CAPITULO 24: Compras
No podía creer lo que había hecho y esa mujer se iba a encargar de recordarlo, aunque la risa de Esmeralda era como música para mis oídos pero no cuando se estaba burlando de mí, no sabía porque había terminado en ese estado, quizás todos sus problemas si terminaban desbalanceándolo
—Esmeralda deja de hacer eso ¿No quieres terminar? —me encontraba colando una harina que iba a utilizar para el postre que iba a hacer
—Claro pero necesito que termine antes—veo su sonrisa y sigue revisando su celular desde donde estaba podía escuchar mi voz algo torcida cantando, sacándole otra risa que se escucha por toda la cocina— ¿Qué pasara si Angel viera esto? —me tenso al escucharla
—Ni se te ocurra mujer—dejo lo que estaba haciendo para verla—Bórralo
— ¿Qué gano a cambio? —veo que me ve desafiante, esa mujer sí que lo sacaba de sus casillas—creí que sabias negociar
—Esmeralda por favor, borra el estúpido video, si Angel llega a verlo no dejara de molestarme además esto es tu culpa—escucho que ríe al ignorarme por el dichoso video— ¿Qué quieres? —sabía que era capaz de mostrárselo a Angel
—Quiero muchas cosas de ti—noto que me observa de arriba abajo, no era broma cuando decía que me sentía intimidado por su mirada, ni yo la veía de esa manera al menos no cuando ella miraba
— ¿De dónde saliste tan pervertida? —veo que sonríe coquetamente, siento algo removerse en mi—Solo bórralo, no quiero que nadie lo vea, ya me siento avergonzado porque me emborrache estando tu presente
—Ósea que ha habido otras veces—era una experiencia que prefería guardármela para mí y Angel, nadie tenía que saberlo—Mentiste cuando dijiste que no bebías, no suena a algo que tu harías
— solo fue contigo ayer y no volverá a pasar
— ¿Qué tal si te compro el ron que me pediste ayer? —veo sus sonrisa burlona, no recordaba mucho de lo que había pasado ¿Qué tantas tonterías había hecho?
—Solo decía estupideces—intento quitarle el celular pero es más rápida alejándose—Esmeralda dame el estúpido celular
—Vocabulario señor Suarez—frunzo el ceño, no le causaba gracia aunque ella parecía estar disfrutando con mi sufrimiento—Que amargado
—No es gracioso—vuelvo a mi labor, solo esperaría el momento perfecto—solo dime tu precio—sonrió viéndola de reojo, fingía sorpresa al escucharme
—Así que ahora recurres al soborno pero no acepto sobornos mas bien tratos—noto que se sienta en el mesón de la cocina cruzándose de piernas, cargaba solo un suéter holgada con unos shorts que era cubiertos por el suéter, sus piernas se veían muy bien
—Esmeralda—aparto mi mirada de sus piernas para concéntrame en lo que hacía—Solo bórralo o no se lo muestres a nadie, si te hace reír tanto no puede ser el causante de que dejes de hacerlo pero no se lo muestres a Heil
—Solo yo puedo verte avergonzado—levanto mi mirada para verla sonriendo, era muy posesiva cuando se lo proponía
—Hermana ya está listo el postre que estabas haciendo—desvió mi mirada a la de ella para alejarme a lavar mis manos, ya había terminado
—Ed es muy mal ayudante para hacerlo ¿Por qué no me ayudas Alex? —me seco las manos para acercarme al mesón
—Tengo que irme Esmeralda—noto que se baja de la mesa—ya tienes ayuda y es algo tarde—se acerca a mí y la veo a los ojos, ese iris azul podría volver loco a cualquier y yo era uno de ellos
—Puedes quedarte—niego para luego sentir sus brazos rodearme—Ed lo borrare pero no te moleste por eso—rio al escucharla, si la solución de que borrara el video eran tan sencilla—Quiero que pruebes el dulce
—Tengo trabajo mañana—hago que me vea a los ojos—Descansa ¿Si?
—Puedes irte desde aquí, no tengo problema
—Tengo una mascota que cuidar y no puedo seguir molestando a la vecina—veo que frunce el ceño imaginadose lo peor—Tengo más de una vecina
—No dije nada—sonrió, dándole un beso rápido— ¿Cuándo nos volvemos a ver?
—Ya siento que te extraño así que puede que venga mañana
—Bien, más te vale o si no yo iré primero si tardas mucho—asiento y siento que me roba otro beso para liberarme,
***
Esmeralda
Ese sería una buena mesa para su nueva casa, era perfecta hasta se parecía a Silver, era una mesa pequeña que literalmente tenia forma de caballo pero en miniatura, como el suyo era marrón claro, tenía que tenerla, ya se imaginaba esa mesa frente al sofá mientras ella y Edward tomaban café y el chocolate mientras leían un libro juntos
—Tengo que tenerla—le digo al chico de la tienda para que me la incluya en mi lista de compras, tenía rato acompañándome, quería ir comprando las cosas para su nueva casa porque sabía que cuando iniciara la universidad y el trabajo no iba a tener tiempo, era una lástima que Edward no pudiera estar ahí con ella
Esa mañana le había escrito diciéndole que iba a empezar con esas compras lo cual le dijo que era muy apresurado pero luego de amenazarlo con el video dijo que hiciera lo que quería y lo enviara a la dirección de su casa para que estuvieran ahí mientras conseguían algo, aún no habían empezado a busca pero definitivamente tenía que ser un lugar cerca de donde vivía Carlos
—También quiero aquello—apunto a un horno gigante que sería perfecto para preparar mis postres, seguro Edward no tenía nada igual a eso y sin un horno así se le dificultaría prepara sus postres que era su pasatiempo favorito—No puede ser—Edward tenía que ver eso, ya se lo imaginaba con uno de esos—Ed—lo veo a través del teléfono, tenía sus lentes puestos
—Esmeralda estoy un poco ocupado ¿Qué sucede? —sonrió y le muestro un delantal que decía Mi novia es un dolor de cabeza y otro que decía Soy su dolor de cabeza uno era azul y el otro color salmón, sabía que técnicamente me estaba insultando pero le había encantado— ¿Enserio Esmeralda?
— ¿Que? Hasta vienen con su gorro de chef, se te vería divino—escucho su suspiro—Creí que te gustaría además elegir las cosas es algo que debamos hacer juntos y estoy haciéndolo sola
—Te dije que es muy pronto para esto pero me amenazaste—me cruzo de brazos—si lo compras no usare eso
—Bien, entonces quizás deba llamar a Heil para que me ayude a elegir las tazas—veo que Frunze el ceño, solo sonrió— ¿Los compro?
—Eres demasiado astuta para el tamaño que tienes—sabía que no era muy alta pero tampoco él lo era—cómpralos ¿Qué con las tazas?
—Siempre he querido algo de pareja, que sean personalizadas—camino acercándome donde están las tazas para café—Aunque yo no tomo café tu si y yo podría servirme mi chocolate ahí ¿Qué piensas?
—De acuerdo—noto que coloca el teléfono en algún lugar para poder tomar unos papeles que leía— ¿Qué tienes en mente?
—No lo sé pensé que podías darme ideas, la casa será de ambos igual las tazas
—Si son personalizadas puede ser… ¿Un libro? Nos gusta a ambos—sonrió al escucharlo, sería bueno pero muy sencillo
— ¿Podemos hacer eso? —veo al chico que me atendía asentir—Pero le podemos poner algo más, es muy sencillo
— ¿Cómo vas a pagar todo eso? —sonrió—Esmeralda guardas la cuenta y luego dividimos en mitad, no quiero que pagues tu sola
—Ya tu pondrás muchas cosa, solo compro cosas que creo necesario y darle también algo de mí, ya tú le darás el tuyo así que me toca a mí—escucho que suspira, sonrió porque lo había convencido— ¿Tienes mucho trabajo?
—Eso parece, la niña volvió a desaparecer o eso es lo que dicen sus padres, estoy leyendo el informe de la última vez que la vieron, según lo que dijeron sus padres, agredió a su madre que tiene una quemadura pero algo no me cuadra
— ¿Crees que llegues a visitarme? Ya te extraño Ed—noto que sonríe
—Viviremos juntos, solo es cuestión de tiempo Esmeralda
—Cada minuto contigo para mí es muy valioso—frunzo el ceño y veo la taza en blanco—Ya sé que colocarle—veo al chico a mi lado— ¿Me da para escribir? —noto que se saca una pequeña libreta entre su chaqueta, no era muy conversador—Listo—digo una vez que termino de escribirlo—Que la mitad la tenga una taza y la otra la complete—veo que asiente
— ¿Qué le colocaras? —era mejor que se sorprendiera cuando la viera
—Cuando las veas lo sabrá ¿Debo comprarme cosas para mi habitación? Aunque tengo en mi casa pero igual no sé si dormiremos juntos
—Es mejor que cada uno tenga su propio espacio, además a veces te incomoda, es para evitar inconvenientes—tenía razón—Esmeralda tengo que seguir con esto
—Claro pero una última cosa, quiero un sofá ¿Qué color seria el adecuado?
—Todos menos blanco o un color claro, Duncan le gusta subirse en el sofá seguido y a veces termina ensuciándolos por eso mande a cambiar el mío blanco
—Bien, lo tendré en cuenta, nos vemos—le lanzo un beso, veo su sonrisa para luego colgar—Bien que no sea claro es su única condición—sonrió comenzando a buscar por establecimiento lo que quería, esa sí que no la enviaba a su casa tenía que ser una sorpresa
***
Pasaba de un lado a otro la estúpidas casa que ninguna le parecía lo suficiente bonita para ir a verla, otras era muy grandes o estaba ubicadas en un mal lugar, quería algo cerca y que no fuera muy grande ¿Era tan difícil conseguir una casa? Sabía que Edward aun no había vendido la suya pero seguro seria pronto y antes de eso quería estar preparada para que se mudaran, sus hermanos ya se habían ido esa misma mañana y lo menos que quería era volver a esa casa sola
Estaba pensando seriamente en ir dormir con Edward o ir con Emma, no sabía si su novio estaria en su casa, al parecer estaban buscando a la chica, seguía una pista así que apenas había parado a su casa en los últimos días, no quería decirle que sus hermanos ya habían salido solo se preocuparía pero tampoco quería dormir sola, si era una mujer complicada porque no le gustaban las personas pero tampoco le gustaba estar sola
—Oye Esmeralda—levanto mi vista de la computadora para ver a Heil que llevaba su uniforme, no habían muchos clientes así que podía estar tranquila viendo las casas—Mi madre quiere conocerte—frunzo el ceño—también mi perro
— ¿Dog? —asiente y rio aun sin creer el nombre del animal— ¿Por qué quiere tu mama conocerme? No me digas que le dijiste que salíamos
—Por supuesto que no pero si sé que quiere confirmar lo que hicimos en el viaje piensa que volví a mis andanzas pero no me cree por eso quiere conocerte
— ¿Andanzas? Pues sigues bebiendo en un nivel que da miedo, no creas que voy a mentir por ti—escucho que ríe pero se acerca a mí, su pie parecía estar mejor
—Solo acepta, mi madre quiere ver si cocina extra—era una buena manera para distraerse y no terminar sola en su casa—Es para hoy ¿Puedes?
—No lo sé, es que tengo una agenda muy ocupada—veo que frunce el ceño, rio antes su cara aunque la verdad me daba un poco de miedo pero tenía que perderlo de alguna forma—Bien acepto ir a una cena contigo
—Bien ¿Nos vamos al salir de aquí? —asiento y el sonríe para alejarse, intento alejar todas esas imágenes de los posibles escenarios que podía pasar, si le tenía aprecio a Heil pero eso no significaba que sus miedos estuvieran se hayan ido, el estar con él a solas era algo, ya lo habían hecho pero siempre había una manera de huir lejos de él o pedir ayuda en esa ocasión la llevaría a su casa donde estaba su madre, necesitaba dejar de ver televisión
— ¿Señorita? —levanto mis vista a la chica que quería pagar, yo era la encargada de la caja ese día, sonrió para continuar con mi trabajo
***
Heil estuvo todo el camino extrañamente silencioso, me sabía el camino a su casa pero nunca había entrado, solo había notado que era una casa pequeña, no muy grande, era un poco más grande que la de Edward, seguro era porque Vivian más personas en ella pero no sabía porque su amigo estaba tan callado
—Llegamos—noto que reacciona al sentir mi moto detenerse, se baja y yo lo sigo para estacionarla cerca de la casa por lo que veía no era un lugar peligroso
—Esmeralda ante que entremos quiero que sepas algo—lo veo extrañada, parecía un chico nerviosos porque su madre conocería a su novia pero era Heil
—Espero que no sepa que soy Esmeralda Díaz porque seguro se vuelve loca, mientras no sepa eso todo bien—noto que se tensa frunzo el ceño al darme cuenta de su reacción—Es una mala idea, me voy
—No espera—me detiene, no me gustaba que las personas me observaran como si proviniera de otra dimensión—Yo no se lo conté fue culpa de Roberick, el muy idiota se lo conto sin querer una vez que vino a verme
—Un momento ¿Roberick sabe quién soy también? No es que fuera un secreto pero no es algo que me guste que las personas se fijen en mí solo por eso ¿Por eso actuaba de esa manera?
—No, se dio cuenta fue hace poco, su padre es presentador en un canal de noticias pero tiene una buena perspectiva de ti, mi madre se volvió loca cuando escucho que era la misma chica con lo que me suelo pasar, sé que soy mayor de edad ya y no debería impórtame lo que piense pero desde lo de Fabián teme que me vaya en malos pasos
—Me mentiste—me cruzo de brazos, era lo único que me importaba en ese momento, odiaba que le mentira—Si hay algo que odio es que me mientan
—Sabía que no iba a venir si te enterabas lo de mi madre, de verdad no quiero que tenga una mala perspectiva de ti Esmeralda, ahora parece querer controlarme y me gusta la libertad que tengo horita pero tampoco quiero que me este llamado cada 5 minutos preguntando donde estoy
—Esto tiene que ser un chiste—me doy la vuelta para acercarme a mi moto—Me largo Heil, no quiero esto, no soporto estas cosas, es difícil para mi
—Espera—me toma del brazo y enseguida me libero molesta—Por favor, solo conócela, tienes que ser solo amable
—No Heil que crea lo que le dé la gana no es mi problema—escuchamos un ruido y me fijo en la puerta de la casa seguidamente un ladrido, observo a Heil inclinarse para acariciar al animal que corría hacia el, era un perro negro grande, lo habia visto varias veces rottweiler
—Al fin llegan, estaba preocupada, hace media hora dijiste que salieron—observo a la mujer frente a nosotros, era baja, tenía el cabello rubio cenizo pero podía ver que había varias canas en él, sus ojos eran idénticos a los de Heil—¿Es ella?
—Si madre, Esmeralda te presento a Harley mi madre—me extiende la mano y yo la tomo insegura, parecía ser una persona recatada, muy diferente a Heil
—Ya me iba, la verdad tengo cosas que hacer, solo vine a traer a Heil
— ¿Conduces una moto? —la mujer observa mi moto, no le había dado una buena impresión sin conocerla y ahora más, quería salir de ese lugar, no me sentía cómoda, no le gustaba que la juzgaran
—Si—no era mujer de muchas palabras cuando se trataba de personas que no conocía, cuando había conocido a Heil siempre había sido fría y cruel—Gracias por la invitación a cenar pero de verdad tengo que irme
— ¿Te vas? pero Heil dijo que podías quedarte a comer, ya prepare comida para tres personas, solo será para comer—veo de reojo a Heil que solo me veía con suplica, la mujer parecía analizarme con la mirada esperando mi respuesta
— ¿Puede ser rápido? —veo que me muestra una sonrisa y asiente
—Oh sígueme, prepare guisado de carne, es una de las comidas favoritas de Heil, pensé que podía encantarte—la sigo hasta el interior de la casa, veo a mi alrededor, era una casa bastante ordena igual de pequeña, podía ver la cocina y la sala, no había comedor por ningún lado solo un mesón en la cocina que seguro era donde comerían— ¿Te gusta la carne? O no me digas que eres de esas chicas que le gusta mantener su figura
—Estoy bien con el guisado…tiene una linda casa—Dios ni siquiera cuando conoció a la madre de Ed estaba tan nerviosa aunque pensándolo bien nunca se había presentado formalmente como su pareja
—Gracias, sígueme ya está todo listo—la sigo, me siento en una de las sillas, Heil se sienta a mi lado, no estaba tan conversador como solía ser, se supone que su familia sabía que orientación tenia así que no creía que fuera por eso que estuviera tan silencioso—Dime ¿Es verdad que Heilerd se la pasa seguido contigo?
—Estudiamos y trabajamos juntos así que podría decirse que si—esa señora era directa, muy distinto a Heil que le gustaba darle muchas vueltas al asunto
—Es bueno saberlo porque me preocupa que ande haciendo cosas que no debe, solía ser muy imprudente pero ahora es diferente, en eso se solía parecer a su padre, ahora es más parecido a mi, siempre he sido una persona muy conservadora, me alegra tanto de que haya dejado esa etapa atrás—la veo extrañada ¿Cómo era posible? —Aunque antes solía hacerlo pero ha pasado por mucho igual que tu seguro—me tenso al escucharlo, sabia mi historia, no le extrañaba todos en la estúpida ciudad seguro lo sabía hasta seguro el país completo
—Madre por favor—noto que la señora se aleja para buscar la comida—Solo sabe lo que apareció en televisión, no tienes que contestar a sus preguntas
—Tampoco quiero estar aquí—sonrió una vez que la mujer vuelve con nuestra comida—Heil menciono que su esposo era camionero
—Oh si viaja mucho, Heilerd y Valentino le gustaban ir con el cuándo estaba de vacaciones, los extrañaba mucho cuando se iban todos pero a pesar de eso éramos muy unidos claro hasta que su padre murió me imagino que sabes que es lo que perder a un padre, el tuyo murió ¿Verdad? —Asiento y veo mi comida—los perdiste desde muy joven por lo que se así que no debes saber mucho sobre familia, he escuchado que los ricos no son muy unidos a la familia ¿Es cierto?
—Madre no todo lo que aparece en televisión es verdad y lo sabes—no sabía de que me estaba acusando pero sabía que no quería seguir en ese lugar ¿Por qué Heil la llevo a conocer esa mujer?
—Claro, eso lo sé muy bien, dijeron que tu habías matado a tu pareja cuando era una mentira—no sabía eso, veo a Heil que ahora él era el incómodo—Solo que el caso de Esmeralda siempre me llamo la atención, es una locura lo que paso en su vida hace parecer que la tuya un cuento de hadas pero sabes el dinero suele despertar lo peor de las personas y ese hombre ¿Brayan? —Aprieto los puños a escuchar el nombre, mi respiración se estaba volviendo forzosa—Al principio el agredido fue él y luego todo lo contrario nunca se sabe que puede ser real
—Madre a Esmeralda le incomoda estos temas
—Claro como a mí me incomoda que andes con una muchachita que su hermano o primo es un loco además de que a ella también la acusan de loca y…
—Usted no sabe nada de mi vida—la veo con furia, no me gustaba que las personas me juzgaran, no era justo, después de todo lo que había luchado para estar ahí las personas creían saber todo referente a su vida—Sé que solo quiere asegurarse de que Heil esté bien pero creo que él es lo suficientemente mayor para diferenciar a las personas buenas de las malas, yo no fui la que me acerque a él, usted no tiene el derecho a juzgar y no crea saber lo que es mi vida porque nadie se ha tomado la molestia de preguntar si todo eso es cierto, nadie que no me conozca se ha atrevido a preguntar si estoy bien—siento mis lágrimas acumularse—Y creo que no tiene el derecho a juzgarme cuando usted se alejó de su hijo cuando más lo necesitaba y ni siquiera se atreve a preguntarle si él está bien porque parece que no confía en él, si le interesara tanto se daría cuenta que su hijo no es feliz ¿Sabe tan siquiera que hace cuando no está conmigo?
—Esmeralda cálmate, hablemos afuera—siento que Heil me toma del brazo pero lo alejo enseguida, mi vida apenas estaba tomando su rumbo no necesitaba mas drama en mi vida y Heil parecía tener muchos problemas, tan grande como los míos
—No Heil ¿Crees que es normal ir a ver un muerto todos los días? ¿Aférrate a alguien que ya no está? Ni siquiera te das la oportunidad de salir adelante y dejar ir el pasado, sé que no soy quien para juzgarte pero por lo menos yo acepto que tengo un problema y estoy dispuesta a solucionarlo pero tú no
— ¿Ver un muerto? —Escucho la voz de su madre, Heil solo desvía la mirada para observar otro punto en la casa—Creí que lo habías dejado de hacer
—El me necesita—escucho que susurra, no entendía ese sentimiento pero si algo había aprendido no era bueno dejarse atar por tu pasado
—Me retiro, con permiso—salgo del lugar para sacar las llaves de mi moto y veo el llavero, sabía que tener una amistad nueva era una mala idea ¿Por qué se creía con el derecho de mentirle y juzgarla? —Idiota—subo a la moto para encenderla
—Esmeralda no te vayas así—veo que se acerca, su madre venia detrás—Mi madre no quiso ofenderte
—Heil mi vida no es un chisme que se puede contar y tenga el derecho a juzgar, ya tengo suficiente problemas para tener más, antes de juzgar debes hacerlo tú mismo, no tienes el derecho de mentirme, no me gusta que me manipulen, es lo último que quiero que me suceda otra vez en esta vida
—No tienes derecho tampoco a juzgarme, no puedes decir esas cosas que solo tu sabia ¿Tan siquiera sabes porque no se lo había dicho? Yo solo puedo lidiar con mis problemas cuando tú siempre necesitas ayuda para mantener de pie, dependes de los demás y nunca podrás salir sola adelante, además me dices todo eso cuando tú misma dijiste que lo que digan los demás no te define pero ¿Crees que no vi el estúpido archivo que tienes de mí en tu cuarto? Yo nunca busque información cerca de ti pero al parecer tú no podías confiar y nunca lo harás
— ¿Puedes culparme por eso? Aprendí a no confiar en las personas pero confié en ti y si me conocieras sabrías que no abrí nunca esa estúpida carpeta porque esperaba que tu dieras ese paso para que juntos pudiéramos dejar todo atrás pero eres un cobarde que ni siquiera eres capaz de decirle a tu madre lo que realmente eres, solo finges ser una persona que realmente no eres y si algo no quiero en mi vida son las personas mentirosas como tú—arranco la moto para dejarlo atras, mis ojos picaban pero no quería llorar, era lo que menos quería
Había notado que Heil se comportaba de forma diferente ante su madre, fingía ser una persona tranquila y conservadora como si nada le afectara pero en realidad era muy diferente a eso, fingía ante su madre estar tranquilo con todo lo que había pasado pero en realidad no podía dejar ir Fabián pero su madre creía que ya era una etapa superada
No lo culpaba por querer ocultarle a su madre lo que realmente pasaba en su vida y sabía que ella no tenía el derecho a juzgarlo pero si la había invitado a cenar con esa señora era para que mintiera por él, fingir que las cosas con el estaban bien, esa señora creía cosas que no era pero la realidad era que Heil necesitaba ayuda pero esa mujer no iba a dárselo
Sabía que el necesitaba apoyo pero así de mal estaba la relación con su madre que pretendía ser una persona que no era frente a su madre, ella estaba cansada de ser una persona que no era, estaba cansada de callarse las cosas, no podía quedarse callada cuando era juzgada sin pruebas, cuando ni siquiera la conocía, no sabía que tanto había hecho la madre de Heil para que el llegara a ese punto de su vida a terminar ser una persona que no era ahora no sabía cuál de las dos persona era realmente solo para ser aceptado
Conduzco un rato por la carretea esperando que mis miedos y perjuicios quedaran atrás, ojalá fuera así de sencillo, solo olvidarse para formar una nueva vida pero sabía que eso no era bueno y lo había aprendido, esperaba que Heil comprendiera eso pero que no recorriera el mismo camino dolores que tuve que recorrer ella
Me detengo en el lugar que siempre venia cada vez que se sentía sola, donde sabía que podía estar tranquila, me bajo de la moto para entrar al cementerio, ya me había acostumbrado a que este solamente alumbrado por unos faroles, entro en busca de la tumba de mis padres pero me detengo al ver a la persona de pie en la tumba
Continuará...
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