Sentado en su oficina, Isaac Westcott hojeaba con concentración las páginas de su "Rey Demonio" A pesar de la aparente calma, su semblante revelaba una inquietud inexplicable, un nerviosismo latente que parecía resonar en el aire. La oficina, que normalmente vibraba con la agitación de los Nibelcoles en juego y en conflicto, estaba ahora envuelta en una tensa quietud. Los diminutos seres estaban alertas, sus ojos fijos en la puerta, como si esperaran que una amenaza inminente se deslizara a través de ella en cualquier momento.

De repente, la puerta se abrió de golpe y Ellen irrumpió en la oficina. Vestía su unidad CR de combate, notablemente dañada, con cicatrices y abolladuras que evidenciaban un reciente enfrentamiento.

— ¡Ike, debemos irnos AHORA! — Ellen exclamó con urgencia, la desesperación palpable en su voz. — ¡Ike! ¡¿Me estás escuchando?! —

Westcott levantó la vista de su libro con una sonrisa de sorpresa que no alcanzaba sus ojos.

— Oh, Ellen, qué sorpresa verte en un estado tan... lamentable. No imaginé que alguien pudiera infligirte tal daño —

— ¡No estoy de humor para tus comentarios! Artemisa nos está ganando tiempo ¡Vamonos ya! —

— Nee Otou-san, percibo una inmensa energía negativa del otro lado... —
Una de las Nibelcoles, con un tono preocupado, intervino.

— No me agrada —
Agregó otra Nibelcole, su tono cargado de inquietud.

Antes de que pudieran hacer más observaciones, un estruendoso estrépito resonó en la oficina. La puerta se desintegró en astillas y Ellen, que estaba apoyada contra ella, fue proyectada violentamente contra una pared, que también se desplomó en ruinas.

Artemisa yacía en el suelo, herida gravemente en el abdomen, pero lo que captó la atención de Westcott no fue la caída de su aliada, sino la presencia que se alzaba en el umbral de la destrucción.

— Vaya, qué inesperado — Dijo Westcott, levantándose con una sonrisa de satisfacción. Sus ojos se posaron en la figura que surgía de entre los escombros. — ¡Un espíritu, mucho más poderoso que los demás! —

La figura femenina apareció, su presencia imponía un aura ominosa. En su mano derecha, llevaba unas garras afiladas de un negro profundo, y su aspecto sombrío contrastaba con el brillo de su cabello blanco como la nieve. Su piel pálida y sus ojos sin pupilas reflejaban un desprecio absoluto. La expresión en su rostro era una mezcla de repulsión y furia contenida.

— ¿Belzebub te lo mostró? —
La voz del espíritu era apagada, casi desinteresada, pero Westcott reconoció la frialdad en su tono.

— Qué extraño — Comentó Westcott con un aire de desdén. — No creo que nos hayamos encontrado antes, pero siento algo familiar en ti—

La figura avanzó lentamente, sus garras afiladas reluciendo amenazadoramente. Su presencia emanaba una furia palpable.

— No hay otro ser en este mundo que odie tanto como te odio a ti —

Antes de que el espíritu pudiera atacar, las Nibelcoles, obedientes a su instinto, intentaron enfrentarse a ella. Pero en un abrir y cerrar de ojos, fueron desintegradas por la fuerza devastadora del espíritu. Más y más Nibelcoles emergieron de Belzebub, pero no lograron más que nublar la visión de la entidad imponente.

Cuando finalmente el polvo se asentó y el tumulto cesó,  tanto Westcott como la inconsciente Artemisa habían  desaparecido, como si se hubiera desvanecido en el aire.

(...)

Horas después de la conversación entre Shidou y Reine, un sentimiento de desazón y frustración se cernía sobre él. Shidou, incapaz de convencer a Reine de regresar a Fraxinus o de unirse a las demás, se encontraba sumido en una profunda reflexión. Reine, abrumada por la culpa de los eventos pasados, había decidido que no estaba lista para enfrentarse a las demás.

"Necesito algo de tiempo" Fueron sus últimas palabras antes de pedirle amablemente pero con firmeza que dejara la enfermería.

Shidou se había retirado a la azotea de la escuela, buscando un respiro en la tranquilidad del atardecer. El cielo se pintaba con tonos cálidos de naranja y rosa, pero estos no lograban iluminar la oscuridad que envolvía su mente. Mientras observaba el horizonte, su mente se debatía entre cómo ayudar a Reine a superar su angustia y cómo lidiar con las nuevas amenazas que se habían materializado.

Entre estos pensamientos, la figura inquietante de la niña portadora del devastador Rey Demonio Leviatán lo atormentaba. El otro espíritu que la perseguía, con intenciones claramente siniestras, añadía más peso a su preocupación.

De repente, un resplandor sobrenatural apareció en la azotea, capturando la atención de Shidou. A través del umbral de la puerta, una figura emergió: una niña vestida con un elegante traje de sacerdotisa negro con detalles rojizos. Su apariencia contrastaba fuertemente con el entorno, y sus ojos reflejaban una mezcla de tristeza y determinación.

La niña caminó con paso firme hacia Shidou, su presencia irradiaba una aura de poder y desesperación.

— Tu... ¡Tu eres esa niña!—
Shidou exclamó, su voz estaba entrecortada por la sorpresa y la intriga.

La niña lo miró con una expresión seria, su rostro mostrando una mezcla de preocupación y resolución.

— Y-Yo... Y-Yo tenía que hablar contigo  — Su voz era suave pero cargada de una profunda carga emocional. — H-He v-venido a darte las g-gracias por devolverme m-mi collar —

Shidou tardo unos segundos en reaccionar.

— ¿Tu collar? —

Respondió dudoso.

La niña  sostuvo el collar que colgaba de su cuello, un diseño hermoso con un significado de por medio. Un resplandor tenue emanaba del amuleto en la parte oscura, y la niña continuó con determinación.

— N-No se que h-haria si lo p-perdiera... Este collar hace parte de mi — La niña dijo —  Y-Yo... E-Estoy agradecida de eso, y que... Pudieras retrasar a el otro espíritu —

— Ah... No tienes que preocuparte por eso — Finalmente, Shidou salió de su shock — No tenía intención de robarme tu collar, además sobre el otro espíritu ¿Por qué te persigue? —

— .... —

— ¿No quieres decirlo? —

— Y-Yo... Solo venía a darte las gracias por todo — La niña dijo — N-No confío en los humanos... P-Pero me diste una buena impresión —

— ¿Por qué eres así? ¿Acaso alguien te hizo algo? — Shidou trato de insistir —  Desde la primera vez que nos vimos, haz tenido esa mirada de tristeza —

— Está es.... Es mi condena — La niña respondió — Por el simple hecho de existir, después de todo, ser odiada, aislada y buscada es por una buena razón —

— ¿Cuál es esa razón? —

— Y-Yo... Y-Yo soy.... Maldad pura —

Antes de que pudieran continuar hablando, la alarma de terremoto espacial empezó sonar.

— (¡Shidou, malas noticias!) — Kotori se comunicó a través del comunicador en el oído de Shidou — (¡Algo le pasó a Yoshino!) —

— ¡¿Qué?! —

— (¡Debes darte prisa y...!) — Se empezaron a escuchar varios estruendos — (¡¿Q-Que demo...?! ¡AAAAAHHHHH!) —

— ¡¿KOTORI?! ¡¿KOTORI?! —

No hubo más respuestas.

¿Era un ataque de DEM? ¿Por fin Westcott había reaparecido?

No, algo había mal, y era probablemente mucho peor de lo que parecía.

— E-Es... E-Es el — La niña tartamudeo asustada — ¡D-Debo huir! —

— ¡Espera! — Shidou la sujeto de la mano, sin embargo ella se soltó rápidamente y retrocedió — ¡No tienes que huir! —

— N-No t-te vuelvas a acercar a mi... E-Es por tu bien —

La niña se fue volando de allí.

Shidou estaba dispuesto a seguirla hasta que escucho un estruendo a unos cuantos metros de allí.

— Yoshino...—

(...)

Al perder comunicación con Fraxinus, no le quedó más opción que ir corriendo al lugar en compañía de Tohka, Origami y las Yamai. Que también estaban aún en la escuela en esos momentos.

Al acercarse al lugar de los estruendos, notaron que la temperatura bajaba más y más, el suelo y unos edificios estaban completamente congelados.

— ¿Qué le pasó a Yoshino, Shidou? — Tohka pregunto — ¿Por qué Kotori no se está comunicando? —

— No lo sé... Estoy preocupado por ella — Shidou respondió — Y sobre Yoshino, no lo sé...—

— No te preocupes pariente, nuestras lacayas son bastante fuertes por si mismas —
Kaguya de alguna manera trato de calmar su angustia.

— Traducción. Kaguya dice que ambas estarán bien —
Yuzuru dijo.

Antes de que continuarán, un gran trozo de hielo intento impactar contra ellos. Pero gracias a la atención de Origami, fue destruido en segundos.

— JAJAJAJAJA — Una risa tenebrosa sonó, y del cielo cayó una niña con un parche negro en su ojo derecho — ¡Casi te aplasta eso! ¡¿A qué no fue muy divertido?! —

— ¡¿Yoshino?! — Shidou reconoció al instante a la chica, que lucía una apariencia totalmente distinta — ¡¿Estas bien?! —

Yoshino sonrió de manera arrogante, en ese momento su vestido astral que antes parecía una pijama de color verde. Ahora era azul con detalles blancos.

El cabello de Yoshino y sus ojos también habían cambiado de color, además de que su marioneta "Yoshinon" estaba colgada en la pijama y no en una de sus manos como es costumbre.

— ¿A quien llamas así? Bueno, bueno ¡No importa! — Yoshino se rió — El chiste es que se ven bastante fuertes, es una pena ¡Nadie es más fuerte que yo! —

Del suelo empezaron a emerger varios pinchos de hielo con intención de lastimar a Shidou y las demás. Sin embargo, en ese momento tuvieron que empezar a volar para esquivar el feroz ataque.

— (Chico, chico...) —

— ¿Eh? ¿Nia? —

— (Acertaste, tal vez deba recompensarte por escuchar mi melodiosa voz... Hmmm ¿Tal vez con algo erótico? ) —

— ¡No es momento de jugar ahora! —

— (Waaaa, hieres mi corazoncito) — Nia fingió sentirse herida — (Y yo que te quiero y estimo tanto) —

— Nia...—
Shidou se sintió fastidiado.

— (Ok, ok... Que genio tienes, solo probaba las comunicaciones del Fraxinus, pasaron cosas algo delicadas aquí) —

— ¡¿Kotori está bien?! —

— (Creo que no... Tuvimos suerte de tener a Tenka-chan aquí, en cuanto a Kotori, bueno... Esta llegando a tu posición justo ahora) —

Una bola de fuego azul embistió rápidamente a Yoshino. De allí se reveló a la que se suponía que era Kotori.

Pero su vestido astral era diferente, llevaba un Kimono negro y las llamas de su ángel como ojos se habían vuelto de color azul.

— ¡Reducelo a cenizas, Asmodeus! —
Kotori exclamó y en sus manos apareció una hacha gigante que tenía llamas azules que se desprendían de su filo.

— Tu... ¡Niña estúpida! — Yoshino se molestó — ¡¿Como te atreves a interrumpir mi diversión?! ¡Astaroth! —

El suelo empezó a temblar y de el emergió una criatura gigante que parecía un conejo muy parecido a Zadkiel, sin embargo este se veía más tenebroso por sus afilados colmillos y garras.

— (Jejeje ¿Hola? Bueno, te pondré al corriente rápidamente) — Nia dijo — (Resulta que... Apareció ese espíritu raro de la otra vez y... Le lanzo algo a Kotori que provocó que su estado emocional decayera en segundos logrando una inversión completa... Así que, ambas se invirtieron)
—

— ¿Qué tipo de explicación es esa? —
Shidou bufo.

— No tenemos tiempo para hablar — Origami dijo — Tenemos que evitar que peleen o la ciudad podría sufrir daños considerables —

—  Tsk... — Yoshino bufo molesta mientras se subía en el lomo de Astaroth— Ustedes... — Los señaló — Luego jugaremos —

Además de los pinchos varias criaturas de hielo emergieron del suelo, empezando a rodear a Shidou y las chicas.

— Arrogante, te haré morir incinerada — Kotori se impulsó hacia ella — ¡Y luego a todo este maldito lugar lo quemare por completo! —

— ¡Inténtalo, fea! —
Yoshino respondió.

Nota del autor.

Se prendió está mierda.jpg.

Después de la charla contra Reine, ante Shidou apareció la portadora de Leviatán, que afirmó ser maldad pura.

¿Por qué dice esto? ¿Por qué ella misma rechaza a los humanos?

Pero eso no es todo, el espíritu desconocido que se decía ser mago de DEM atacó a Fraxinus y de alguna forma lograr que Kotori se invirtiera.

¿Como hizo esto? ¿Por que lo hace?

Pero aparte, Yoshino también se invirtió.

Ambas están a punto de iniciar una batalla devastadora.

Incluso Westcott tiene sus problemas.

¿Qué pasara?

¿Cual es la relación entre la niña y el espíritu desconocido?

Eso lo sabremos en los próximos capítulos.

¿Que les pareció?

Leerlos me anima a seguir.

Sin más que decir les doy un abrazo psicológico y nos vemos en próximas actualizaciones.

Chaaaao