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CAPITULO 15: Viaje


Moría de hambre pero también quería darme una ducha, el viaje había sido muy largo y estaba agotada pero Heil insistía en salir a comer algo afuera ¿Acoso no se cansa? Estuvo casi todo el viaje durmiendo y ella sin poder hacerlo, estuvo un poco inquieta y tensa pero con las películas que había estado viendo se relajo

—Apenas llegue Albert, me tienes en la mira—digo una vez que le contesto el teléfono, había estado preocupado por el viaje en bus que era mi primera vez en mucho tiempo que lo hacía sola y durante tantas horas pero por suerte nada se me había salido de las manos después de tanto entrenamiento

—Eres mi paciente estrella ¿Cómo no hacerlo? Pero ¿Segura que está todo bien?

—Quizás un poco de ansiedad pero nada que no me enseñaras a controlar Al—lo escucho suspirar al otro lado de la línea y sonrió—Gracias por preocuparte

—Es mi trabajo—escucho que se queda en silencio de repente, veo para ver si es que la llamada se había caído pero seguía ahí

— ¿Todo bien Albert? ¿Sucede algo? —tomo el celular

—Sí, es solo que he estado pensando sobre tu caso y lo estuve consultado con algunos especialistas aunque aún no es seguro—sabía que siempre lo hacía no era una novedad—creo que tu larga lucha comienza llegar a su fin Esmeralda

— ¿A qué te refieres? ¿Ya no tendré que asistir a tus consultas?

—Eso creo, solo tenemos que trabajar en algunas cosas que se te dificultan

—No he avanzado como crees, solo exageras Albert, aun no puedo socializar como debería y las cosas con Ed no han cambiado

—Sé que lo harás más pronto de lo que crees, lo de tu trabajo fue una idea excelente y si logras estar tranquila en Caracas como pienso que estarás, no estaré en un error, ya es cuestión que pierdas el miedo Esmeralda, sé que puedes, estoy seguro que con un año más conmigo terminamos, debemos empezar a hablar de tu pasado, sé que pudes hacerlo

—Ni siquiera he logrado hablar con Heil de eso

—Podrías empezar por ahí, intenta abrirte con Heil, no sufras tanto con todo lo que te paso, si no valora en la persona que te convirtió, aprendemos del pasado te lo he dicho y sabes que tengo razón

—Sí, la tienes—Quizás Albert tenía razón, ya no estaba tanto a la defensiva como hace unos meses y solo basto con que ella diera el primer paso—Bien prometo intentarlo pero no sé si lo logre

—Lo harás, disfruta tu viaje y me reportas como salió ¿Esta bien?

—Si Albert ¿Por qué no mejor durante mi ausencia prepárale esa sorpresa a Clara? Ya es hora ¿no?

—Aún no se me ocurre nada ¿Sabes el carácter de esa mujer? Siento que terminara lanzándome la lámpara de la casa

—Probablemente lo haga pero de la emoción, ya viven juntos ¿Qué esperan para la boda? No hay nada que se lo impidan hazlo

—Lo pensare, si prometes mantener tu control me caso con ella ¿Vale?

—¿Qué pasara cuando dejes de ser mi psicólogo? ¿Tendrán un hijo?

—Hazlo y lo luego lo discutiremos—rio al escucharlo

—Claro que lo hare, nos vemos Al—escucho como se despide y cuelgo, sonrió por lo que me había dicho pero ¿podría lograr todo lo que Albert pensaba? El hablar de su pasado aún se le dificultaba

***
—Heil puedes ir no tengo problema—veo como observaba emocionado la multitud de personas que rodeaban al autor de uno de sus libros favoritos además había otra donde estaban los libros firmaos por autores que no estaban ahí pero Heil no se quería mover porque yo estaría sola, no quería estar cerca de tantas personas

—Pero tú también tienes que ir, es parte de la experiencia Esmeralda

—Claro, correr y sudar como un loco solo por un libro pero ve

—No iré si tu no lo haces—me ve—Solo inténtalo, no puedes perder nada

—Dije que te acompañaría a pasear por la ciudad ¿Qué más pides de mí?

—Que dejes de tener miedo, es malo hacerlo—me toma de la mano—vienes conmigo y no acepto un no por respuesta, si no puedes lograrlo tendrás razón pero si lo logras prometo disfrazarme con un vestido y una tiara

—Eso suena interesante pero algo me dice que es tu sueño frustrado solo que tendrás una excusa para hacerlo—lo escucho reír—admítelo

—No lo hare porque es falso ¿sabes lo ridículo que me vería? No soy ese tipo de Gay Esmeralda, me gusta mi ropa, no le veo nada malo, ya probé lo he estar vestida de mujer y no sé cómo diablos lo hacen, su ropa es insufrible

—Lo es—me levanto decidida porque quería ver a Heil humillado por diversión además Albert estaría orgulloso si lo lograra—Bien, vamos allá—me sonríe y me toma de la mano para adentrarnos al grupo de personas, primero era el de los libros intento concentrarme en buscar el libro que quería pero podía sentir las personas cerca y siento mi respiración acelerarse, me aferro a la mano de Heil que al sentirlo me ve, intento aclamarme para no preocuparlo pero me jala fuera de las personas y me observa con preocupación

—¿Todo bien? ¿Mala idea? —intento calmarme mi respiración para responderle pero mi pulso seguía acelerado y había comenzado a sudar frio, solo es cuestión de calmarme, cierro los ojos para imaginarme en un autobús pero rodeado de las personas que quería y la calidez de Ed a mi lado, su sonrisa, su voz hasta sus caricias que ahora solo lograban tranquilizarme

—Ahora si lo estoy—le sonrió ligeramente pero él me hace una mueca de desagrado, no me creía

—Te comprare una botella de agua, ya vuelvo, solo siéntate—veo como se aleja, no era justo que Heil no disfrutara nada de esto por mi culpa, estaba tan emocionado con ese viaje y no quería que la pasara preocupado por mí, tenía que hacer algo, acaso ¿Siempre iba a ser un estorbo? Por eso Edward la había dejado y no la llevaba a lugares que al le gustaba, por eso siempre estaba tan incómodo con ella cuando no debía

—Soy Esmeralda Díaz y puedo con esto—con eso en la mente y más calmada me adentro a las personas he intento luchar para lograr llegar a los libros, podía sentir mis nerviosos volver pero solo pienso en las palabras de Albert y como confiaba en mí, en que estaba cansada de ser una carga para los demás, no quería seguir así  la única manera de lograr algo era haciéndolo, no llorando y lamentándose—Quiero una copia e piratas de Caribe, otra de Agatha Cristi  y Yo antes de ti por favor—extiendo mi dinero a la vendedora que me veía sonriendo, veo como comienza a buscar los libros intento luchar con mis nervios pero sentía que en cualquier momento llegaría a mi limite además que las personas me empujaban para lograr a apartarme pero mi entrenamientos con Angel no habían sido en vano

—Aquí tiene—sonrió ligeramente para salir rápido entre esas personas y por fin sentir el aire volverá mis pulmones, caigo al suelo comenzado a calmarme y sonrió porque tenía los libros en las manos

—Esmeralda te estaba buscando ¿Qué te paso? —sonrió mostrándole las tres copias que había conseguido, él las toma sorprendido pero veo su sonrisa—Eres la mejor ¿te lo había dicho?

—Si pero Heil—me ve—Atrápame—pude sentir sus manos sobre mi espalda antes de perder la conciencia

***
Sentía una ligera brisa pegarme en mi rostro y el ruido de algo ¿Era música? La conocía, era el dúo favorito de Emma y fue tanto su emoción al mostrármelo que termino siendo el mío también, es que amaba esas mujer ¿Quién no? cantaban divino, Emma decía que nos parecíamos a ellas que eran hermanas pero nosotras lo éramos por decisión propia y no por naturaleza

— ¿Por qué tienes esa clase de música en tu celular? —veo de reojo a Heil que estaba sentado a mi lado, la brisa era que el la estaba provocando con un abanico—Gracias por avisar pero a la próxima no lo hagas, no soy doctor

—Pero dijiste que era la mejor, es tarde para arrepentirse—me siento para verlo—Pero lo logre, solo necesito más control—veo donde estábamos, era como una habitación pequeña— ¿Dónde estamos?

—Es el servicio de emergencia del lugar pero ya todo está por terminar por suerte mañana será el segundo día pero…—me muestra un libro—Logre que me lo firmaran, te traje uno por si te gustaba, es un autor local pero sus libros son divinos, seguro me lo agradeces

—Gracias—lo tomo de la mano—vamos que aún tenemos tiempo de disfrutarlo, escuche que ahí stand para tomarse fotos—me levanto para correr antes de que terminara todo por hoy

— ¿No tienes mucha energía? Esas cosas estaban llenas Esmeralda ¿Por qué no regresamos por hoy? La verdad ya pase mi susto del año no quiero otro

—No sabes que es asustarse—siento que se detiene—Heil vamos

—Hablo enserio Esmeralda—lo veo, estaba serio de verdad le preocupaba—No quiero otro susto igual, son cosas que no me gustan—le sonrió

—Heil, estoy bien, es algo que me pasa pero siempre he podido superarlo, ahora ¿Vamos? —me ve con desconfianza pero suspira, sonrió y lo jalo para acércanos en los puestos de cada uno para tomarnos fotos, había uno hasta Sherlock Holmes, de orgullo y prejuicios hasta de piratas, Ed se moriría por ese pero ella disfrutaría por él, no había problema ¿Verdad?

—Atención todos por favor—vemos hacia el escenario improvisado que había en el lugar donde solo se había escuchado música hasta ahora—Mañana habrá un concurso y se le dará el premio al que mejor haya hecho la historia corta entre todas las que llegaron, el premio es la publicación de su libro en papel—ambos nos vemos sorprendidos—todos están participando así que no se pierdan el día dos de nuestra feria de libros y para cerrar al tercer día haremos una obra del segundo lugar en nuestro concurso ya que el primero será publicado, suerte y gane el mejor

— ¿Escuchaste eso? Seria genial que ganemos el primer premio

—Creí que no te interesaba nada de la escritura

—Igual seria genial que algo hecho por nosotros se publique y lo lean todas las personas en el mundo

—No creo que ganemos Heil, aquí ahi muchos escritores buenos, solo somos más del monto, vamos tengo hambre—comienzo a caminar

—Oh vamos sabes que puede ser posible, eso es una obra de arte

—Con el título que elegimos no creo que lleguemos lejos

— ¿Qué tiene de malo Más que un cuadro? La describe muy bien

— ¿Sabes los nombres de las historias más famosas? No veo a la nuestra en esos estantes—Ambos observamos el estante especial que tenía sobre las obras más leídas hasta la fecha—siempre estaremos allá—señalo la que estaba en una esquina que era titulada Nuestros autores, era para que nosotros mismos compráramos nuestras historias y la leyéramos

—Que pesimista eres y compre uno, es el más leído, mira el titulo—lo tomo, se llamaba Angel—es muy buena si me lo preguntas al menos por lo que leído, es sobre un chico que lo tiene todo siente que no tiene nada

—Suena interésate—me acerco al estante para comprar uno, lo leería porque sonaba un poco a mi vida—Mis historias no son tan buenas

—Eso lo veremos mañana—niego para dirigirnos a la salida para regresar al hotel

***
—No Puedo creerlo—veo el rostro e Heil que parecía avergonzado y las personas lo observaban—Te vez ridículo pero me sorprende que lo hicieras

—Pues tu lograste hacerlo lo que te pedí y no puedo faltar a mi parte del trato—sonrió viendo el vestido rosa pomposo y la tiara

— ¿De dónde sacaste la ropa igual? Fue en la tarde que hicimos el trato

—Hay una obra de teatro en el hotel y me prestaron las cosas, ya vamos que quiero acabar con esto—me ofrece su brazo yo rio y lo tomo

—Así me veré ridícula, tomando de la mano con semejante personaje

—Soy yo el que lleva el traje Esmeralda, ahora ¿Qué haremos? Ya que fuiste la de la idea salir—veo el sol que estaba ocultándose y ya había pensado que podíamos hacer a esa hora

—Tomemos el bus, según mi celular pasan por aquí—sonrió y sigo jalando a Heil, hasta llegar a la parada del bus—solo son unos minutos de aquí al teleférico

—Oh perdiste la cabeza—lo veo, parecía nervioso—No lo hare, he de confesar que le tengo miedo a las alturas, te acompaño pero no subiré a esa cosa

— ¿Hablas enserio? —por su rostro sabía que no mentía

— ¿Crees que este hermoso rostro miente? —rio al pensar de la situación, creía a Heil un hombre valiente pero le daba algo tan común miedo—No te rías, hablo enserio Esmeralda no subiré

—Si yo puedo enfrentar mi miedo que tengo hace mucho tu podrás con esto—lo jalo para subir al bus que había llegado—Esto será como un paseo en un campo de flores para ti, será una vista estupenda

—Sí, un paseo en un campo de flores llenas de espinas por todos lados

—Fuiste tú el que dijo que no debemos tener miedo—lo veo a los ojos—Puedes con esto ¿No ha sido tú el que me arrastro a subir a un bus cuando le tengo pavor a las personas?

—Fuiste tú que conseguiste el valor, no yo, de niño estuve en un terremoto y casualmente estaba en una rueda de la fortuna ¿Qué pasa si vuelve a pasar?

—No se tiene tanta mala suerte Heil, solo disfruta el recorrido porque desde que recuerdo he querido subir en un lugar como ese, de niña quería hacer todo tipo de cosas y como crecí viendo televisión hay muchas cosas que quiero probar

—Se supone que tienes dinero, ya debiste probarlo hace bastante—bajo la vista al recordar esos años en la mansión encerrada

—Es aquí—lo tomo de la mano para bajar del autobús y comienzo a caminar para dirigirnos al teleférico—Sabes que mis padres murieron cuando tenía 9

—Si pero no creo que desde esa edad no salieras como dicen por ahí, tu primo por lo menos dejo que…—le sonrió tristemente— ¿Enserio? Dios hay muchas cosas que seguro te perdiste—comienza a correr para acercanos a la fila

—Heil creí que no te querías subir—nos detenemos en una fila que era para subir

—Eso era antes de saber que has perdido las mejores cosas de la vida, mira que vivir encerrada hasta ¿Qué edad?

—18 años al menos fue cuando los muchachos me comenzaron a llevar a cosas que sabía que me gustarían, en esa edad tuve muchas primeras veces gracias ellos, como ir a la playa, recuerdo lo emocionada que estaba cuando la vi

—Oye aun te falta mucho y siendo una ciudad grande podemos probar muchas—se ve el vestido, todos los observaban—hay una obra de teatro aquí, compremos unos boleto, oh también escuche de un concierto mañana, sería bueno

—Sí que te emocionaste con esto—veo su rostro al ver que éramos los siguientes—Vamos Heil, acompáñame a una de mis primeras veces—le extiendo la mano, lo veo respirar y tomarla, sonrió—Te va a gustar

—Eso espero—subimos y veo como se agarra fuertemente del barandal, yo sonrió burlonamente porque siempre era valiente y juguetón, no estaba acostumbrada a verlo en ese estado—Me alegra que mi sufrimiento te cause risa

—Es que el vestido y tu rostro resulta muy gracioso—saco mi celular para tomarle unas fotos y veo que frunce el ceño

—Creí que estábamos aquí para disfrutar de la vista y no el sufrimiento—observo el exterior, si se veía grandioso, ese tipo de vistas solo podía verla en las películas pero ahí estaba frente a mí, se podía observar toda la ciudad

—Es hermoso—escucho un ruido y volteo al ver a Heil con su celular— ¿Has perdido el miedo y ahora te atreves a desafiar a la muerte conmigo?

—Qué violencia por solo una foto ¿Vamos a la obra de teatro?

—Suena divertido y la noche es joven ¿no? —lo veo sonreír, parecía más relajado, quien iba a creer que ella inspiraría a alguien

***
Caminamos de regreso al hotel que no estaba muy lejos de donde nos encontramos, la obra de teatro no le había gustado mucho, fue muy larga, prefería ver una película, aun el punto era probar cosas nuevas, hasta Heil había admitido que había sido una mala idea porque termino durmiéndose en el tercer acto, le tome una foto para sobornos futuros

—Mira—veo que se detiene, estábamos frente a una fuente y habían unos bailarines, varias personas observaban, bailaban muy bien—El talento que ahí en la calles y en el metro se ve todo tipo de cosas

—Conoces muchas cosas de la ciudad ¿Has venido antes?

—Muchas veces, tengo familia por aquí, es fantástica en algunas ocasiones, mañana probemos viajar en metro, es la mejor forma de conocer la ciudad

—Una cosa es estar por unos segundos rodeadas de personas y una muy diferente es durar en un viaje en esas cosas

—Es como ir en bus, solo con más personas—niego levemente y frunzo el ceño al ver una chica que me parecía muy conocida, estaba observando el baile igual que nosotros, estaba acompañada, no podía verla bien por las personas

—Solo un intento, si pudiste pelear por unos libros seguro que puedes con eso, igual el metro es rápido y puedes bajarte en la siguiente parada si vez que no puedes—lo escuchaba levemente pero era extraño que conociera a alguien esa ciudad, noto que Heil se da cuenta a donde observo y dirige su mirada a donde estaba la mía—Oye sabes recuerdo que aquí hay unos hotdog que son deliciosos—siento como me toma de la mano jalándome

—Pero creí que comeríamos en el hotel, estoy cansada de tanto caminar Heil

—Sí y yo soy el que ando con estos zapatos—había olvidado por completo su ropa—Hagamos algo, siéntate aquí—estábamos en un parque donde habían varios lugares, había unas pocas personas, ya estaba oscuro—Iré por ellos y tu descansa un rato, no te muevas de aquí—asiento y lo veo alejarse

— ¿De dónde saca tanta energía? —veo la hora, ya casi era media noche y el pensando en comida, admitía que a pesar de que se desmayó y el ataque que sufrió la había pasado bien pero estaba cansada, deseaba llegar a la cama para dormir, ya podía hacerlo sin escuchar música mientras que sus últimos pensamientos fueran positivos, estaba feliz de todo lo que había avanzado

—Acompáñeme—siento que algo toca mi espalda, era frio y dirijo mi mirada al hombre a mi lado, no lo conocía— ¿No escucho? Acompáñeme si no quiere que esto termine en una escena del crimen—siento como mi cuerpo reacciona a la situación y mi respiración se vuelve forzosa, el hombre me toma del brazo al ver que no reacciono y me jala a unos árboles que estaban cerca, lo veo con pavor y soy incapaz de formular alguna palabra—Quiero que te quites toda la ropa, parece costosa—me abrazo a mí misma y me atrevo a negar a pesar de que he comenzado a sudar frio

Muchas imágenes vienen a mí y puedo sentir mi cuerpo entero temblar, mis ojos se humedecen por el miedo que me recorre, soy una cobarde ¿Por qué diablos no me movía? No podía permitir que esto me pasara otra vez

—No—cierro los ojos al ver al hombre apuntarme con el arma pero no era una pistola si no una navaja aun así estaba indefensa ante la situación

—Que te quites la puta ropa—siento como se acerca poniendo el cuchillo en mi cuello y comienza tocarme, mis lágrimas caen por mis mejillas por la frustración de la situación, nadie me iba a salvar, tenía que hacer algo, no iba a poder a ver a Edward a los ojos si dejaba que esto sucediera otra vez, no sabía si era capaz de comenzar desde cero, no de nuevo

—No me toques—lo empujo y lo veo con miedo al verlo caer al suelo me cubro—No te tengo miedo—mi cuerpo decía lo contrario pero no sabía dónde había salido el valor para alejarlo

— ¿Qué se hizo Esmeralda? —puedo escuchar a Heil cerca y al ver al hombre incorporarse rápido para tomar su arma de nuevo que se le había caído por el impacto

—Heil ayúdame—intento moverme para alcanzar el arma y puedo ver al hombre hacer lo mismo, la toma antes que yo para apuntarme

—Muy valiente señorita ¿No? —se acerca a mí para volver a intentar quitarme la ropa pero siento como me lo quitan de encima, veo a Heil frente a mi

— ¿Estas bien? —asiento frenéticamente porque mi voz me había vuelto abandonar veo como el hombre se abalanza a contra Heil con la navaja pero el la agarra de la mano comenzando a forcejear, no iba a poder perdonarme si Heil salía herido por mi culpa, tenía que hacer algo

—Angel espero que tus enseñanzas sirvan de algo—logro moverme para ponerme atras del hombre haciendo un moviente para que volviera a caer al suelo haciéndolo soltar el arma la cual agarro rápidamente y la tomo con fuerza al ver que se levanta nuevamente cierro los ojos con miedo pero nada llega, los abro y veo a Heil frente a mi

—Hey las manos donde pueda verlas—mi pulso se acelera a escuchar esa voz, la reconocería entre una multitud, logro divisar a Edward que le apuntaba al hombre con un arma y a April que estaba detrás de él observando la escena— ¿Están bien? —mi mirada se encuentra con la de él, puedo ver la sorpresa en ella

—Lo llevaremos a la estación—noto como April saca unas esposas de su bolsillo para colocárselas al hombre, no estaban con el uniforme ninguno de los dos ¿Era a April a la que había visto en la fuente con Edward?

— ¿Estas bien? —me encuentro con la mirada de Heil y veo la preocupación en ella pero mi cabeza daba vueltas, mi garganta estaba seca, suelto el arma que tenía con miedo y logro asentir

—No lo estas—veo a Ed que se me acerca y me toma de los hombros para observarme con cautela—intenta respirar— ¿Qué hacía ahí? ¿Estaba tenido una cita con esa mujer? Aun en contra de mi conciencia hago lo que me pido y me es imposible verlo a los ojos—Esmeralda

—Estoy bien—me alejo de el—Gracias por la ayuda—veo a Heil—Vamos, necesito una ducha

—Los acompaño—ambos lo vemos—Dejare que April se haga cargo

—Claro—Heil responde por mi, iba a negarme pero aún estaba luchando porque mi temblor se detuvieran, cierro los ojos para borrar todos esos recuerdos de mi mente pero solo logro que se intensifiquen— ¿Por qué no vamos por algo de agua? —asiento y lo sigo hasta una banca, tomo asiento—Edward está ahí, estarás bien—asiento y lo veo alejarse, sonrió al ver lo ridículo que se veía con ese tonto vestido, me recordaba lo que había hecho en la tarde

— ¿Dónde fue tu amigo? —veo a Edward sentarse a mi lado

—Por agua para mí—me abrazo a mí misma y cierro los ojos tratando de olvidar lo ocurrido, siento como Edward me rodea con sus brazos— ¿Por qué esto me pasa a mí? ¿Acaso me lo merezco?

—Son solo cosas que pasan pero mira que venirte a la ciudad más grande del país, donde hay tanta delincuencia a esta hora, es como si dijieron róbenme

—Lamento querer disfrutar un poco de mi vida—lo alejo—así como lo haces tú aparentemente

—No estoy aquí por eso además no tienes el derecho, No me dijiste que estabas de vacaciones con ese idiota y tuve que enterarme por alguien más—así que ya sabía que estaba en la ciudad, Angel viene a mi mente porque el quería decírselo solo para molestar a Edward

—Claro porque tú me dijiste que te ibas con ella a pasear, tuviste que mentirme para poder salir con tu nueva novia

—Es trabajo lo que estamos haciendo Esmeralda, no hay nada más

—Y es solo mi amigo nada mas pero veo que así como yo no te creo tu tampoco me crees a mí, parece que no nos vemos mas que mentirosos

— ¿Tienes que montar un drama por todo? —mi cabeza me dolía

—Y tu culparme de todo—noto que Heil había llegado—No te molestes en buscarme cuando regreses Edward, creo que tengo claro que no tenemos salvación y es que no te das cuenta de lo que pasa realmente—me levanto para acercarme a Heil y tomar la botella de agua que me ofrecía para caminar de regreso al hotel en silencio

Continuará...

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