama.
—¿Por qué, mamá?
—No veo ningún Omega bonito a mi alrededor —suspiró con tristeza.
—Ninguno me hace caso —lloriqueo Johnny.
—Yo no quiero ninguno —contradijo Kun serio.
Ella negó con su cabeza y luego miro a su hijo, esperando una respuesta que tardó varios segundos en llegar, ya que el menor estaba "distraído" haciendo su parte del desayuno.
—Solo sé que debo conseguir pareja antes de los treinta años —arrojó con diversión para reír un poco.
—Ay, no puede ser. Tan amante al romance y no vive uno —negó ella en un susurro sobandose la frente.
—No lo crea así, Suegra —dijo el americano sorprendiendo a la mujer. —Si de aquí a los treinta ninguno tiene pareja, seré su nuero. ¿Qué tal? ¿No es mejor alguien cercano a que un Omega desconocido que le puede romper el corazón a JaeJae?
—¿Puede creerlo, señora? ¡Ellos me excluyeron! —dramatizo Kun siguiendo la broma, fingiendo molestia.
—¿Acepta un trío?
Ella miró a ambos jóvenes y luego a su hijo para estallar en carcajadas. —Ay, pobre, pobre de mi hijo Delta.
Ahora son ambos extranjeros quienes ríen a todo sonido, mientras Jaehyun frunce el ceño y se ruboriza. —¡Mamá! ¡No me voy a dejar dar por el culo!
—¿Qué son esas groserías, muchachito? Dime, ¿acaso te eduque así? —lo regaño ella dándole unos golpes en el hombro a su hijo.
—No, pero... —justo su teléfono celular suena y se detuvo abruptamente para ver quien es. A pesar de que se ilusionó pensando que sería Taeyong, por alguna razón sonrió cuando vio que se trataba de Doyoung —Un momento chicos.
Salió de la cocina y alejándose hasta el pasillo que da a las habitaciones, contestó.
—Hola, hyung.
—Hola, Jaehyun. ¿Cómo estás?
—Bien ¿y usted?
—Bien.
—¿Pasa algo? —preguntó una vez se dio cuenta de que el contrario parecía vacilar un poco en su hablar.
—Yo, bueno. Quiero pedirte un pequeño favor.
—Si, cuéntame. Cualquier cosa por mi buen amigo.
—Uhm... Bueno. Mandé a escribir un ensayo de prueba para ver las habilidades de escritura de mis alumnos y que siguieran mis pautas, obviamente. Pero lo hice a tema libre y una de mis estudiantes lo hizo sobre una Enfermedad de nombre raro, solo entendí el Hurler. Es algo tipo Mucopolisa...
—Ohh, ¿hablas del Mucopolisacaridosis Hurler?
—Si, si, exacto. Vi que es una enfermedad congénita de la piel que sucede de uno en cada miles de miles personas. El punto es que no soy Doctor, soy profesor de Literatura y Lenguaje. Entonces si podrías por favor revisarlo y ver si da información errada o algo así, ¿por favor?
—Claro, envíame el archivo. Te lo hago esta misma noche.
—Excelente, muchas gracias.
—No fue nada —Jaehyun realmente estuvo tentado a hablar más pero Doyoung se adelantó.
—Bueno, adiós. Nos vemos mañana en la universidad —y colgó sin esperar a que contestara como si estuviese muy apurado.
Jae apretó sus labios y extrañado por su raro sentir, aún así no pudo evitar sonreír de forma inconsciente. Se alegraba escuchar la voz del Profesor, le alegro el día.
—Ohh, ¿y quién fue esa persona? —se aproximo su madre, logrando asustarlo.
—¡Má, ¿cuándo llegaste?! —exclamó tocando su pecho agitado, mientras su espalda se haya pegada a la pared.
—Se me hizo curioso que te alejaras tanto para responder una simple llamada, ¿quién fue?
—Nadie.
—Un Omega, ¿verdad?
—Si pero...
—¡Un Omega! —festejo emocionada —¿Es lindo? ¿Amable? ¿Te trata bien? Cuéntame.
—Mama, no... —quiso negarse pero al ver la gran sonrisa de oreja a oreja de su madre que dice prácticamente "Dime por las buenas o te mato" tuvo que responder —Si, es lindo y amable y bueno. Pero no, no me gusta. Es solo un amigo, mamá.
—¿Y qué fue esa sonrisa de tonto enamorado? —desconfío.
Jaehyun bufo del humor —¿Yo? ¿Enamorado de él? Si es lindo pero no mi tipo, en serio. Él es muy amable, algún día te lo presentaré y lo verás, mamá.
—Está bien.
Después de que la campana sonó, Doyoung pudo dar fin con su clase. Sonriéndole a sus alumnos, se despidió. Toma su maletín y se dirigió a la sala de profesores para dejarlo en su pequeño escritorio. Esta vez, pediría almuerzo de la cafetería, puesto a que no tuvo tiempo de preparar nada.
Salió con dinero en la mano y al llegar, pensó mucho en lo que pediría hasta que se decidió por un arroz, ensalada y puré de papas. Algo sencillo y occidental que no está acostumbrado a comer.
Llevando su bandeja se sentó en una esquina, lejos del montón de estudiantes. Disfrutando de su soledad se dispone a comer tranquilamente.
Antes, específicamente hace casi unos diez años atrás cuando aún se encontraba en Seúl, sentía que por ser lo que es, estaba mal, que era un error. ¿Por qué Jaehyun se enamoraría de él si existe Taeyong? Como no era atractivo ni lo más deseado para su raza, se encargo de infravalorarse al extremo pero luego con el tiempo, después de irse de Seúl, tomó un largo tiempo sanar.
Fue doloroso alejarse de Jaehyun pero sabía que debía de hacerlo, para su bienestar emocional tenía que hacerlo. Fue honesto con su mamá, le dijo que encontró a su Alma Gemela pero que le dolía como el infierno estar a su lado. No podía acompañarlo más en silencio, estaba harto.
No se fue por problemas familiares, se fue porque no soportaba los prejuicios contra sí mismo gracias a que su pareja no se daba cuenta de quien era él.
Irse fue su mejor decisión, porque su forma de pensar logró cambiar completamente. En nueve años Doyoung se convirtió en alguien que sabe que las personas son diferentes, compararse con Taeyong estuvo mal desde un principio y más porque son amigos.
Él es especial como todos y si Jaehyun no lo ve es porque ese Alfa es el tonto, el ciego y el que está mal.
De pronto, para interrumpir sus pensamientos siente como alguien se sentó justo enfrente suyo.
Levantó la vista y se topó con el dueño de sus pensamientos.
—Hola, Hyung. ¿Cómo ha estado? —saludo para esbozar su característica linda sonrisa con los hoyuelos adornando.
—Bien ¿y tú?
—Igual —contestó desinteresado mientras se dispone a comer de su ensalada.
Da la grata casualidad que ambos pidieron exactamente lo mismo.
—¿Por qué te sientas aquí? Ve a sentarte con tus amigos.
—No tengo amigos —contestó directo, dejando sorprendido al mayor. —Solo son Johnny, Kun y Taeyong-hyung.
Doyoung frunció el ceño. Recordaba que todo el mundo amaba a Jaehyun, hasta el punto de asfixiarlo en los recreos, todos querían ser su amigo y él era amigo de todo el mundo. Demasiado sociable para su gusto e iba de un lado a otro siempre, nunca quedándose en su misma posición, también fue una de las razones por las que le era difícil hablar con el menor por meses.
—¿Por qué?
Jung por unos segundos detuvo todo lo que estaba haciendo y su vista se perdió, quedando estático, como si su mente hubiera recreado algún desagradable recuerdo el cual tiene desterrado.
Doyoung sintió pesar, un dolor en el pecho pero supo de inmediato que no es de él sino del chico que tiene enfrente.
—Solo... Es así —dijo en voz baja, una vez volviendo en si mismo.
El Profesor giró su vista hacia los estudiantes universitarios y notó que muchos, más específicamente Omegas miraban en su dirección, ahí se dio cuenta que Jaehyun no ha perdido popularidad, todos caen en sus encantos y su amabilidad entonces... ¿Por qué ha estado tan solo en la vida? Si él no hubiese vuelto a Seúl por razones del destino ¿Jaehyun seguiría sentándose sólo a comer?
—No lo pienses mucho, disfruto mi soledad —apresuró a decir el Alfa con una sonrisa, una sonrisa que Kim no se creyó.
«Claro, si no supiera que eres un Alfa más emocional que un Omega en sus días te creería, tonto»
—Yo también.
Asintió de acuerdo. Al menos, ahora comparten un punto en común. La mayor parte del día, están solos.
—¿Y has hablado con Taeyong-hyung? —cuestionó el menor curioso.
Doyoung casi tira todo por la borda. ¿No puede haber una vez en su vida en donde entabla conversación con aquel estúpido Alfa y no mencione a Lee Taeyong?
Suelta un sonoro suspiro molesto, indignado y celoso pero aún así, oculto sus sentimientos.
—Como sabes, nos vimos el fin de semana pero no ocurrió más nada de ahí. Hoy nos dimos los buenos días en la mañana, ¿feliz?
—En realidad, no. Pero si estoy agradecido contigo.
—No sé como siempre termino ayudándote con esto —se sobo la cabeza con estrés y angustia. —El mundo me odia...
—Creo que el mundo te mando a mi para ayudarme con mi predestinado —opinó ingenuo el Alfa.
En ese momento, Doyoung tenía tantas ganar de abrir la boca y decir por fin quién es su verdadero predestinado. Realmente quería hasta que... Lo pensó bien.
Si ese tonto no se ha dado cuenta hasta ahora, ¿le creerá si le dice? Sospecha que no, por lo que prefirió callar y al menos seguir un tiempo más con aquel estúpido Alfa. Tal vez, pronto se vuelva a ir.
Kun harto de arreglar el desastre de unos de los compañeros de trabajo, para que no culpen a su departamento entero, decidió arreglarlo él mismo. Tantos números malos, le marean.
Intenta tomar café de su taza pero se dio cuenta que ya no tiene.
—Mira, tú —llamó al rubio que se encuentra escribiendo atentamente en una computadora.
—Dígame.
—Ve y tráeme café.
—Está bien —asintió rápido, se levantó de su asiento y tomó la taza. Fue a la cafetera que se encuentra en una mesa al costado pero se dio cuenta que la jarra está vacía. Busco café y no lo encontró. —Lo siento, QianBei. Se acabó el café, iré a buscar más.
Dicho esto no espero respuesta y entusiasta salió corriendo de la oficina.
Kun quedó perplejo mirando la puerta, sacudió su cabeza y decidió seguir haciendo lo suyo. Quiso ignorar el hecho de que espera pacientemente que el rubio vuelva a entrar, se odio por eso y odio aun más a ese estúpido chino.
A los minutos, cuando se dio cuenta que el menor se retraso, se acordó de algo importante.
—Winwin no conoce la empresa —se levantó de golpe preocupado, luego se volvió a sentar fingiendo desinterés —Ay pero si se pierde no es mi problema, ¿verdad? —luego se volvió a levantar golpeando su escritorio —Claro que si es mi problema, es mi Junior, tengo que estar al pendiente de él, ¿no? —suspiró harto y se volvió a sentar —Lo tengo que cuidar como mi estudiante, no como si fuera un niño —quiso seguir haciendo su trabajo pero con un bufido se levantó de pronto y tomó su chaleco —Winwin es como un niño —y salió de la oficina buscando al menor.
No entiende porque tiene que ser él quien busque al menor. Todo el Edificio conoce a ese crío como tal vez, el futuro CEO de la empresa por lo que si se pierde, cualquiera lo puede ayudar, ¿no? ¿Por qué necesariamente tiene que ser él?
No lo entiende y se frustra. Nadie interrumpe su trabajo a menos que sea importante ¿es importante buscar a ese chino? Se obligó a la idea de que sí ya que no tiene otra explicación lógica para su extraño comportamiento.
Fue bajando en el ascensor hasta el tercer piso, en el cual se supone que está el cuarto de almacenamiento.
Va caminando por el pasillo y al doblar se encuentra a Winwin con dos Alfas de otro departamento, los cuales casi parecen acorralar al menor.
—¿Qué pasa, Winwin? No te pedí que coquetearas en hora de trabajo —alzó la voz, molesto, mucho más molesto de lo normal.
El menor al girarse a verlo, se sintió un poco más relajado logrando por fin respirar. Intento salirse de entre los dos Alfas para ir hacia su superior pero tiembla cuando siente una mano aprisionar su muñeca.
Kun sintió el miedo de Winwin y con la mandíbula tensa se dirigió a los muchachos para tomar el brazo de aquel que osó a agarrar al menor.
—El joven aquí está en horario de trabajo y no creo que sea el único aquí, así que les pido de buenas que vayan a sus puestos a menos que quieran que mande una queja —se dirigió a ellos, directamente.
—¿Por qué tan formal, Kun? Somos compatriotas, deberíamos de llevarnos bien, ¿no? —hablo el que tiene agarrado aún al menor, de cabellera pelinegra y ojos filosos, esboza una media sonrisa algo escalofriante para el menor.
—Exagerado, a puesto a que quieres a Sicheng para ti sólito —agregó el otro, con burla. Se cruza de brazos y escanea al "defensor" de arriba a abajo —Comparte un poco, ¿quieres?
—¿Compartir? —arqueo una ceja indignado —¿Compartir qué? Una persona no es un objeto al cual puedes decidir si tener o no, Huáng. Y tu, Xiao, suéltalo a menos que quieras que de verdad mande una queja al Departamento de Recursos Humanos.
El nombrado con fastidio soltó al rubio, Winwin en cambio, tomó con fuerza la bolsa de café contra su pecho y se alejo para ponerse detrás de Kun. Era el único que le transmitía confianza.
—Vámonos, Dong —ordenó con seriedad y se gira sobre sus talones.
Mientras camina con rapidez siendo seguido por el torpe Omega, logra escuchar un exclamó de parte de Xiào.
—¡No te hagas el inocente cuando andas detrás de la herencia de ese Omega!
Kun se detuvo abruptamente y estuvo a punto de girarse a encarar a esos idiotas. Podrá ser amante del dinero pero nunca a obtenerlo fácil, él quiere ser reconocido por su responsabilidad e inteligencia, por su trabajo impecable, no por conquistar a un niño mimado con dinero.
Una mano jalo tiernamente de la manga de su saco, mira al rubio el cual parece preocupado.
—Tranquilo, QianBei. No sé lo que dijeron pero no les haga caso —dijo suavemente y una pequeña sonrisa adorna en su hermoso y delicado rostro tratando de calmar al mayor. —¿E-Está bien? —ladeo la cabeza a un lado, tiernamente con su torpe pronunciación coreana.
Kun carraspea —Como sea —y siguió caminando.
Cuando ambos se montaron en el elevador, entre el incómodo silencio, el menor con necesidad de explicarle al mayor hablo.
—Y-Yo no estaba coqueteando con ellos, s-solo de pronto se acercaron. Pero n-no me hicieron nada malo pero parece que agarran confianza rápido.
Kun quiso golpearse la frente y golpear al menor por ser tan ingenuo. Dejun y Hendery a pesar de ser Chinos, no complementa con ellos para nada, nunca le agrado sus formas descaradas de comportarse.
—Lo sé —contestó una vez que se abrieron las puertas y salió sin más.
Al llegar a la oficina, Qian en silencio volvió a colgar su saco y se sentó en el escritorio para seguir con su trabajo. Sicheng se dispuso a preparar la cafetera colocando el café, mientras lo hace mira de reojo al Alfa y se ruboriza, intenta no hacerlo pero es difícil.
Cuando tiene la taza entre sus manos la deja en el escritorio del mayor.
—Gracias —dijo con sinceridad que tocó al Contador.
Kun levanta la vista atónito. —Yo... Yo salí porque estabas tardando, solo eso.
—Aún así, gracias.
El corazón del pelinegro sintió calidez, una que no quería aceptar que sentía.
—Dime que esta vez si es por un Omega —pidió un alto pelinegro, no tan alto como el americano pero posee un cuerpo de infarto y una piel muy pálida. Con ropas holgadas y deportivas, empapado de sudor se sentó al lado de su amigo con una bandeja de comida. Mientras caminaba hacia John, lo vio ya sentado en una mesa comiendo de una lonchera comida casera.
El americano vio a sus dos amigos llegar, Sehun (el fue quien habló) y Kai, un moreno de cabellera peliverde. Todos compañeros deportistas, estudiaron juntos y entrenan para el mismo equipo. Llevan más de seis años conociéndose.
—Ojalá —anhelo metiendo un bibimbap hecho por su querido amigo Alfa sensible en la casa.
—Dame un poco, Jung cocina muy rico —el moreno intento agarrar una pero Johnny le dio un manotazo.
—No, Jaehyun me lo dio a mi. Es mío —le sacó la lengua de forma infantil.
—Tal vez por eso sigues soltero —le recriminó indignado mientras soba su manito.
—Ojalá tuviera sus rostros —señaló con sus palillos a Sehun y al hablar en plural también se refirió de su mejor amigo, Jae —Lo aprovecharía saliendo con todos esos Omegas lindos.
—Tu también tienes Omegas detrás tuyo, ¿Qué hay de Jeonghan del equipo de béisbol?
—Oh si —asintió Kai —También esta Seulgi de atletismo. Tú no les haces caso porque no quieres.
—Solo... —vacilo un poco —No sé, ellos no me gustan. Quiero...
—¿Qué quieres, ah? Desde que terminaste con Mark en nuestro primer año de Universidad, nunca más volviste a tener una pareja oficial. Pobre, llevas mucho tiempo soltero —aseguró el moreno, recordando aquel evento —Mark era muy lindo y amable, no entiendo que no te gustaba de él.
—¡Sal tú con él entonces! —bufo concierto fastidio.
—Si no supiera que Jaehyun es un Alfa y está enamoradísimo de aquel Omega Médico, diría que ambos llevan saliendo en secreto desde hace añoooss —alargó la última palabra de forma exagerada Sehun con obviedad.
—A este paso creo que terminaremos saliendo —murmuró y se ríe de su propia broma. Lo que no se espero, fue que sus compañeros lo miraran perplejo.
—¿Por fin admites que te gusta Jaehyun? —cuestionó asombrado el moreno.
Johnny frunce el ceño y mira las extrañas expresiones de sus amigos. —¿De qué hablas, estúpido? Solo digo, ambos prometimos que nos volveríamos pareja si llegábamos a los treinta años solteros.
—¿Y por qué no lo adelantas? ¿Tanta paciencia tienes para esperar tantos años por él? No te avergüences por salir con un Alfa, la sociedad ha estado abriéndose y hay muchos de ellos que salen abiertamente juntos —comentó el pálido, pensando en que debía de apoyar a su amigo guste quien le guste.
Ahora es Johnny quien mira perplejo a ambos. —¿Qué cosas están diciendo? Eso solo era un chiste, Jaehyun y yo solo somos amigos y ya, punto final.
—Siempre te hace comida y por lo que nos cuentas, cuida tu dieta de deportista más que tu mismo.
—No solo me hace loncheras a mi, también a Kun. Y si, es el más considerado del grupo por lo que siempre hace las compras, no solo recuerda mi dieta, también es muy cuidadoso con el salmón por Kun.
—Debe de ser difícil que sea unilateral.
—¡Que no me gusta Jaehyun! ¡Por dios, soy un Alfa! —exclamó rojo por la furia. Sus amigos lo miraron con sorpresa ante aquella exagerada reacción.
Johnny sólo suspiro frustrado.
Siendo este el tercer intento en que lo llama, el alto americano por fin le contestó a nuestro protagonista.
—Hola, John. ¿Dónde andas? —saludo Jaehyun con el teléfono en su oreja. Se encuentra en la cocina haciendo los preparativos para la comida del día siguiente y Kun sentado en el comedor, degustando de la rica cena que acababa de hacer.
—Hoy me quedaré a dormir en casa de Sehunnie, volveré mañana en la noche después de las prácticas —dijo del otro lado de la línea.
—Debiste de haber avisado antes, te hice la cena ya.
—Lo siento, se me pasó avisarte. La próxima vez lo haré. Adiós.
Y colgó rápido sin esperar respuesta, dejando con la palabra en la boca al menor.
Jaehyun mira la pantalla de su celular confundido.
—¿Qué pasó? ¿No viene? —preguntó Kun después de masticar y tragar el arroz. Mira a Jaehyun, el cual empezó a ordenar la comida.
—No, al parecer no —contestó con confusión —Él usualmente avisa cuando no va a volver a casa, nunca se le olvida.
—Puede pasar, es normal pero fue un lunes de pillamada ¿eso no es raro? ¿No puede esperar para el fin de semana?
—Si, tienes razón —asintió de acuerdo con su amigo.
Es como si Johnny no quisiera volver a casa y peor aún, al hablarle rápido y colgando al instante es como si no quisiere hablar con él.
«Es un poco raro»
—Noticia de última hora. Informamos que en estos dos meses, han habido repentinos desaparecimientos de Omegas, todos jóvenes entre 18 a 27 años. Víctima tras víctimas están siendo encontradas en las afueras de Seúl, todas en cadáveres. Según las autopsias, fueron duramente golpeados y violados. Les pedimos por favor a los ciudadanos y específicamente a los Omegas en no salir solos a altas horas de la noche y que siempre esté acompañado de un Alfa de confianza, al menos hasta que éste caso sea resuelto.
» La policía está investigando todo lo posible, así que, cuídense y cuiden a los suyos.
¿Jaehyun exagera con respecto a Johnny?
Miren que hasta su madre se dio cuenta, ¿Cuándo Jaehyun se dará cuenta de que Doyoung es el ideal?
Una imagen de los padres de cada uno, no es necesario que los imaginen como tal, esta es una demostración de los artistas que use:
Padres de Jaehyun:
Son Ye Jin.
Hyun Bin como Jung Bin.
Victoria Song como madre de Qian Kun
Tiffany Young madre de Johnny.
Dato:
A Kun de verdad no
le gusta el Salmón.
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