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CAPITULO 26: Intentándolo


Ed pareció no molestarse por mi repentino beso porque lo corresponde enseguida, me toma de la cintura atrayéndome hacia el para intensificar el beso, yo lo tomo de la nuca para profundizando más ¿Quién diría que podía gustarle sentir todo eso? Era lo que más le gustaba, todas esas sensaciones recorrían su cuerpo que la hacían temblar pero no era de miedo, era de mucho mas

No negaba que a veces le daba temor pero Dios no sabía que era el miedo con ese hombre, no había nada que pudiera negarle, era capaz de entregarse por completo a él sin dudarlo, le gustaba esa sensación que la hacía estremecer, el solo recordar como en esa misma casa por primera vez en su vida tuvo su primer orgasmo, no sabía que algo se podía sentir tan bien

Despreciaba todo lo que tuviera que ver con sexo pero desde que Edward puso por primera vez sus labios sobre ella algo dentro de su cuerpo había despertado, algo que creyó que no podía tener y que se había perdido pero sentir los besos de Edward la hacía desear mucho más que un beso

Suspiro al sentir como comienza a acariciar mis piernas subiendo lentamente hasta que su mano llega a mi parte trasera, siento como eleva para sentarme sobre la mesa donde estábamos comiendo, logro escuchar algo caerse pero no le presento atención y me centro en acariciar los brazos de Ed que llevaba queriendo hacer todo el día desde que lo había visto ponerse esa camisa, el solo pensar en eso siento ese cosquilleo recorrer mi cuerpo ¿Ese hombre era de ella? Era imposible

Siento como se aleja observándolo a los ojos su respiración era agitada igual que la mía pero me veía con deseo, ahora era consciente completamente de lo que provocaba en Edward así como el en ella ¿No era la misma mirada que le había lanzado aquella vez que la vio por primera vez desnuda? ¿Podría ser?

Veo su sonrisa volver a aparecer y vuelvo unir sus labios con los míos sin evitarlo, Dios desde el primer momento Ed la veía como mujer, la deseaba a pesar de todo eso que la rodeaba, aunque ella estuviera en ese tiempo tan rota, tan llena de odio hacia ella misma y rencor, Ed la quería desde el primer momento

Miles de imágenes de él diciéndole lo que significaba para el pasan por su cabeza, sus sonrisas, su primer abrazo, cada una de sus palabras que le decían de una forma u otra lo importante que era ella para el pero siempre hacia todo para alejarlo en ese momento lo quería todo de el

Meto mis manos bajo su camisa, estaba tibio, pudo sentir como Ed se remueve bajo mi toque y como su cuerpo se pega más a él en busca de más, puedo sentir como el comienza acariciar mi espalda haciendo que mi cuerpo termine ardiendo ante su toque, deseando más que una simple caricia, lo quería todo

—Ed—lo alejo un poco para quitarle la camisa y dejar a descubierto su abdomen bien trabajado, dejándome sin aire al solo verlo, escucho su risa y mis ojos se encuentran con los suyos

—Definitivamente es una suerte que solo sean miradas—rio al sentir como me envuelve en sus brazos y me eleva de la mesa para caminar conmigo hasta la habitación—No pierdes ninguna oportunidad ¿No?

—Alguien me enseño a no desaprovechar el tiempo—escucho su risa, lo silencio volviéndose a besarlo, siento como me recuesta en la cama quedado bajo su cuerpo, sin contenerme comienzo a explorar todo su cuerpo sin restricción alguna, le gustaba, siento que abandona mis labios haciendo sacar un leve jadeo al bajar a mi cuello dejando leves besos sobre este, tomo su nuca para enredar mis dedos en su cabello y impedirle que se detenga

—Esmeralda—sin poder impedirlo se aleja de mí para verme a los ojos—He estado investigando un poco y…—había pensado en mí haciendo esto, lo conocía lo suficiente para saber que quería evitar otro ataque

— ¿Qué quiere probar? Solo dímelo—veo su sonrisa y sin dejar de mirarme siento como comienza a quitarme lentamente la camisa, se inclina para dejar un rastro de besos haciéndome suspirar ante cada caricia, podía sentir como mi entrepierna recibía cada corriente que invadía mi cuerpo, dándome una gran sensación

—Arriba—siento como saca mi camisa por sobre mi cabeza y lo siguiente que veo es que se coloca a mi lado para ayudarme a estar sobre el ¿Mi turno? Sonrió al ver su mirada en mi esperando que hiciera algo, podía imaginar miles de cosas que quería hacer con él y una de ellas era volverlo loco como él lo hacía conmigo

—Lista—baja directamente hasta su entrepierna y lo escucho estremecerse al sentir que toco su bulto, pero en vez de quitar su pantalón comienzo a dar leves besos en el inicio de su cintura escucho sus jadeos que era como música para mis oídos ¿Y solo yo podía escucharlos? Subo mis besos para poder explorar aquel pecho que deseaba sentir bajo su cuerpo hasta detenerme sobre su cuello, podía escuchar su respiración acelerada, aprieto levemente su entrepierna logrando sacarle un gemido, subo mis labios hasta su oreja para escucharlo suspirar

— ¿Qué te parece? —mi aliento choca con su oreja haciéndolo removerse, muerdo su oreja suavemente para escuchar otro gemido de su parte

Me alejo un poco de el para verlo con la respiración entre cortada, se veía exquisito y me veía con deseo, se sentía bien ser deseada por Edward, verlo con su cabello despeinado y con los labios rojos por nuestros fogosos besos, Ed me toma de la cintura comenzando acariciar cada una de mis curvas tomándose el tiempo para acariciarla hasta que se hace que mi incline para besarlo nuevamente

Siento como quita el broche de mi sujetador para quitarlo y lanzarlo en algún lugar en la habitación, era divertido ver al paciente Edward Suarez perdiendo el control, gimo al sentir como toma uno de mis pechos entre sus manos y otro meterlo a la boca, comenzado a jugar con ellos, un leve jalón en mi entre pierna me hace estremecerme, Dios sentía que iba a explotar en cualquier momento si continuaban así pero Edward parecía estar disfrutando torturarla de esa manera

—Creo que tengo una nueva parte favorita de ti—rio al escuchar su declaración pero enseguida la risa es reemplazar por un gemido, en la habitación solo podía escucharse jadeos y gemidos de parte de ambos

Le gustaban tanto esas atenciones, esas caricias y esos toques de parte de su novio ¿Cómo pudo haber cambiado tanto? Siente como empieza a bajar lentamente hasta llegar a su falda, era lo que llevaba ese día, siento como mete su mano a mi entrepierna haciéndome temblar bajo su toque, no iba a poder aguantar si seguía así no iba a poder seguir, siento como introduce un dedo en mi interior

—Dios Esmeralda—rio porque desde esa posición podía ver todas las expresiones de Ed, me acerco a sus labios para besarlos, intentando silenciar mis gemidos podía sentir como Ed entraba y salía de mi interior haciéndome mover mis caderas al compás de cada embestida, me separo de sus labios para dirigir mis besos a su cuello y sin evitarlo clavo mis uñas sobre su espalda al sentir una liberación recorrer mi cuerpo, mi respiración aún era entrecortada—Segunda vez—siento que besa mi frente, quería mas si así se sentía solo unos toques ¿Qué se sentiría ser completamente de Edward?

—Quiero más Ed—escucho su risa, comienzo a besar su abdomen bajando lentamente hasta llegar a su entrepierna, desabrocho su pantalón pero siento como toma mi mano, lo veo a los ojos que a pesar del deseo en ellos puedo ver un poco de preocupación—Estoy bien

—Esmeralda—sin evitarlo lo beso y con su ayuda saco su pantalón junto a su bóxer, me deshago de lo que faltaba  de mi ropa para así poder estar piel a piel, sentía mi cuerpo entero arder ante esa sensación, nuestros sexos rozándose haciéndonos gemir a ambos, siento el deseo recorrer mi cuerpo

Como sus manos acarician lentamente mis piernas y como comienza a besar mí cuello, yo si evitarlo exploro cada parte de Edward oyendo aquellos gemidos que había querido escuchar, amaba a Edward y lo deseaba ahora más que nunca, no quería parar, no sabía que aquello podía ser tan fascinante

—Desde aquí te vez como una Diosa—siento los nervios a flor de piel y repentinamente me siento algo aterrada por lo que venía a continuación, se sentía lista pero todas las veces que la habían obligado había dolido tanto ¿Esas vez también sería igual? Le dolería y luego Edward se sentiría culpable por ello—Esmeralda—debió ver mi miedo porque hace que lo vea a los ojos, mis manos comenzaban a temblar y mis ojos humedecerse por el repinto miedo recorrer mi cuerpo— ¿Quieres parar? —veo sus ojos ahora se mostraban preocupados pero no quería detenerse, quería mas pero tenía miedo

—No—susurro, Edward no era ese hombre, su Edward era compresible, cariñoso, cuidadoso y amoroso, nunca le haría daño—Solo temo que duela como las veces anteriores—veo su sonrisa aparecer en su rostro y como toma mi mejilla

—Tú guías ¿Vale? Si algo está mal, nos detenemos—asiento para acercarme a él y disfrutar más de sus labios, lo siento rodearme con los brazos,  se sentía protegida entre ellos, nada malo le iba a pasar cuando él estuviera cerca, con ayuda de Edward posiciono su sexo en la entrada del mío, comienzo a entrar lentamente sacándome un suspiro, era una sensación muy diferente a la que solía estar acostumbrada, se sentía llena y completa, quería mas, sin evitarlo comienzo a mover mis caderas llevando el control de las estocadas, podía escuchar los gemido de Edward y como acariciaba mi cuerpo mientras yo aumentaba el ritmo de las embestidas que cada vez eran más rápidas, sentía algo acumularse en mi vientre ya lo había sentido antes, pero esta vez era diferente estaba ansiosa por liberarse en brazos de aquel hombre

—Te amo Ed—uno nuestros labios hasta que sienten que finalmente me libero y seguidamente siento como Edward también lo hace, ambos respirábamos agitadamente, lo siento salir dentro de mi dejándome una extraña sensación Edward me baja de su pecho para colocarme a su lado y cubrir mi cuerpo desnudo, no podía creer que habíamos hecho eso y se sentía glorioso, la espera había valido la pena, era como subir a una nube y perderte en el cielo

Ed me rodea con sus brazos sin medir palabra aun podía sentir su respiración acelerada, se iba calmando al compás de la mía, el comienza a besar mis hombros mientras me da leves caricias sobre mi espalda logrando tranquilizarme y relajarme, aun no podía creer lo bien que se sentía ¿Podía repetirlo cuantas veces quisiera? Veo a Ed que mantenía los ojos cerrados parecía disfrutar de las sensación de mi cuerpo junto a el suyo

—Edward—veo que abre los ojos dejándome ver ese par de esmeralda que me gustan tanto— ¿Podemos repetirlo? —escucho su risa

—Dios parece que eres una insaciable—rio y lo abrazo para pegarlo más a mi quería sentirlo más cerca, entrelazos nuestras piernas, suspirando al sentirme la mujer más feliz del mundo—También te amo pero mañana tengo trabajo

—Eres un hombre muy raro—lo veo que me observa extrañada—si tu novia te pide que le hagas el amor deberías estar feliz ¿no?

—Si pero no cuando eres tú, descansa aun estas agotada por todo lo que sucedió en tan solo dos días, no creas que no olvide lo de Heil, solo me preocupo

—Vaya a ti ni con sexo se te puede despistar—escucho su risa, me acurruco en su pecho dándome cuenta de que en verdad estaba agotada y casi al instante caigo rendida en los brazos de mi novio

***
Sentía mi cuerpo un poco adolorido y una extraña sensación que me recorría, llevaba años  sin sentirme así pero en esa ocasión era algo distinto y no se comparaba con las veces anteriores aunque al abrir los ojos el miedo comienza a invadir al sentirme extraña con todas esas sensaciones

Mi respiración comienza a acelerarse y me siento para intentar dar con el lugar donde estaba pero lo reconozco como la habitación de Edward aun así el miedo no abandona mi cuerpo que para mí alivio estaba cubierto con una camisa, estaba vestida con ropa de Ed ¿Era un alivio?

Escucho un ruido provenir de afuera, me levanto aun con mi pulso acelerado y mi cuerpo temblando pero intento calmarme algo inútil, me asomo por la puerta de la habitación para ver de quien se trataba, puedo distinguir a Ed recogiendo unas cosas del suelo, llevaba puesto solo un mono sin camisa, puedo divisar unas marcas en sus espalda ¿Qué le había pasado?

Las imágenes de la noche anterior vienen a mí de golpe, sus besos en esa misma mesa, el ruido que escuche seguramente eran los platos que estaban recogiendo en ese momento, aquellas marcas que ella misma le había hecho inconscientemente cuando… Dios tenía que ser una broma

Mi corazón late desbocado y el miedo que me invadía hace solo unos segundos es reemplazado por la vergüenza y el nerviosismo ¿Cómo pudo ser tan atrevida? Cualquiera pensaría que ella lo había seducido y ella ni siquiera sabía nada referente a eso pero aun así se había comportado de aquella forma

Vergüenza es lo que venía a su mente, se había hecho ver tan desesperada pero diablos era culpa de Edward por tener ese cuerpo además de que estuvo provocando el día anterior y no pudo pensar con racionalidad, encima esos brazos, esos labios, ese abdomen y Dios…mejor no seguía bajando su mirada porque volvería a perder la poca cordura que tenia

Ahora ¿Cómo vería a Edward a los ojos? Ni se acordaba de haberse vestido y encima le había pedido más pero el siempre pensando en ella y vaya que tenía razón su cuerpo estaba un poco adolorido pero el solo recordar cada gemido, cada caricia y sus besos lo habían hecho valer la pena

Pero no debió comportarse así ¿Qué le diría? ¿Se burlaría? No iba ni poder hablarle ¿Cómo saldría de esa? Cierro la puerta con seguro esperando que no volviera pronto, mi ropa no la veía por ningún lado, me golpeo mentalmente al recordar que me había venido en las manos de Edward otra vez con las benditas bragas puestas haciéndolas inútiles

Reviso la habitación y sonrió al dar con mi ropa en una mesa, aun servía por lo menos pero no le tocaba de otra que seguir con el bóxer que seguro había sido Edward que se lo había puesto, ni siquiera había tenido la decencia de vestirse ella misma, así de cansada estaba, con el frio que estaba haciendo, se había vuelto loca completamente ¿Dónde Diablos estaba Esmeralda Díaz? Porque esa no era

Entro al baño dándome una ducha rápida para vestirme, tenía clases ese día así que no podía tardar mucho, al salir del baño me visto y busco en la habitación las llaves de mi moto encontrándolas bajo la cama, no iba ni intentar recordar como habían parado ahí porque seguro era algo inútil, me veo en el espejo estaba lista

Escucho que intentan abrir la puerta y entro en pánico hasta que escucho los golpeas sobre esta, Era Ed me llamaba por mi nombre, veo la ventana, Dios necesitaba arreglar su mente en ese momento y con el cerca no iba a ser capaz de hacerlo, si era una cobarde pero Dios tenía tanta vergüenza

—Esmeralda no es gracioso, abre ¿Sucedió algo? —veo la ventana y muerdo mi labio inferior nerviosa— ¿Podemos hablar? Si esto es porque tu…

—No, yo…—ni siquiera podía decirle una excusa pero tampoco podía irse sin que entrara en pánico, la iba a buscar—Tengo que llegar súper temprano hoy quede con Heil en vernos sobre una actividad que haríamos

—Dios es una mala excusa, estas molesta con el—me golpe mentalmente porque ahora había metido la pata—Abre, sé que tienes miedo pero prometo que…

—Estoy bien pero de verdad tengo que irme—me acerco a la ventana abriéndola—Pero ya salgo, dame unos minutos

— ¿Segura que estas bien? —suspiro porque me sentía mal abandonarlo así pero necesitaba calmarse y no quería verlo pero no era por lo que él se estaba imaginado, Dios que vergüenza

—Sí, perfecta, nada de qué preocuparse—escucho su suspiro, se había rendido

—Bien, estaré esperándote en la cocina—asiento aunque él no me vea, salgo por la ventana para volverla cerrar, tomo mi moto y le quito el seguro, la alejo un poco de la casa para encenderla y alejarme dejando a mi novio atrás

***
Bien quería estrellar su cabeza contra una pared en ese momento, Heil había comenzado las pasantías y yo lo haría en la tarde, parece que llego a un acuerdo con los profesores así que no lo vería mucho por ahí así que no sabía cómo iba a hacer para hablar con él porque seguro que el trabajo sería imposible ya que apenas se dirigían la palabra normalmente ¿Podría esperarlo?

Necesitaba ayuda con lo que le había pasado con Edward, era una cobarde esa mañana solo le habían enviado un mensaje diciéndole que tenía que irse que todo estaba bien y que se verían luego, Ed la había intentado llamar pero había decidido ignorar sus llamadas aún no estaba preparada mentalmente para hablar con el

Sabía que Ed no se iba a quedar tranquilo hasta hablar con ella ¿Por qué rayos no se conformaba con su mensaje? Con eso iba debería ser suficiente, por lo menos no sabía dónde encontrarla por la tarde que era cuando tenía un descanso, ella iba hablar empezar con sus pasantías ese día en la editorial donde trabajaba Emma, no sabía ni cómo iba hacer con su trabajo, tendría que renunciar pero el pensar en que su tiempo con Heil iba a terminar no quería hacerlo

Quizás podría ir solo unos días las pasantías igual según lo que sabía iba a ayudar con el trabajo de revisión de historias de Emma, seria entretenido, llevar trabajo a su casa, podría organizar su horario y seguir con su empleo al menos hasta empezar trabajar formalmente en la editorial donde trabajaba su amiga esperaba que la contrataran

Con eso en mente le envió un mensaje a el jefe de mi trabajo que era Heil el encargado esperaba que lo leyera por lo menos seguro seguía molesto no quería insistirle mas bien estaba pensando en cómo podía disculparse pero no podía ser por una llamada, Heil ser merecía más que eso ¿no?

Salgo de la universidad para subir a mi moto y dirigirme a la editorial, antes de llegar le envió un mensaje a Emma que estaba en camino, cuando llego diviso a mi amiga en la entrada del gran edificio con un traje de oficinista, le quedaba muy bien, se veía como toda una profesional

—Meck, estaba ansiosa por que vinieras—sonrió sintiendo como me rodea con sus brazos—Oye aquí yo soy tu jefa ¿De acuerdo? —rio porque había sido ella la que me había abrazado en cuanto me vio

—Si jefa pero recuérdatelo a ti misma ¿Vale? —Escucho su risa— ¿Y bien?

—Lo siento es que estoy tan emocionada que vayamos a trabajar juntas, te va a encantar este lugar, sígueme—la sigo para entrar al edificio veo que la saludan varias personas al entrar nos detenemos en lo que parece la recepción—Buenos días Nati, ella es la pasante que esperaba ¿Me puedes dar su credencial?

—Por supuesto señorita Rodríguez—veo que busca algo y finalmente veo la crucial que decía pasante, llevaba mi foto en ella, Emma me la había pedido hace unos días, me veía bastante bien—Bienvenida señorita Díaz—asiento y sigo a Emma una vez que me coloco la credencial

—No te sugiero hacer amistad con ella, se sabe todos los chismes del lugar—ruedo los ojos escuchándola, sonrió al ver en su mano una sortija de compromiso, era una flor rosada, era muy bonita—Pero ahí personas muy buenas, te presentare al jefe y luego el equipo con el que vas a trabajar

—Emma ¿Todos aquí saben de casualidad quién soy? —habían varias miradas sobre nosotras y no sabía si era por Emma o por mi

—Meck que eso no te baje los ánimos, la editorial siempre investiga a todos sus empleados y le gusta mantener bajo perfil muchas cosas como son sus escritores, hasta ahí varios que se mantienen en el anonimato, siempre tienes que tener cuidado de esas cosas

—Puedo con eso pero si se supone que la empresa le gusta ser discreta ¿Por qué la empresa con todo y empleados saben de mí? Porque no creo que esas miradas sean por tu mini falda

—Pues no pero tenemos que adaptarnos, yo trabajo aquí gracias mi madre, hizo una buena recomendación de mí, el jefe es amigo de ella un excelente hombre, todos me creían incapaz y empecé desde secretaria y ya soy editora, un puesto que seguro te ganaras en futuro Meck

—No lo quiero pero ¿Sabes cómo es que se enteraron? Sé que todo está  en internet pero es noticia vieja ¿no?

—Es un cuento largo pero déjame decirte que eres toda una nota aquí y apenas comienzas hoy, yo que tu estaria nerviosa—nos detenemos frente a una puerta, me observa con algo de preocupación en su mirada—Amiga ya depende de ti como hagas esto, el jefe estaba muy inseguro de aceptarte por todo los problemas que tienes pero mi hermano hablo un poco de ti y yo también así que acepto porque entiendes que si pasa algo pude que la empresa termine envuelta en esto

—No voy a hacer nada Emma, solo me pones nerviosa—no quería que el esfuerzo de sus amigos se fuera a la basura pero si sabía comportarse en su otro trabajo lo de ahí seria pan comido ¿no?

—Lo sé pero dependerá únicamente de ti si sigues aquí o no así que por favor por mucho que escuches las habladurías no le vayas a romper la nariz a alguien o lanzarle algo en la cabeza—sonrió al recordar mi primer encuentro con April—No Meck hablo enserio ni siquiera insultos al menos que tengan clase

—Soy mu ingeniosa pero enserio se cuidarme Emma—la veo asentir y suspirar, parecía mas nerviosa que yo, escucho que toca la puerto la sigo al ver que la abre y lo primero que diviso es un hombre de alrededor de 50 años sentado frente a nosotros, su cabello era completamente lleno de canas, sus ojos negros y su rostro estaba lleno de arrugas por los años, nos sonreirá

—Buenos días señor Quevedo ¿Cómo amaneció hoy?

—No tan bien como tú por lo que veo—escucho la risa de Emma, la sigo hasta estar frente al hombre—supongo que eres Esmeralda Díaz

—Sí, es un gusto conocerlo y desde ya le agradezco por aceptarme a pesar de todo, le aseguro que no se va arrepentir de su decisión

—Todo depende ti, he escuchado mucho sobre ti y espero que no me decepciones, soy un hombre bastante directo

—Yo también así que creo que nos vamos a entender muy bien señor, la verdad admiro mucho lo que hacen las editoriales, le dan oportunidades a las personas para llenar vidas porque es lo que hace un buen libro

—Eso no lo dudo señorita Díaz—veo que se levanta, no me gustaba muchos los ancianos pero estaba tranquila por la presencia de Emma—Trabajara como ayudante de Emma Rodríguez, ella te mostrara lo que tienes que hacer, puedes discutir tus horarios con ella para que no tengas problema alguno con eso y según como te vaya, sería un placer tenerte aquí—veo que me extiende la mano—Espero que sea así, es un placer

—El placer es mío—dudo un poco pero le doy el apretón de mano rápidamente y sonrió escribiendo mi mano, parecía una persona amable y compresible pero era los hombres a los que más solía temerles

—Bien con su permiso señor—veo que asiente y ambos salimos de la oficina, siento mi corazón acelerarse— ¿Todo bien?

—Parece una buena persona—la veo asentir y la sigo en silencio hasta lo que me imagino que es su oficina, saluda a una joven mujer hasta entrar— ¿Lo conoces?

—Por supuesto es mi jefe pensé que no te gustaría pero te aseguro que es una persona de fiar aunque…—lo veo extrañada—Según lo que se este es su último año, el que no me agrada es el que es el siguiente al mando y con ese si suele venir aquí seguido pero ya lo conocerás

— ¿Qué tan mala persona es? —noto que se recuesta sobre su escritorio—Emma

—No se habla de el muy bien pero bueno, a mí me gustaría tener ese puesto pero creen que no estoy capacitada apenas llevo 4 años en la empresa aunque sé que quieres ser escritora así que seguro no tendrás problemas si el señor Quevedo te deja aquí una vez que se vaya, se quiere retirar

—Me imagino, aun no empiezo y creo que ya tengo miedo, definitivamente es mejor estar avergonzada frente a Ed que aquí—ya había olvidado lo de la mañana

— ¿Qué hiciste? —veo a mi amiga, no podía contarle en ese lugar

—Quería invitarte a cenar para hablar ¿Qué dices?

—No me digas que hiciste alguna tontería otra vez porque en serio debes saber comportarte amiga, espero que no pase nada vergonzoso aquí porque todos saben que fue mi idea meterte aquí

—Ya te prometí que me iba a comportar Emma, de eso no tiene que preocuparte—escucho mi celular y noto extrañada que es un mensaje de la universidad, lo abro para observar una notificación

—Pero cuéntame ¿Qué le hiciste? ¿Volviste a ir a la estación? Angel me contado cada una de las veces que se ha enterado que has ido parece que disfruta de tus ataques de atención—ahora me sentía avergonzada de ello, centro mi atención en el mensaje decía Esmeralda Díaz se le notifica que para culminar su último año es requerido realizar el servicio comunitario antes de que termine este semestre, pasa por coordinación de servicio comunitario para asignarle que es lo que es lo que va realizar en un periodo de un mes

—Como si no tuviera suficiente ¿Se puede hacer pasantías y servicio comunitario a la vez? —veo a Emma, no sabía si era posible

—No lo sé ¿Aun no lo has completado? Por lo que se tendría que haberlo hecho el año anterior ¿Cómo es posible que no lo hayas hecho?

—Mi vida estaba en crisis ¿Lo olvidadas? —No recordaba nada de eso, tendría ver como realizar las dos cosas al mismo tiempo—Al menos me servirá de excusa para no ver a Edward el resto de la semana

— ¿Me vas a decir que le hiciste esta vez? —bajo la vista avergonzada

—Por fin dimos el paso—veo como los ojos de mi amiga se abren como platos

—Definitivamente cena esta noche y solo nosotras—ya de por sí era vergonzoso ¿Cómo reaccionaria a su amiga si le digiera que lo abandone después de eso?

Continuará...

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