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Capitulo 8: Revelación

El sol descendía lentamente, cubriendo el prado con una luz dorada que suavemente acariciaba el paisaje. En medio de ese campo, un grupo de niños jugaba a las atrapadas, sus risas resonando en el aire, llenas de inocencia. Desde lejos, cualquiera podría haberlos confundido con los típicos niños de cualquier vecindario, pero aquella escena estaba muy lejos de la normalidad. Detrás de ellos, oculta entre la espesura de los árboles, se erguía una aldea que ni el gobierno conocía. Aquella comunidad era un secreto, una anomalía en el vasto mundo.

Sentada bajo un árbol negro, que parecía absorber la luz del atardecer en lugar de reflejarla, estaba Amaya. Sus ojos rubíes seguían a los niños que jugaban, pero su rostro mostraba una tristeza silenciosa. Sabía que nunca podría unirse a ellos.

Un hombre de mediana edad se acercó despacio, sus pasos apenas susurrando sobre la hierba. Se detuvo junto a Amaya y la miró con una mezcla de afecto y preocupación.

—¿Por qué no juegas con ellos, Amaya? —
Le preguntó con suavidad.

Amaya levantó la vista hacia él, sus ojos reflejando la tristeza que no podía ocultar.

— No les agrado  —
Respondió en voz baja, apretando las manos en su regazo. Era una verdad que había aprendido con el tiempo.

Desde el día en que apareció en este mundo, los demás siempre la rechazaron. No importaba lo que hiciera, siempre encontraba la misma respuesta. Si se acercaba, ellos se alejaban. Si intentaba hablarles, la ignoraban. Y cuando lloraba, no había nadie que se preocupara por consolarla. A veces, ni siquiera estaba segura de ser realmente parte de este mundo.

Excepto por ese hombre y su esposa. Fueron los únicos que no la apartaron ni la miraron con temor. Cuando la encontraron, simplemente la acogieron, como si fuera natural. No sabían de dónde había venido ni cómo había aparecido, pero la aceptaron. La llamaron Amaya y la trataron como a una hija. En su hogar, aprendió lo que significaban palabras como “padre” y “madre”

Fueron ellos quienes le dieron un lugar en este mundo.

— Otou-san ¿Por qué la gente me odia? —
Preguntó la niña, su voz temblando ligeramente, como si tuviera miedo de la respuesta.

El hombre se agachó junto a ella, apoyando una mano en su hombro, brindándole un calor y una seguridad que siempre lograba calmarla.

— La gente teme lo que no entiende — Respondió él con voz firme pero amable — Cuando algo es desconocido o diferente, suele provocar miedo. Y cuando las personas tienen miedo, a menudo actúan con rechazo —

Amaya bajó la mirada, sus dedos jugando con las briznas de hierba. Aquellas palabras la consolaban de alguna manera, pero no eliminaban la tristeza que sentía en lo profundo de su corazón.

—Pero… yo no quiero hacerles daño — Murmuró, su voz quebrándose un poco— Solo quiero ser como ellos. No quiero estar sola —

El hombre suspiró, comprendiendo el dolor que cargaba la niña. Sabía que no podía ofrecerle las respuestas que ella realmente deseaba. No podía prometerle que algún día sería aceptada por todos, pero tampoco quería quitarle la esperanza.

— No estás sola, Amaya — Dijo con ternura — Aunque te sientas diferente, tienes personas que te quieren. Nosotros te queremos. Siempre estaremos contigo —

Amaya asintió, aunque las dudas seguían presentes. La sensación de ser ajena a todo la acompañaba constantemente, y no sabía si algún día aquello cambiaría.

— Pero… ¿algún día seré como ellos? — Preguntó con un hilo de esperanza en su voz— ¿Seré normal? —

El hombre sonrió con ternura, acariciándole el cabello.

— Cuando las personas te conozcan, verán quién eres realmente. Debes tener paciencia —

Amaya suspiró, deseando poder creer esas palabras completamente, pero sabiendo que la realidad a menudo era más cruel. Aún así, se aferraba a esa pequeña chispa de esperanza que su padre adoptivo le ofrecía.

— Por cierto  — Dijo él después de un momento, intentando cambiar de tema— ¿No te cansa mantenerlo tanto tiempo? La aldea está bien escondida, no creo que los humanos puedan encontrarla —

Amaya negó con la cabeza.

—No me cansa — Respondió, volviendo su mirada hacia el árbol negro bajo el cual estaba sentada—  La aldea tiene un alto nivel de reiryoku. Eso es más que suficiente para que Belial se mantenga sin esfuerzo. Además, solo un mago o ser espiritual podría cruzar los límites de esta aldea —

El hombre observó a Belial, un árbol oscuro y retorcido cuyas raíces parecían hundirse profundamente en el suelo, como si estuvieran aferrándose a algo más allá de este mundo.

—¿Es realmente necesario mantener a Belial aquí? —
Preguntó, aunque ya sabía la respuesta.

—Es una precaución — Respondió Amaya, con un tono serio en su voz— No quiero perder lo único que tengo. Belial nos protegerá —

Belial no era solo un árbol. Era una manifestación de algo más profundo, algo antiguo y poderoso que Amaya había convocado para protegerse. En sus raíces, se concentraba una energía que sellaba la aldea, asegurando que ningún ser humano pudiera penetrar su barrera.

El hombre la miró, consciente de la responsabilidad que cargaba sobre sus frágiles hombros. Amaya, aunque era solo una niña, ya estaba lidiando con fuerzas que la mayoría de los adultos no podrían comprender. Sabía que no podía protegerla de todo, pero mientras él y su esposa estuvieran allí, harían todo lo posible por darle el hogar y el cariño que tanto necesitaba.

Amaya no era una niña normal.

Belial era un poder que estaba lejos de la comprensión de cualquier mago de esa aldea. Era un arma absoluta que solo podían utilizar ciertos seres.

Y eso seres, son llamados "Espíritus"

Amaya era un espíritu.

(...)

La batalla entre ambos Rey Demonio estaba devastando una parte de la ciudad. Que está sumida entre el hielo purgatorio de Astaroth y las llamas incinerantes de Asmodeus.

Las Yamai hace un rato habían decidido separarse del grupo para reagrupar a las demás en Fraxinus, sin embargo habían tardado bastante. Shidou, Tohka y Origami a duras penas estaban logrando retener las criaturas de hielo generadas por Astaroth.

— ¡¿Qué demonios pasa con estas cosas?! — Shidou dijo mientras se cubría con las plumas de Metatrón — ¡Son aún más fuertes y molestos que Nibelcole

— Parecen consumir mucha más energía — Tohka, quien acababa de cortar a una criatura con Sandalphon respondió — No... Es incluso más esto, parece que algo la está potenciando —

Origami dejo de atacar a las criaturas y concentró su mirada hacia un edificio a la lejanía, en la cima parecían haber dos personas.

— Así parece — Origami dijo — Hay dos personas... No, esas no son personas —

—¿Qué estás viendo? —

— No lo sé con exactitud, pero parecen estar haciendo algo —

Más y más criaturas seguían apareciendo bajo el hielo, está lucha parecía interminable. Y la batalla entre Astaroth y Asmodeus parecía estar lejos de terminar.

— N-No tengo remedio —

Una figura bajo del cielo en un destello, separando a ambos Rey Demonio abruptamente.

Asmodeus disipó el viento con desdén, parecía notablemente molesta por la interrupción.

— ¡¿Qué diablos te pasa?! — Ella hizo que su hacha cambiara de forma a un cañón, está era similar a la segunda forma de Camael, Meggido — ¡Te pulverizare en pedazos! —

— Ummm... Tendré que estar de acuerdo con la fea — Astaroth gruñó mientras generaba múltiples pinchos de hielo — Así que haznos un favor y muere —

— ..... Leviatán: Abyssal

Del suelo emergió El Rey Demonio Leviatán, colocándose en medio del conflicto.

Sin embargo no quedo ahí, varios lazos oscuros salieron de su cuerpo y atravesaron sin piedad los pechos de  Astaroth y Asmodeus.

Pero en vez de matarlas, las electrocuto brutalmente, haciendo que en cuestión de segundos sus vestidos astrales se convirtieran en destellos de polvo.

— ¡Kotori, Yoshino! — Shidou utilizo una ráfaga de Raphael para evitar que cayeran al suelo y se lastimaran — ¡Chicas, ayúdenme! —

Tohka y Origami aseguraron a ambas, manteniéndose en guardia ante la presencia de Leviatán.

La niña observo hacia el edificio en la lejanía, sin embargo, aquellos seres que antes estuvieron ahí habían desaparecido.

— Ah.... Creo... Creo que estaré bien — Ella descendió al suelo e hizo desparecer al Rey Demonio — L-Lamento haber huido antes... —

— ¡¿Qué les hiciste a Yoshino y Kotori?! — Tohka la interrogó — ¡¿Por qué de repente perdieron a sus ángeles y cayeron al suelo?! —

— Y-Yo... Yo solo les arrebate el estado negativo de su cristal Sephira — Ella respondió —  Absorbi toda esa energía...

— ¿Qué quieres decir con eso? — Origami insistió por una mejor respuesta —

— .... Simplemente devolví su cristal Sephira a su estado original — Ella respondió en voz baja — Yo... Yo quería ayudar, así que... Así que ¡Les arrebate el reiryoku del cristal Qlipha para devolver el Sephira a su estado original! —

— ¿Estaran bien? —
Shidou, dejando delicadamente a Yoshino y Kotori en el suelo se acercó a la niña.

— S-Si... Solo estarán desmayadas un rato, luego despertarán y.... —

Instintivamente la niña dio un salto y esquivo un lazo blanco que buscaba atravesarla.

— ¡WAAA! ¡NO! —

— Eso es problemático — Una hermosa mujer con grandes ojeras apareció, tenía un vestido astral que fácilmente podía ser comparado con el de una diosa — Por favor, no te resistas —

— ¡¿Murasame-sensei?! — Origami exclamó con sorpresa — ¿Cómo es que...? —

— Reine... —
Tohka murmuró.

— ¡Reine, espera! — Shidou intento detener la inminente pelea — ¡¿Qué estás haciendo?! —

— Shin... Por favor, no te metas — Reine ignoro a Shidou y se puso enfrente de la niña — Debo extraer ese Qlipha ahora mismo —

— Y-Yo... Y-Yo no quiero problemas — La niña empezó a retroceder — S-Solo... S-Solo quería devolverle el favor a ese chico... —

— Debo de decir que no pensé jamás que un Qlipha del mundo vecino logrará cobrar una forma física por si misma, tal vez fui muy descuidada con mis entradas y salidas de ese lugar — Reine se acercó más — Seré rápida, así que por favor, no te muevas —

Shidou no permitió el avance de Reine y se puso en medio de ambas, siendo acompañado por Origami y Tohka.

Tohka sin ninguna pizca de miedo agarró el brazo de Reine.

— Por favor... No hagas algo así de nuevo — Tohka dijo en un tono suave — Realmente... Realmente ¿No hay otra forma? ¿Tiene que ser igual que esa vez? —

Reine comprendió inmediatamente las palabras de Tohka, y esto hizo que volteara su rostro.

— ... No es lo mismo que antes, está vez definitivamente es necesario —

— ¿Y esa vez también lo fue? — Origami intervino — ¿De verdad solo sabes hacer las cosas de esta forma? ¿Qué hay de lo que piensa Shidou? —

— ¡Basta! — Shidou las interrumpió — ¡No hayamos culpables ahora! — Señaló a la niña que no parecía comprender lo que pasaba — No se porque quieras hacerle eso, pero no es la solución —

— Pero Shin, yo...—

— Reine, déjanos hacer las cosas como siempre lo hemos hecho —

— Y-Yo.... Y-Yo... — La niña empezó a tartamudear — Solo... No peleen, no vale la pena que lo hagan por alguien como yo —

Reine suspiro y observo las expresiones de todos.

— Tengo mis condiciones para permitir que eso suceda — Reine dijo — No estoy en posición de pedir algo, pero... Es para evitar el peor escenario posible —

— Gracias... —

Reine simplemente asintió, e hizo que su vestido astral se redujera a particulas.

— No pensé que estaría frente a ustedes en tan poco tiempo, pero que más da, era evidente que pasaría —

— C-Creo no entender la situación — La niña se acercó a Shidou, un poco nerviosa — ¿Q-Qué pasará conmigo? Y-Yo... Yo no elegí aparecer, pero... —

— Dime ¿Cual es tu nombre? —
Shidou le pregunto.

— ¿Mi... Nombre? — Ella lo miro con confusión — ¿Un nombre? —

— Es una forma de llamarte — Tohka dijo — ¡Shidou me puso el mío! —

— Shidou, ponme un nombre a mi también —
Origami dijo.

— Pero tu ya tienes uno —

— Pero no uno dado por Shidou —

— Eso... Eso lo sé — La niña dijo — Se que es un nombre, pero... Hace mucho tiempo no me llaman por el... Mi nombre es Amaya —

— Muy bien Amaya ¿Quieres tener una cita conmigo? —

Nota del sexy autor.

Volvemos luego de un tiempo!!!

Todo se torna más y más misterioso. Al principio se nos dio algo de contexto pero ¿Qué significa?

¿Quien es Amaya realmente?

¿Por que la persiguen?

¿Qué causó las inversiones de los espíritus?

Pero más importante ¿Por qué Reine quería extraer el cristal Qlipha de Amaya?

Eso lo veremos próximamente.

¿Qué les pareció?

¿Les gustó?

¡Leerlos me anima bastante!

Sin más que decir les doy un abrazo psicológico y nos vemos en próximas actualizaciones.

Gussbay.

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