Hoy veré al abogado... No sé para qué, sólo espero que no sea malo. Ese abogado fue el que estuvo presente cuando nos casamos después de dos años de relación... Una relación feliz y llenó de amor. Todo era color rosa.

Mis padres estaban más que felices de verme a su lado. Mis amigos también, pues siempre subieron mis sentimientos por él. 

Esos dos años fueron los mejores momentos que tuve con él... Cuando me propuso matrimonio acepte gustoso, estaba feliz y mi familia también. En aquel tiempo no entendí porqué justo antes de comprometernos Hiroshi habló con mis padres... Pero ahora sí lo sé, y creo que no se los perdonaré, ellos me vendieron.

Me vendieron como un objeto a cambio de dinero mensual. Yo no sabia nada hasta ese día. Día que me arranco lo que más amaba... Y apesar de eso los amo, son mis padres.

Realmente no sé qué será de mi vida, pero ahora, en las últimas semanas, ya puedo dormir sin las pesadillas que me atormenta. La hipnosis de las últimas dos semanas me han sido de ayuda. Siempre estaré agradecido con los Kagami y sensei.

Desde hace 4 meses tengo la misma rutina: levantarse, bañarse, desayunar e ir al trabajo, y por las tardes pasar a alguna librería y comprar lo que haga falta.

Hoy era lunes así que le tocaba dar clases. Antes de llegar al kínder, pasó a una dulcería y compró muchos dulces. A la hora de la salida se  los repartirá a sus niños.

—Buen día, Kōki-sensei.

—Buen día, Ryō-sensei— saludo al castaño. Ambos fueron compañeros de clases en la universidad y luego se encontraron en el kínder.

—¿Cómo está?

Trató de sonreír —Mejor.

El castaño asintió y de reojo observó a su amigo, le creía, realmente se veía mejor.

—Aquí vienen...— comenzaron a recibir a los niños.

—¿sensei me trajo mis dulces?

—Sí Yuu-kun. Pero se los daré a la salida. Tienen que comportarse y hacer las tareas.

—Sí, sensei.

————

Al finalizar el día, los niños se marchaban con sus padres mientras les enseñaban sus dulces.

—Los conscientes mucho.

—waaa ¡Kuroko no me asustes así!— su mano estaba aferrada a su pecho. Su corazón latía muy rápido por el susto.

—Soy Kagami— respondió inexpresivo.

—Lo siento, la costumbre— se disculpó mas calmado —¿Se le ofrece algo?— el peliceleste tenia a Tora en la primaria.

—Ir al magi burger ¿quieres ir… Furihata-kun?

—Lo siento. Me voy a encontrar con su abogado.

—¿Qué?

—Ayer me llamó. Dijo que es urgente.

—¿Quieres que te acompañe?

—¿Puede?— el pelo celeste asintió —Gracias. Voy por mis cosas.

Tetsuya frunció el ceño y envío un mensaje a sus amigos diciéndole la situación.

—Vamos— abordaron un taxi a la dirección del abogado.

Al llegar se presentaron con la recepción y ella los envío al despacho. Al querer entrar chocaron con quien salía.

—Akashi-kun/ sensei.

—Tetsuya. Furihata-san. ¿Vienen a ver a Imayoshi?

—Mando a llamar a Furihata-kun.

—Ya veo...

—Entren— Seijūrō se hizo a un lado.

—Solo recibiré a Furihata-san...

Tetsuya miró mal al pelinegro y preocupado al castaño.

—Estaré bien. Cualquier cosa grito.

El peliceleste asintió y miró a su amigo cerrar la puerta.

—Será mejor sentarnos— propuso el pelirrojo.