Año nuevo
Sonrió al ver a su novio esperándolo.
Había llegado 20 minutos antes de lo acordado ¿Así que hace cuanto que había llegado Seijūrō a su cita?
Bueno, realmente no era una cita, cita. Se reunirán ese día con sus amigos para celebrar año nuevo en el...
Se perdió en esos ojos rojos y aquella bella sonrisa que ahora lo observaba. Realmente estaba enamorado del pelirrojo pero no sabía cómo decirlo. Tenía miedo... Miedo de que todo cambiará. Estaba a gusto con la relación que tenían.
Él se había prometido no depender de un varón para ser feliz... Pero allí estaba Akashi Seijūrō haciendo la diferencia; con él era feliz, nunca le presionaba u obligaba, siempre le consultaba cualquier cosa.
—Te ves hermoso Kōki.
—G-Gracias— por estar pensado no se percató de que se le había aproximado.
—Esa yukata te queda muy bien— aseguró admirando la figura curvilínea de su novio. Kōki vestía una yukata en color azul.
—Gracias— susurró avergonzado y observó a su novio. Seijūrō vestía una yukata negra que le quedaba muy bien.
—¿Esperamos o nos adelantamos?
—Humm— observó el lugar y vió una banca desocupada —Esperemos.
Ambos se dirigieron a la banca y se sentaron —¿Cómo sigue Akashi-san?
—Mejor. Midorima-san le recetó inyecciones...Y bueno, a papá no le gustan.
—Pobre... Espero mejore pronto. Tiene varios días con esa horrible gripa.
—Sí. Pero él tuvo la culpa por salir sin suéter sabiendo que está haciendo frío.
—En eso tiene razón.
Estuvieron en silencio varios minutos y hasta que Seijūrō sujetó la mano de Kōki —¿Sabes algo de tus padres?
Soltó un suspiro —Están bien. La vecina me dijo que estaban bien. Al menos se que si recibieron los regalos de Navidad.
—Lo siento...
Frunció el ceño —¿Por qué se disculpa?
—Se que te gustaría pasar con ellos estas fechas.
—Sí... Pero no puedo hacer nada. Ellos me odian... Pero si les doy dinero de la herencia perdería la empresa y dejaría cientos de desempleados... Prefiero eso a dejar a cientos de personas sin un sueldo.
—Kōki...
—Además, lo que cobraron por mí y las mensualidades que había recibido les alcanza perfectamente bien para los siguientes 10 años.
—...— apretó los puños ¿Por cuanto habían vendido Kōki?
Sonrió débilmente y se acercó al pelirrojo para apoyarse en él — Al principio me dolió y luego enojé... No sé por qué lo hicieron y a estas alturas ya no me interesa saberlo... Ahora sé porque nunca me dejaron tener novio y siempre me inculcaron mantenerme virgen hasta el matrimonio.
—Sabes...— el castaño lo miró fijamente —Ojala me hubiese enamorado de ti desde un principio, no hubieses sufrido tanto...
Sonrió enternecido —Lo sé... Pero de ser así, no estaríamos juntos en este momento. Y eso no lo cambiaría por nada— eso último lo pensó. Se acercó al pelirrojo y lo besó.
Le abrazó y respondió al beso.
—Al parecer llegamos en mal momento.
Se separaron y observaron que todos estaban allí; el castaño tenía las mejillas sonrojadas por la pena.
—Vamos, tortolitos. No se queden atrás — Kazunari encabezaba la marcha.
Se levantaron de la banca y los siguieron. Seijūrō aprovecho para sujetar la mano de Kōki y entrelazar sus dedos.
Kōki sonrió a su novio y corrió detrás de sus amigos arrastrado al pelirrojo.
Recorrieron todo el templo y llegaron a rezar —Dios... Gracias por este año. No te pido nada para mí. Bendice a mis amigos y a.. a mi novio—observó de reojo al pelirrojo —Gracias a ellos comienzo a ser feliz. También te pido que cuides a mis padres. Y por favor, cuida de mi Akachan. Algún día estaré con él, pero por ahora estoy bien aquí, con ellos, con mi familia — sintió que le jalaron la manga de la yukata y era su novio —Voy...
—Kōki.
—¿Sí, Seijūrō-san?
—Feliz año nuevo.
—Feliz año nuevo Sei.
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