Luz
Hikaru llegó a ser la luz de sus vidas.
Seijūrō notó que el nacimiento de su hijo alegró totalmente a Kōki.
Pero seguía preocupado por él. No podía evitarlo.
—¿Sei?
—¿Qué?
—Te estaba hablando y no me hiciste caso. Podrías cambiarle el pañal. Voy a preparar su biberón.
—Claro, amor—se levantó y llevó a Hikaru a su habitación. Su bebé cumpliría en unas semanas el año.
Kōki soltó un suspiro y miró a través de la ventana. Reo tenía razón. No podía seguir ignorando aquella aparte de su vida.
Era feliz con su novio y su hijo. Se habían quedó a vivir en la mansión Akashi. Ambos querían que su hijo tuviera un lugar seguro y aire libre en que jugar conforme creciera.
Su vida iba bien, eran felices y eso le gustaba. Pero había algo... Aun tenía un pendiente.
El diario se estaba por acabar, había escrito unas hojas más y solo quedaban dos. Y sabía en que las iba a ocupar.
Término de preparar el biberón, y verificó que la temperatura fuera la adecuada.
Se dirigió a la habitación y Seijūrō ya había terminando de cambiar a Hikaru.
—Ami.. Ami..
—Sí. Mami ya viene- Seijūrō le hizo cosquillas. La melodiosa risa se dejó escuchar rápidamente.
_Ami.
—Sí, aquí está mami— soltó un suspiro, se acercó con el biberón y se lo dió. Su hijo ya tomaba el biberón por si mismo —No sé porque me dice mami. Soy su papá.
—Quien sabe...
—Sei.
—Hummp
—Necesito ir a ese lugar.
—¿Ese lugar? De que estás...— la mirada de Kōki le dijo todo —. ¿Hoy?
—Sí.
—¿Quieres qué llame a Reo?
—Ya viene.
—Bien. Me cambiaré — era domingo así qué andaba en pijama aún.
Kōki asintió. Vio a su esposo buscar en el guardarropa y luego entrar al baño —Espero resistir.
-------
Abordaron la camioneta, Seijūrō sostuvo la mano de su novio durante el trayecto. Kōki se miraba super nervioso. Era normal.
Además, no quería que tuviera una recaída.
Después de que nació Hikaru, Kōki se volvió sobreprotector. No dejaba que nadie se le acercara a Hikaru... Incluso tuvo que discutir con él por no dejarle cargarlo en las mayorías de las veces.
Les costó varías terapias para que Kōki dejará que sus amigos lo cargarán. Poco a poco fue cediendo hasta que dejó de tener miedo... Miedo de que le quitarán a Hikaru.
—Sei, llegamos.
Alzó la mirada y vio la casa. Era la primera vez que estaban allí. El auto de Reo estaba esperándolos.
Kōki uso el mando que souchi le entrego hace unos años, y abrió el gran portón.
Los autos entraron a la propiedad, y se estacionaron frente a la casa. Bajaron del auto y saludaron a Reo.
—Gracias por venir, Reo— dijo Seijūrō.
—Me sorprendió, pero ya era hora— sonrió al castaño.
—Buena tarde.
—Buena tarde, Chihiro-san— saludó Kōki al peli plata. Se acercó a él al ver a Hiromi, un lindo doncel pelinegro de ojos grises, tenía un año y un mes. Le acarició sus lindas mejillas.
Hiromi estiró sus brazos, y Kōki lo cargo y besó la mejilla.
—¿Estás listo Kō-chan?
—Sí. Estoy listo.
—¿Quienes son ustedes? ¿Cómo han entrado a esta propiedad?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro