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Capítulo Catorce



—No puede ser, ¿seguro qué está por aquí? —cuestionó un chico de cabellera pelirroja, entre la oscuridad del bosque con la linterna de su celular encendido.

—Si, bueno, la última ubicación que tengo de ellos es cerca, no se si se movieron de lugar —se lamentó un poco Jaehyun. Realmente espera, ansia, implora y desea encontrarlos rápido. No podría soportar que algo malo le pase a esos dos Omegas.

Caminaron durante unos minutos hasta que llegaron a un árbol, el menor se detuvo y el mayor lo miró confundido.

—¿Qué?

—Hasta aquí nos lleva —sentenció y empieza a mirar hacia todas las direcciones posibles.

—Jaehyun, ¿eso de allá no parece un auto? —señaló Yuta a lo lejos y juntos corren para verificar este hecho —Es el auto de los padres de Taeyong.

—Y no hay nadie —concluyó el castaño preocupado.

Juntos revisan y resulta que el auto está abierto con las pertenencias de todos ahí, dando a entender que su día de picnic acabó y cuando pensaban irse algo debió de haber pasado.

Jaehyun se toca su pecho sintiendo un extraño dolor inusual, es como si ese "alguien" estuviera en peligro. ¿Taeyong?
Se angustia de solo pensarlo ¿y si se toparon con aquellos Criminales desconocidos que han violado y matado Omegas entre estos días? No quería pensar en lo peor.

Escucha un extraño sonido a lo lejos, algo mínimo pero parecen unos golpes, no está seguro. Mira a Yuta y éste parece también haber escuchado lo mismo. Con una seña de parte del mayor se dirigen al bosque. Mientras más pasos dan los sonidos ajenos se vuelven claros, hasta que gracias a la luz de luna y las resplandecientes estrellas lograron visualizar unos cuerpos justo al lado de un gran lago.

Un disparo resonó.

«Sálvame» Una extraña voz entró en lo profundo de Jaehyun, a su mente, en su corazón, dejando a su lobo totalmente inquieto.

Jaehyun de forma inconsciente dio un paso al frente, su cerebro desconectado con su cuerpo moviéndose automático sin su permiso. Pero es Yuta quien lo toma fuerte del brazo, tanto que hasta le lastima. Se giro confundido y ve como los ojos del japonés brillan en la oscuridad, es extraño.

De pronto el sonido de sirenas llamó su atención, es la policía.

Llegaron autos derrapando con rapidez entre la tierra y arbustos, se detuvieron y salieron policías totalmente armados.

—¿Qué? ¿La policía? ¿Quién llamó a la policía? —exclamó uno de los criminales levantando el arma y apuntando a los líderes de la justicia.

—El arma en el piso y las manos en el aire, ¡ahora! —gritó un policía.

Intentaron escapar e incluso cuando tiraron a Taeyong al piso, ahí fue cuando los dos Alfas pudieron ver a su amado, herido y asustado.

Los policías se encargaron de atrapar a los criminales, mientras ellos dos corren hacia el Omega preocupados.

—Tae, amor. ¿Estás bien? ¿Puedes moverte, hablar? —cuestionó Yuta tomando de los hombros a su pareja, angustiado con ganas de matar a esos Alfas que osaron con meterse con aquel ser tan hermoso.

Y Jaehyun, claro que no estaba mejor. Acaricia el cabello del pelirosa mirandolo con pesar. Por un segundo, realmente pensó que lo perdería. Suelta un suspiro.

—Al menos no pasó a peores —dice.

—Claro, porque entre todos ustedes fui el único que llamó a la puta policía —llegó quejándose Kun, con Johnny y Jungwoo siguiéndole los talones. Ambos Alfas vinieron con los policías y el rubio justamente los encontró por mera casualidad mientras buscaba desesperadamente.

—¿En serio?

—¡Claro! —se acercó enojadísimo el Chino y golpea la cabeza de Jaehyun —Cuando ocurre un caso de desaparecimiento, no pueden ir a buscar a sus amados como si de verdad fuesen Héroes de una película de romance. Los héroes de la vida real es la policía y los militares, no te hagas el héroe, Jae, eso puede costarte la vida y la de los demás. —Regañó siendo el único racional y lógico entre todos ellos —Incluso este estúpido grandote, venía para acá también sin llamar a la policía.

—Lo siento, ¿si? Estaba preocupado por Jaehyun y... —Johnny se excusó apenado y ruborizado. Cuando le llegó el mensaje de su querido amigo, se preocupó ya que le han llegado las noticias de secuestros y homicidios, no quería que nada malo pasara. Se arrepintió de haber ignorado las llamadas, debió de haber atendido.

—Me alegro verte —sonrió compasivo Jae. Se alegro ver a su amigo y se alegra que todos estuvieran bien o... Casi todos —¿Dónde esta Doyoung? —cuestionó de pronto. —¿Doyoung? Tae, ¿y Doyoung?

El Omega entre sollozos e inestabilidad recargando su espalda contra el pecho de su pareja. —Le dispararon, c-cayó al l-lago, y-yo...

Jaehyun no dejó que el pelirosa terminará la oración cuando se levantó de golpe y corre hacia el lago sin pensar. No tuvo tiempo de quitarse nada de encima, ni siquiera su celular. Solo pensó en ir a salvar a Doyoung.

Saltó al agua y nada lo más rápido que puede, hallando el cuerpo entre carmesí cayendo a lo profundo.

Con todas sus fuerzas y agradeciendo a que en secundaria entreno en el equipo de Nadadores de la escuela por un año, pudo moverse con facilidad. No tiene tiempo para pensar en nada lógico, solo desea sacar a ese Omega y no dejar que se muera.

Llegó hacia el mayor y pasó un brazo sobre aquella delgada cintura, y la otra mano la posa en el pequeño rostro ajeno, agitándolo. Su corazón de pone chiquito al ver que no reacciona.

Nada con rapidez hacia arriba teniendo entre sus brazos a Kim, temiendo soltarlo, temiendo que se fuera de su lado.

Cuando por fin llega a la superficie abre la boca tomando una gran bocanada de aire, ya que de suerte logró soportar tanto tiempo debajo del agua.

Cargó a Doyoung como una princesa y salió del agua con inestabilidad, algo tambaleante y lo deja recostado en la tierra.

—La ambulancia llegará en poco tiempo, pero no sabemos en que estado está el... —fue diciendo el policía pero fue interrumpido en un momento.

—Somos doctores —ese fue Jaehyun quien le corto la oración. —No morirá aquí —rápidamente jala su camisa rompiendo un pedazo de su tela para cubrir la herida de Doyoung. —¡Kun sujeta aquí!

—Voy —se arrodillo el chino.

—Presiona fuerte —luego de verificar que su amigo esté haciéndolo, palmea sus manos preparándose, su corazón late tan fuerte que siente que saldrá en vomito por su boca. Es extraño, es totalmente extraño su sentir y como su lobo se vuelve loco.

—¡Aplícale RCP! —se acercó Yuta notando la tardanza del coreano.

Jung antes de que se diera cuenta sus manos están sobre el pecho del Profesor presionando una y otra vez desesperado.

—Doyoung, ¡Doyoung despierta! —fue exclamando con miedo. Todo se siente como una pesadilla, su mente nublada y solo moviéndose sin percatarse de lo que hace su cuerpo —¡Hyung, despierta, maldita sea!

Harto, toma una gran bocanada de aire y choca sus labios con los ajenos para que le lleguen a sus pulmones. Una y otra vez.

El sonido de las sirenas de la ambulancia suena muy cerca de ellos y para cuando llegaron, Doyoung por fin abrió los ojos de golpe, respirando profundo con una opresión en el pecho.

Jaehyun se apresura en ayudarlo para que de media vuelta y escupa toda el agua.

Llegaron los paramédicos con una camilla.

—Llevenselo, tiene una herida de bala en el hombro, deben sacárselo antes de que sea tarde. Y revisen el estado de su cuerpo, acabo de hacerle una Reanimación Cardio-pulmonar —explicó Jaehyun apresurado.

Incluso no dejó que nadie tocara al pelinegro, él mismo lo cargo de nuevo y lo dejó sobre la camilla. Antes de que se lo llevarán, le miró por unos pocos segundos aliviado.

—Estarás bien —murmuró acariciándole la herida.

Doyoung confundido y aún desorientado, débil y con algo ardiendo por dentro de su hombro, le impidió pensar con claridad y solo disfruto de aquel contacto.

Cuando por fin fue metido a la ambulancia y llevado, fue cuando Jaehyun cayó en cuenta de todo lo que había sucedido.

Sus piernas tiemblan como gelatina y mantenerse de pie es difícil. Su cuerpo se siente tan inestable como si un camión lo hubiera arrollado. Su corazón habiendo sido aplastado y masticado sin Piedad.

Es extraño y no lo entiende.

¿Por qué le duele tanto?

Se siente como si estuviera a punto de perder a su otra mitad, a alguien indispensable para su vida, su única razón de vivir y ser feliz.

Cayendo al piso de rodillas, solloza cuál crío cubriéndose el rostro.

Esta situación lo vuelve loco, todo lo que sucedió está fuera de su propio control. Le duele mucho, más de lo que le hubiese gustado que doliera.

Se mira sus manos llenas de sangre ajena, la sangre de Kim. Temblando.

Unas manos grandes toman las suyas dándole un apretón. Levantó la vista mientras arruga su nariz y ve a Johnny.

Su querido amigo Americano con un gran pesar en su corazón. Odia ver a Jaehyun mal, odia que este triste.

No lo pudo soportar más y lo abrazo, fundió al Alfa menor entre sus brazos transmitiéndole calidez.

—Todo estará bien, lo hará, Jaehyun... —murmuró suave. —Salvaste a Doyoung, tú lo hiciste. No te sientas mal.

—E-Es que... Y-yo... N-No Q-quiero que D-Doyounggie este m-mal —sollozo aferrándose a la ropa del deportista, cual pequeño niño indefenso necesitando ser consolado.

En ese momento, cuando Johnny escuchó la quebrada voz del castaño se dio cuenta que ya no había vuelta atrás y no podía seguir negandolo más. Jung Jaehyun fue como su bonito grano en el trasero que nunca pudo sacarlo de encima. Manteniéndose a su lado a pesar de todas las adversidades y problemas. Sus diferencias los mantuvo unidos y sus singularidades, dio una belleza diferente y única al castaño.

Tal vez por eso, Seo no pudo evitar enamorarse de Jung.

¿Un amor entre dos Alfas? ¿Acaso es posible? ¿No es eso considerado una aberración?

Siguió creyendo que todo lo que decía y pensaba era un juego. Un simple juego de como cuando eran unos niños. En primaria fue un total orgulloso que no quería admitir que tal vez si le gustaba un poquito aquel revoltoso niño bonito que decían que sería Omega pero él era obvio, sus celos explotaron con aquel Maestro Moon.

Cuando Jaehyun se presentó como un Alfa, fingió emocionarse pero muy en el fondo se preguntaba una y otra vez ¿No dijeron que sería un Omega? ¿No era mi predestinado? ¿Por qué dijeron que sería mi predestinado?

Se odió por ilusionarse, se odió porque las cosas resultaron de esta forma.

Olvido su enamoramiento o eso cree haber hecho. ¿De verdad superó su amor por ese chico que se cree príncipe? Se suponía que si, porque realmente recuerda haber amado a Mark, estudiante de Música en la Universidad hace ya más de cuatro años.

Pero ahora, duda. Duda sobre si mismo y su alocado corazón porque sabe que no debe enamorarse de ese tonto Alfa, no cuando sabe que nunca podrá ser correspondido.

Y aquello le duele, le quema como llama ardiente venida desde el propio infierno.

Y sonará egoísta pero desea que lo suyo con Taeyong no de y llegue a los treinta años soltero. ¿Así tendrá alguna oportunidad? ¿Podrá? 

Teniéndolo sollozar en su pecho, le lastima el alma, como un infragante fuego que lo carcome por dentro y destroza la poca cordura que le queda. Solo desea que el dolor que siente aquel chico entre sus brazos sea traspasado a él, para que así, deje de sufrir.

—Y nosotros no queremos que tú estes mal —dijo Taeyong sacando a Johnny de sus pensamientos. Se acercó teniendo Yuta a su lado, quien lo ayuda a caminar y mientras la segunda ambulancia lo espera, le da una caricia al de cabello castaño.

Jaehyun se separa un poco del Americano y su mirada choca contra la del pelirosa, ambos con sus ojos cristalinos debido a las lágrimas, debajo de la brillante luz de luna en medio de la oscuridad.

—Doyounggie es fuerte, verás que para mañana se levantará de la cama para golpearte por haber olvidado los honoríficos —comentó con un humor, su suave voz logrando calmar el agitado corazón de Jae.

Dándole una última sonrisa al castaño, le da una señal a su pareja para que se dirijan a la ambulancia.

Jaehyun se seca sus lágrimas, intentando controlarlas mientras ve como el pelirosa es cargado por el japonés para acostarlo en una camilla y ser llevado.

—H-Hay que... Hay que ir al hospital —dijo, levantándose con ayuda del americano, el cual lo sostuvo de los hombros.

—Déjame ayudarte, amigo. Estás débil.

Después de que Johnny lo deje en el auto, le pregunto una y otra vez desconfiado de que el Coreano pueda conducir en su lamentable estado. Con muchos si como respuesta tuvo que resignarse a dejarlo para él montarse en su propio auto. Jungwoo obtuvo las llaves del auto de Taeyong para conducirlo.

Kun al ver como todos se están montando en sus vehículos, él se dirigió al suyo y cuando se sentó en el piloto soltó un pesado suspiro, como si hubiera estado un largo rato soportando un gran peso. Se frota su rostro con frustración. Aunque no lo demostró tanto como los demás, en realidad si se preocupo muchísimo.

Cuando Jaehyun le llamó, en ese momento estaba en una reunión de urgencia y dejó el celular tirado en su oficina. Al volver y ver el mensaje más la dirección, supo de inmediato que algo malo va a suceder. De camino llamó a la policía y se encontró con Johnny, estaba en las mismas que él.

Aún sigue sin poder creer en lo estúpidos que son todos. ¿En serio fue el único cuerdo que llamó a la policía? Y si no lo hubiera hecho ¿qué hubiera sido de sus amigos? ¿Por qué se comportaron como unos tontos? Esta bien, puede entender en parte a Yuta y Jaehyun, ambos super enamoradísimos de ese Omega pelirosa, tanto que sus sentidos se nublaron como típicos Alfas desesperados por salvar a su amor que olvidan por completo que esta es la vida real, no es un maldito cuento de hadas, la policía existe por algo y debe ser usada en estos momentos.

Ellos no entienden, no entiende a Kun y eso realmente le frustró. Y es que... Ellos pudieron estar a punto de perder a su amor pero «Yo pude haber perdido a mi hermano»

En todo el camino su corazón estuvo latiendo rápido y desenfrenado de solo pensar en perder a su mejor amigo, a ese que más parece su hermano menor que su propio hermano menor de sangre por allá en China.

—Toma —la suave voz a su lado de alguna forma, logró tranquilizarlo mínimamente. Lo mira de reojo y ve como Sicheng le extiende una botella de agua, mirándolo preocupado.

Él la acepta y bebe de ella.

De alguna forma, terminó trayendo a ese Chino. Ni siquiera sabe cómo ya que apenas vio el mensaje de Jung, su mente se desconecto por un segundo y llamó a Dong.

Ya de camino se dio cuenta de lo que había hecho pero era muy tarde para regresar. Lo que sí, es que cuando estacionó, le ordenó serio y autoritario que por nada del mundo salga del auto, algo que el menor obedeció cual tierno cachorrito. Mirando desde ahí lo que pasó afuera y esperando atento.

—Vamos al hospital —aviso Kun una vez después de haberse tragado el agua de la botella. Prende el auto y sigue a sus amigos, todos conduciendo a la par.

—¿Tu amigo está bien? —preguntó Dong, preocupado.

—¿Jaehyun? Si, solo esta algo conmocionado —contestó distraído.

—¿Y el que recibió el disparo?

—Supongo que si, fue en el hombro. Al parecer no le dio en ningún órgano así que estará bien y él... —hizo una pausa larga frunciendo su ceño al recordar a Doyoung —En realidad no es mi amigo, es un viejo conocido que realmente pensé nunca volver a ver...

Winwin miró con confusión a su superior.

Y es que, Kun no es el único que quedo consternado. Johnny también quedó perplejo al ver como Jaehyun saltó al lago y sacó a Kim Doyoung. Si, aquel que fue vice-delegado en la secundaria además de haber ayudado a Jung a conocer a Lee. ¿Cómo podría olvidarlo si además, estudiaron como mínimo unos nueve años juntos?

Pero.

Pero.

Hay algo, como una pequeña espina hurgando una esquina de su corazón. Es algo mínimo pero que no puede ignorar por nada del mundo y es que, por primera vez en sus dos décadas de amistad con el coreano, Jaehyun le oculto un secreto. No le contó y nunca la habló nada sobre Doyoung. Él siempre lo hace, siempre cuenta todo lo que le pasa en el día a día. Hay veces que viene cansado, irritado pero el castaño lo obliga a escucharlo y a veces se aprovechaba de ello para pedirle que le de masajes mientras oye aquellos relatos.



Entonces...


¿Por qué Jaehyun nunca le contó de Doyoung?



¿Eso significa que es algo insignificante o... Realmente importante?


Mientras conduce se carcome la cabeza por completo, pensando en ese tonto castaño que le ha dejado con un mal sabor en la boca.
















Sentado en un banco esperando cualquier noticia que salga de algún doctor u enfermera que atiende a Doyoung. Jaehyun se encuentra ido, vacío, su cuerpo esta ahí junto a sus preocupados amigos pero su alma parece haberse ido al limbo por bastante rato.


Su mente en blanco, sin ser capaz de pensar ni siquiera en quien es él. Solo está ahí, esperando...


Se siente como una extraña lucha interna, una de la que no entiende y realmente le confunde. Siendo honesto, no le importa nada, solo quiere ver a Doyoung abrir los ojos y que le diga con su propia boca que esta bien. Si, eso necesita.


—¡Jung Yoonoh! —un repentino exclamo lo volvió a la realidad abruptamente, casi se siente como si le hubiesen dado un puñetazo en el rostro. Se gira confundido, desorientado y ve como viene corriendo su querida madre y detrás de ella los siguen sus dos hermanos menores.

Se levantó y dio unos pasos hacia ella, no fue suficiente más porque la mujer llegó a él y lo abrazo con fuerza, suspirando de alivio. Jaemin y Jisung, ambos se unen al abrazo.

—Sabía que no le pasaría nada —dijo Nana una vez alejándose de su hermano mayor, con confianza y feliz de haber tenido razón.

H-Hyung, u-usted está b-bien —es Jisung quien sollozo. Teniendo a penas trece años y siendo un Alfa, mas valiente es su hermano Omega.

Yejin toma el rostro del castaño entre sus palmas y lo acaricia. —Me alegro que estés bien, no sabías lo preocupada que estaba —se seco sus propias lágrimas con sus manos temblando de los nervios.


Jaehyun preocupado toma las manos de su madre entre las suyas.

—Madre, estoy bien. No te llamé fue porque no era necesario, ¿cómo es que estás aquí? —odia ver a su madre llorar, odia preocuparla. Cada lágrima que se desliza por la mejilla de ella se convierte en daga y lo apuñala al corazón.

—¿Realmente no pensaste en llamar a tu madre? —cuestionó Kun, siendo el único que habló entre el silencio.

Jung se gira a verlo con el ceño fruncido. —¿Fuiste tú?

—Claro, la Señora Jung tiene el derecho de saber dónde y cómo está su hijo. No puedes ocultarle un momento tan importante que pudo haber arremetido contra tu vida. No eres un héroe oculto por lo que, lo que guardes en tu interior nunca serás capaz de sacarlo porque simple y llanamente solo tu puedes sacarlo, no ocurrirá un extraño clímax de típico guión de serie que hará que tu madre y seres cercanos descubran lo que te sucede. No, por eso hay que usar la voz que nos fue brindada y así se evitará hasta malentendidos —contestó el Chino seguro de lo que hizo y de sus palabras. Y es que claro, en realidad, no está mal.

—¿Y por qué no llamaste a tu madre? —cuestionó entre dientes.

—Está en Taiwán y si preguntas por la de Johnny, esta en los Estados Unidos. Hay que aprovechar a la única madre que tenemos —se encogió de hombros desinteresado, como si de verdad el no tener a su madre y haberla tenido en escasos momentos, no le doliera.

—Vengan acá, mis niños —Yejin se acercó a Qian y le dio un fuerte abrazo cariñoso, algo que el Chino disfruto. Ellos son como su madre y hermano de otra sangre. —Ahora tú, mi grandote. ¿Estás bien? —se acercó al Americano y le abrazo de la misma manera, sin favoritismo. Luego miró a todos los demás y dio una reverencia por respeto.

—E-Él es D-Dong Sicheng —apresuró a presentar Kun ante la madre y en general ante todos. Jung y Seo lo miran con sorpresa, ya sabiendo lo alocado que queda su amigo por ese chino menor y es que, en realidad si pierde sus sentidos ya que al presentarlo, el nerviosismo e inseguridad fue obvio. Yejin le da una mirada de arriba a abajo al alto rubio —E-Él es amable y muy dulce, Señora Jung.

—Ohh... Ya veo —asintió con una radiante sonrisa que Kun no pudo descifrar con exactitud. —Espero que cuides bien de Kun —se acercó al menor y le extiende la mano. —Puede ser algo duro con sus palabras pero no lo hace con mala intención, ya pudiste ver lo aplicado que es con sus relaciones. Él te cuidara y siempre será honesto contigo.

Winwin se ruborizo y asintió tímido mientras toma la mano de la mujer.

—John-Hyung, ¿quieres hacer una apuesta? —se acercó Jaemin hacia el grandote, viéndose como una pequeña pulguita de cabellera rosa a su lado.

—No, gracias. No quiero volver a perder trescientos dólares —se cruzó de brazos y le dio la espalda al diablito con rostro de ángel. Su orgullo sigue herido.

—¿Y hay alguien herido con gravedad? —Yejin le preguntó a su hijo.

Jaehyun la mira vacilante. Vaya, no le ha contado a su madre de Doyoung y hace años le había jurado que olvidó a Taeyong.

—Kim Doyoung está en cirugía porque recibió una bala en el hombro y Lee Taeyong debe de estar teniendo alguna sutura —explicó Kun con facilidad y Jung casi lo quiere tirar por un barranco.

—¿Lee Taeyong? ¿Seguías en contacto con él? —ella miró preocupada a su hijo. A pesar de que ese Omega sea muy lindo, amable e inteligente, nunca le gustó el carácter que su hijo tomó en la secundaria cuando se entero que le gustaba el pelirosa. Podrán llamarla mala madre, pero sabe que lo mejor para su hijo es alejarse de aquel chico y realmente creyó que lo había hecho.

—Más o menos —vaciló en su respuesta.

—¿Cómo que "más o menos"?

—¿Y papá dónde está? —pregunto rápido, cambiando de tema.

—Fue a estacionar el auto, pero ya va, no me cambies de tema —le reto molesta. Iba a seguir cuando sintió el olor de su amado aproximarse y calló. Será para la próxima, pensó.

—Hijo —Jung Bin, un alto hombre de hombros anchos y gran porte, temible y respetado pero dulce con su familia o bueno, eso intenta. Es algo serio a comparación de su hijo mayor pero el amor que siente hacia su familia es innegable.

Jaehyun mira a su progenitor llegar a él y esboza una suave sonrisa. Ambos se dan un abrazo más unas palmadas en la espalda del mayor al menor. Al separarse, saludó a los amigos Alfas con un apretón de manos y al Omega rubio con un asentimiento de cabeza que fue respondido con una reverencia de 90°.

—Oh, ahí vienen —Johnny señaló por el pasillo.

Jaehyun se gira con ilusión esperando ver a Doyoung pero es Jungwoo y Yuta quien empuja la silla corrediza en donde se haya estando Taeyong. A pesar de no ser lo que se esperaba, sonrió agradecido de ver a su Hyung ahí sentado sin haber pasado a mayores.

Tae se sorprende al ver a la familia de Jung y como pudo, intentó hacer una reverencia sentado pero Yuta lo toma de los hombros.

—Tienes una herida en el abdomen, no puedes —le recordó.

—Hace años que no te veo, Taeyong. Realmente espero que te mejores pronto —se acercó Yejin viendo al muchacho, preocupada. —Lo harás, aún eres muy joven y sano.

—G-Gracias, eso espero... —bajo la vista apenado.

—¿Y ellos quienes son? —los señaló Jaemin a ambos desconocidos. —¿Por fin conseguiste nuevos amigos, Hyung? ¿Ya no eres una rata de biblioteca?

Jaehyun tenso sus dientes al escuchar a su hermano menor, casi lo toma de las orejas para jalarlo sin piedad pero sabe que es mejor cuando estén solos.

—Lee Jungwoo es un conocido y Yuta Nakamoto, él es... —no pensó que sería tan difícil decir aquellas palabras con su propia boca. Mira a Taeyong y nota como sus miradas chocan.

—Es mi novio —concluyó el pelirosa y corta el contacto visual con el castaño, dejándolo con un mal sabor en la boca.

—Que bueno, les deseo un largo tiempo juntos —les sonrió amable.

—Aprecio sus deseos —hizo la reverencia Yuta por los dos.

Un doctor salió con una carpeta —¿Familiares de Kim Doyoung?

—No tiene pero yo seré su representante —apresuró a decir Jaehyun.

—¿Quién es? ¿Su novio?

—Su amigo —corrigió.

El Médico terminó asintiendo y llevó a Jung a anotar sus datos en unos papeles y a pagar lo debido.

—El paciente ha despertado, ¿quiere entrar a verlo?

—Si, claro —asintió.

Después de avisarle a los demás que será el primero en entrar, lo hace.

Lo primero que ve son paredes blancas, una habitación casi vacía con solamente una cama en el centro, aparatos médicos para Doyoung —entre ellos el suero, el control del pulso y una máscara que le da aire— y un sofá con una mesa al lado.

Doyoung abre los ojos y lo primero que ve, es a Jaehyun. Maldijo en su interior puesto a que lo último que vio también fue a ese mismo. ¿Por qué nunca puede dejarlo en paz?

Hyung, ¿estás bien? —cuestionó preocupado el Alfa aproximándose a la cama, mira minuciosamente el rostro ajeno. Dándose cuenta de lo pálido que se encuentra, su expresión cansada y abatida. Nunca pensó que odiaría tanto ver en mal estado al Profesor.

—Eso creo... —respondió en un murmuro. Mira a su costado, específicamente al vendaje que cubre todo su hombro derecho, parte de su pecho y brazo, obviamente debajo de su bata azulada. —Al menos, ahora se como se siente una herida de bala.

—¿Cómo? ¿Te dolió mucho? Atraparon a esos malditos criminales así que todo estará bien, solo tienes que ir a dar un testimonio. Hay que hacer que se pudran en la cárcel esos malditos cabrones —fue hablando Jaehyun con rapidez, con un gran odio reprimido, rencor, eso siente —Ojalá hubiera podido llegar antes que la policía y haberlos molido a golpes, soy Médico y como uno digo que realmente necesitaban una cirugía en su rostro hechas con mis propias manos —miró sus puños apretados, deseando.

—Veo que estas muy molesto —suspiro con desgano —¿Qué tanto lastimaron a Taeyong-hyung?

—¿Y por qué preguntas por él con este estado? —el castaño lo miró perplejo —por suerte Tae-Hyung no está grave pero tu, estuviste a punto de irte de mi lado, otra vez.

Doyoung quedó pasmado ante aquellas palabras. Ve con confusión el como Jaehyun lo mira, con un verdadero dolor, con una extraña añoranza. Incluso lo siente en su aroma, está triste es por él, mucho más que por Taeyong y aquello, le dio esperanza.

Jung toma la mano más pequeña y delgada que la suya y le da un apretón. Lee quedó consternado más aún con su corazón latiendo de forma feroz, quiso detener al Alfa al darse cuenta que alguien está entrando a la habitación pero no fue capaz o tal vez, inconscientemente no quiso detenerlo, quiere que él hable.

—Eres una persona especial para mí, de verdad. No sé lo que hubiera hecho si te hubiese perdido. Te pido de corazón que antes de que te pongas en peligro, aunque te moleste, piensa en mi y no te sacrifiques por nada ni nadie, llámame y yo lo haré —sus palabras, suaves acariciando el corazón de Doyoung.

Pero no sabe si aquello está bien, en realidad, si debe de estarlo porque ellos son los verdaderos predestinados, Jaehyun debe de luchar por él, ver por él y hacer todo para él, no para otra persona. Incluso, Jung no debería de sentir nada por aquel Omega pelirosa que justo fue quien entró a la habitación, logrando escuchar todo lo que dijo.

—¿Interrumpimos algo? —preguntó Yuta en un carraspeo —¿Quieren que volvamos o algo?

Jaehyun se sobresaltó y mira hacia atrás con la primera pregunta del japonés, el cual ingreso a la habitación empujando la silla de ruedas del pelirosa.


—N-No... No, no, pasen —apresuró a decir con repentino nerviosismo el castaño, soltando la mano de Doyoung y alejándose de él.



Kim casi rueda los ojos irónico. Ojalá pudiera romper su lazo para así por fin dejar de ilusionarse en vano.



Porque para Jaehyun, Taeyong es primero aún cuando no debería de ser así.



O bueno, eso es en la perspectiva de Doyoung porque el egresado pelirosa, los miró con sospecha.





















¿Ya habían sospechado sobre los sentimientos de Johnny?
¿Él causará algún problema a futuro?
¿Qué creen que pase por la mente de Taeyong?
¿Y Jaehyun por fin, después de años está sintiendo algo por Doyoung?

No los hice esperar mucho jsjsjs. Espero que hayan disfrutado el capítulo.
En el próximo capítulo aparecerán dos nuevos personajes. Uno es Ten (he atrasado mucho su aparición :/) y el otro ¿lograrán adivinar quién es? No está en el apartado de "Personajes" pero pronto lo anexaré.

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