Miraron a la entrada de la casa, y allí estaba un hombre de edad avanzada, y un niño de cabello negro mirándolos.

—Buena tarde— Kōki le entrego Hiromi a Chihiro —. Soy Furihata Kōki, él...

Abrió los ojos sorprendido —Lo estábamos esperando, soy Takeda Akira. Bienvenido a casa, Fukuda-sama.

Se estremeció por el apellido pero no dijo nada.

—¿Viene ver la casa?

—No... Voy a .. a...

—Vino a verlo a él— dijo Seijūrō.

—Entiendo. Maru, dile a tú abuela  que prepare algo para ellos— el niño asintio y entro a la casa— Por aquí, por favor. 

Kōki regreso a la camioneta por un par de segundos, y luego siguieron al hombre, entraron a la casa y pasaron a lo largo del pasillos hasta que salieron al jardín. Caminaron hasta el final de la propiedad. Allí yacía un jardín con  varias tumbas.

—Es el panteón familiar. Todos los Fukuda han estado aquí.  La tercera de la cuarta fila es la de Hiroshi-sama.

Kōki suspiro y camino hacia esa lápida.

Seijūrō dió el paso pero Reo lo detuvo.

—Dejalo. Tiene que hacerlo solo.

Se mantuvieron bajo la sombra de un árbol cercano mientras que Kōki llegaba a la lápida.

————

Cada paso que daba le era más pesado. 

Se detuvo frente a ella.

Fukuda Hiroshi

Inhalo y exhalo  varias veces hasta que pudo respirar correctamente.

—Te he traído tus flores favoritas— colocó el ramo de narcisos morados —No había venido antes porque no te perdonaba. De hecho aún no te perdono... Pero quiero continuar con mi vida y cerrar el ciclo que viví contigo, Hiroshi.

Sollozó —Yo te amaba. Siempre te ame. Siempre mantenía mi mirada en tí, sin importar que solo me vieras como un amigo... No sabes lo feliz que fui cuando me pediste que fuera tu novio.  Viví dos años llenos de felicidad y amor... Luego llegó ese día. Me pediste matrimonio, realmente estaba feliz.

—Viví un año maravilloso siendo tu esposo... Pero todo eso comenzó a cambiar, y no me di cuenta de que te permitía hacerme daño. Te permití humillar, golpear, violarme y todo porque creía que así era el amor. Que si hacía todo lo que me pedías volverás hacer el mismo con quien me case. Pero no fue así, fue peor.

Las lágrimas obstruyeron su visión —Perdí a mi bebé. A nuestro hijo... Lo perdí. No sabes cuánto he sufrido. Lo único bueno y puro en mi vida lo había perdido por tu egoísmo. Por creer en esa mujer. Por creer en ella me golpeaste, me violaste y pedí a mi bebé.  Ese día mi corazón se quebró.

—Por que a pesar de que te odiaba, también te seguía amando. Y me odie por eso.  Porqué aún  amaba a mi verdugo, al culpante de mi pérdida.

—Te odio. Y te seguiré odiando por arrebatarme a mi bebé. A mí Akachan.

—¿Sabes? Ese nombre lo eligió Tetsuya-san. Un lindo nombre. Estoy agradecido con él por darle un nombre a mi bebé, y no solo por eso. Los Kagami, y todos mis amigos me brindaron su apoyo. No me dejaron solo cuando lo necesitaba. Aún ahora sigo con su amistad.

Se limpió las lágrimas y miró hacia los demás. Seijūrō se miraba preocupado.

—Creí que no me volvería a enamorar, pero no fue así. Akashi se ganó mi amor, mi corazón.