Capítulo Trece
La casa de Kim Namjoon y Hwan Chi Yeol, era blanca. Esa fue la primera impresión que tuvo Jungkook al recorrerla junto al amable omega de la casa. Pero sus paredes estaban llenas de obras de arte.
—Y en esta pared pondremos el bello cuadro que nos has traído JungKook y que por lo demás, debió costarte una pequeña fortuna. En realidad estoy avergonzado de aceptarlo.
—No por favor, no lo diga así. Papá siempre consigue muy buenos precios. Él me ayudó.
SeokJin estaba sorprendido cuando Jungkook le pidió que averiguara que le gustaría a su cuñado de regalo. Pero con lo obstinado que era el omega, no se negó a su solicitud y sutilmente obtuvo la información.
Con ese dato, JungKook le había pedido ayuda a su papa para que buscara en las galerías de arte de sus amigos, el cuadro que tanto ansiaba el omega.
Su papá..., el hombre había estado muy curioso por el extraño comportamiento de su hijo en las últimas semanas. Sabía que algo importante estaba pasando en su vida, pero no había logrado sacarle ni una palabra.
—¿Tu embarazo va bien? —Jungkook volvió de sus pensamientos, ante la pregunta de Chi Yeol.
—Ayer fue mi segundo control. Jinnie dice que estamos bien. Tengo el peso adecuado y mis exámenes están normales. También las náuseas casi han desaparecido...
—Eso es bueno. ¿Estás entrando en tu tercer mes?
JungKook asintió y casi no podía creer cómo había pasado el tiempo. Los últimos fines de semana habían ido a correr con Jin nuevamente y en cada ocasión habían visto el hilo dorado. Ahora, tendrían que detenerse, pues los cachorros ya estaban demasiado desarrollados para soportar el cambio.
El timbre de la casa sonó y ambos omegas regresaron a la sala. Jungkook buscó refugio de inmediato en los brazos de SeokJin.
—¡Sentimos llegar tarde! —. La voz alegre e inconfundible de Jung Hoseok sonó por toda la sala.
—¡¿Tarde dices?! Por culpa de ustedes hemos tenido que retrasar esta celebración casi un mes! —Namjoon hacía alusión al hecho que los Jung-Min había pedido posponer el encuentro, ya que sus cachorros estuvieron con gripe y luego fue su niñera la enferma.
—Bueno, pero al fin estamos aquí ¡Jungkook-ah! Qué bueno verte otra vez. Ayer no me pude despedir, tuve que irme más temprano de la clínica.
Hoseok y Yoongi tenían prácticamente adoptado al omega y se preocupaban mucho por él. Ya llevaba un par de sesiones con Yoongi y la confianza con ambos se afianzaba.
El timbre volvió a sonar y esta vez eran Jimin y TaeHyung, que también fueron recibidos muy cariñosamente.
Namjoon observaba ahora a todo el grupo reunido y un sentimiento de satisfacción lo rodeó. Sentía como si cada uno de ellos, de algún modo le perteneciera. Como una familia, como una manada. Junto a Hoseok, eran los alfas mayores y en otros tiempos, sin duda hubieran sido los líderes de esa manada. Sin embargo en este siglo ya no existían. Salvo en algunas pequeñas aldeas en el mundo. La modernidad había llevado a su especie a vivir en forma individualista.
—¿Te sientes bien, cariño? —. Ahí estaba el alfa protector. Seokjin miraba a Jungkook con ojos llenos de amor. Sí, él quería a Jungkook y planeaba decírselo esa noche.
—Lo estoy. No te preocupes. Ya te dije que Mark me dio el día libre. Dormí muy bien.
SeokJin le dio un suave beso en sus labios y acarició su rostro.
—Estás tan lindo hoy. A veces te miro y me pregunto si eres real. Además, tu cabello está creciendo... Me gusta.
El omega sonrió y recordó las palabras de Jimin "aunque te pusieras una bolsa de basura, te encontraría lindo". Seokjin no dejaba de alabarlo, a pesar que sabía que su rostro ya lucía más hinchado y había tenido que comenzar a usar ropa paternal, pues la suya le apretaba.
Los anfitriones invitaron a todos a cenar. El comedor también estaba decorado con obras de arte, más algunas fotografías de la pareja y sus hijos. Era un lugar cálido. Jungkook pensó que algún día esperaba poder construir un hogar así de acogedor para él y sus cachorros... Y ojalá... su alfa.
—Tu aroma a miel y leche se ha intensificado Jungkook. Eso quiere decir que los bebés están creciendo muy bien. Parece que tu doctor ha hecho un buen trabajo.
—No Hobi, Kookie ha hecho un gran trabajo. Es un paciente muy obediente.
—¿Puede alguien percibir su segundo aroma? —preguntó Namjoon.
—Yo, desde hace algunos días—. Respondió Tae—.Sabemos que otros omegas percibirán primero el aroma. Y Jimin y yo pasamos mucho tiempo con Jungkook. Aunque es muy sutil.
—Yo también lo percibí, mientras le mostraba la casa. Es limón.
Namjoon ya conocía todos los detalles de los extraordinarios sucesos vividos por su hermano y el omega. Él y Tae se habían pasado las últimas semanas investigando y realizado pruebas. Incluso había conseguido tener una muestra de sangre de todos los presentes, porque intuía que ellos probablemente formaban un círculo.
—Aún falta un poco, pero ¿vas a querer saber el género de tus cachorros?—Chi Yeol, tenía curiosidad.
—Mis padres quieren saber, pero yo todavía no lo decido. Tal vez sea lindo esperar hasta que nazcan.
—Es tu decisión Jungkook no lo que los demás piensen o deseen— Seokjin puso su mano sobre la del omega y le dedicó una sonrisa.
Luego de la cena, la conversación fluyó amenamente. En algún momento, los hermanos Kim habían desaparecido de la sala y estaban en la oficina privada que el psiquiatra mantenía en su hogar.
—Dime si has podido averiguar algo más—Seokjin le había contado a su hermano todos los acontecimientos de la primera vez que habían ido a correr como lobos.
—TaeHyung y yo hemos buscado bastante. Y en realidad es fascinante. Es hermoso descubrir que la ciencia y parte de nuestras creencias ancestrales, se unen. Todo parece encajar. Analicé el tipo de sangre de todos los que están aquí hoy reunidos. Y todos tenemos en común una proteína. La Z4, no todos los hombres lobos la tienen, pero en este grupo sí. Y en el mismo porcentaje.
—¿Y eso significa algo?, no entiendo que tiene que ver conmigo y Jungkook.
—En los siglos pasados, cuando en una manada se formaba una pareja no destinada, de inmediato el alfa líder, ordenaba que se creara una manada especial para esa pareja. Para que los cuidaran y que su unión prosperara. Los registros indican que la mayoría de las veces esas parejas lograban formar un vínculo tan sagrado como el del hilo rojo.
Cuando llegaban los cachorros. Hay testimonios de la visión del hilo dorado. Toda esa nueva manada terminaba unida por ese hilo. Estudios de hace cien años, revelaron en estas manadas tenían la presencia de la proteína Z4.
—Francamente sigo sin entender...
—Creo que estamos frente a una nueva manada... Sólo que estamos en el siglo XXI y el concepto desapareció hace casi cuarenta años. Creo que tú y Jungkook son esa pareja no destinada, que todos nosotros estamos llamados a proteger y cuidar.
—Pero... Tú y Chi Yeol tampoco eran destinados.
—Creo, aún no estoy seguro, que lo que nos diferencia, es que nunca conocimos a nuestros destinados y ustedes sí. No tenemos esa influencia. Y más aún porque el destinado de Jungkook tal vez aún gravite en la vida de Kook. Eso, tal vez, y por favor no te asustes, de algún modo podría afectar tu unión con Jungkook, podría no estar segura y nosotros deberíamos velar porque si lo sea. Antes era para que los cachorros que esa pareja concebía nacieran bien. Saludables y sin ser rechazados por el alfa o el omega. Supongo que al ser los cachorros de Jungkook de un donante, deberíamos asegurarnos que no los rechaces.
—Yo estoy dispuesto a aceptar a los cachorros de Kook. No se lo he dicho, porque no quiero presionarlo...
—Jin... Sé que lo quieres, pero debes tomar esto con calma. Pueden haber obstáculos, tus remordimientos... recuerda lo que sucedió hace dos años—.Jin frunció el ceño, no quería recordar esos días tan oscuros—. ¿Se lo has contado siquiera a Jungkook? —El alfa negó. Sabía lo sensible que era el omega. Ya se había emocionado con la muerte de JaeHwan.
—No tiene caso contarle ahora. Además todo eso ya pasó.
—¿Estás seguro?, ¿sabe Jungkook que prácticamente vives esclavizado de los Lee?
—¡No es así Nam!... De hecho ha pasado casi un mes desde que no los visito.
—Me alegra saber eso..., pero hay otra cosa Jin. El alfa de Jungkook... Él podría volver. Aun cuando te haya dicho que no volvería... No lo ha visto desde que se separaron. Es posible que lo vuelva a encontrar. Yoongi
me dijo que es hijo de un empresario amigo de su padre... La posibilidad existe... Y tú debes estar preparado para eso.
SeokJin no quería pensar en esa posibilidad. Él confiaba en lo que el omega le había dicho hace un mes atrás. Y ahora su relación era aún más cercana. Pasaban una buena cantidad de tiempo juntos, por eso había dejado de ir a la casa de los Lee. Y planeaba decirle más tarde que lo quería. Aun cuando todavía no estaba seguro de lo que Jungkook sentía.
—Permíteme hablar a solas con Jungkook. Necesito conocerlo. Yoongi no puede darme más antecedentes porque quebraría la confidencialidad con su paciente.
—Jungkook está dispuesto a hablar contigo. Sabía que al venir aquí, eso pasaría. Sólo te pido que seas amable. Sabes que su embarazo lo vuelve sensible y...
—Lo prometo—. Jin iba saliendo de la oficina, para ir a buscar a Jungkook, cuando un pensamiento vino.
—Si fuéramos una manada... Tu serías el líder verdad?
—Hoseok y yo lo seríamos. Tenemos la misma edad.
—Sé que serían los mejores—.Concluyó Jin.
Todos estaban muy animados hablando sobre lugares para pasar el año nuevo que sería en unos meses. Seokjin se acercó a Jungkook y le indicó donde estaba la oficina de su hermano. Besó sus labios y lo animó a ir.
JungKook entró a la oficina con un poco de timidez, pero también seguridad. Entendía que el hermano de Jin deseaba ayudarlos a entender la fuerte atracción que había existido entre ellos, dese el primer momento que cruzaron miradas.
Namjoon le pidió que le relatara desde su punto de vista los encuentros con Jin. Quería ver la perspectiva del omega, pues la de su hermano ya la tenía clara.
JungKook fue sincero y le dijo que si bien, la primera vez que había visto a Jin le llamó la atención, no sintió nada especial.
—No hubo fuegos artificiales, ni luces brillantes. Luego, cuando nos volvimos a ver, sentía curiosidad por él. Y no niego que la atracción creció cada vez más. Creo que lo mejor de esto que estamos viviendo es que ha ido creciendo en la medida que nos conocemos. No es sólo una atracción física o sexual. Es mucho más profunda y debo confesar que ni siquiera con Sang Ho, me sentí tan conectado como me siento con Seokjin.
Namjoon lo escuchaba con atención y tal como sus amigos lo habían descrito y el propio Seokjin. Era un chico abierto y sincero. Seguro de sí mismo.
—¿Y qué hay de tu destinado?, ¿lo has vuelto a ver? ¿Qué crees que sucedería si eso pasara?
—No puedo tener certezas respecto a eso. Sé que tarde o temprano lo volveré a ver. Pero por mucha atracción que exista entre destinados, yo no estoy interesado en él. Y lucharé contra mi instinto si es necesario.
Luego de conocer a Seokjin, no quiero a ningún otro alfa en mi vida. Con el tiempo transcurrido puedo ver lo diferente que Sang-Ho era a mí y hasta en cierta forma entiendo que me haya dejado. Yo estaba en la burbuja del "destinado y las almas gemelas", sin darme cuenta que al
parecer el destino había cometido un terrible error. Hyung, ¿Crees que eso puede pasar?
—Creo que todo tiene un propósito Jungkook. Estoy seguro que todo lo que has vivido, te ha traído a este momento. Y estoy convencido que depende de ti y de Seokjin que todo siga avanzando y que tu nuevo destino sea el camino a tu felicidad. Todavía no entiendo que los atrajo cada vez más, pero vamos a paso a paso. Tú no te preocupes demasiado. Tus cachorros son lo más importante. Ahora volvamos a ese cumpleaños o Chi Yeol me dejará durmiendo en el sillón esta noche.
Namjoon no quiso transmitirle a Jungkook, las preocupación que si le había dicho a su hermano. Jungkook parecía comprometido en su relación y seguro que su alfa destinado ya no tenía nada que ver con su vida. Tampoco le habló de la crisis de Seokjin años atrás, y que Namjoon temía que volviera a pasar. Debía ser Seokjin quien le hablara a Jungkook de aquello.
Volvieron a la celebración, donde TaeHyung y Jimin anunciaron que en su próximo celo, buscarían cachorros. La noticia sorprendió al propio Jungkook.
Más tarde, todos comenzaban a despedirse, incluyendo a Jin y Jungkook.
—Fue un placer conocerte Jungkook. Siempre serás bienvenido y una vez más, muchas gracias por tu regalo—Chi Yeol se despidió con cariño del omega.—.Y cuida a esos bebés.
JungKook le devolvió el cálido abrazo y luego volvió a los brazos seguros de Jin. Últimamente todo era así. Se trataba siempre de la comodidad y placidez que el alfa le ofrecía y le daba. Nunca se había sentido un omega dependiente, ni siquiera de su destinado, pero ahora con Seokjin... todo era diferente.
—Te llevaré a casa, pequeño. Debes estar cansado.
—¿Por qué insistes en llamarme pequeño? Tengo veinticinco ¿sabes? Y espero a dos saludables bebés.
—Lo siento..., si te molesta ya no lo diré más. Es solo que necesito cuidarte. Y eres tan bonito y tan..
Un beso arrebatador lo dejo sin palabras. Jungkook era así muchas veces. Impulsivo y apasionado y al alfa le encantaba.
—Puedes llamarme como quieras. No seas bobo.
Entraron al auto y Seokjin manejo hasta el departamento de Jungkook. El omega se durmió. Al llegar, lo despertó suavemente.
—Sube conmigo—. Le pidió todavía un poco dormido, el omega.
—Estás cansado, será mejor que me vaya—. Seokjin lo dijo a pesar que sus planes iniciales involucraban confesar sus sentimientos.
—Por favor, Seokjin. Dormir en el auto me hizo bien. Necesito decirte algo importante.
SeokJin finalmente cedió a la petición. Su Jungkook no le iba permitir irse.
Llegaron al departamento y se sentaron en el sofá. Seokjin no pudo evitar besarlo. En casa de su hermano se había contenido. Jungkook de inmediato respondió ese beso, dejando que el alfa tomara el absoluto control. Enredando sus lengua y sintiendo caricias por todo el interior de su boca. Un escalofrío recorrió su cuerpo. Él ansiaba más, quería mucho más que un beso y se dio cuenta que el momento de tener algo más, había llegado.
SeokJin al darse cuenta que la temperatura de ambos comenzaba a subir, se alejó un poco. No quería perder el control y su lobo ya se estaba asomando para tomarlo.
—Dijiste que querías decirme algo importante—.Lo mejor era distraerse, pensó.
JungKook lo miró y se puso nervioso. Mordió su labio y pasó la lengua por su piercing.
—Si..., quiero que sepas que conocerte ha sido un descubrimiento maravilloso. No sólo has sido un grandiosos médico para mí y mis cachorros, sino que además, te has convertido en alguien especial. Y aunque no pensé que pasaría... sucedió... Me enamoré de ti... Te quiero Seokjin y necesitaba decírtelo. No importa si tu aún no sientes lo mismo. Cada uno tiene sus tiempos y puedo esperar.
SeokJin quedó totalmente sorprendido. No esperaba que el omega fuera el primero en decirlo, pero ahí estaba...diciendo las palabras más dulces que había escuchado.
—Jungkook... He esperado todo este día y noche, porque sentía que ya no podía seguir sin decirte todo esto que hay aquí —Se llevó una mano a su corazón —. Esto es nuevo para mí. Enamorarme es lo más inesperado que le ha pasado a mi vida. Jamás pensé que sería un paciente el hombre que me haría sentir todo esto... Te quiero, estoy enamorado de ti y quiero que seas mi omega. Y yo ser tu alfa. Quiero hablar con tus padres y decirles que desde este momento yo me hago cargo de ti. Que te cuidaré con mi vida y que procuraré hacerte feliz...
—Seokjin... —dos lágrimas salieron de los ojos del omega. Nunca en su vida se había sentido más querido y más a salvo que en ese momento.
Un beso, selló esa declaración y el nuevo compromiso. Sus bocas jugando, saboreando, deseándose.
—Por favor quédate conmigo hoy—le pidió el omega.
—¿Estás seguro? —. Jin quería asegurarse de que Jungkook estuviera completamente consciente de su decisión.
—Llévame a la cama y hazme el amor, alfa...
Esas palabras fueron suficientes, para que el lobo de SeokJin tomara el control y condujera al humano a arrebatarle un beso apasionado al omega, quien gimió en respuesta.
SeokJin entonces, se comunicó con su lobo, para tener una perfecta armonía. El omega llevaba bebés en su vientre y no quería perder el control. El lobo lo entendió.
SeokJin tomó a Jungkook, quien como un koala, se aferró al cuerpo de Jin, mientras éste lo conducía a la cama. Con cuidado, lo recostó.
—Quiero que me dejes a mí hacer esto. Voy a tomarte y amarte esta noche, como he querido desde hace mucho—. Con suavidad, fue desnudando al omega. Al ver su torso, inevitablemente, sus manos fueron directo a esos pezones café oscuro que sobresalían, en ese pecho fuerte y hermoso.
Jin, se sacó la chaqueta y luego la camisa que llevaba puesta y dejó que el omega lo acariciara. Jungkook amaba esos hombros anchos y esos brazos fuertes y duros. Tan sólo sentir la piel del alfa en la palma de su mano, era placentero.
SeokJin volvió a la ropa de Kook. Sacó sus pantalones, calcetines y ahí estaba su preciosos omega en bóxer, con un cuerpo precioso, que se preparaba para anidar a dos cachorros que comenzaban a crecer. Pasó su mano por el vientre y pudo sentir el estremecimiento de Jungkook. Su aroma a flores de cerezo se hizo más intenso. Estaba excitado. El bulto que todavía se escondía lo delataba. Con cuidado, lo dejó desnudo.
—Eres precioso. Perfecto. Mírate, Kook. Tu miembro está duro y es tan largo y es mío—. Miraba a Jungkook mientras con suavidad comenzaba a masturbarlo. No se había equivocado. Para ser un omega, el pene de Kook era largo y ahora mismo se erguía frente a él.
—Desnúdate para mí. Quiero verte. Quiero ser un maldito pervertido y mirarte todo lo que yo desee—.Jungkook comenzaba a sentirse cada vez más excitado y con la necesidad de tener dentro de él, a Seokjin.
Cuando el alfa quedó desnudo frente al omega, el lobo enloqueció. Jungkook lo observó y puso sus manos sobre el vientre de Jin. Sus manos recorrieron su ombligo y comenzaron a bajar por la hermosa v que llegaba a su ingle. Ahí estaba la prueba de la excitación máxima del alfa. Un pene grueso y erecto dispuesto para poseer al omega.
—¡Tómame! —. Jungkook repitió la palabra que alguna vez había dicho. Pero estas vez era real. Se tendió sobre la cama listo para recibirlo.
SeokJin subió a la cama y con calma, comenzó a besar sus labios, su cuello, detrás de su oreja, donde sintió todo su aroma intensificado por la excitación. Besó una vez más sus pezones. Los lamió y satisfizo su sed de ellos. Jungkook comenzó a gemir y Seokjin sintió como su deseo aumentaba. Bajó su boca al vientre para perderse finalmente en su precioso vello púbico recortado que hacía lucir todavía más ese magnífico pene que llevó a su boca. Jungkook arqueó su cuerpo y el lubricante escurrió por sus piernas.
SeokJin seguía chupando y lamiendo el pene del omega, mientras su dedo se entrometía por primera vez en el cuerpo del omega. Ahí en el resbaladizo agujero jugó con la excitación de Jungkook. Tocando su próstata y logrando nuevos gemidos que a él y a su lobo lo llenaban de felicidad.
—Más... —comenzó a rogar Jungkook. Los dedos no eran suficiente. Necesitaba algo más grande, algo que lo hiciera sentir lleno, pleno, adolorido... Seokjin dejó de lamer su pene y volvió a recorrer su cuerpo... Su ingle, su vientre, sus pezones...Su cuello y finalmente su boca.
Con cuidado, para no aplastar su vientre se alineó sobre el omega y se preparó para lo que sería su momento especial.
—¿Está listo mi omega? —preguntó con voz ronca y excitada.
—Si por favor, Jin, te necesito...
Seokjin lo penetró. Suavemente, sintiendo todo el calor que el apretado culo de Jungkook le ofrecía. Estaba húmedo y caliente y al momento que el omega apretó sus piernas alrededor de Jin, éste supo que debía moverse. Comenzó a balancearse en su cuerpo, entrando y saliendo del agujero húmedo del omega , bajo los gemidos agudos que éste hacía.
Una y otra vez besaba su boca, mientras JungKook pasaba sus manos por la espalda ancha del alfa.
—Alfa, mi alfa... Seokjin.
Jin entraba y salía y le excitaba ver como el agujero de Jungkook se contraía y seguía produciendo lubricación. Tomó impulso y volvió a penetrarlo con más vigor, rozando su próstata y su útero. Jungkook gritó de placer y comenzó a masturbarse.
Jin lo vio y sus ojos se llenaron de lujuria. Quería a ese omega, lo ansiaba y sus embestidas fueron más y más rápidas. Jungkook gemía y se masturbaba con más fuerza.
—Vamos a corrernos juntos, Jungkook... Dame ese placer...
JungKook no sabía cuánto más podría aguantar, Jin tocaba todos sus lugares correctos y estaba al límite.
—Vamos mí omega, córrete para tu alfa...
Jungkook gritó y el semen salpicó su mano y sus vientres, mientras sentía, como él, era llenado con el semen caliente del alfa. Jin se quedó unos segundos e iba a retirarse antes de que asomara el nudo, pero...
—No te atrevas... Lo necesito—Jungkook quería sentirlo. Aquel poderoso momento en que sus cuerpos quedaban unidos.
Jin no se movió y el nudo se formó. Jungkook volvió a estremecerse de placer.
SeokJin entones se acomodó y lo acomodó de lado, para no aplastarlo y poder mirar a su omega, que estaba precioso, con su frente mojada, sus aromas mezclados en la habitación. Sus labios hinchados por los besos...
—Eres mío—. Fue todo lo que Jin dijo.
—Soy tuyo—. Fue la respuesta del omega.
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