•Diez•
Aún recuerda esa intensa mirada gatuna sobre su figura. Como esos ojos rasgados parecían querer examinarlo de pies a cabeza, no fue una buena ocasión, para cuando YoonGi lo viera, JiMin quería estar al menos presentable.
En su lugar, lo encontró con un pijama que anteriormente había sido de su padre ChanYeol, con los ojos hinchados de tanto llorar, y su desordenado cabello apuntando a todos los lugares. Por primera vez, pudo decir que le dio verdadera vergüenza que lo vean en aquel estado.
Es que siempre compartía esa imagen con sus padres, quienes nunca lo juzgarían Por algo así. Pero que lo vea el pálido ya es otro nivel.
Luego de haberle dicho que se haría cargo, simplemente se fue sin decir más, y el rubio tampoco lo detuvo, porque cuando lo tenía en frente, sentía que algo tan básico como saber respirar dejaba de funcionar para él.
Por eso mismo se encontraba viendo su plato de cena con ningún ánimo de consumirlo, la mirada de su padre Omega era preocupada. Porque ese día se había esmerado en hacer un menú bastante variado para su bebé, incluso se tomó el tiempo de pasar por una repostería y comprarle esos deliciosos pastelillos de vainilla que le gustaban tanto. Pero nada.
-Minnie, ¿Estás bien? Me siento algo preocupado por ti.
La dulzura en la voz del Omega lo hizo sentir culpable, lo último que queria era causarle algún problema.
Así que le regaló una pequeña sonrisa apenada y negó llevando una porción a sus gruesos labios.
-Estoy bien -Aseguró una vez que la comida había abandonado su boca- solo algo cansado. Supongo que es por mi rutina de cada día. Bueno, la verdad iré a dormir temprano.
Se encogió de hombros sin notar la mirada que se daban ambos padres. Pero no dijeron nada, en algún punto, su lindo omeguita les diría que le sucede. Ambos lo saben, quizás JiMin era algo testarudo, pero también era muy sentimentales, y una vez que llegue a su límite, solamente querrá un consuelo en base a mimos y palabras bonitas. Cosa que no le negarían, pues ese lindo rubio era su príncipe, era al amor de ambos. Desde el primer momentos que lo vieron sabían que así sería siempre.
-Bien, cariño. Mañana Chan y yo tendremos que irnos algo temprano al trabajo, dejaré listo el desayuno. Suerte en tu día.
Una vez acabada la cena. Solamente bastó recoger todo el ir a acostarse. Su celular no había dejado de vibrar, así que lo había dejado en "no molestar" para poder tener algo de paz mental.
Pero al caer en su jodida cama, la curiosidad picó, ¿Qué tal si JungKook le avisaba dónde estaba? No había sabido del torpe alfa en todo ese tiempo y comenzaba a preocuparse. Si se metía en problemas realmente le metería un regaño.
Por eso encendió el aparato viendo los chats que merecían atención, los que sobraban eran solo números desconocidos que le hablaban de una u otra cosa respecto a las publicaciones.
No le interesaba.
Pero más reciente, vio un mensaje extraño. Simplemente estaba lo que parecía ser una lista enumerada de cosas. No perdía nada con intentar averiguar qué era.
Asi que dejó de lado su intención principal y entró a la conversación que de inmediato identificó, pues el listado frente a sus ojos chocolate eran las cosas que cambiarán en su rutina y dieta. Además de varias órdenes.
Era YoonGi.
No sabe porqué le seguía inquietando tanto la presencia de ese alfa. Pero aún así ahí estaba. Tratando de no responder demasiado cortante al mensaje anterior.
Luego su labio fue mordido con algo de violencia, había una hora de reunión. Aparentemente el pálido lo pasaría a buscar por la casa.
El problema allí, era que JiMin no quería salir. En sus planes estaba quedarse haciendo nada en laa cuatro paredes de su habitación, no pensó en ningún instante que debería volver al infierno.
Estaba desesperado y sus manos dudaban frío. Eran dos decisiones difíciles para él.
Por un lado, podía aceptar, ir a la universidad donde recibiría burlas y seguramente no lo dejarían de acosar en el día completo si es que aguantaba tantas horas.
Por el otro lado, podía negarse, pero eso era romper la única regla indirecta que le había pedido el pálido, No defraudarlo.
YoonGi le dejó en claro que no tenía tiempo para entrenarlo, pero aún así, había buscado ayuda de terceros para poder hacerlo y limpio su agenda para seguir él personalmente. No podía simplemente decirle que renunciaba a los entrenamientos. Eso era ser demasiado cobarde.
Agregó de manera rápida el contacto mientras sus dedos temblaban. Aún así, no perdió mi un segundo antes de presionar el botón de llamada, sería silencio, sus padres estaban durmiendo.
-¿Park? Estas no son horas de llamar. Te escribí todo claramente, no puedo creer que tengas preguntas al respecto.
Bien, puede que las cosas sean aún más complicadas de lo que pensó.
-Hyung... Seré franco. No quiero ir mañana a la universidad, quizás usted no ha visto como me han viralisado, pero soy hazme reír de todos. -Se quedó callado unos momentos y como no escuchó respuesta siguió hablando- Aprecio que quiera ayudarme, no tengo valor de darle la cara luego de esto, sin embargo, no puedo, simplemente no podré aguantar lo de hoy.
Su voz vaciló ante aquella cruda declaración, las últimas publicaciones eran de personas desconocidas que tenían fotos de él llorando y corriendo, algunas las habían usado para burla, otras ni siquiera quería recordar.
-¿Esa es toda tu queja? Bien, si ya dejaste el sentimentalismo te diré algo. Seré tan Franco cómo tú. -Suspiró del otro lado de la línea antes de seguir- Vi las publicaciones, no sé si recuerdas, pero también estudio en ese lugar. Además, el idiota de JungKook me lo hizo saber. Ahora bien, como dije antes, yo me encargaré de ti. No soy un santo, Park JiMin, pero también odio como esto se ha vuelto una absurda controversia. Por esa razón voy a acompañarte a la llegada, ya resolveré mañana con los demás qué haremos para disminuir el acoso. Ahora bien, eso va por mi parte, a ti te toca levantar tu trasero de esa jodida cama al amanecer, ponerte ropa cómoda y esperarme a primera hora, porque si yo estoy levantándome temprano y planificando parte de tu vida, mínimo pon el esfuerzo de agradecerme de esa manera.
Quería quejarse por aquel mandato, sin embargo, tenía razón, el alfa tenía tanta razón que su pecho dolió al tomar en cuenta tantas cosas.
-Jodida Mierda, deja de lamentarte. Escucha, nadie va a creer que eres atractivo hasta que tú te veas así. No te servirá este entrenamiento y tiempo si sigues pensando que eres una bola de grasa. De ahora en adelante, vamos a subir esa autoestima tuya, será un nuevo propósito, y te advierto, rubio. Cuando yo quiero algo, lo consigo.
La llamada se cortó dejando al menor con las palabras en la boca, con un presentimiento que lo dejaba confundido y con más preguntas que respuestas.
YoonGi era alguien bastante extraño, aterrador, pero sabe que aquello no era con todos. Porque lo había visto interactuar con personas cercanas y notó que podía ser más que afectivo.
Justo por eso estaba descolocado, parece que ese alfa mandón y de boca vulgar solamente sabía darle órdenes.
Bufó ante el pensamiento y trató de alejar las preocupaciones de ese día. De igual manera al día siguiente volverían.
Asi que se acomodó mejor viendo la luna desde su ventana y pidiendo silenciosamente que todo mejore.
¿Qué tan lejos estaría YoonGi dispuesto a llegaría para hacer que JiMin cambie?
Puede que mucho...
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