Dos semanas
Hace dos semanas fue el juicio.
Hace dos semanas que sus padres, y todo Japón, se habían enterado de que era el dueño de Fu Corp. No es la empresa fuera una gran empresa, sino una mediana pero era una empresa de giró financiero con cuatro sucursales y era bastante importante; pues sus clientes regularmente era grandes empresas.
Dos semanas desde que había comenzado a buscar un nuevo hogar y lo había encontrado, gracias a Satsuki Momoi.
El departamento era algo caro, muy lujoso y bastante grande para su gusto, pero contaba con alta seguridad. Ideal para que nadie entrará. El edificio contaba con una base de datos con los nombres y fotografías de visitantes deseado y no deseados. Inmediatamente sus padres fueron los no deseados... Puso a la venta su departamento y lo vendió en pocos días. Con lo que le dieron pagó una parte del departamento y la otra la tomo de las mensualidades que había recibido de Fu Corp.
Seguía con su trabajo de maestro de preescolar; nunca lo dejaría, era su vida.
En cuánto a la empresa, había decidido llevar una carrera abierta en administración de empresas, pues realmente se sentía mal consigo mismo cuando lo trataban como bebé para explicarles la cosa. Sus clases serían los sábados desde las 8 de la mañana hasta las 4 de la tarde. Le faltaban 4 semanas para ingresar a clases.
—Así eso harás.
—Sí. Es lo mejor. Tengo que entender las juntas.
—Me alegro mucho Kōki-san— Yukio sonrió al castaño.
—¿Sus padres lo han buscado?
—Sí— acarició su mejilla —Por negarme a darles dinero mamá me golpeo.
—Kōki-san/Kō-chan.
—Pero estoy bien. Lo que no me gustó fue que encontraron en la escuela.
———— flashback ————
Comenzaban a despedir a sus alumnos. Quiénes quedaban era yuu, el hijo de los Kise, y Atsuya Murasakibara.
—Sensei.
—¿Sí Atsu-kun?
—¿Mañana traerá dulce?
—Humm no sé... Tal vez.
—¡Yo quiero chocolate!— exclamó sonriendo.
—¿Y Yuu-kun?.
—hummm... ¡Galletas!
—Chocolate.
—¡¡¡G-a-l-l-e-t-a-s!!!
Kōki sonrió al verlos con adorables pucheros. Esa era una de las razones por las que amaba darle clases a niños.
—Kōki, cariño.
Reconocería esas voces donde sea. Sintió un escalofrío recorrer su columna; por primera vez en su vida sus padres le ocasionaban uno —Mamá. Papá.
Su padre, Furihata Kōichiro, varón pelinegro y ojos negros lo miraba de manera fría, aunque le estuviera sonriendo. Mientras que su madre, Furihata Emmi, una castaña guapa, idéntica a él, lo miraba de la misma forma.
—¿Qué hacen aquí?
—Cariño, te venimos a visitar.
—Sí no mal recuerdo, no me fueron a visitar al hospital cuando estuve internado.
—Teníamos cosas que hacer..
—¿Fue por eso que no me recibieron en casa?
—Kōki, cariño, pues mudarte a casa cuando quieras.
—Siento llegar tarde— Yukio entró corriendo al plantel.
—No sé preocupé. Yuu-kun se portó bien. La tarea está anotada en la libreta.
—Gracias. Me llevaré a Atsu-kun, Tatsuya-san no puede venir por él, me envió un mensaje.
—Adiós sensei.
—Adiós niños— sonrió hasta que desaparecieron de su vista y luego miró a sus padres —Se que hacen aquí y la respuesta es no.
—¿Por qué no?— Emmi y Kōichiro apretaron los puños.
—Ese bastardo no les dejó nada. Y sí les hoy un solo centavo, todo se irá a un prostíbulo.
—¿Qué?
—Es la voluntad de ese bastardo, que no les de ni un solo centavo. Y por primera vez, estoy de acuerdo con él. Dice que con lo que me compro tienen suficiente para vivir cómodamente hasta su muerte. Así que no les daré nada.
—Eres un malagradecido.
—Posiblemente. Pero tampoco tengo los más grandes padres del mundo— una bofetada lo cayó y se toco la mejilla —No me vuelvan a buscar. Hacen algo en contra mía y los hundo en la cárcel. Fukuda me dejó los documentos de compra. La ley de Japón prohíbe vender a los donceles ¿No quieren que ese papel llegue a la policía verdad?
—Esto no se quedará así.
—Adiós...— el guardia del plantel había visto todo —No les vuelva permitir entrar.
————— fin flashback—————
—Eso sucedió.
—¿Piensa llevarlos a la cárcel?— cuestionó Yukio.
—No. Son mis padres— sonrió —Se que con esos papeles los mantendré alejados de mi. Además, les estoy dando mi salario de maestro. No es mucho pero será de ayuda.
—¿Esta seguro?
—Sí. Además, sí me pasa algo, ya tienen las copias de ese contrato y los estados de cuenta de las mensualidades.
Observaron los sobres que él castaño les había entregado en un principio, y luego lo miraron. Kōki asintió y sonrió.
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Pensaba no actualizar hoy... Pero ya que no tenía nada que hacer (a excepción de mis otros fanfics) decidí escribirlo xD
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