Girasoles...

—YoonGi

Murmuró para sí mismo a la hora de despertar, cuando observó hacia la mesita a su lado y pudo apreciar aquel hermoso ramo de flores nuevo. Solo una persona le había regalado girasoles en su vida, aún no entiende la obsesión del mayor con él y el color amarillo, pero suponía que es por su cabello.

Aunque esta vez, también habían rosas blancas, casi jura que podía notar brillar aquella hermosa combinación de colores. Como una hermosa obra de arte que no tiene más que pigmentos del blanco al amarillo, claro, con todos sus curiosos derivados siendo también participes.

Le daba algo de tristeza, porque el mayor no estaba ahí, tampoco su olor, así que suponía que había llegado muy temprano, muy tarde o simplemente había mandado las flores con una de las enfermeras.

Aunque debe admitir, que ese pequeño gesto lo hizo sentir mejor, más calidez, la habitación ya no se sentía tan fría.

—Mimi -Reconocería esa voz donde fuera- ¿Cómo te sientes hoy? Lamento no haber podido venir ayer. Pero supe que Nam Hyung sí tuvo tiempo.

Aquel Omega de cabello azul se acercó para abrazar al rubio y dejar su aroma impregnado en él. A JiMin le gustaba, sentía que Tae era su alma gemela de otra vida, así que el hecho de que lo estuviese cuidando solo lo confirmaba y hacer sentir mejor.

-Estoy bien Tete. Solo veía las flores que YoonGi Hyung dejó para mí. -volvió su mirada a estas pero luego la dirigió a su amigo- Creo que lo que avanzamos se echó a perder por mi culpa.

Bajó su cabeza triste y avergonzado, así lo sentía, esas semanas siendo indirectamente cortejado por el mayor fue lo mejor. Porque vamos, no era idiota, ningún amigo o aspirante a conocido regala flores solo porque sí. YoonGi nunca faltaba a sus reuniones y de vez en cuando se daban uno que otro beso o cariño. Eso de ninguna manera era querer ser solamente amigos.

-En parte si, no voy a mentirte. Es tu culpa por ser tan cabeza dura... Pero te entiendo. Lo que sufres no es aceptable, Mimi. -Acarició el suave rostro ajeno haciendo que el mayor cierre los ojos ante el cariño- Aunque no sé porqué ese alfa torpe te trae flores y no quiere hablarte. Bien, Hoseok me dijo que discutieron, pero eso no es suficiente razón.

Se acomodó en el lado de la camilla que sobraba, pronto darían de alta a JiMin. No estaba realmente enfermo, solo tenían que culminar las pruebas generales que le hacían y luego dar seguimiento a su recuperación.

Abrazó el cuerpo más pequeño mientras se perdía en el rico aroma a Miel y Cítricos que ahora resultaba más fuerte que días anteriores. Al parecer JiMin y su lobo estaban mejorando.

-Llegué~ -La puerta fue abierta por cierto alfa y eso fue suficiente para que TaeHyung se alarme- Oh, no me mires así, lindura. Algún día tú y yo viviremos juntos y llegaré siempre a nuestro cuarto de esta forma.

El de cabello azul giró los ojos bastante irritado con con la presencia del menor. Joder, era bastante asfixiante.

—Creí que te había perdido hace como cuatro cuadras. Eres imposible.

El menor mueve sus cejas se arriba hacia abajo ignorando la presencia de JiMin y se acerca hasta Kim, bastante cerca.

-Lo hubieses hecho, pero se te olvida que una, sé que obviamente vendrías a ver a JiMin y dos, tarde o temprano tendremos que volver a vernos. ¿Porqué intentar desaparecer?

Tomó asiento en el sofá de espera, adoraba molestar al mayor y lindo Omega. Aunque en secreto, sus suspiros sí eran solamente por el chico que evidentemente no quería saber nada de él. Un pequeño precio que pagar antes de la conquista.

Detalles, detalles.

-Un segundo sin ti es un segundo. El tiempo vale la pena por más mínimo que sea.

El alfa chasqueó la lengua y solamente observa a JiMin que era un espectador de las locuras de siempre.

-Minnie, espero que estés bien. -Se acercó hasta besarle la frente como saludo- Lo lamento, pero vi a TaeHyung y no podía desaprovechar. Sabes que también te quiero mucho~

El mayor de los tres niega riendo, ¿Terminarían esos dos juntos? No sabe, pues aunque quiera afirmarlo, TaeHyung no va ha dicho que tiene pareja y a juzgar por la relación que llevaba con Hoseok, puede ser un candidato potencial.

-Ya, deja a Tete, solo harás que te odie. -Arrugó su nariz de forma tierna ganándose una pequeña sonrisa de los ama jóvenes- Además, cuando quieres conquistar a alguien le das lindos regalos.

Afirmó muy seguro de lo que decía. No se refería a regalos materiales o costosos. Pero habían detalles bonitos que cualquiera podría costear ¿Qué costaba escribir una carta? Incluso recogiendo flores de un jardín se puede enamorar a alguien.

-Ni lo pienses, Mimi. Lo que menos quiero es un conejo acosador detrás de mí. Asi que no, no es una posibilidad, JungKook.

El menor ignoró aquel doloroso comentario y lo escondió con una sonrisa coqueta.

-¿Como los regalos que te da Hyung? Esos girasoles no llegaron solos aquí. -Señala con picardía y bate sus pestañas rápidamente en el proceso- ¿Cuando empezarán formalmente el cortejo? No es el mejor momento para preguntar, pero parecen una pareja real.

La sonrisa del mayor vaciló y Kim le dedicó una mirada de muerte al Alfa. Bueno, JungKook tampoco era adivino para saber lo que sucedía. Pero mínimo tendría que ponerse filtro en esa boca. No todo lo que se piensa se dice.

-No importa en este momento. -Cortó la conversación de raíz. Se estaba volviendo incómoda. Necesitaba cambiar eso- He estado reuniendo todos los apuntes que necesitas para las clases. Es una suerte que tengamos bastantes juntos, pero otras no sé, tendrás que pedirlas particularmente al profesor encargado.

JiMin agradeció mucho el hecho de que TaeHyung tenis varias clases con él. De lo que se arrepentía es de no haberle hablado antes. Era una de las personas de corazón más puro que conocía.

-Te lo agradezco. Yo resolveré lo demás.

Sabe que el tiempo pasaría algo lento, y agradecía que fuesen a visitarlo, era como un bálsamo para su corazón.

-JiMin, Tae, Kook, es un placer verlos.

Todo quedó en silencio de pronto. Bueno, no exactamente, porque Kim había sonreído bastante antes de correr a abrazar al recién llegado.

-Hobi~

Pudo notar la mirada de Jeon desviarse, todo se sentía tan pesado, la tensión casi podía palparse y observarse en frente.

Pero el alfa pálido solo mordió el interior de su mejilla. Un hábito que había adquirido cuando estaba celoso, y claro que lo estaba en ese momento, porque el lindo Omega de cabello azul solamente sonreía y se aferraba al cuerpo ajeno.

¿Se había perdido de algo?