Capítulo Diez
Seokjin sentía tanta ternura hacia el omega que ahora estaba en sus brazos. Sabía que ese llanto era de felicidad y probablemente de sus hormonas y feromonas alteradas. Sin embargo, pudo notar como poco a poco se fue calmando. Jungkook se separó de su cuerpo y lo miró con sus ojos todavía llenos de lágrimas.
—Lo siento. No sabía que iban a ser dos. Es decir, el doctor Jung me habló de la posibilidad de tener más de un cachorro, pero no creí que eso me fuera a suceder. Estoy tan feliz. Este es mi sueño. Ser papá, cuidarlos y criarlos. No sabes lo que significa para mí...
Seokjin podía entenderlo. Los omegas tenían en general un instinto de maternidad y paternidad muy desarrollado y su necesidad de criar era más fuerte que la que existía en las otras castas. Le gustaba que a pesar de la forma como Jungkook había sido educado, no hubiese abandonado su instinto.
Miró su rostro lleno de lágrimas y todo lo que deseaba era besarlo y abrazarlo por mucho, mucho tiempo, pero sabía que eso era absolutamente incorrecto y se contuvo. Se separó del omega, con la excusa de buscarle pañuelos.
—Bueno, ahora que sabemos que son dos, tendremos que cuidarte todavía más. Tu naturaleza está hecha para partos múltiples, entonces todo debería seguir normalmente. Pero podrías experimentar algunas molestias, que se agudizarán por tener dos bebés. Más peso, más retención de líquido y probablemente más nauseas. Lo siento. Vamos a establecer una buena dieta y algunos ejercicios.
Jungkook ya se había calmado y Seokjin lo había hecho reposar sobre la camilla nuevamente—. Déjame ahora medir a los cachorritos. Es normal que tal vez uno de ellos sea más pequeño. No debes preocuparte.
Volvió a poner gel sobre el vientre de Kook y tomó todas las medidas. Sonrió satisfecho, pues ambos bebés estaban en perfectas condiciones.
—Ve a limpiarte y ponerte la ropa. Puedes refrescarte también. Iré por un vaso de agua. Si quieres llamar a alguien...
Jungkook asintió y fue al cuarto de baño, para arreglarse. Quería darle la noticia a sus padres y sus amigos.
Mientras, Seokjin se dirigió a la oficina de Hoseok. Estaba solo, según le había indicado su secretaria. Al percibir el aroma de su amigo un poco alterado, Hoseok lo miró con preocupación. Sabía que estaría con Jungkook.
—¡Son dos cachorros, Hoseok! —. Fue lo primero que salió de su garganta, quizá con demasiada emoción.
—¡Oh!, bueno era esperable. Imagino lo feliz que debe estar Jungkook. Y veo que ¿tú también?
—Bueno, estoy feliz por él. Se emocionó mucho, ya sabes cómo son los omegas con estas cosas...
Hoseok miraba con cierta compasión a su amigo. Sabía que estaba teniendo sentimientos distintos a los de una relación médico-paciente, aun cuando tal vez ni siquiera era consciente de eso. O quizá sí, pero no quería reconocerlos. Probablemente temía que él lo cuestionara. Pero no iba a hacerlo. A pesar de ser un alfa, Hobi era un hombre sensible y podía entender que a veces contra los sentimientos no se podía luchar. También sabía que su amigo estaba sintiendo algo real y que actuaría de forma correcta con el omega. Era una situación complicada, pues si bien Jungkook no tenía pareja, ni una marca, estaba esperando dos cachorros.
—Haz que venga aquí, antes que vayan a cenar. Será bueno saludarlo y felicitarlo—. Sí, él ya sabía de la famosa cena, pues sin entrar en mayores detalles acerca de lo que sentía, Seokjin se lo había contado a sus amigos. —El alfa asintió y fue tras el omega, a quien había querido darle un poco de espacio, para que se calmara y hablara con alguien de su familia.
Cuando volvió a su oficina, Jungkook lo esperaba sentado y estaba mirando su vientre sonriendo.
—¿Ya le contaste a todos las buenas noticias? —le preguntó mientras absorbía su delicioso aroma y le extendía un vaso con agua.
—Nunca imaginé que oiría a Jeon Hyuk gritar de emoción. Papá me dijo que se había emocionado mucho. Mi padre es un hombre muy duro. Él tuvo una vida difícil. No sabes todo lo que tuvo que pasar para llegar a donde está. Mis abuelos no eran personas de dinero. Tenían una empresa pequeña de comunicaciones, fue mi padre el que la convirtió en lo que es hoy. Al principio estaba muy enojado por mi decisión de embarazarme así..., pero escucharlo hoy...estoy feliz—. Y ahí estaba otra vez el omega llorando, con sus hormonas haciendo estragos y ahí estaba el alfa, abrazándolo y envolviéndolo en chocolate y café.
—Oh Jungkook, me alegro tanto, debes calmarte pequeño omega. Si quieres podemos dejar para otro día nuestra cena...yo lo entendería. Tal vez quieras ir con tus padres...
—¡No hyung! Quiero llevarte ahí. Vamos a celebrar a mis pequeños. Serán Kong y dotoli, hasta saber su género. ¡Estoy tan emocionado!
Finalmente, Seokjin cerró su consulta, se sacó el delantal y lavó sus manos, antes de salir con el omega. Antes de irse, pasaron por la oficina de Hoseok, quien, además, había llamado a Yoongi. Cuando Jungkook entró ambos miraron a la pareja. Se veían bien juntos, parecían realmente compañeros, esperando a sus primeros bebés.
—Jungkook-ah! Ya supe las buenas noticias. ¡Dos cachorros! Estamos tan felices. El que nuestro procedimiento haya sido tan exitoso me llena de orgullo y además, me alegro tanto por ti. Hacer realidad tu sueño, es muy bueno.
—Gracias doctor Jung. Nada hubiera sido posible, sin su ayuda y apoyo—Jungkook entonces se fijó en Min Yoongi, el psicólogo que lo había evaluado.
—No sé si me recuerdas, son Min Yoongi, el psicólogo con el que te entrevistaste. Soy el compañero omega del doctor Jung.
—¡Oh! —JungKook estaba sorprendido. Formaban una pareja armoniosa, aun cuando ambos eran diferentes en muchos aspectos.
—Yo creo que después de todas estas presentaciones, Jungkookie debería empezar a llamarnos hyung. Después de todo, ustedes prácticamente están saliendo ¿no? Esta cena, ¿es como su primera cita?
—preguntó inocentemente Hoseok. Quien al momento de decir esto,
sintió un dolor inmenso. Horrorizado miró a su omega que lo había pateado por debajo del escritorio y fulminado con la mirada.
Seokjin no quería que Jungkook se sintiera incómodo. Hoseok y sus ideas geniales, pensó, por lo que rápidamente intentó una respuesta rápida, sin pensar demasiado.
—Sólo es una cena Hoseok. Jungkook es mi paciente y ahora mi amigo. Vamos a ir a cenar, nada más. No hables tonterías.
Jungkook pudo sentir el aroma un poco alterado del alfa. Por supuesto que era una "tontería" que ellos pudieran estar saliendo o en una cita. Cómo siquiera alguien pudiera estar interesado en un omega desechado por su propio destinado y, además, embarazado de un donante.
—Invité a hyung porque quería conocer al chef Lee. Nada más. Incluso, ustedes podrían acompañarnos si lo desean—agregó con un tono un poco triste Jungkook. Todos pudieron percibir el cambio en el aroma del omega. Y las miradas se dirigieron hacia al alfa, que ahora entendía que sus palabra había sido mal interpretadas por Kook.
—Gracias Jungkook por la invitación, pero nos esperan tres cachorros llenos de energía en casa. Será mejor que ya se vayan—. Yoongi medió en aquel tenso ambiente y miró a Seokjin para que sacara al omega y hablara a solas con él.
Se despidieron de Hobi y Yoongi y salieron en silencio. La alegría del omega se había desvanecido un poco. Sintió que había cometido un error, y que lo mejor era volver a su casa.
—Si esto te incomoda de alguna manera, sólo tienes que decirlo. No quiero causarte problemas con tus amigos, que puedan pensar cosas que no son. Sólo quise devolverte tu amabilidad. Pero puedo volver a casa...
Seokjin quería golpearse. Las puertas del ascensor se abrieron y ambos entraron. Quería encontrar las palabras correctas, y no volver a equivocarse. Entonces tomó las manos del omega, que ni siquiera lo estaba mirando.
—Lo siento por lo que dije allá. No es una tontería salir contigo. Todo lo contrario, me siento feliz. Pensé estúpidamente, que tú podrías sentirte incomodo por la insinuación de Hoseok. Yo sí quiero salir contigo y que esta sea nuestra primera cita...tú me gustas.
El corazón de Jungkook comenzó a latir rápido y más rápido. Su lobo estaba expectante y anhelante. Él también quería eso, pero no quería equivocarse. Además, ahora estaba concentrado en su embarazo no en salir con alfas.
—Seokjin-hyung..., No sé qué pasa entre nosotros...como te dije antes, sé que hay algo realmente extraño o especial entre nosotros. Tocarte o que me toques es una descarga de sensaciones que no sólo recorren mi cuerpo, sino que todos mis sentidos. En otro momento...yo estaría feliz de estar en una cita contigo, pero...
—pero...—repitió Seokjin sin soltar sus manos.
—Pero estoy embarazado, esa es mi prioridad ahora. Mis dos cachorritos creciendo en mi vientre. No puedo darte lo que tal vez buscas...
—¿Y cómo sabes lo que busco? No te estoy pidiendo nada más que una cita. Y sé perfectamente que estás embarazado, porque primero soy tu doctor. Y si crees que eso me va a detener para intentar entender esto...estás equivocado.
Jungkook también quería entender. También anhelaba al alfa que tenía enfrente. Seokjin estaba mirando sus labios. Él iba a besarlo estaba seguro de aquello y él no sabía si estaba listo.
Cuando el alfa se acercó a su rostro, la puerta del ascensor se abrió. Ambos se sobresaltaron. Una pareja mayor los miraba y ambos despertaron de aquel momento. Salieron en silencio.
Sin embargo, antes de llegar al auto, Seokjin se detuvo. Jungkook lo quedó mirando sin entender.
El aroma del alfa lo envolvió, sabía que las feromonas de Jin estaban saliendo y sus ojos brillaban de una manera diferente. Tal vez otro omega en su lugar, incluso hubiese temido. La mirada fiera e intimidante de un alfa podía ser peligrosa. Pero Jungkook sabía que estaba a salvo. De algún modo lo sabía. Y entonces cuando menos lo esperaba, tenía los labios de Seokjin sobre los suyos. Cerró sus ojos, entregado en el aroma del alfa, con su cuerpo envolviéndolo por completo.
Seokjin ya no quería que Jungkook tuviera dudas. Él sentía algo especial y entendía que la prioridad del omega eran esos cachorros, pero él también quería comenzar a ser parte de su vida. Conocerlo, cuidarlo. Se estaba enamorando, de eso estaba seguro y podía tener la seguridad que el omega sentía lo mismo. Mordió su labio con temor, pero Jungkook no dudó en abrir su boca y darle permiso para meter su lengua y saborearlo. Era increíble lo bien que se sentía recorrer cada rincón de esa boca con sabor a limón. Sus labios eran tan firmes, tan suaves y besaban de forma perfecta.
JungKook lo había rodeado con sus brazos y se sentía completamente entregado en ese beso. Su lobo embriagado con la calidez, suavidad y ternura del lobo de Seokjin. Ambos, hombre y lobo estaban complacidos por esa boca tibia, posesiva, pero a la vez gentil.
Cuando Seokjin soltó su boca, besó sus ojos cerrados, y detrás de su oreja, haciendo a Jungkook estremecerse.
—Eres tan bonito y hueles tan delicioso, que me tienes vuelto loco. Mi lobo y yo tenemos todas estas sensaciones tan intensas cada vez que te tengo cerca...nunca voy a olvidar cuando te vi aquella primera vez, esperando el ascensor. No pude apartar mis ojos de ti...Jungkook...quisiera entender esta poderosa fuerza que me hace sólo mirarte a ti, sólo desearte a ti...
Seokjin seguía con Jungkook en sus brazos, mientras le decía todas estas cosas. El omega comenzaba a sentirse mareado y en una especie de ensoñación, con esa voz tan bonita, que le decía palabras tan bellas...y él que había pensado que el alfa nunca se fijaría en él.
—Yo..., no sé qué decir..., tú también provocas todas estas cosas..., me siento tan seguro a tu lado. Y en serio que quisiera intentar, pero debes entender...
—Tus cachorros son la prioridad...y es así como debe ser Kook. No te estoy pidiendo nada...sólo una cita..., hoy...y mañana y tal vez pasado mañana...Sólo permíteme estar a tu lado. Prometo que no te exigiré nada. Y en cuanto a tus cachorros..., voy a asegurarme de traerlos a este mundo en forma segura para ti y para ellos.
Jungkook estaba confundido y embriagado. Su lobo decía que sí a todo lo que el alfa estaba proponiendo, pero él todavía no estaba seguro. Tal vez Seokjin se merecía a alguien que le diera toda la atención del mundo..., por otra parte, sintió que podía actuar un poquito egoístamente y disfrutar la compañía y el cariño que le estaba ofreciendo.
—Entonces, sí, acepto. Quiero que esta sea nuestra primear cita. No sé qué va a suceder entre nosotros. Quiero conocerte y que me conozcas. Tal vez no te guste tanto cuando te des cuenta que no soy un omega común. No soy sumiso, tampoco...
—Jungkook... ¿no te das cuenta? Es precisamente eso lo que me atrae de ti. El que seas diferente, fuera de lo común. Un omega valiente que siguió adelante a pesar que un estúpido alfa no supo valorar, un omega que se atrevió a tener dos cachorros solo..., un omega de músculos fuertes, pero que también sabe cocinar delicioso y es delicado en sus gestos..., eres hermoso.
Jungkook no aguantó y se lanzó a los brazos del alfa, para tomar él la iniciativa ahora y besarlo. Seokjin se sorprendió por la pasión del beso, pues el omega fue directo a su boca y hundió su lengua. Más tarde culparía a su loco lobo que quería devorar al alfa. Cuando el omega se sintió satisfecho y con los labios lo suficientemente hinchados, dejó la boca de Seokjin.
—Me gustas..., vamos ahora por esa cena.
El alfa lo siguió, todavía un poco atontado por todo que había pasado. Subieron al auto y volvieron a besarse. ¿Sería posible para ellos ahora, tener las manos fuera del uno del otro?
Jungkook estaba tan feliz, que no pudo evitar soltar sus feromonas y el aroma a cereza, a cachorro y limón hizo temblar de emoción a Seokjin, quien para distraerse puso a BTS. Así, cantando ambos sus canciones favoritas, llegaron al famoso restaurante, donde el alfa conocería al afamado chef que tanto admiraba.
El Restaurante estaba lleno, pero en cuanto Jungkook dijo su nombre, la anfitriona los condujo hacia un privado, alejado de la bulla y multitud. Una hermosa mesa para dos, románticamente preparada los esperaba. El omega sonrió. Le había dicho al chef que iría acompañado de un alfa que lo admiraba, por lo que probablemente había deducido que era su pareja. Había incluso una botella de fina champaña esperando por ellos.
—Tendrás que beber eso tu solo —le dijo Jungkook, con un puchero en sus labios, por no poder disfrutar del alcohol.
—Tampoco beberé. Estoy conduciendo y soy responsable que tú y tus cachorros lleguen a casa a salvo. Podemos brindar con un delicioso jugo.
Jungkook sonrió y miró hacia el mesero que esperaba para tomar su pedido.
—Señor Jeon, el chef Lee envía sus saludos personales. Pronto vendrá personalmente a saludarlo a usted y su invitado. Le ofrezco nuestra carta, la casa invita esta noche.
Seokjin estaba impresionado. Al parecer, si eran bastante cercanos con el chef, por lo que luego de pedir los platillos y bebidas sin alcohol, le preguntó a Jungkook cómo lo había conocido.
—Mi padre y él fueron compañeros en el instituto. Desde entonces fueron amigos. Hace unos años, ...debido a la gran crisis financiera que vivimos, estuvo a punto de perder el restaurante. Los bancos no querían darle créditos y entonces mi padre le prestó el dinero. Sin preguntas, sin condiciones. Eso salvó su negocio. Mi padre es un hombre duro y en cierta forma frío, pero tiene un gran corazón. Y es leal con sus amigos. Por eso, el señor Lee es así conmigo. Es un buen tipo. Tiene muchos omegas trabajando con él. Y no en puestos menores cómo podría pensarse. Eso me agrada de él.
Seokjin escuchaba con atención al omega. Sentía la admiración que tenía por su padre. Y en cierta forma él también comenzaba a sentirla. El hombre había apoyado a su hijo omega a desarrollarse completamente e incluso ahora, se mostraba emocionado aun cuando fuera a ser un padre soltero. Probablemente en cuanto la noticia se diera a conocer, Jungkook sería cuestionado por el método escogido para embarazarse y por no tener un alfa que lo respaldara.
—Quiero saber en qué estás pensando. No quiero que tengas pensamientos absurdos, acerca de que soy hijo de un millonario y que soy intocable. O algo así. No voy a negar mis privilegios, mi papá me regaló el lugar donde vivo, pero yo me mantengo económicamente. Y yo mantendré a mis dos cachorros.
El dejo de orgullo que había en la voz del omega, hizo sonreír a Seokjin. Le encantaba esa parte de Jungkook. Sus firmes convicciones y la fuerza con que defendía su independencia. Era un rasgo que lo fortalecía y que le causaba admiración.
—No me importa si eres hijo de Jeon Hyuk o del panadero Jungkook. Me gustas por ser tú. Admiro muchos aspectos tuyos, ya te lo he dicho.
—¿Podrías repetir eso, de "me gustas"?, fue agradable—. Seokjin entonces, tomó sus manos y lo miró con fiereza a los ojos.
—Me gustas mucho—se levantó de su asiento y se acercó al omega para besar con suavidad sus labios. Probablemente para él, sería muy difícil mantener su boca fuera de la de Jungkook. Se estaba convirtiendo en algo realmente adictivo y placentero.
Mientras esperaban la comida y luego durante la cena, Jungkook le contó que era hijo único, porque su papá lo había tenido en un parto complicado a los siete meses, lo que le había producido una infección que finalmente terminó con la extirpación de su útero.
—Papá, siempre fue muy sobreprotector, contrario a mi padre, que desde pequeño me enseñó a pelear, a defenderme y a enfrentarme a los problemas. Cuando me presenté como omega, me puso en clases de boxeo. Al principio los alfas que estaban conmigo en clases, me golpeaban y se burlaban de mí. Pero con el tiempo aprendí a derribarlos y comenzaron a respetarme.
—Entonces no voy a provocar tu ira, Jeon Jungkook. Yo apenas se dar algunos golpes. Cuando pequeños era Namjoon quien siempre ganaba las peleas. Mi lobo en cambio es más grande y puede derribar al de mi hermano. Supongo que es una dualidad en la que nos complementamos.
—Mi lobo ni siquiera sabe pelear. El solo quiere jugar y lamer. Ya te dije que era muy inmaduro. ¿Puedes sentirlo? Está totalmente alborotado con la presencia del tuyo. He estado calmándolo, para que no me haga saltar sobre ti...
Seokjin se rio. Había percibido al pequeño lobo revoloteando y su lobo estaba muy entusiasmado. Jungkook tenía un aroma realmente atractivo para él y su alfa. E indudablemente en otras circunstancia hubiera saltado sobre él.
—Vamos a correr juntos Kook. Antes que ya no puedas hacerlo. El sábado a mediodía. Tengo sólo una clase y puedo ir por ti, después de eso. Así no tendrás que levantarte temprano. Es otoño y el tiempo es realmente bueno.
—¿De verdad? Entonces esa sería nuestras segunda cita. Me encanta la idea de ir a correr contigo. Quiero conocer a ese lobo grande que dices tener.
La ilusión comenzaba a crecer en Seokjin. Todavía no entendía esa fuerza inexplicable que lo atraía hacia el omega. Por supuesto que era hermoso, inteligente y divertido. Sin duda podría enamorarse de él. Podía sentir los inicios de esos sentimientos y él dejaría que salieran. Quería intentarlo, quería enamorarse del joven omega. Pero también sabía que había algo más en esa atracción. Un magnetismo que su hermano había descrito en alguna ocasión. Una vez más la comparó con lo que sintió cuando reconoció a Jae-Hwan como su destinado. ¡Eran tan similares!, pero a la vez...diferentes.
Jungkook por su parte también podía sentir esa fuerte atracción, y era bonito volver a sentirse deseado y querido por otra persona que no fueran sus familia o amigos. Confiaba en Seokjin y quería conocerlo y saber todo de él. Tampoco iba a reprimir lo que sentía. Dejaría que el tiempo fluyera. Quién sabe lo que el destino caprichoso le deparaba. Sólo esperaba que, en su futuro, el alfa estuviera presente.
Ambos se tomaron las manos, cuando parecía que sus pensamientos eran uno solo. Si, ahí estaba esa conexión desconocida, esa que los acercaba cada día más.
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