
Playa
Una vez que terminaron de desayunar, recorrieron la playa tomados de la mano.
No sabía cómo abordar el tema.
—Es hermoso el lugar.
—¿Te gusta?
—Sí— sonrió a su novio — Es una hermosa casa. Y la vista es espectacular.
Sonrió satisfecho al verlo sonreír de esa manera. Caminaron unos minutos más y cargó a su novio.
—¡Bájame Seijūrō-san!
—No.
—¡No!— chilló al sentir que lo había soltado. Segundos después terminó en el agua. Termino sentado en medio del agua.
Sonrió al verlo así. Mojado y enojado... Enojado —Kō...
Sonrió y corrió detrás de su novio. Logro alcanzarlo y ambos terminaron en el agua.
—¡Kōki!— había terminado con arena en la cara.
Rió a carcajadas al verlo lleno de arena — oh oh...
—Sí, oh oh.
—No— salió corriendo pero el tirón de su mano hizo que terminara de espaldas en la arena, y con su novio sobre él.
—Kōki— sonrió e iba a decir algo pero una ola lo interrumpió. Ambos terminaron mojados y ahora sin arena.
Acarició el cuello del pelirrojo, lo jaló hacia él y lo besó.
Respondió al beso y comenzó a frotarse contra su novio.
—Nghhh...
Otra ola impacto contra ellos y Kōki gritó al ser llenado de arena.
—¿Estas bien?
—¡Akashi-sama! ¿Están bien? Escuchamos el grito.
—Estamos bien— cubrió a Kōki con su cuerpo; la ropa pegada al cuerpo de su novio no dejaba nada a la imaginación —Pueden retirarse.
—Con su permiso.
—Crei que estábamos solos— murmuró abrazando a su novio.
—No. Envié un equipo por delante, y otros venía detrás de nosotros— explicó acariciandole la mano —. Papá insistió en que es hora de que traiga más seguridad. Normalmente traigo al chófer y a Wakaru-san.
—Ya veo...— desde que recordaba él pelirrojo siempre traía al chófer y Wakaru-san.
—Vamos. Te mostraré algo— le sujetó de la mano y caminaron a lo largo de la playa.
Kōki siguió el paso de su novio. Quería hablar con él, decirle lo que le agobiaba.
—Llegamos.
A unos metros de ellos estaba una palapa.
Bajó la palapa se encontraba una cama, unas hamacas a los costados, y una pequeña mesa con un plato de frutas y agua fría, los cubos de hielo aún eran visibles.
—Es muy bonita.
—¿Te gusta?
—Sí— corrió y trepó a la hamaca, comenzó a moverse.
Sonrió, y aprovechó para cerrar las cortinas blancas. Luego se dirigió a la pequeña mesa y comió algunas fresas.
—Esto es increíble.
—Sí...— se acercó y detuvo la hamaca, sujetó del cuello a su novio y lo besó.
Fresas. Respondió al beso y sintió como fue jalado y depositado con cuidado sobre la cama.
—Nghh.. se-Se va a ensuciar— se apoyó en sus codos. Sus pies estaban llenos de arena.
—No importa— respondió antes de dejar acostado a su novio y comenzar a besarle el cuello.
—aghh Sei...
Sintió la erección de su novio y sonrió, comenzó a mover su cadera lentamente para que sus miembros de friccionaran.
—¿Puedo continuar?
—Sí— jadeó antes de besar a su novio. Enterró sus uñas en el dorso blanquecino.
Necesitaba sus besos. Sus caricias. Necesitaba ser suyo.
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