Después de consumir la comida y aclamar el pudín de ciruelas flameado, todos se relajaron en tomo a la mesa.

JunMyeon había entregado a los Park unas servilletas de hilo fino que había bordado con la letra Oh. JunMyeon bostezó con la euforia propia de la Navidad, cuando se tiene el estómago y el corazón llenos y la casa rebosa de risas y amor.

—Quizás deberíamos cantar villancicos. —sugirió Kyungsoo—. Yo tocaré el órgano, a no ser que JunMyeon quiera hacerlo. —sonrió—. Como hijo de un maestro, supongo que te habrán instruido en música.

JunMyeon se quedó helado. Miró el instrumento como si fuese una bestia aterradora.

—Sí, sé tocarlo, pero ese no. —luego cambió rápidamente de tema—. No sabía que supieras tocar el órgano Kyungsoo.

—El órgano perteneció a Kyungsoo antes de que yo se lo comprara a Seulgi. —reveló SeHun—. Kyungsoo no tenía sitio donde ponerlo en su casa y Seulgi siempre estaba diciendo que se aburría y que no tenía nada que hacer. —de repente, se volvió a Kyungsoo—. ¿No quemas llevártelo? No creo que a JunMyeon le interese y yo, desde luego, no lo necesito.

—Tal vez JunMyeon quiera enseñarle a jeongyeon a tocar. —sugirió Kyungsoo, olvidando su acostumbrada sensibilidad. Sólo con mirar a JunMyeon habría adivinado que no tenía intención de acercarse al órgano, y mucho menos de enseñarle a jeongyeon a tocar—. Si quieres que el órgano guarde silencio durante las tormentas, tendrás que apartarlo de la ventana. —puntualizo con rotundidad Kyungsoo.

—¿Qué quieres decir? — SeHun se inclinó hacia delante, interesado.

—Te dije cuando lo compraste que no lo pusieras en un lugar donde hubiese corriente, y esa ventana tiene una rendija tan grande que hasta un gato podría pasar por ahí. Cuando el viento sopla del este va directamente a los fuelles y eso es lo que hace la música... aire en los fuelles

—¿Entonces no era un fantasma? —JunMyeon casi se atragantó con las palabras.

—Era el viento JunMyeon. —lo tranquilizo Kyungsoo—. Ya lo ha hecho antes y lo hará más veces si no tienes cuidado. Pónganlo junto al aparador y no volverá decir ni pío. Te lo garantizo.

—¿Entonces fue el viento lo que... lo que hizo que Irene y Leeteuk salieran en estampida en mitad de la noche? —cuestionó JunMyeon aun con dudas.

—Eso fue. —afirmó Kyungsoo mientras los demás prorrumpían en carcajadas—. El viento, nada más.

Durante la semana siguiente, la risa y la felicidad remaron en la casa de los Oh. Los vecinos pasaban a saludarlos de camino a otras granjas en aquellas fechas navideñas. Todos saludaban a JunMyeon con educación, a SeHun efusivamente y a jeongyeon con la boca abierta.

—De verdad, SeHun, creo que si una persona más le dice a jeongyeon lo bonita que está se le subirá a la cabeza. —le confió JunMyeon.

—Pero está bonita. —SeHun defendió a su hija—. Además, no me importa si se le sube a la cabeza. Se merece ser bonita y saberlo. Si se vuelve demasiado presumida, dejaremos de rizarle el pelo durante un par de días y lo superará enseguida.

—Eso sería cruel. —protestó Kyungsoo, que estaba pelando manzanas en la mesa.

—La vida es cruel. Cuando menos lo esperas, se te viene el mundo abajo. —repuso SeHun con actitud filosófica.

—Y entonces, ¿qué haces? —preguntó Kyungsoo con una sonrisa, como si ya conociera la respuesta. SeHun se encogió de hombros.

—Te levantas y empiezas de nuevo. —afirmo.

—Y eso es precisamente lo que la pequeña jeongyeon piensa hacer. —les dijo Chanyeol—. Por si no se habían dado cuenta, está probando a rizarle el pelo a su muñeca. Si JunMyeon deja de peinarla, se rizará el pelo ella misma.

Kyungsoo movió la cabeza.

—No es fácil ponerse las tiras en el pelo. Si lo intenta, enseguida se dará cuenta de lo mucho que necesita a JunMyeon.

JunMyeon se sonrojó con timidez y se alejó rápidamente con la excusa de vigilar la comida que estaba haciendo. Estaba inclinado sobre las ollas humeantes cuando SeHun dijo en voz baja:

—Los dos lo necesitamos. Y mucho.

Park Chanyeol arrugó la frente con consternación, porque temía que la situación entre SeHun y JunMyeon se les fuera muy pronto de las manos.

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Los Park se fueron el último día del año. Visitarían a los Jeon y celebrarían con ellos la llegada del Año Nuevo.

—Ojalá pudierais venir. —les dijo Kyungsoo—. Sé que seríais bien recibidos.

SeHun movió la cabeza.

—Lo mismo pensamos cuando fuimos a la cuidad este otoño y no resultó. No

estoy dispuesto a someter a mí familia a esos malos momentos, estamos bien los tres solos.

Kyungsoo sabía que no debía insistir. Le dio a JunMyeon un beso de despedida y otro pequeño abrazo.

—Ven a la ciudad si hay algún problema, ¿me oyes? —dijo Kyungsoo seriamente.

JunMyeon se paró en seco. ¿A qué se refería Kyungsoo? ¿Habría oído los rumores que Jimmy había mencionado?

—¿Qué quieres decir? —preguntó JunMyeon casi en un murmullo.

—Quiere decir que no deberías haber cuidado a SeHun y la granja tú solo. Si vuelve a ocurrir algo parecido, háznoslo saber y nos encargaremos de que reciban ayuda. —contestó Chanyeol por su esposo. Sin darle tiempo más que para darle un abrazo a JunMyeon y un beso a SeHun en la mejilla, condujo a Kyungsoo hacia la puerta.

Ya casi estaban fuera de su vista cuando Kyungsoo se volvió hacia su marido.

—¿Por qué no me dejaste que le advirtiera de que hay rumores de un levantamiento humano? Deberían estar alerta. —reprocho Kyungsoo.

—Le he contado a SeHun todo lo que sé, que es más bien poco. —lo tranquilizó Chanyeol—. No hay motivos para preocupar a JunMyeon. Ya tiene bastante con lo que se le avecina. —su mirada estaba cargada de significado al volverse hacia su esposo.

Kyungsoo comprendió lo que quería decir y movió la cabeza.

—tienes razón, me temo que esos dos van a meterse en un gran lío. —susurro Kyungsoo mirando la casa de su amigo.

—¿Te ha dicho algo JunMyeon? —preguntó enseguida Chanyeol.

—Más bien es lo que no me ha dicho lo que me preocupa. Eso y el hecho de que SeHun no lo pierde de vista cuando está con JunMyeon. Y JunMyeon lo mismo. Piensa que es el alfa más maravilloso que luna haya creado jamás. —se quitó los copos de nieve de la cara y se cubrió aún más con la bufanda.

—¿Cómo lo sabes? —inquirió Chanyeol con aspereza.

—Porque yo pienso lo mismo de ti. —Kyungsoo le dio unas palmaditas a su marido, que sostenía las riendas—. Es obvio que JunMyeon es la pareja destinada de SeHun y por lo que veo ambos ya se dieron cuenta Chanyeol. No creo que podamos separarlos y dudo mucho que SeHun nos lo permita siquiera, ya desde antes a sido el alfa más fuerte y ahora con su mate encontrado será una bestia implacable si alguien intenta alejarlo.

Chanyeol hostigó a los caballos.

—Cuando el juez dictó sentencia pensé que era lo mejor para las dos partes implicadas. Nunca se me ocurrió pensar que estábamos dejando a un omega bonito al alcance de un alfa atractivo, que digo, unimos a dos lobos destinados por la luna a amarse eternamente sin pensarlo, la luna tiene una rara manía de mover los hilos del destino. —suspiro Chanyeol, en parte estaba muy feliz porque su amigo encontrara al fin su mate—. Me parece que la sentencia del juez, aunque piadosa, es imposible de llevarse a efecto. La próxima vez que el juez Siwon se pase por la ciudad, hablaré con él. Alejarlos significa la muerte inmediata para ambos y si matan a JunMyeon igual SeHun morirá a pocos días, según el mito ningún alfa soporta tantos días sin su mate, el dolor lo consumirá y será jeongyeon quien sufra la muerte de su padre. Estoy seguro de que el juez entenderá que el amor surgido entre SeHun y JunMyeon no fue premeditado, nadie puede resistirse al vinculo que ya existe entre los lobos destinados.

Kyungsoo asintió y se recostó en su asiento.

—Pues prepárate para hablar alto y claro.

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Si quieren alguna actualizacion de otros fics diganmelo,  para ponerme a trabajar porque si no me dicen siento que no les interesa. A por cierto ahora que tenemos fotos de sehun con ropa antigua me pondre a hacer la adaptacion de,l secreto de junmyeon, pero es una adaptacion algo complicada, me da miedo que wattpad nos la elimine cuenta y todo. Porque hasta el pdf no se puede resaltar ni copiar, esta con mucha seguridad.