CAPITULO 5: Universidad
Inquieta y frustrada esa eran las dos palabras perfectas para describirme en ese momento, porque desde que había sucedido mi discusión con Edward y me había pedido tiempo no hacia otra cosa que pensar en lo que le daría este tiempo, quizás se terminaría de dar cuenta de que no me quería
Hasta me había encontrado a mí misma haciendo una lista de las cosas buenas y malas de lo que podían pasar en ese tiempo lejos, me gustaría decir que las buenas estaban ganando pero su fuerte no era el optimismo así que ya la lista de cosas malas iba por una segunda parte
Era difícil el resistirse a llamarlo y más cuando una mañana había llegado Emma molesta conmigo y Edward porque aparentemente se había ido de vacaciones a la playa, sin mí por supuesto pero lo que más molesto es que fuera con April, Emma me había aconsejando o mejor dicho exigido que lo llamara insultándolo pero no me atreví porque si era distancia lo que quería yo se la daría
Le mentí a Emma diciéndolo que lo sabía, me costó que me creyera pero solo no quería que no pensara mal de Ed, confiaba en el pero no en esa mujer, había sido una dura semana pero quería respetar a Edward aunque le había mentido diciéndolo que se iría al trabajo pero solo no quería perderlo y llamarlo para reclamarle que estaba con esa mujer estando en una situación como la que tenían no lo acercaría más a él, siendo compresiva quizás si
Estuvo tentada a hacerlo a pesar de que habían pasado varios días para llamarlo, esa mañana fue que su cordura se fue de lado a pesar de que debía estar arreglando todo lo que necesitaba para su comienzo del último año en la universidad que sería al día siguiente pero pensar en la universidad la termino llevando en pensar en Ed que lo imaginaba en la playa con esa mujer
Aunque cuando pensaba llamar a su número lista para reclamarle por lo idiota y insensible que era, su teléfono sonó, era Edward a pesar de que él era el que había dicho nada de mensajes y llamadas pero cuando vio su número, encerró su enfado en algún lugar de su ser porque moría por escuchar su voz
—Ed—contesto sin pensarlo pero no logro escuchar nada solo una respiración, mi mente se imaginó muchas cosas—Edward ¿Estás ahí? —esperaba que no fuera lo que creía, mis lágrimas comenzaba a acumularse hasta que lo escucho
—Si Esmeralda aquí estoy…lo siento sé que dije que nada de llamadas o mensajes pero de verdad necesitaba escuchar tu voz—sonrió y me limpio las lágrimas traviesas que se me habían escapado a escucharlo—Necesitaba recordar cómo me hacías sentir—escucho un suspiro de su parte
— ¿Paso algo? —su voz estaba apagada ¿Qué le pasaba a su policía? — ¿Dónde estás? ¿Quieres que vaya? Puedo ir a verte
—No Esmeralda, estoy más bien de lo que me escucho, solo cada vez descubro más la influencia que tienes sobre mí, aún sigo pensando que lo de la distancia es necesaria, solo deseaba escucharte—sonrió, no se escuchaba bien pero le alegraba que fuera su voz que pudiera subirle el animo
—Que ironía que fuiste tú quien rompió las reglas—lo escucho reír levemente—Ed sabes que cuando me necesites ahí estaré, así como tú siempre estas cuando te necesito, a pesar de todo lo que ha pasado entre ambos, eso no cambiara
—Lo sé y me alegro que lo tengas en mente siempre…Esmeralda a pesar de lo que te he dicho ¿Sabes que eres lo más importante que tengo?
—Sabes que soy muy olvidadiza pero sería bueno tener a alguien que me lo recordara siempre—escucho su risa al escuchar la última palabra—Es un buen uso de la palabra ¿A que si?
—Por supuesto que lo es, tomare la responsabilidad en esta ocasión de recordártelo—asiento a pesar de que no me ve, podía imaginármelo sentado a mi lado y yo recostado sobre su hombre, estado conformes con solo escuchar nuestras voces y nuestro leve contacto—Mañana es el gran día ¿No?
—Si aunque estoy algo inquieta, no fue algo que ocupe mi mente
— ¿Puedo saber qué es lo que ocupa tu mente?
—Tu, no puedo pensar en otra cosa que no seas tú Ed—hablar por teléfono siempre hacia que las cosas salieran más sencillas
—Es bueno que lo tengas en mente porque espero que cuando llegues a la universidad ningún chico te pregunte si estas perdida ¿De acuerdo? Si así espero que lo trates igual que a mí como lo hiciste esa vez
—Pero eso no te incentivo más a acercarte a mí
—Creo que soy el único que se acercaría a una persona después de le hablaran de esa manera, si eres tu como lo solías hacer no tengo que preocuparme
—Sí, no existen muchas personas como tú, único en tu especie, me parece que solo tú o podrías enamorarte de una persona como yo, por eso tengo tanto miedo de que algún día te das cuenta de cómo soy realmente—se queda unos minutos en silencio, parecía que se había quedado pensando en algo
—Te conozco muy bien, es tarde, te deseo suerte para mañana, ten cuidado y no te fuerces pero intenta conocer nuevas personas
—Todos en esta ciudad conocen mi historia nadie va a querer acercase a mí, aun cree que me volví loca, solo quiero terminar la carrera y ya además Albert ya me dio todo los consejos posibles, sabes que sigo sus instrucciones al pie de la letra
—Solo haz el intento igual sabes que no necesitas demostrar algo, cuídate, suerte mañana, estaré apoyándote desde lejos
—Ed quería decirte algo—ya lo escuchaba más tranquilo, igual tenía que decírselo—Sé que dijiste eso del tiempo y distancia pero Albert me dijo que sería buena idea que fuéramos juntos a terapia, no sé si tengas tiempo pero…
—Si es necesario para tu avance y el de nosotros, no veo el problemas, claro mientras sea en mis días libres
—Lo hablare con él, si puedo verte una vez a la semana, creo que con esos sobrevive a nuestro tiempo lejos—lo escucho bostezar— ¿Cansado?
—No mucho ¿Qué hay de ti? ¿Has podido dormir bien?
—Con la música me ayuda a dormir aunque hablar contigo siempre funciona, Albert dice que influyen mi cerebro, el me explico solo que me dio un dolor de cabeza horrible y lo ignore—lo escucho reír
—Suena a algo que harías ¿Quieres que te cuente algo? Sabes que nunca he sabido cantar muy bien, haz sido testigo de eso
—Quizás termine teniendo pesadillas por tu culpa pero lo del cuento no es tan malo a pesar de que yo soy la escritora
—No, soy malo inventado historias—me recuesto en la cama, ya que estaba sentada sobre esta para acomodarme para dormir— ¿Lista?
—Por supuesto, ya escucharte hablar me da sueño—sonrió colocando el teléfono en altavoz para escucharlo mejor
—Esa es la idea…Bien ¿Por dónde empezamos? Esta es la historia de una niña de capucha roja que caminaba por el bosque y…
—Esa es la historia de caperucita roja ¿Hablas enserio? Tengo 26 Ed
—No es la misma solo escucha como buena niña…Continuo, la niña no era cualquier niña resulta que solo era un disfraz porque había escuchado sobre unas desapariciones en el bosque y ella estaba fingiendo ser una víctima fácil para atrapar al culpable…—sonrió cerrando los ojos para seguir escuchado la historia de su policía, olvidando por completo porque había deseado llamarlo
***
Bien estaba más nerviosa de lo que pensaba, se sentía hasta ansiosa, ver la entrada de la universidad le tenía muchos recuerdos tanto buenos como malos, no creyó que volvería a pisar la universidad después de aquella vez que termino el año, Edward en el hospital y ella solo se había derrumbado más sin el
Debió dejar que David fuera con ella pero quería seguir adelante y no depender de nadie ¿Por qué? No quería que Edward se preocupara por ella, parecía que tenía problemas, no le había escuchado la voz bien y se le noto lo preocupado que estaba pero no le dijo porque, eso le dolió aunque últimamente ambos no hablaban de ese tema, quizás con las terapias cambiarían las cosas
Al final había llegado a la conclusión de que no quería ser un peso para Edward y no solo para él, sino para nadie más, quería poder hacer todo lo que quería, poder dormir con Edward, ir a la playa y solo lo lograría si se despegaba un poco de él y salía más al mundo real que era ese que se mostraba ante el
—Mostremos de que es capaz hacer Esmeralda Díaz—antes de arrepentirme decido avanzar, podía sentir un revoltijo de emociones a pasar por ese mismo camino, la mirada verde de Edward deteniéndola en ese mismo pasillo le bien a su mente, estaba nerviosa y asustada, las personas la veían pasar, había elegido un atuendo que no llamara mucho la atención, esperaba que los estudiantes no recordaran el caso de ella que todos conocían ¿Los jóvenes de esa época veían noticias? Deseaba que no
Se coloca los audífonos para relajarse y comenzar a buscar su aula de clase según lo que le había dicho en cuanto Carlos vino a formular la reinscripción, no conocía sus compañeros pero seguro la mayoría seria menores que ella, esperaba que no la reconocieran, le daba temor que preguntara sobre su vida o ser el centro de atención, en esa ocasión los profesores no sabían de su condición, quería mantenerse bajo perfil, que ese año fuera diferente aunque seguro algunos la reconocerían
Logra encontrar el salón fácilmente porque ya conocía la universidad de esquina a esquina, entra al salón y varias miradas se enfocan en ella pero las quitan enseguida por lo que supuso que pensaban que era el profesor , aún faltaban unos minutos para que la clase iniciara, suspira para relajarse y ubica un puesto vacío lejos de las personas, por suerte no habían muchos alumnos y el salón era grande, venía con el objetivo de ser un poco más sociable y poder estar tranquila en lugares abiertos con personas cerca pero iba un paso a la vez, era lo que Ed y Albert le decía, a su propio ritmo
Consigue un lugar lejos y se sienta escuchando música para relajarse, saca su cuaderno para poder escribir una historia que estaba haciendo, esperaba que esta si tuviera el valor para mostrarla a alguien, era la historia de una chica extrovertida y parlanchina, todo lo contrario a ella, no quería hacer una historia basándose en su vida, sino más bien en todo lo que ella no era y lo que quería ser algún día, convertirse en la chica perfecta para Edward quizás
— ¿Está ocupado? —levanto la vista al escuchar la pregunta y observo a un chico castaño con ojos color miel que parecía algo atareado hasta su cabello negro parecía algo despeinado, era de piel broceada, alto y fornido , la observa con atención
—Hay muchos asientos—noto que había muchos lugares ¿Por qué quería exactamente el que estaba a mi lado? No me gustaba las personas y si estaba haciendo el intento pero era muy pronto, podía sentir que me miraba interrogante esperando por mi respuesta—Está ocupado—noto que sonríe
—Por supuesto que lo está por mí—frunzo el ceño al ver que se quita el bolso colocándolo en el asiento de al lado, iba a protestar pero veo al profesor entrar, esperaba que no fuera costumbre sentarse ahí porque ella ya había elegido ese lugar para sentarse estaba el que estaba más alejado de todos
***
Por desgracia no podía usar mis audífonos en clase porque terminaba distraerme de lo que estaban diciendo el profesor pero había algo que me había molestado todo el día y era ese chico ¿Por qué estaba jugando tanto con el estúpido lapicero? Podía escuchar cuando jugaba con el botón que sacaba la punta para escribir y encima no estaba tomando nota de lo que decía el profesor
Toda la clase no le había tomado importancia pero a mi si me había molestado porque estaba lo suficiente cerca para escucharlo, esperaba poder sentarme al otro lado de la habitación cuando nos tocara otra vez juntos pero a pasar las horas él estuvo en las misma clase que yo, no se había movido del lugar
No le mencione nada porque había podido mantenerme al margen y cuando culminaron las clases pude ver a todos salir seguro a la cafetería o el comedor porque ya las clases habían terminado, me quede distraída leyendo las notas que había tomado en las clases y ya teníamos actividades que hacer
De hecho había un proyecto que el profesor de literatura había mandado a hacer, era la nota final del semestre pero por lo que entendió era algo complicado, le iba a tener que pedir ayuda a Emma, seguro sabía algo del tema, era informe sobre el tema que quiera, no se le ocurría de que podía que ser y encima también estaba el profesor de proyecto ¿Qué tema a elegir para su informe final?
—Es en pareja ¿Verdad? —levanto la vista algo sorprendida por escuchar la voz del chico cerca de mí, el salón estaba solo haciendo que todos mis sentidos se pusieran alerta, tenía que salir rápido de ahí si no quería perder el control de su cuerpo—Eres nueva ¿No?
— ¿Qué te hace pensar eso? ¿Qué nunca me hayas visto o que no hablo con nadie? —tomo mis cosas intentando mantener el control, iba a hacer todo los trabajos solo, ya haría algo con los profesores y le explicaría su condición aunque no quería sacar provecho de eso, quería un cambio en su vida
—Me gusta ser de esas personas que señalan las cosas obvias de la vida—me levanto ignorándolo completamente para pasar por su lado pero al salir del salón puedo escuchar sus pasos tras de mi—Había escuchado que los adultos eran amargados pero vaya solo mírate, aunque pareces diferentes a los demás lentos de la clase, todos son unos idiotas
—Soy parte de clase y tú también, inclúyete en esos todos—apresuro el paso para dejarlo atrás pero veo que se pone frente caminando de espaldas sonriendo—Trabajo sola si es lo que quieres conseguir con esto
—Es lo que busco—se detiene haciendo que haga lo mismo, no quería tocarlo, ya de por sí que estuviera frente a mí me ponía nerviosa e inquieta—Si me incluyes en el trabajo y lo haces sola, no tengo ningún problema, no me llevo con los de la clase y tu actitud me gusta, no buscas agradarle a nadie—rio con algo de ironía ¿Qué clase de chico era ese? ¿No podía ser más descarado en su vida?
— ¿Qué te hace creer que soy tan estúpida para trabajar por dos? —escucho mi celular, era Edward, sonrió al recordar nuestra conversación de ayer—Ed
—Vaya sonríes por un segundo pensé que tu cara no conocía esa expresión—paso por su lado para contestar a Ed, esperaba que estuviera mejor
—Y sigues saltándote las reglas o no me digas ¿Otra crisis existencial? —escucho su risa al otro lado de la línea provocando que sonriera otra vez
—No me dan tan seguido como piensas y solo por ti puedo romper una que otra regla—siento como mi corazón late rápidamente ante sus palabras, solo Ed podía hacerme sentir de esa manera
— ¿Quién es? ¿Novio? Dile que tiene una novia preciosa—frunzo el ceño al ver al chico, era molesto, le recordaba a Angel, por su mirada lo último que había dicho era todo para hacerme molestar
— ¿Ya conociste a alguien? ¿Quién es? —apresuro el paso para dejarlo atrás y puedo ver el campus de la universidad ante mi
—A nadie aun, solo es una personas paseando ¿Esta vez porque rompiste las reglas? La misma excusa no puede funcionar dos veces
—Es sencillo hacerte rabiar— ¿Qué rayos quería ese chico? —El trabajo si no seguiré con esto, puedo ser muy insistente—solo quería que se alejara pero tampoco iba a pasar tiempo con alguien tan insoportable
— ¿Esmeralda? ¿Estas con alguien? —frunzo el ceño al verlo y alejo el celular para verlo molesta
—Ni lo sueñes pero si te largas de una buena vez juro que no me va importar usar todas mis fuerzas para borrar esa sonrisa de tu rostro
—Vaya, si eres una fiera después de todo, con muchas garras—noto como se me acerca retrocedo un paso para alejarlo al sentir una leve corriente recorrer mi cuerpo, no podía derrumbarme ahí—Puedo ser igual que tu hasta peor pero para ser justos te ayudare ¿Te he dicho que el profesor de literatura es un amargado? Por eso no he tenido otra opción que molestarte siempre término reprobando las asignaciones en equipo porque todos en la clase son unos idiotas
—Pues yo soy incluso peor que ellos y…
—Esmeralda—siento como mi corazón se acelera a escuchar esa voz—Me preocupe por un momento—siento como toma mi mano y lo veo— ¿Esta bien?
—Ahora más ya que estas aquí—cierro mano al torno de la suya pero noto como Ed veía al chico frente a mío
—Así que es tu nombre Esmeralda, lindo nombre soy Heilerd Verhelst, si lo sé es impronunciable pero me gusta ser original pero para los amigos soy Heil aunque tú no puedes decirme así, la confianza primero ¿no? —lo veo extrañada ¿De dónde había salido? Aunque su nombre era interesante
—Es la primera vez que escucho el nombre—noto que Edward toma su mano—Soy Edward ¿Compañero de Esmeralda?
—Así parece quizás algo más si ella quiere—me sonríe y yo frunzo el ceño
—Mis gustos no son tan banales para caer tan bajo
—Eso lo veremos—sonríe una vez más—Entonces mañana en la biblioteca ¿Vale? Porque créeme me vas a necesitar, nos vemos chica Emo—veo como se aleja como si no fuera la primera vez que hablamos
— ¿Es tu nuevo compañero? Creí que no te gustaban las personas y para mi sorpresa hiciste un amigo el primer día aunque es algo extraño ¿no crees? —me pongo frente al para observarlo a los ojos para intentar leer su expresión pero parecía igual de tranquilo que siempre
—Pienso que existen muchos tipos de personas en este mundo
—Entonces si son compañeros ¿Qué van a hacer mañana?
—En teoría nada porque se auto invito—tomo su brazo feliz de que estuviera ahí— ¿Puedo saber qué haces aquí? Dijiste algo sobre la distancia
—Estaba preocupado por tu primer día ¿No estaba muy cerca? —noto que seguía observando por donde se había ido Heilerd pero luego me ve y sonríe—Aunque pareces estar bien, solo me preocupe
—Fue algo atareado, el estresante sobre todo porque Heilerd estuvo toda la estúpida clase con ese lapicero y…—suspiro para sonríele—No importa no creo que sea la clase de persona que quiera en mi vida
— ¿Por qué no? me gustaría que hicieras amistades—frunzo el ceño al escucharlo—Volviste a hacer eso, solo inténtalo ¿De acuerdo?
—Lo hare pero no será con él, es insoportable y recién lo vi hoy
—De acuerdo puede ser una chica si estas más cómoda—me abraza de los hombros—Te llevo a casa—dejo que me guie al ver que venía en una patrulla ¿Venia del trabajo? ¿Por qué se había escapado? No lo hacia
— ¿Existe otro motivo para que estés aquí? —me abre la puerta y subo al auto seguidamente él hace lo mismo encendiéndolo— ¿Ed?
—Además de que estaba preocupado por tu primer día, sé que no tendré tiempo otra vez para verte, espero que puedas con esto, tómalo como otro reto
— ¿Tiempo? Igual dijiste que nos alejaríamos un poco así, también nos veríamos asistir a las consultas con Albert
—Sobre eso no sé si podré ir como deseas—frunzo el ceño, la emoción de verlo se había evaporado tan rápido como llego—Ahí un caso…
— ¿Otro? Apenas ayer terminaron tus vacaciones ¿Y ya te pusieron otro? —Me cruzo de brazos algo molesta—Parece que tengo que competir con tu trabajo siempre para estar contigo, ese estúpido trabajo no deja que nosotros…
—Ese estúpido trabajo te salvo de un infierno Esmeralda ¿Lo olvidaste? —veo las calles pasar rápidamente ante mis ojos, sería un problema cuando Carlos no pudiera ir por mí, había conseguido un nuevo trabajo, tenía que aprender a conducir más pronto de lo que creía pero me daba miedo
—No porque siempre me lo recuerdas cada vez que saco el tema—lo veo porque sabía que era infantil de mi parte, Edward siempre me lo decía— ¿De qué se trata esta vez? ¿Otro caso complicado?
—Más de lo que crees—veo que su rostro estaba centrado en el camino, parecía que no mencionaría más del tema—hare lo que pueda para ir con Albert pero no prometo nada ¿De acuerdo? —siempre terminaba cediendo ante el
—Si quieres no asiste, no es que fuera importante tu presencia—veo como se estaciona—Gracias por traerme, espero que te salga todo bien en el trabajo—abro la puerta del auto sintiéndome extrañamente sola otra vez, esa sensación siempre la tenía cada vez que Edward se alejaba, estaba cansada de eso—Ed no me llames otra vez y seguimos las reglas que tú mismo impusiste, aunque no lo creas también necesito tiempo—me iba a bajar el auto pero me toma de la mano
—No seas caprichosa ¿Por qué no puedes entenderlo?
—Por lo que entiendo es que me voy a alejar como quieres—me libero de su agarre—Espero que todo te salga como quieres, sabes que te buscare cuando lo crea necesario así que no debes preocuparte—bajo del auto para dirigirme a la casa pero puedo escuchar los pasos de Edward tras de mi
—Esmeralda espera un momento—me detengo esperando que no volviera a acercarse, en el fondo sabía que si necesitábamos esto porque la cosa no podía seguir así, ella estaba cansada de esa situación, tener que suplicar por un poco de tiempo con él, esperar que alguien la ayudara pero había momentos que eso sería imposible, lo que había pasado en la universidad la hizo darse cuenta de eso, si Edward no hubiera aparecido ¿Cuánto le hubiera costado para salir huyendo? Solo por un simple acercamiento
—Te escucho, estoy dispuesta a hacerlo—me niego a decir esa palabra que el decía que usaba a la ligera porque quizás las cosas cambiaran, no quería siempre depender de los demás, deseaba poder sola con lo que la vida le lanzaba, sabía que el que Brayan fuera encerrado seria apenas el comienzo de todo, era donde venía lo más difícil que era enfrentar su realidad para salir adelante
—Es un caso importante y complicado, solo no quiero involucrarte pero no quiero que te molestes por cosas como estas sabes que mi trabajo es muy diferente a los demás, no voy a dejarlo de lado
—Por mí, lo sé muy bien, estos años juntos me ha demostrado cuales han sido siempre tus prioridades y me dejaste en claro que no soy yo aunque siempre te pongo primero que a todos, pensé que me merecía lo mismo—lo escucho suspirar, yo solo retrocedo al sentir mis nervios a flor de piel también cada uno de mis miedos volver a mí, todo lo que sentí cuando Edward me dijo que haría la denuncia, imagine como terminar yo, sabía que en ese mundo nadie me necesitaba y tampoco notaria si yo no estuviera, el mundo no se detenía porque una persona no estuviera para nadie era una prioridad
—No te pedí que lo hicieras—me dolió escuchar sus palabras aunque eso no era una linda novela donde el protagonista dejaba todo de lado solo para estar junto a la chica, las cosas eran diferentes, ella había dejado de creer en esos cuentos hace mucho tiempo atrás— ¿Recuerdas lo que te dije del egoísmo?
—Lo tengo en mente—me acaricio el brazo intentando detener el miedo que me invadía, me sentía otra vez sola, recordaba cómo se había sentido cuando dejo a Edward en ese hospital, la desesperación de no poder hacer nada y como los días pasaban sin que nadie viniera por ella—Ponerme mis prioridades primero, ser egoísta y no atenerme a nada solo para complacerme a mí, sin importar lo que los demás piense de mi—era difícil serlo siempre aunque Edward insistía que debía seguir siéndolo pero me preocupaba por lo que pensaba Edward de mí, quería cambiar muchas cosas solo por el
—Debes tenerlo siempre en la mente Esmeralda, no naciste para complacer a nadie más que a ti misma, tú debes ser tu prioridad
—No quiero—aprieto mis brazo en intento por contener mi temor, por dejar no dejar salir mis lágrimas—Perdí el rumbo hace mucho y solo tengo una sola persona en mi mente y ese es tu, no quiero a nadie más, tu eres mi prioridad—veo dolor en sus ojos, Edward había cambiado tanto, si fuera el mismo que conocí hace mucho hubiera notando como estaba quebrada por dentro desde hace tiempo, como las ganas de seguir adelante se había agotado que estaba ahí porque él me impulsaba a seguir un camino a ciegas, solo si Edward pudiera leer como antes se diera cuenta que en realidad no había avanzado nada y seguía siendo la misma chica sin ganas de vivir
—Pero tú no eres la mía aunque duela, en este momento los problemas me llueven a montones y necesito arreglarlo porque contigo cerca no puedo hacerlo—otra punzada en mi corazón, dolía que le digiera eso aunque sabía que era la verdad—Necesito que tengas paciencia Esmeralda, si me importas y mucho pero en este punto de mi vida estoy cada vez más en el fondo y antes de que termine completamente sin escape necesito trazar un camino
—De acuerdo, lo entiendo—no iba a insistir, si para Edward no iba a ser su prioridad él no lo seria para ella—Pero es verdad lo que te dije antes—lo veo intentando aguantar todo lo que sentía en ese momento—Mantén tu distancia y yo haré lo mismo, cambiare mis prioridades—las cosas tenía que mejorar para ella a partir de ese momento
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