CAPITULO 20: Regalos
—Vaya manera de apoyarme cuando fue tu idea—frunzo el ceño porque Angel estaba huyendo en ese momento—Ni te acerques a la puerta
—Perdón pero un hombre tienes sus prioridades, Emma me espera y…
—Eres un cobarde, ven aquí—lo iba a seguir pero siento que me toman del brazo—Ed ¿Sabes que te amo? ¿Te lo he dicho? —lo veo retrocediendo, estúpido Angel que me había abandonado a mi suerte
—Esmeralda sabes perfectamente que…
—Meck ven aquí—siento que Emma me jala llevándome lejos de Ed, me sienta al lado de Angel que me sonríe y levanta su bebida en mi salud
—Sabes que me adoras, mi chica es genial ¿no? —Bien lo perdonaba por esa ocasión porque me había ayudado a huir pero eso no significaba que mi noche estaba salvada, Ed aún seguía molesto—Lo resolveremos
—Eso espero y que haga que me deje de ver así—veo que Ed había entrado a la sala para observarme a mí y a Angel
—No prometo nada, tampoco puedo hacer milagros—suspiro porque no me iba a salvar de ese regaño esa noche
—Aquí tienes—veo el paquete que me había entregado Emma—Es tu amigo secreto no lo abras aun esta que todos estén listos—veo a Heil que estaba sentado junto a Clara parece que se habían llevado bien igual que Ro, charlaban muy tranquilos, me gustaba que por lo menos alguien si disfrutara de la noche porque yo no era una—Meck quita esa cara sea lo que sea…
—…Lo resolveré, ya se me se esa frase Emma—veo el paquete, bien no podía hacer nada para dejar que Ed me viera así—Igual ¿Tú me regalas este año?
—Por algo es secreto una cosa que al abrirlo siempre sabemos quién nos los da por los detalles del regalo—Se sienta a mi lado, parecía algo nerviosa, lo cual era extraño en ella
—Bien ya que nadie comienza, seré el primero en abrir—sonrió al ver a Henry que tenía una pequeña caja, con anterioridad habíamos repartidos los números, fue antes de irme de viaje aunque era una pena que Heil quedara por fuera igual que su amigo pero ya tenía una sorpresa para el más adelante—Dios es genial ¿Inés? —Era un reloj, el ser doctor necesitaba mucho de uno—El mío se dañó hace unas semanas pero eso ya lo sabias
—Lamento decepcionarte—Albert saluda a Henry sonriendo—quizás tuve un chivo expiatorio para sacar información y no hablo de tu amada pareja—frunzo el ceño al ver que me observa ¿Un momento? ¿No fue hace una semana que estábamos hablando sobre Henry en mi consulta? Era porque estaba preocupada de cómo me reconcilie con Henry gracias a una noche que tuvimos juntos, ese día Henry menciono en el desayuno le falta de su reloj
—Oye Albert eso es trampa, no puedes usar mis palabras de esa manera ¿Dónde queda la ética profesional?
—Bueno eso no existe entre nosotros según tú no te gusta que trate como un paciente más—frunzo el ceño cruzándose de brazos, no me molestaba pero él no lo sabía—Oh Esmeralda te conozco muy bien eso no funciona conmigo
— ¿Enserio? Mira que es tu turno de abrir y puede que me arrepienta del estúpido regalo y te de carbón—me observa y abre la caja rápidamente sonrió al ver su cara de sorpresa, cierra la caja enseguida para verme
— ¿Es enserio? Esmeralda no creo que pueda…
—No te pago por mis consultas y sé que soy un dolor de cabeza además haz hecho mucho por mi pensé ¿Por qué no? pero solo pague la primera parte el resto es tu deber hacerlo—se levanta y niego al ver que me abre los brazos—Ni se te ocurra, mis abrazos no son gratis
—Para mí—me tomo abrazándome—Gracias, me conmueves pero te devolveré el dinero en cuanto pueda ¿Vale?
— ¿acaso pensaba que era gratis? Pero eso sí solo acepto la mitad
—Dios yo quiero que me des tu moto ¿Un consultorio? —Frunzo el ceño al ver a Angel sacar lo de la moto, me gano una mirada de Ed—Así resolvemos dos problemas, de una buena vez
—Imbécil—le lanzo una almohada que había en el sofá pegándole en la cara—Supongo que es mi turno—todos ríe porque Angel se le había caído la copa encima por mi ataque—Veremos si esta vez no es carbón
—Supéralo, te perdimos perdón en esa ocasión, solo ábrelo—solo me gustaba bromear con el asunto, recordaba esos tiempos con cariño a pesar de como termino ese día para mí y lo humillada que me sentí pero entre hacer que Angel corriera desnudo por todo el hotel y regalar carbón creo que mi broma ganaba
—Y yo no lo olvidare—algo impaciente abro la caja y veo el contenido extrañada—Angel ¿Es tu obra? —saco un conjunto de ropa íntima negra, siento mi cara arder ante la mirada de Ed, podía notar también su sonrojo
—Mi estimada amiga puede que lo que está debajo si pero fue tu adorada amiga quien lo compro—veo sorprendida a Emma que se encoge de hombros
—Convivir contigo le está afectado la cabeza—reviso la caja encontrándome con un paquete de condones y encima una cinta con un lazo— ¿Me explicas?
—Oye ¿Cuándo lo metiste ahí? Te dije que el conjunto estaba bien
—Aún no están listos para niños, tiene que ser precavidos y el lazo bueno es lindo ¿Sabes cuánto mi pobre amigo a esperando por un momento así? —me ve a los ojos serio—Asegúrate que cuando por fin den el paso usarlos porque no queremos empezar a disfrutar y luego salir otro regalo, la cita es porque va ser un enorme regalo de tu parte cuando pase, es que la escena que se me forma…
—Que se te borre al instante si no quieres que Emma sea viuda sin casarse—me cubro la cara avergonzada, por lo dicho por Ed también le gustaba
—Estas muy a la defensiva amigo, noto cierto rencor en tu voz pero es noche buena todo tiene que ser amor ¿no?
—Ya que estas parlanchín ¿Por qué no abres el tuyo? —salgo de mi escondite para ver que la sonrisa de Angel se borra, en ese punto el amigo secreto había dejado de ser secreto—Por nuestros años de amistad no es nada que pueda matarte, no está en mi ética de trabajo
—Ustedes sí que se saben divertir ¿no? —rio, eso era poco, al parecer el amigo de Heil lo estaba disfrutando pero el rostro de Heil me decía lo contrario, parecía absorto en sus pensamientos, aunque tenía curiosidad por lo que Ed le había regalado a Angel, yo había invitado a Heil tenía que hacer algo
—Heil—me observa— ¿Me acompañas un minuto? —veo que termina su copa de vino para tomar su muleta y seguirme, me dirijo a mi habitación comenzando a buscar el regalo que le tenía apartado hace unas semanas
—Linda habitación—estaba caminado por toda ella—la imaginaba oscura y con carteles de bandas de rock
—Es una música muy ruidosa—mi habitación era color salmón porque era tranquilizador, además uno de mis colores favoritos aparte del negro—Aquí esta—Era una pequeña caja, me acerco y se lo extiendo—Feliz navidad
—Vaya y yo que no te traje nada—me sonríe abriéndolo, veo extrañeza en su rostro—Si es una broma pues no la entiendo—rio ante el comentario, tomo el pequeño llavero Crazy—¿Me estás diciendo loco?
—La verdad el llavero es mío—lo tomo y veo su rostro aún más confundido—Es para las llaves de mi moto, indirectamente es tu regalo para mi aunque también tuyo, si estoy un poco loca después de todo—su cara de confusión pasa a ser una sonrisa enorme
— ¿De verdad? —Asiento—Dime que a los tres
—Si Heil a los tres, voy a hacerlos contigo—siento que me toma de los hombros, su sonrisa había valido la pena—Dios aléjate, espacio ¿Recuerdas?
—Me adora, sabía que dentro de ese corazoncito tuyo de piedra había algo bueno
—Como digas, no hagas que me arrepienta—Asiente—Vamos si no quieres que Edward termine subiendo por ambos
—Aunque digas eso me seguirá gustando—rio y salimos, ya habían terminado con los regalos, tomo asiento junto a Angel
— ¿Qué te dio Ed? —me muestra libro de ética para profesionales y otro de comportamiento para profesionales, rio ante su cara
—No es gracioso y todo fue por un caso que pedí su ayuda, termine riéndome por algo que dijo el acusado, casi me mata por eso pero ya vera que terminare siendo juez algún día y seré yo más poderoso que el
—Ya lo eres Angel solo que no tienes el poder para hacerlo callar porque tiene la razón, no te atreves a rebatir
—Inés siempre estás de lado de Edward, sabes no siempre tiene la razón…—dejo de escuchar a Angel al sentir un golpe en el hombro, era Emma noto que su mirada se dirige a Angel que aun conversando con Inés que estaba en otro sofá— ¿Vamos por vino?
—Te acompaño—por la mirada que me dio sabía que quería decirme algo, nos dirigimos a la cocina una vez dentro me cruzo de brazos a verla caminar de un lado a otro, muy pocas veces se podía ver a Emma nerviosa o inquieta—¿Qué sucede? No me digas que Angel tenía razón y si tienes planeado algo—veo que detiene de pronto para verme
— ¿Lo sabe? Sabía que lo haría, ese idiota es demasiado bueno descubriendo las cosas, ni siquiera porque fingí estar molesto con el toda la semana se inmuto—me toma de los brazos para verme—Meck creo que perdí la cabeza—sonrió porque me parecía algo cómica al verla tan inquieta— ¿Te ríes?
—Lo siento es que creo que lo loco es de familia o se pega—me alejo de ella para buscar la botella de vino que guardaba Carlos, cuando bebía de vez en cuando, sirvo una copa para ver por rabillo del ojo a mi amiga tomar asiento y removerse el cabello—Emma—me acerco y me observa— ¿Es lo que creo? —le ofrezco la copa
—Sí, ni piense que me va a ganar, ya se adelantó con lo de vivir juntos, ganare esta—rio al ver como se la toma un golpe el vino—Dios en esta casa tienen un buen gusto ¿Otra? —tomo la botella para rellenar la copa
—No es una competencia—me recuesto sobre el la mesa de la cocina para ver que observa su copa—No sabe solo tiene sospecha, sé que necesitas mucho valor para esto pero no creo que te rechace, Angel te adora
—Lo sé pero si no lo ha hecho él es porque quizás no cree que sea la hora puede terminar diciendo que no está listo o algo por el estilo—me cubro la boca para retener una risa, Angel pensaba igual—Meck no ayudas
—Lo siento es que son tal para cual—la tomo de los hombros para sonreírle—Es normal que estés nerviosas un gran problema sería que no lo estuvieras—me ve extrañada, era algo que había notado con Ed
— ¿Por qué dices eso? Yo no soy así, siempre soy decidida y…ese idiota—rio al ver que se toma la copa de un golpe otra vez
—Si no es el correcto no creo que termines sintiéndote así, el miedo es lo que no hace dar cuenta de que estamos vivos, también es un sentido que tenemos cuando sabemos que algo grande se acerca, nos pone alerta igual los nervios, solo es el cuerpo reaccionado ante la inseguridad pero siempre nos queremos quedar en nuestra zona de confort donde nos sentimos segura pero si no salimos de ahí podremos terminar conformándonos con lo poco que tenemos cuando podemos terminar obteniendo mucho mas
— ¿Dónde dejaste a mi amiga? —Sonrió y la abrazo, Dios en la última semana había aprendido mucho y Heil también había influenciado en eso—Gracias Meck—se separa de mi para verme—Haz cambiado mucho
—Lo sé ¿Lista para lo que viene? respira—respiramos e inhalamos hasta la veo
—Creo otra copa de vino no me hará daño—rio porque aún estaba nerviosa
—Estamos esperando por ustedes—veo a Ed, asentimos y salimos pero él me sostiene de la mano dejando que Emma se adelantara—Esmeralda—me extiende un sobre de color carmín, tenía un lazo—Quería dártelo después de darle el regalo a Angel pero te fuiste con ese chico
—Solo le estaba dando algo—lo veo a los ojos—muérdago—hago que vea hacia arriba, me abalanzo para besarlo y él me corresponde—No estés molesto
—Un beso no arregla los problemas —me toma de la barbilla—Pero me gusta que lo intentes—sonrió al ver que me da otro beso pero corto—Ábrelo
—Bien—me alejo de el para abrirlo y veo que es un cartel de Se Vende— ¿Me quieres vender? No me digas que es para la moto, aprendí muy bien
—Es un asunto que resolveremos luego pero no es para nada de eso—observo el cartel de nuevo, salía su número de teléfono—Una vez me lo dijiste y te acuse de que era un capricho tuyo pero entiendo que me equivoque
—Dios esto tengo que recordarlo si yo tenía la razón—lo escucho reír, me encantaba su risa—No te rías, me desconcentro—me toma de la cintura para verme a los ojos—Ed no podre pensar si sigues así
—Ya lo descubrirás—me besa, suspiro ante el beso, lo abrazo del cuello para profundizarlo, sus labios era un manjar para mí, amaba cada parte de Edward hasta los defectos que tenía pero así como yo lo quería a él sabía que él también pensaba igual me lo había demostrado de diferentes formas—Vamos—asiento y toma mi mano para dirigirnos al sofá donde me sienta en sus piernas, me recuesto sobre su hombro
—Bueno, teníamos planeado un juego ¿Quién le gusta adivina la palabra?
—Oh yo soy genial en ese ¿Puedo comenzar? —veo extrañada a Albert porque no le gustaba mucho ese tipo de juego, era demasiado sencillo para el igual pensaba Ed y hasta Angel ¿Tenía que ver con la propuesta de Angel? —Pero necesito ayuda, Emma por favor
—Esto me suena a un plan—golpeo en el estómago a Ed que había hablado detrás de mí—Oye, eso duele, cuando esos se junta no hay nada bueno
—Si pero esta vez no lo creo—Angel parecía concentrado en el juego, estaban haciendo una especie mímica con las manos, Albert parecía hacerse un moño y Emma tener un vestido
— ¿Es un baile? —Clara comienza a intentar adivinar, veo que Heil iba a decir algo pero yo le hago seña de que haga silencio, parece que todos estaban advertidos
—Están vestidos para ¿Una película quizás? —ambos niega al escuchar a Angel—Oye igual ¿Por qué no verdad o reto? Es más divertido
—Me gusta este y es mi casa así que silencio—rio al ver que se rinde, observo que Albert se saca algo del bolsillo y Emma coge un ramo de flores que estaban en una mesa, no recuerdo que sea de la casa
— ¿No vinieron muy preparados para este juego? —rio al escuchar a Clara
— ¿Es lo que creo? —escucho a Ed susurrándome provocándome un escalofrió delicioso, asiento lentamente aun sentía su aliento sobre mi cuello, quizás no era buena idea sentarme sobre su regazo, intento moverme pero me sostiene de la cintura dejándome en el lugar—Oye no quiero que te alejes, me gusta que estés cerca—asiento y me recuesto sobre su pecho para seguir viendo la propuesta de los hermanos
— ¿Es una propuesta de matrimonio? —sonrió al ver a Albert colocarse delante de Clara cuando había hecho para inclinarse ante Emma y mostrarle el anillo, mi amiga en vez de arrodillarse le extiende el ramo al Angel—¿Emma?
—Es una propuesta y si tu respuesta es no solo no veas el anillo
—Cariño puedes fingir que es solo un regalo de navidad—rio porque ambos hermanos resultaron cobardes
— ¿Quién lo diría? —veo la sonrisa de Angel—No veo el anillo en las flores Emma—noto como la sonrisa de mi amiga se cae ¿Por qué tenía que ser tan imbécil? —Porque está ahora en mi mano—Emma baja la vista y ve que tenía un anillo el entre sus manos—Tuvimos la misma idea ¿No?
—Dios eres un idiota—siento una extraña sensación en mi estómago al ver a Emma y Angel besarse para intercambiar anillos, recordaba que de niña soñaba con un matrimonio hace igual la propuesta pero decía que no estaba destinada a nada de eso aunque ahora no me sentía lista para un paso como ese quería que algún día Ed tuviera ese detalle conmigo
—Acepto pero juro que no me casaré en el mismo día que ese imbécil solo porque eres hermano de Emma—todos aplaudimos al ver la escena siento un leve apretón en mi cintura y noto que es Ed, lo veo
— ¿Sucede algo? —Parecía un poco pensativo— ¿Ed? —Me observa en silencio para tomarme de la mejilla con cuidado— ¿Estas bien?
—Eso creo pero estoy algo cansado ¿Quieres dormir conmigo? —siento mi rostro arder al recordar su propuesta, me muerdo el labio al pensar en Heil que aún estaba ahí pero Edward se le estaba insinuado
—Esmeralda—aparto mi vista de Ed para ver a Heil, intento alejar todo rastro de alguna imagen pervertida de ambos—Creo que nos vamos—La suerte estaba de su lado en definitiva
— ¿Enserio? Aún no termina la noche, vamos a seguir jugando
—No culpes a Heil, más bien soy yo, tengo asuntos mañana—se inclina—Pero fue un placer conocerte, espero vernos seguido—moría de ganas de hablar con Heil sobre su extraño amigo pero apenas habíamos cruzado palabra
—Es tarde y…—veo que Albert y Angel estaba ocupado aun, Henry no tenía auto—Puedo llevarlos en el auto de Carlos
—Yo conduzco—veo a Ed que me observa—No piensas que te dejare ir sola a esta horas, soy tu novio ¿no? —rio ante lo último que dice, parece que estaba decidido a dejar en claro que es mi pareja
—Bien, no tengo objeción—me sonríe y nos levantamos para salir de la casa
***
Siento como me recuestan sobre una superficie blanda y me remuevo al sentir como el calor de algo se aleja de mí, haciéndome sacar una leve protesta por ser abandonada en una superficie fría
—Eres insufrible—suspiro al sentir unos labios sobre mi frente, sonrió al reconocer el calor de su boca y también su voz—Descansa
—No te vayas Ed—abro mis ojos para verlo sentado a un lado de mi cama, era mi habitación, habíamos estado llevando a Heil a su casa con Ro pero el cansancio de los días anteriores pudieron más, seguro por eso Heil quiso irse antes
—Era yo el cansado ¿Recuerdas? —sonrió y tomo su mano que tenía apoyado sobre la cama para jalarla, cae sobre la cama, me coloco de lado para verlo—Eres una mujer difícil de convencer
—Ahora que puedo estar tranquila durmiendo contigo después de aquella vez, no quiero desaprovechar esa oportunidad—me acerco más a el— ¿Qué significa tu regalo? Aun no lo entiendo
—Ya lo harás—siento como me rodea con sus brazos, suspiro ante el contacto, en los brazos de Edward se sentía tan bien, segura sabía que nada le pasaría mientras él estuviera cerca—Estas cansada
— ¿Qué hay de nuestra noche erótica? —escucho su risa, en una situación diferente me hubiera movido para verlo pero estaba realmente cansada, el estar subida a un caballo le estaba pasando factura también su mente que no dejaba de pensar en una manera que poder avanzar con Ed además de que la propuesta de Emma y Albert le había afectado
—No estás en condiciones para eso—siento como comienza a acariciar mi espalda lentamente, provocándome varias sensaciones agradables— ¿Qué piensas de la propuesta de Emma y Albert?
—Estuvo muy bonita—levanto mi vista para verlo, estaba observando algún punto en la pared— ¿Qué hay de ti? —me observa
—Fue muy original la propuesta pero Angel no sé si te esté listo para ese paso—algo me decía que no era eso lo que le preocupaba
—Llevan meses viviendo juntos además he escuchado que un matrimonio es para apoyarse y enfrentar la vida juntos, podrá tener a alguien para que este ahí en las buenas y las malas—bajo la vista al recordar que el matrimonio de mis padres termino mal, aunque no sabía cómo decirlo exactamente, había empezado a base de mentiras pero al final se amaron con locura—O quizás es descubrir cosas juntos, llevarnos al límite de lo que somos capaz ¿No es el matrimonio el obstáculo más grande de una pareja pero a la vez el final de la historia? —escucho que suspira
—No te tengo la respuesta esta vez Esmeralda pero ya duerme, si no el regalo que prometí no lo recibirás, puede ser retrasado
—Eso no es justo—lo veo—Yo lo quiero ahora
—No lo obtendrás porque te dormiste ¿Te imaginas que te suceda cuando estemos en plena acción? No quiero arriesgarme
—Exageras, estoy despierta—lo doy un beso rápido—anda Ed—le doy otro y me sonríe—Sé que lo quieres—comienzo a meter mi mano bajo su blusa
—Manos quietas, la última vez las cosas salieron muy subidas de tono—sonrió al recordar ese día—Quiero que esta vez grabes todo
—Prometo tener los ojos bien abiertos para esto—lo empujó para que quede viendo al techo y me coloco sobre él, tenía una vista perfecta de Ed desde ese punto, se veía divino observándome con esos ojos, parecía admiración y otra cosa
—Los chicos siguen abajo—me toma de la cintura—prometí que bajaría
—Porque rompas una promesa esta noche no pasara nada—me acerco a él para unir nuestros labios, siento como me corresponde pero en vez de ser un beso lento, es apasionado e intenso, le sigo el ritmo para tomarlo del cuello, me recuesto completamente sobre él, logro sentir sus manos aprisionarme para que no me moviera de mi posición, seguidamente una de sus manos comienza a subir lentamente por mis piernas, llevaba un vestido violeta ese día que me llegaba hasta las rodillas, con Ed había logrado tener el valor de vestirme como quería, no tenerle tanto repudio a mi cuerpo
Sabía que mi cuerpo no permitía que él me tocara como yo deseaba pero a Ed le gustaba mucho sus vestimentas ahora porque le mostraba como me empezaba a tener la confianza en él, sabía que mi cuerpo no era la gran cosa pero deseaba tanto llamar la atención de una sola persona en el mundo y era el hombre que en ese momento la tenía en sus brazos besándola apasionadamente
— ¿Te dije que te veías hermosa con ese vestido? —sonrió al escucharlo
—Creo que no mencione tampoco que esos jeans le sientan muy bien a tu trasero—lo escucho reír y me atrevo a tocar esa parte de su cuerpo
—Mayormente es el hombre que le gusta el trasero de la mujer pero veo que eres diferente como siempre, dispuesta a probarlo
— ¿Qué te puedo decir? —nuestros labios se vuelven unir y gimo al sentir su mano comenzar a explorar el interior de mi vestido, cualquier caricia de Ed me ponía a 100, no sabía si se debía a tanto tiempo esperando sus caricias o que nunca había experimentado el deseo, siempre era Brayan que disfrutaba y no yo
—Esmeralda—escucho que gruñe, estaba acariciando su espalda pero comencé a aférrame a él al recordar a Brayan, Edward no parece dar cuenta porque estaba ocupado besando mi cuello y acariciando uno de mis pechos, por suerte no llevaba sujetador ese día—Deseo esto tanto como tu
—Entonces no te vayas a detener—le saco su camisa con su ayuda y suspiro al ver su pecho al descubierto, Dios no creía que ese hombre fuera real, tampoco podía ser real que fuera todo de ella, sin evitarlo comienzo a acariciar su abdomen seguidamente comienzo a dejar leves besos sobre este, tenía varias marcas en sus cuerpo a causa del daño que se hacía en su entrenamiento, me dirijo a una que la conocía muy bien que fue el disparo que tuvo por mi
—No lo hare—me pone bajo de el para verme a los ojos— ¿Segura? —rio ante su pregunta pero solo logro jalarlo para besarlo y seguir con mi exploración hasta que llego a sus pantalones, siento mi entrepierna palpitar y sentir su erección contra mi vientre, con solo sentirlo cerca hacia que mi respiración se volviera irregular—No lo hagas—sonrió desabrochando sus pantalones para meter mi mano y tomar su miembro, escucho como gruñe y sus rostro queda sobre mi cuello, me gustaba tener a Edward así, solo me provocaba más—Esmeralda—me toma la mano para cerrarla a torno de la mía y volver a besarme apasionadamente, gimo ante su osadía pero solo provoca que aumente mi respiración que cada vez se volvía mas forzosa, no era buena señal, no quería parar
—Ed—libero la mano para colocarla sobre su pecho y empujarlo suavemente, me observa aun con la respiración agitada—Lo siento yo…
—Me vas a matar—se lanza a mi lado de la cama y veo como intenta tranquilizar su respiración, hago lo mismo con la mía, odiaba tener que hacerlo sentir así quizás con esa mujer podía hacer esas cosas ¿Se le había insinuado alguna vez? Viviendo tan cerca seguro…
— ¿Venderás tu casa? —Espero unos segundo hasta que su mirada se encuentra con la mía— ¿Es mi regalo?
—Hasta que te diste cuenta—me toma de la mejilla—No puedo vivir junto a ella, necesita distanciarse de mí y así tú no te preocupas—lo observo, Se preocupaba tanto por mí, ese hombre era perfecto para ella, lo amaba realmente no quería dejarlo ir
—Ed ¿Quieres vivir conmigo? —esas palabras había salido sin permiso de mis labios pero era lo que realmente queria
Continuará...
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