Playa III
Despertó algo desorientado. Se apoyo sobre sus codos y vió que aún estaban en la palapa. Tenía puesta una bata blanca y ropa interior limpia. Seijūrō yacía a su lado profundamente dormido.
Se removió y su parte baja dolió. Era normal, después de todo habían tenido varias rondas de sexo desenfrenado.
Su estómago gruñó y miró a donde estaba la mesita, aún tenía fruta. Se levantó y tomó unas uvas.
Se dirigió al pequeño muelle y sentó en el bordo. Sus pies tocaban fácilmente el agua salada.
Por el sol deberían ser las 2 de la tarde.
Se despojó de la bata y, mirando que nadie lo viera, el bóxer. Se aventó al agua y flotó.
Soltó un gran suspiro.
Entendía por qué Seijūrō lo había levantado tan temprano y llevado a la playa.
Estaba preocupado por él.
Pero no quería preguntarle. Tampoco a sus amigos y sus... abuelos.
Simplemente no sabía cómo reaccionar con sus padres.
Después del rechazo, y de saber que lo habían vendido, los seguía queriendo... Pero ahora las cosas eran diferentes. Su padre era su hermano. Su madre había dejado que su hermano lo vendiera.
¿Cómo iba a quererlos ahora?
Aquello que lo mantenía teniendo cariño, se había quebrantado.
¿Cómo puedes querer a alguien que te crió, cuidado y final no era tu padre, y que te vendió, sin importar que eran medios hermanos?
¿Cómo se supone que tengo que perdonar todo lo que me hicieron ?
—Con el tiempo.
—Sei— se giró y vió a su novio. El pelirrojo estaba sobre el muelle observándolo.
—Con el tiempo podrás perdonarlo— se deshizo de la bata y se lanzó al agua. Nado y alcanzo a su novio para abrazarlo y besarlo.
—Sei~
— Me asusté al despertar y no encontrarte— confesó besándole el cuello.
—Lo siento. No lo quise despertar.
—Tenemos que hablar.
—¿Sobre qué?— preguntó mientras se ponía de pie en la arena. Dónde estaba el agua lo cubría hasta el hombligo. Desvió la mirada al notar que su novio también estaba desnudo y se notaba su sendero feliz.
—Sobre tus padres...
Se tensó. No se sentía preparado.
—No huyas— lo sostuvo de la cadera y lo jaló hacia él.
—Yo...
—Rin-san y Nana-san están preocupados por tí. Nuestros amigos también... Y yo... Yo no sé qué hacer. Me siento impotente de verte así. Sé que es difícil todo esto, pero no tienenes es que recaer... Estás casi igual a lo de hace dos años...
Observó al pelirrojo. El semblante era serio pero también preocupado.
-—Me siento mal novio por no saber cómo ayudarte. Yo...
—Seijūrō-san ha hecho todo. Esta conmigo y me apoya— se apoyó del torso desnudo —, yo ... Simplemente no sé nada como tratar a mi abuela y ... Bueno, mi padre... Se que para mi abuela todo esto va de ser muy doloroso. Soy su... Hijastro... O lo que sea. No sé qué hacer. No sé cómo tomar la situación. Mi abuelo... Se ve feliz. Me trata con más cariño del que ya me trataba... Ese día los escuché llorar a ambos. Están lastimados por lo que hizo papá... Dios ¿Cómo pudieron hacer algo así? Yo no sé qué hacer con todo esto.
—Kōki— lo abrazó y lo dejó llorar en sus brazos —Todo estará bien. No estás solo en esto.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro