JunMyeon apenas pudo reprimir un suspiro de alivio al ver que Irene había entrado en la tienda y ya no profería insultos desde el porche.

—¿Qué es eso de que la casa está encantada? —preguntó Kyungsoo con claro interés.

JunMyeon buscó a jeongyeon con la mirada y vio que la niña se había reunido con su padre y con Chanyeol. Podía hablar libremente sin asustar a la pequeña.

—Se trata del órgano del salón — susurro JunMyeon.

—¿Qué le pasa? —insistió Kyungsoo.

—A veces suena solo. —dijo JunMyeon con miedo.

Kyungsoo se llevó el pañuelo a los labios y tosió con suavidad.

—¿Ah, sí? —consiguió decir, incapaz de contener la risa.

—No tiene gracia, Kyungsoo. —le aseguró JunMyeon—. Yo lo he oído y casi me muero del susto. Leeteuk e Irene tuvieron que pasar la noche a causa de la tormenta. El órgano empezó a sonar y los Lee se levantaron y se fueron.

Kyungsoo se cubrió la cara con el delantal y se dejó caer en la mecedora. Los hombros le temblaban de la risa. Cuando se apartó la prenda de la cara, vio la expresión de JunMyeon y volvió a reír a carcajada limpia.

—Supongo que SeHun no ha tenido tiempo de apartarlo de la ventana. —dijo mientras se secaba las lágrimas de tanta risa.

—¿Así es como sale el fantasma? —preguntó JunMyeon en voz baja.

Su pregunta desencadenó un nuevo ataque de risa.

—No te preocupes por ese órgano. —le dijo Kyungsoo sonriendo por la inocencia de JunMyeon—. La próxima vez que vaya a verte, le haré el exorcismo a ese fantasma y no tendrás más problemas con él myonie. —Kyungsoo se secó otra lágrima y le dio una palmadita a JunMyeon en el hombro—. Ahora, acompáñame y te enseñaré tu habitación. La compartirás con jeongyeon. Pensé que no te importaría.

—jeongyeon y yo estamos acostumbrados a compartir. —lo tranquilizó JunMyeon mientras subían las escaleras.

—Cuando te hayas instalado y aseado, cenaremos algo y veremos si podemos encontrarte un vestido apropiado para el baile de otoño. —Kyungsoo siguió andando por el pasillo, pero JunMyeon se paró en seco.

—No puedo ir a ningún baile y menos con un vestido, soy un hombre. —JunMyeon trató de controlar el temblor de su voz—. Además, con Irene en la ciudad, no quiero pensar en lo que esa mujer puede decir de mí.

—Haber JunMyeon, eres omega así que, que seas hombre no impide que uses los vestidos, no sean tan obsoleto como los humanos. — regaño Kyungsoo con una sonrisa—. Y en cuanto a Irene ella se morderá la lengua. —le dijo con malicia— Además, es un baile de máscaras, así que nadie adivinará quién eres hasta el final de la fiesta, y para entonces, si quieres podrás volver a casa.

El rostro de JunMyeon se iluminó y su lobo se agitó de alegría y excitación. Por supuesto que quería vestirse de fiesta e ir a un baile. Quería ponerse bonito para SeHun y ver la aprobación en sus ojos, aunque solo fuera por un momento.

—¡Un baile de máscaras! —repitió JunMyeon—. ¡Qué idea más maravillosa!

—Gracias. —Kyungsoo se enorgulleció visiblemente—. Fue idea mía y pensé que era realmente buena.

JunMyeon seguía sonriendo para sí mientras vertía agua de una jarra en la palangana. Su corazón no se había sentido tan alegre desde antes de la muerte de su padre y nunca se había tan unido a su lobo por esta decisión. Iría de incógnito a una fiesta. ¡Una fiesta! Saboreó la palabra. Si el resto del tiempo no salía de la casa de los Park, no habría ningún problema. De nuevo sonrió para sí y susurró:

—Esta vez nada puede salir mal. —murmuro y pudo sentir como su lobo confirmaba y lo animaba.

El vestido era del color de los arándanos, intenso y vibrante. Kyungsoo revoloteaba en torno a JunMyeon metiendo tela, sacando, hablando sin parar a pesar de que tenía la boca llena de alfileres.

—No es que Seulgi se casara por debajo de su posición. —declaró Kyungsoo mientras hundía un alfiler en la tela—. SeHun viene de buena familia. Es un hombre muy trabajador y se ha construido una casa para él y su familia. Pero Seulgi era una chica de ciudad. Cuando se casó con SeHun no solo podía ver una vida cómoda sino también alto estatus, porque cuando SeHun se presentó como alfa logro demostrar su actitud y poder de líder, todos creían que SeHun sería el próximo líder del clan Gayan, pero la cosa no paso porque SeHun sentía que eso no era lo que quería así que desistió y se fue al campo, y Seulgi no se adaptó fácilmente a la vida solitaria y a veces temible de la frontera.

JunMyeon escuchaba sin atreverse ni siquiera a respirar por temor a que el omega dejara de hablar. Aunque al ritmo al que lo hacía, no parecía muy probable. Aunque su lobo no pudo evitar paniquearse al saber que su alfa era el alfa más fuerte y eso lo llenaba de regocijo, tanto que quería correr hasta SeHun para dejarse cuidar.

—Luego nació jeongyeon. — añadió Kyungsoo—. Supongo que Seulgi no estaba hecha para ser madre, pero aguantó durante mucho tiempo antes de que nos diéramos cuenta de que realmente no tenía mucho interés en jeongyeon. Por supuesto, dudo que la niña llegue a ser una belleza, pero tiene muy buenas cualidades, que harían que cualquiera pasara por alto esas desafortunadas orejas.

Kyunsoo movió la cabeza y JunMyeon se preguntó si había algún problema con el vestido o eran los recuerdos que estaba evocando con su soliloquio.

—No se puede decir que fuera una situación natural cuando lo primero que hizo la madre al ver a su hija recién nacida fue reír en voz alta. «Quítale esas cosas de la cabeza» —Kyungsoo imito una voz femenina con rencor—. Y tiró de una de las orejas del bebé. La pobre niña no sabía lo que pasaba y lloró con todas sus fuerzas. Seulgi estaba arrepentida, pero no volvió a mirar a la niña a no ser que jeongyeon llevara puesta una toca. Es más, hizo correr el rumor de que su hija padecía de intensos dolores de oído y tenía que llevar siempre tapadas las orejas.

Kyunsoo dio un paso atrás para contemplar el resultado de sus esfuerzos y, finalmente, se proclamó satisfecho.

—Voy a comprar lazo rosa para el adorno. —dijo mientras se ponía de pie—. Con eso quedará perfecto. ¿Quieres acompañarme?

JunMyeon contempló tristemente la calle principal. Ansiaba poder salir, pero las miradas que provocaría le hicieron cambiar de idea.

—No, me quedaré aquí. —anuncio JunMyeon sonriendo falsamente.

Como Kyungsoo comprendía su reserva a aparecer en público, no intentó persuadir a JunMyeon y salió a paso rápido por la puerta.

JunMyeon se quitó el precioso vestido y lo colgó con cuidado en el armario. Mientras se colocaba los pantalones y la camisa de diario, oyó los sonidos de los niños que jugaban junto a la casa y se sentó en el alféizar de la ventana para disfrutar de un momento de relajación. Su habitación del segundo piso daba a un árbol enorme y viejo, y abrió la ventana para disfrutar de la belleza del otoño.

Hasta aquel momento, todo había transcurrido felizmente. El médico había dicho que no podía hacer nada por el brazo de SeHun y que el uso diario le haría recuperar fuerza en la mano. Jeongyeon había trabado amistad con algunos de los niños de la ciudad y había desayunado a toda prisa para salir a jugar con ellos.

JunMyeon cerró los ojos y se dejó arrastrar por la ensoñación sobre el baile que tendría lugar aquella noche. Fue el cambio en el tono de voz de los niños lo que captó su atención.

Los chillidos y las risas del juego cambiaron al tono ronco de las burlas. La voz de jeongyeon se elevó como un gemido aterrador.

—¡No! ¡No! No me quitéis la toca. ¡por favor! No la toquen. —suplico la niña aterrorizada.

Eso hizo que JunMyeon y su lobo se supieran en defensa, y sacó los pies por la ventana y se deslizó por una rama del árbol, como Jimin y él habían hecho de niños mientras jugaban en las escaleras de los humanos. Se dejó caer al suelo y aterrizó en el centro del grupo de niños, asustándolos.

—¡Es el omega asesino! —gritó uno de los chicos, soltando la toca de jeongyeon—. ¡Que no me atrape!

Dio media vuelta y salió corriendo, con los demás niños detrás.

Un momento después, JunMyeon y jeongyeon se habían quedado solos en el jardín.

Jeongyeon enterró el rostro en las piernas de JunMyeon llorando.

—Iban a quitarme la toca JunMyeon. —gimió—. Iban a verme las orejas y yo no quiero. —sollozó al decir la última palabra, como la maldición que sus orejas habían demostrado ser.

A JunMyeon aquello lo destrozo y su lobo gruño tratando de ir detrás de los niños para hacerlos pagar por hacer llorar a su niña, calmando toda la ola de enojo JunMyeon la abrazó con fuerza para darle seguridad.

—Pero no te han quitado la toca ni te han visto las orejas. —la tranquilizo JunMyeon acariciándole las mejillas rojas por el llanto—. Ahora entra otra vez en la casa y te daré un poco de pan con mermelada.

La pequeña se sorbió las lágrimas, un poco aplacada al ver que iba a recibir un premio pese a las burlas de los niños de la ciudad.

JunMyeon la condujo al interior de la casa, esperando que la niña le preguntara por qué lo habían llamado asesino. Pero al parecer, jeongyeon no había oído la acusación.

Sin embargo, JunMyeon lo había oído y las palabras se habían quedado grabadas en su alma. A veces le parecía que la horca habría sido una alternativa mejor. Cualquier cosa con tal de no vivir con la injusta carga de ser considerado un criminal.

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Regresee, avance mas este fic asi que habra doble cap. y al fin gentee al fin intimidad subio de estar en el #358 a estar en #78 seho y #47hunho, intimidad fue escrita en paralelo con novio perfecto pero no se porque solo novio perfecto subio a estar dentro del top 10 desde antes. bueno gracias