Capítulo 3
Frank
Coloco la mano en su hombro y se voltea de inmediato, puedo ver como el miedo abunda en su mirada.
—¿Que haces aquí Bren? —le pregunto, pero no responde, veo que empieza a palidecer y ya se lo que vendrá después así que antes de que caiga al suelo la sujeto para que así se desmaye en mis brazos. Desde pequeña cuando tiene mucha presión, o se estresa, se duerme por un momento sin importar donde esté, en verdad no es un desmayo, eso es lo que yo digo siempre.
Después de que se durmiera la llevé a casa y ahora me encuentro esperando a que despierte para hablar con ella.
—Hijo ya se despertó —me dice mi madre en cuanto entra en la cocina, donde me encontraba yo esperando a que despertara.
—Bueno entonces voy a ver como está —le sigo brindándole una sonrisa para que sepa que todo estará bien
Toco la puerta y entro en la habitación.
—¿Brenda ya te encuentras mejor? —le pregunto neutro
—Si, ya estoy mejor — respira un poco nerviosa— de verdad lo siento, si me hubieras dejado salir nunca me habría escapado —dijo con miedo en su mirada ya que me tiene mucho respeto.
—Quien debe pedir disculpas soy yo, ¿vale? —asintió y se quedó en silencio para que siguiera hablando— yo no debí prohibirte salir de casa, debí comprender que querías salir fuera y hacer amigos, solo debí comprender que querías ser una chica normal como las demás. Si eso es lo que quieres no me puedo interponer, ya eres una adulta, no eres aquella niña inocente y frágil de hace 4 años, ya eres toda una mujer y si lo que quieres es salir, yo no lo puedo impedir.
Se acerco a mi para abrazarme —Muchas gracias por entender, no sabes lo importante que es esto para mi —se separo de mi y me miró a los ojos —¿entonces puedo salir cuando yo quiera?— preguntó intentando creerlo
—Si, podrás salir cada vez que quieras, sola avisa a mamá para que no se preocupe por ti
—Gracias de verdad —dijo muy feliz, y me abrazo nuevamente
—Bueno ya me tengo que ir, tengo algunas cosas que debo hacer — me levanté y me dirigí a la puerta
—Adiós nos vemos luego —dijo cuando estaba saliendo, cerré la puerta y camine hacia donde estaba mamá para despedirme y luego salir.
Minutos después
Me bajo de mi coche frente a un edificio entro en el, subo por el ascensor hasta el 5° piso y toco el timbre de la puerta del apartamento. Enseguida alguien me habre.
Me besa en los labios, y pregunta mientra nos adentramos en la casa—¿Se te quedaron las llaves?
—Si con tantas cosas terminé olvidando las —dije quitándome la chaqueta y para colocarla en el sillón
—¿Qué tal te fue con tu hermana? —se sentó en el sillón de antes
—Bastante bien, ha entendido que estoy arrepentido de todo lo que hice que sufriera —dijo mientras dibujaba en su rostro una sonrisa melancólica.
Que bueno me alegro mucho —quiso darme un abrazo pero no pudo por el notable embarazo de ocho meses
—Ay mi bebé, no quieres que mamá abrace a papá eh —dice tiernamente mirando hacia su vientre mientras lo acaricia con la mano. Mientras yo me acero y la abrazo de lado extiendo mi mano para acariciar su vientre, me mira por un momento como pensando y luego dice.
—¿Recuerdas que me dijiste que el sueño de tu hermana era estudiar economía? —preguntó como si planeara algo
—Pues si, ese siempre ha sido su sueño
—Entonces, por qué no la matriculas en la universidad de economía —me quedo pensando por un momento— creo que le encantará la sorpresa— intenta convencerme Fany
—Si, mañana a primera hora me encargaré de eso, eres lo máximo, de seguro le encantará —la beso en la mejilla
Cenamos muy tranquilos mientras hablábamos sobre la bebé y la matrícula. Cuando terminamos eran las ocho de la noche y aun no teníamos sueño así que decidimos ver una película de romance.
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