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CAPITULO 7: Besos

Observo atenta a Heil así como había decidido llamarlo porque su nombre y apellido eran muy largos para recodarlo además de que era complicado aunque el decía que le gustaba ser original pero estaba seguro que sus padres simplemente le habían puesto ese nombre y solo lo decía para ser original

—Tu nombre es muy largo y complicado Heil

—Puedo decir que el tuyo es muy largo chica Emo—tomo otro trago incorporándome ¿Por qué me decía así? No lo era— ¿Por qué solo las puntas de rojo? Seria genial que lo hicieras con todo el cabello y corto estaría mas cool ahí si te verías como una chica Emo—veo mi cabello, había dejado de cortarlo porque quería parecer más femenina ante Edward

—No lo sé y mi nombre no es tan largo así que no me digas así

—Pues te diré como quiera chica Emo—era irritante ni siquiera que bebiera tres botellas más dejaría de pensar así de el

—Eres muy irritante ¿Sabias? Me recuerdas a como solía llevarme con un amigo

— ¿Tienes amigos? Siempre estas sola en la universidad

—Lo mismo puedo decir de ti pero no te presto atención pero si los tengo

—No pareces esa clase de chica—me quita la botella tomando otro trago, estaba a punto de acabarse y era la segunda que me bebía—Se supone que las Emo no las tienen al menos que sean emos como tu ¿Qué hacen las emos cuando se reúnen?

—No son Emo solo me gusta la ropa, el mundo suele señalar a las personas por su etiquetas y formas, puedo decir que eres un chico rebelde que no le importa nada además de molestar a chicas solitarias en un cementerio—escucho que ríe

—Que especifica, no creo que las personas hagan eso pero si entiendo lo que dices, entonces eres chica no Emo ¿mejor? —Sonrió ante el tonto sobrenombre—Dejaste de llorar—veo que le da una última calada a su cigarrillo para dejarlo en el suelo y pisarlo—No me gusta deber nada, dejaste de llorar y yo de fumar ¿A mano? —rio ante lo tonto de la explicación

—Que ocurrencias tienes—le doy un último trago a la botella, me sentía tan relajada, no me importaba que estuviera oscuro ya— ¿A quién visitabas?

—A mi amante—rio ante la mala excusa, lo veo que baja la vista—Siempre vengo los fines de semana, prometí que no se sentiría solo—ve la tumba— ¿Tus padres?

— ¿Por qué lo supones? ¿Por qué le dije papa cuando llegaste o porque llevan mi apellido? —veo que sonreí ante mi comentario

—Te dije que me gusta señalar las cosas obvias de la vida, todo el mundo lo hace

—Pero suelen hacerlo inconscientemente tu solo lo haces por irritar

—Es más divertido ¿Por qué lo hace? Es tan típico de las personas

—Creo que necesitare otra botella—bostezo al sentirme algo cansado

—No necesitas una cama amiga y yo una ducha probablemente—comienzo a jugar con la botella algo aburrida aunque le gustaba hablar con Heil— ¿Me prestas tu celular? —sin preguntar se lo paso, no me importaba igual no sabía ni siquiera que era lo que iba hacer, ni siquiera sabía porque estaba ahí

— ¿Por qué no te agradan los de la clase? Sé que son idiotas como la mayor parte de la población en el mundo pero aparte de ser personas normales no veo porque no te agradan—lo veo—para ti es sencillo entablar una conversación

—Preguntando se llega a China, es lo que  he escuchado—noto que teclea algo en mi celular—ya viene por mí—me lo entrega después de unos minutos

—Creí que era que se llegaba a Roma y que  Roma no se construyó en un día ¿Cómo estas en el último semestre de la carrera?

—Son los misterios de la vida y a mí me gusta romper los estándares

—A mi pasar desapercibida por eso me molesta tu presencia—me dedico a observar su perfil, Heil era bastante guapo— ¿Tienes pareja?

—Te dije que estaba con mi amante ¿no? —frunzo el ceño porque a pesar de la poca coherencia de mis pensamientos no dejaba fuera donde estábamos

—Es un cementerio Heil—veo que sonríe—Claro romper estándares lo olvidaba

—Es aburrido ser normal ¿Por qué la sociedad siempre se rige por ciertas cosas? Tenemos que seguirla porque así se impone, me parece aburrido igual que pareciendo una chica que parece tener mucho que decir quieras pasar desapercibida, todos avanzamos no porque callamos si no por sacar todo lo que llevamos adentro—sonrió al escucharlo, tenía una forma peculiar de pensar igual que Edward, el solo pensarlo ya quería verlo ¿Debería llamarlo?

—Es difícil querer cambiar algo con tu pequeño grano de arena cuando las personas no se lo merecen—no lo hacían, nadie la había ayudado, muchas cosas hubiera sido tan diferentes si hubieran escuchado sus gritos de ayuda pero solo la veían con lastima y pasaban de ella ¿Por qué iba a querer salvar una sociedad así? No valía la pena, el mundo estaba lleno de personas crueles

—Comparto el mismo sentimiento—noto como en sus ojos se vía algo de nostalgia, a primera parecía un chico alegre pero conociendo todo lo que Angel guarda sabía que las apariencias engañan

—Pero igual nos damos cuenta en algún punto que la sociedad no esta tan perdida como creemos porque siempre va haber alguien como Edward en tu camino que llegan tarden pero llegan—veo como sonríe, Edward me había salvado en muchos sentidos—Personas diferentes a las demás

—Sigo esperando mi Edward entonces—rio al escucharlo—a pesar de tener una apariencia depresiva eres muy buena hablando—me toma del hombre y no sabía porque pero no me aleje en ese momento seguro se debía al alcohol en mi sistema, su mano estaba helada—Me agradas chica no Emo—frunzo el ceño al verlo levantarse—Nos vemos en la universidad y aléjate del alcohol no es bueno

— ¿Has sentido alguna vez que tu mundo se viene en encima y no puedes sostenerlo por mucho que lo intentes?

—Todos los días pero no por eso termino lanzándome de un risco, ahí personas que lo tienen peor además mira—gira a su al redor y yo lo veo confundida por su repentina vuelta—Tenemos libertad y podemos respirar, no como ellos—ve la tumba de mi padre—Quizás se quedaron con mucho que hacer y nosotros seguimos aquí ¿Por qué no aprovechar la vida? Dejemos de perder el tiempo en cosas sin sentido, solo disfruta lo bueno que tienes y haz lo que quieres hacer sin importar lo que opines los demás—me sonríe—no todos tenemos el valor de hacerlo pero espero que tú puedas hacerlo parece que lo necesitas, mira que beber con un muerto no entra en los estándares que tiene la sociedad de normal pero Hey me gusta romper esos estándares así que bien por ti pero busca otra manera de hacerlo

—Eres muy peculiar Heil—me gustaba como era ese chico, si debería de estar a la defensiva todo el tiempo, no todos eran malas personas, Heil parecía una persona increíble—Me gustaría conocerte más—veo como toma mis botellas vacías, yo lo miro extrañada

—Dímelo cuando estés más sobria que ahora y te creeré,  me llevo tu basura ahí que cuidar el ambiente, nos vemos—se despide con la mano para alejarse, no sabía porque se había llevado las botellas, era un chico extraño, me  había dejado sola en la oscuridad aunque había luna llena y todo el lugar estaba alumbrado

En otra situación seguro estuviera temblando de miedo porque no había nadie en el cementerio solo las tumbas además de estar oscuro cualquier persona podría atacarla y ella no podría hacer nada para impedirlo porque ¿Quién iba acercarse a un cementerio después de escuchar un grito de ayuda? Aun estado algo ida tampoco lo haría, incluso estando a solas con Heil había estado relajada

Se sentía feliz por su conversación con él, quería reír y dar mil vueltas con él le había dicho, disfrutar de la libertad que tenía, disfrutar de la vida y dejar de atarse a estándares que era un mierda, era mejor vivir la vida como se quería vivir, hacer lo que realmente deseaba ignorando las opiniones de los demás, dejar de tener miedo simplemente porque era lo único que sabía hacer

Quería descubrir de que era capaz de hacer, su vida no podía basarse en que los demás le tuvieran lastima, en depender de las personas que la rodeaban, quería explorar e ir mucho más allá de sus límites, disfrutar del nuevo mundo que se mostraba ante ella

—Esmeralda—levanto mi vista y siento todo mi ser removerse por la mirada de preocupación que me lanzaba esos color esmeralda, los ojos de Edward la volvían loca hasta solo escuchar su voz—Dios ¿Sabes que Carlos esta preocupado? Dice que no sabe dónde te metiste

—Siempre al rescate—me levanto limpiando mi falda para sonreírle, su rostro me resultaba gracioso ahora más que preocupado parecía enojado, su mirada me observa detalladamente esperando seguro encontrando algo fuera de lugar—Rompiste la regla de vernos, otra vez Edward ¿Cómo es que eres tan buen policía? Parece que seguir reglas no es tu fuerte

—No eres graciosa ¿Por qué estás aquí? Sé que viniste a ver a tu padre pero ¿A esta hora? Es peligroso que andes por ahí

—Ya nada puede pasarme—veo que frunce más el ceño—igual ¿Cómo me encontraste? Cuando nadie le dice dónde va estar es porque no quiere ser encontrado ¿no? —estaba feliz de que me conociera tan bien que sabía dónde estaba igual estaba feliz de que estuviera ahí

—Entonces ¿Por qué me escribiste? —lo miro confundida y veo como saca su celular buscando mi número mostrándome un mensaje donde le decía donde estaba ¿Cuándo lo había enviado? —Esmeralda la última vez conversamos…

—Si no querías venir no lo hubieras hecho, pudiste solo ignorar el mensaje al final no me va a pasar nada peor de lo que ya he vivido y si me pasa… ¿Qué más da? —paso por su lado, tenía que conseguir otra botella, quizás ir por Heil y beber para seguir conversando

— ¿Por qué tienes que comportarte como una niña mimada? —Lo ignoro siguiendo mi camino rumbo a la salida del lugar—Esmeralda ya detente—su voz sonaba cada vez más cerca yo solo apresuro el paso para que no me alcanzara, mis ojos picaban, no quería llorar—No eres la única que tiene problemas

—Por eso mismo no te busque, no envié ese mensaje—lo veo desafiante—No sé qué paso pero yo no lo hice por eso estaba aquí, donde nadie me encontraría, donde estaba tranquila, reía sin ti, de verdad estaba disfrutando de algo—continuo mi camino al ver que se queda en silencio

—Esmeralda—siento que me toma de la mano para mirarme a los ojos—No puedes irte sola—me señala un auto que estaba aparcado frente al cementerio, lo reconocí como el auto que usaba a veces de la estación—sube

—Soy perfectamente capaz de cuidarme sola Edward—me libero, estaba cansada de discutir con él, no quería hacerlo más pero me lo ponía imposible—Solo déjame en paz, no quiero ir a ningún lado contigo

—Lo harás, estas sola por dios, sube—lo miro desafiante él hace lo mismo, era una batalla de miradas y no pensaba perder—Deja de ser inmadura

—Disculpa que esa etapa de mi vida me la arrebataron—veo como se cubre la cara y lo escucho suspirar, cuando iba a dar la conversación por terminada, vuelvo a escuchar su voz

—Solo quiero asegurarme de que no te pase nada, estoy cansado fue un largo día y solo quiero llegar a mi casa a descansar pero no puedo porque mi novia se anda paciendo por cementerios a estas hora ¿Quieres que me dé un paro cardiaco cuando me llamen del hospital? Ya lo he vivido antes y no quiero hacerlo otra vez Esmeralda, por favor sube—siento como un calorcito me recorrer el cuerpo al escuchar sus palabras, ese hombre me hacía cambiar de opinión de una manera inimaginable

—Bien—me acerco al auto para verlo después el hacerlo mismo y comenzar a conducir, realmente no quería volver a casa por mi podía quedarme observar por horas la nada y pensar en los recuerdos felices con todos como también me gustaría observar el rostro de Edward serio o sonriendo, solo quería dejarme llevar—No quiero ir a casa Ed—veo que me ve de reojo—si no quieres hacer algo conmigo ¿Me puedes dejar en algún lugar divertido?

—No te gustan los lugares con personas y jamás te dejaría entrar en lugares así—siento que me lanza otra mirada yo suspiro recostándome del asiento para comenzar a acariciar mi cabello distraída— ¿Qué te sucede hoy?

—Problemas—no le iba a contar más cuando me había dicho que todos los tenían, no le importaba lo que me estaba pasando, tenía que solucionarlos yo sola

—Pero qué clase de problemas Esmeralda ¿Es la universidad? ¿En la casa?

—Concéntrate en los tuyos y yo en los míos—veo que se estaciona y suspiro viendo la casa donde estaba viviendo, el lugar me gustaba, era muy diferente a la mansión que siempre estaba sola pero no quería estar ahí

—Prométeme que vas a entrar e intentar dormir ¿Vale?

—No me hables como si fuera una niña Edward—lo veo—Pero no prometo nada, la verdad no quiero hacer eso—suspira apagando el motor del auto dejándonos en un silencio largo

—Entonces ¿Qué quieres hacer? —sonrió al verlo, se veía muy guapo parecía interesado en mi respuesta

—Besarte no suena mal—su rostro cambia uno de sorpresa y yo sin pensarlo me siento sobre su regazo para abrazarlo del cuello para unir nuestros labios, ante el contacto jadeo por la sensación y la satisfacción de tenerlos por fin, es que los labios de Edward eran como una droga parecían los únicos en el mundo que me podía hacerme olvidar de todo

Edward a pesar de su sorpresa me toma de la cintura y la nuca para profundizar nuestro beso, podía sentir como si calidez invade la mía, me gustaba cada sensación que enviaba a mi cuerpo, me hacía sentir viva y que por dentro no estaba tan muerta como creía siempre, que me podía permitir sentir, explorara, desear más y con Edward lo quería todo

Cada uno de sus besos sobre mi piel, su manos recorrer cada parte de mi ser, sus suaves caricias que me exploran y despiertan partes de mí que ni sabía que existían, era una corriente electrizante que me recorría de pies a cabeza, una dolorosa sensación pero embriagadora al mismo tiempo que se concentraba en mi entrepierna

Profundizo más ese beso queriéndome fundirme en él, deseaba ser uno con Edward, dejar nuestras diferencias de lado, dejarme llevar por sus caricias como hacer que él se volviera loco por mi roce, hacerlo sentir como el me hacía sentir a mí, tan llena y viva, que conmigo no se absteniéndose que se dejara llevar así como yo lo hacía con él, dejarme guiar por lo que mi corazón deseaba

—Esmeralda—su voz sonaba levemente roca una vez que rompe nuestro beso—No debemos tu…—me observa, estaba todavía sentada sobre el—Estas tranquila—bueno mi pulso estaba acelerado y me costaba respirar pero no era sino por el beso que nos habíamos dado

— ¿Es difícil complacerme? —noto una sonrisa en sus labios y puedo sentir mi corazón detenerse por un segundo al ver su sonrisa, podía observarlo por horas

— ¿Estas bien? —toma mi rostro entre sus manos observándome a los ojos, los suyos brillaban con un poco de intensidad que hacía que perdiera el aliento con su mirada, me estaba poniendo nerviosa por solo verlo

—Perfecta—siento que me da un beso corto y yo sonrió ante el acto, después me da otro— ¿Qué tienes comprobar? —pregunto una vez que me da otro

—Que es real—me observa de arriba abajo pero me encontraba bien—Esmeralda—lo escucho reír para abrazarme, sus brazos estaban cálidos como era el, entre ellos me sentía protegida como una niña pequeña—Estoy feliz

—Porque eres un pervertido y ahora quieres hacer estas cosas—me aleja para verme a los ojos

—No, solo que el besarte me hace sentir libre y olvidarme de todo, tus labios son como un alivio para mí y que no tenga que cuidar mis pasos contigo me libera, siempre me abstengo mucho contigo—veo que cierra los ojos juntando nuestras frente, me sentía un fraude—De mis palabras, mis acciones, de tocarte y besarte—me ve a los ojos sonriéndome

Mi relación con Edward era como una montaña rusa, podíamos estar en la cima a punto de caer empicada con el miedo a flor de piel para luego estar tranquilos, con esa sensación de emoción que se siente en ellas, así éramos nosotros pero no me importaba de alguna manera encontrábamos el camino de regreso

—Ed—lo abrazo del cuello para verlo a los ojos—Aprenderé por ti, ya lo veras

—No Esmeralda, hazlo por ti—sonrió, amaba a ese hombre, uno nuestros labios disfrutando del sabor otra vez y esa sensaciones que solo el provocaba en mi pero podía sentir esa parte de mi otra vez, ahora era consiente de mi posición, de lo solo que estábamos, del miedo que venía a mí a pesar de que con Edward no tenía nada que temer

—Distancia—me alejo antes de alterarme más— ¿El tiempo? ¿Recuerdas? Mejor entro, Carlos debe estar preocupado—bajo del auto dejándolo algo confundido—Mierda solo necesito otra botella, estúpida sobriedad—susurro para mi

—Esmeralda espera—me detengo— ¿Dije algo mal? —tomo mis manos al sentir el temblor apoderarse de mí, quería irme pero también quedarme y seguir abrazándolo, besarlo hasta perder el aliento

—No Ed—lo veo forzando una sonrisa porque realmente quería llorar, estaba cansada de sentirme así, solo quería poder estar con Edward ¿Era mucho pedir? —Dijiste que estabas cansado y sobre el tiempo que necesitas, no está saliendo muy bien que dejamos aunque discutimos por todo—veo que se acerca parecía aliviado por mis palabras

—Creí que algo andaba mal—me toma de los brazos—Bien me iré, tiempo está bien pero no vuelvas a desaparecer así ¿De acuerdo? —asiento porque siento que mi autocontrol se perdería en cualquier momento—Bien—me da un beso rápido que me hace estremecer—Estaré pendiente, nos vemos—asiento y veo cómo se va al auto, hasta que no lo veo desaparecer, me dejo caer al suelo para observar el temblor recorrerme completamente y mis lágrimas fluir sin mi permiso ¿Por qué no podía simplemente alejar esas sensaciones de su cuerpo? Siempre era lo mismo

En vez de las caricias de Edward podía sentir otros beso más feroces que calaban mi alma y me recorrían completa a pesar de que no lo deseaba, esos toques que solo provocaban asco en mí y a pesar de mis esfuerzo inútiles por alejar esas sensaciones y dejarme sentir todo lo que Edward provocaba en mi parecía inútil cada vez que lo intentaba

Todos mis esfuerzo se iban a la basura cuando mi cuerpo parecía recordar cada herida, cada toque de Brayan y esos hombres, ahora era libre pero no se sentía así y no sabía si algún día iba a poder hacerlo, liberarse de ese pasado que no quería dejarla ir por mucho que lo intentara

***

El día estaba muy nublado, parecía mi estado de humor de los últimos días, Edward no me había llamado y a Heil a pesar de que recordaba mi repentina charla con él no me atreví a volver a acercarme por miedo, fue un encuentro algo extraño aunque quería preguntarle si fue el que le envió el mensaje a Edward y si fue así ¿Por qué lo había hecho? Si no lo conocía de nada

Las clases a pesar de que le gustaba se sentían eternas, Albert le había dicho esa semana que debía intentar socializar más que me ayudaría mucho con mi miedo a las personas y para eso estaba en la universidad, quería hacerlo pero no tenía el valor para hacerlo, se le había ocurrido la idea de buscar un trabajo, sabía que no lo necesitaba pero recordaba que cuando conoció a Emma odia conversar con las personas, se le había hecho difícil pero con el tiempo le había salido con naturalidad además sentía una completa inútil en su casa

Aunque no era su casa más bien de Carlos, se preguntaba si iba a poder vivir sola algún día, le aterraba un poco y no sabía si su hermano estaba listo para dejar a Carlos pero a ella si le importaba un poco, quería hablar eso con Carlos para ver que pensaba del tema igual lo del dinero, su ex chofer había conseguido otro trabajo a pesar de que yo le había dicho a Gilberto quien era el encargado de la empresa ahora que le diera una buena indemnización por todo sus servicios

Tenía dinero hasta para vivir lo que le quedaba de vida, ya Carlos no era tan joven, su cansancio era notable pero el decía que le gustaba sentirse útil y a pesar de que yo tenía el dinero de la empresa de mi padre que no lo usaba mucho, era solo para los gastos de la casa y mis hermanos, aunque solo tenía uno pero a David lo consideraba igual uno

Pero lo de trabajar le gustaría hacerlo para no sentirse tan dependiente, además de que nunca se sintió bien recibir dinero de los demás aunque sabía que era la herencia que su padre le había dejado pero todo lo que le había pasado fue por todo el dinero, sabía que había más que eso pero fue la principal razón, sentía que todo eso estaba manchado, se había planteado seriamente deshacerse de todo eso pero no sabía que podía pensar su hermano, al menos ella quería renunciar la parte de la empresa que por derecho le correspondía a pesar de que Edward había luchado para conseguir todo lo que ella se merecía

Esperaba que si algún día diera ese paso su padre no se molestara porque había luchado tanto por ellos y ella iba a votar todo por la basura por ello no se había atrevido seriamente a hacerlo igual que lo de la mansión, si había sido vendida hace unos años atrás pero aún faltaban muchas cosas que tenía que firmar pero sentía que si lo hacía iba a renunciar a todo lo que sus padres hicieron por ella o al menos su padre porque aún estaba resentida con su madre

Técnicamente la casa ya no era de ella porque estaba pagada y Vivian otras personas pero faltaba hacer unos papeles de cambio de dueño y como todo esos años la casa había estado a su nombre no habían podido legalizarlo pero no se sentía con el valor de renunciar a algo que su padre quiso proteger pero los recuerdos en ese lugar solo lograban sacar la peor parte de ella

Gilberto de hecho la llamaba seguido para ponerla al día de las cosas de la empresa y siempre terminaba preguntando por lo de la casa porque la familia que vivía ahí la solían usar como casa de verano por eso no estaban tan ansiosos con la legalización como tal, igual Gilberto con ayuda de un abogado habían realizado el proceso con ayuda de Albert de porque iban a vender la casa y yo no podía firmar dicha venta pero la casa seguía a mi nombre pero la otra familia se hacía cargo de todo referente a ella, igual ella no entendía muy bien del tema

Esos días igual los tenía como bloqueado en su mente, no recordaba mucho de lo que había pasado después de que Edward recibiera aquel tiro, luego solo recordaba secuelas de algunas cosas, su mente se aclaro fue cuando dejo de ver a Edward y cuando lo vio aparecer aquel día mientras leía su libro favorito, aun recordaba sus palabras, de que me esperaría todo el tiempo que fuera necesario y aun así estábamos en esa situación

—Chica no Emo—veo a Heil que estaba en la puerta del salón, ya todos habían salido y solo quedamos él y yo ¿Por qué me hablaba de repente? —sé que dijiste que no me soportaba pero ¿Si recuerdas lo del cementerio? Parecías muy diferente ese día— ¿Por qué de la nada me asalta con esas preguntas?

—No sé de qué hablas—tomo mis cosas rápidamente, estar a solas con el había mi cuerpo estremecerse ¿Por qué tenía que ser así? —Y sigo pensando lo mismo—se aparta para que pueda salir pero me sigue

—Algo me dice que solo lo niegas porque conversamos mucho hasta que dijiste que ibas a hacer el proyecto conmigo ambos

—Yo nunca dije eso—veo que sonríe ante mis respuesta y me regaño mentalmente por haber caído—Bien me atrapaste pero no estaba en todos mis sentidos sin tu no mencionas porque estabas ese día allá yo tampoco ¿Vale?

—Suena un trato justo para mí—veo que comienza a caminar frente a mí pero de espalda, yo sigo avanzando aun viéndolo a los ojos—entonces ¿Qué hay de nuestro proyecto juntos? Después de nuestro extraño pero cómodo encuentro supongo que lo tendrás en mente

—Heil ¿Por qué quieres ser mi compañero? No he visto que los de las clases sean malas personas y eso es decir mucho cuando lo digo yo

—No pareces buena juzgando entonces ¿Lo pensaras?

—El profesor literalmente me dijo que si no lo hacía contigo, no lo haría con nadie

—Es una sabia decisión, no te arrepentirás

—No es una decisión más bien me orillaron a hacerlo

—Pero pudiste simplemente suspender la materia como lo he hecho y no preguntes como es que la he logrado pasar porque si me ha costado

—Tampoco lo iba a hacer ahora me voy que necesito hacer algo—había decidido dejarme llevar, no parecía un mal chico además iba a intentar lo del trabajo

—Pues yo también pero aún tengo tiempo antes que inicie mi jornada de trabajo ¿Te acompaño? —me muerdo mi labio inferior al sentir una pregunta entre mis labios ¿Debía hacerla? Las palabras de Heil me vienen a la mente ¿Qué podía perder? No debía importarle lo que demás pienses

—Das buenos consejos—me ve confundido—yo me entiendo… ¿Tienen vacantes donde trabajas? Estoy buscando un empleo—veo como su cara de confusión pasa a una de alegría, no sabía si había hecho mal o bien pero el que no arriesga no gana

Continuará...

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