Empezar
-Akashi-san... Akashi-san...
-Humm Es Seijūrō ¿Qué sucede?
-¿Me puede decir que hacemos aquí?
-Cuidarlo.
-... ¿Y cómo se supone que me va a cuidar si estamos en una isla desierta a cientos de kilómetros de Japón?
-Tenemos al mejor médico de Japón con nosotros... Y no es una isla desierta, es una isla privada.
-¿No es lo mismo?
-Sí fuese lo mismo, en este momento estaríamos en vil sol y no en una lujosa casa de playa con todos los servicios. Además, no estamos solos. Todos estan aquí. Inclusive Ryōta.
No dijo nada.
En cuanto lo dieron de alta en el hospital (5 días después de despertar), Akashi Seijūrō le había cubierto los ojos. No supo donde estaban hasta que escucho la voz de los niños hablando de lo grande que era el avión. Se quitó la venda y estaban frente a jet privado de los Akashi. Sus amigos también estaban allí.
En pocas palabras, al ser tiempo de vacaciones de verano no tenían clases en un mes. Por lo que lo habían sacado de vacaciones a una isla privada. Recordaba vagamente que ellos solían ir a esa isla, pero él no. Hiroshi nunca lo dejo ir con sus amigos... Era la primera vez en 5 años que salía de vacaciones fuera de Tokio.
En cuánto arribaron a la isla, había sido montado a una silla de ruedas y llevado a una habitación para que se cambiará.
-¿No se supone que tengo que estar en reposo?
-Shintarō dijo que estaba bien, siempre y cuando no hiciera movimientos bruscos.
-Akashi-san dijo que iba a respetar mis decisiones.
-Y lo hago. Simplemente no quería dejar a los niños sin sus vacaciones ¿Kōki-san, si?
-No...
-Bien. Alguien traerá libros y demás cosas - se levantó del camastro, le besó la frente y se alejó, no sin antes deshacerse de la playera.
-...- se sonrojó y mordió su labio inferior. No pudo evitar comerse con la mirada al pelirrojo. Era la primera vez que lo miraba así: con un pequeño traje de baño y sin playera que no dejaban nada a la imaginación. Un hombre atractivo con el cuerpo muy bien definido, cada músculo se marcaba muy bien.
-Kōki-san...
-¡Kuroko!- se tocó el pecho, su corazón latía rápidamente por el susto.
-Es Kagami- se acomodó en el camastro que acababa de abandonar el pelirrojo -¿Así qué están saliendo?
Se sonrojó avergonzado y desvío la mirada pero sólo ocaciono ver al pelirrojo emerger del agua dejándole una sensual vista.
-Supongo que ese es un sí- dijo Tetsuya riendo levemente.
-Algo así- susurró avergonzado -No sé exactamente donde estoy. Me preguntó que si le daba una oportunidad de enamorarme y solo asentí.
Tetsuya rió -Eso fue un si para Akashi-kun... Y para mi también.
-No se que hacer.
-Solo sea Kōki-san. Deje a Akashi-kun en cargarse de las cosas. Aunque siendo el primer amor de Akashi-kun no estoy seguro de que hará.
-¿Primer amor? Pero él a tenido novias.
- Sinceramente dudo que fuesen "novias", siempre me pareció que estaban mas interesadas en los regalos que Akashi-kun les daba y no en él.
Recordó su época de universidad. Los pasillos estaba llenos de chisme, y uno de los principales era Akashi y sus "regalos".
-Pero eso es pasado- dijo rápidamente Tetsuya antes del que el castaño hiciera conjeturas -Su pasado no debe interponerse, si no que deben sobre llevarlo, es parte de quienes son.
Asintió dándole la razón al pelo celeste. Sí Seijūrō-san lo había aceptado con su pasado tormentoso, él no era nadie para juzgar el pasado del pelirrojo, era su turno que aceptar el pasado de Akashi Seijūrō.
-¿Cree qué podemos ser felices?- murmuró viendo al pelirrojo jugar con Atsuya y Tora.
-Por supuesto. Todo depende de Kōki-san.
¿Depende de mi?...
Aquella frase se quedó en su mente.
Era cierto. Todo dependía de él.
Ahora que se había percatado de sus sentimientos por el pelirrojo, era él quien tenía que decidir cómo sobre su... ¿relación?... En realidad, ambos lo harían. Ambos tenían que tomar decisiones... Pero por mientras le costaría trabajo adaptarse a un relación de pareja.
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