Año II
Un constante sonido llamó su atención y abrió los ojos. Paredes blancas era todo lo que miraba. Trató de levantarse.
-No se mueva.
-¿Qué sucedió?- estaba mareado, su cabeza dolía.
-Llamaré al médico.
Estuvo mirando el techo y lo recordó. Rápido llevó sus manos a su vientre ¿Qué había pasado con su bebé?
La puerta se abrió y mostró a un doctor conocido, Shinsuke Midorima.
-¿Mi bebé?
-Lo siento. No pudimos hacer nada.
-¡No! No. Mi bebé. ¡No es cierto!
Shinsuke corrió a inyectar un tranquilizante al castaño, a los pocos minutos comenzó a surgir efecto.
-En verdad lo sentimos. No pudimos hacer nada, la hemorragia fue demasiado y los golpes que recibió fueron partes fundamentales. Por ahora deberá estar en cama.
Litros y litros de lágrimas surcaban sus mejillas.
-El quiropráctico le arregló la nariz, tenía el tabique nasal fuera de su lugar. Todas sus heridas fueron curada. Tampoco...
-¿Tampoco?
-Seré sincero. Los golpes y el aborto le han dejado dañado el útero...
-N-no tendré más bebés...- sollozó en silencio.
-Aun no lo sabemos. Tenemos que esperar unas semanas para realizarle un estudio y poder asegurarlo.
-.... ¿Hiroshi? ¿Dónde está?
-... Lo siento. Su esposo falleció caminó al hospital. Cuando arribaron a urgencias ya no tenía signos vitales.
-Muerto...
-Sí. La policía vendrá para hacerle unas preguntas de rutina. Su cuerpo...
-¡No lo quiero ver! ¡Por su culpa mi bebé está muerto!
-Entiendo. Hablaré con la policía. Forense tiene días con el cuerpo y
..
-¿Días?
-Estuvo inconsciente 5 días. Sus amigos están muy preocupados por usted. Los Kagami no se han marchado del hospital.
-¿Puedo ver a Kuroko?
-Por supuesto. Recuerde. No se mueva. Una enfermera vendrá a monitorear, pídale lo que necesite.
Escuchó la puerta cerrarse y se tocó el vientre -¿Por qué? Mi bebé... Mi bebé.
-Furihata-kun...
-Kuroko. Mi bebé. Perdí a mi bebé- sollozó en los brazos del pelo celeste.
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No le dolió la muerte de Hiroshi, en el fondo sentía que su esposo lo merecía. Él asesinó a su bebé.
Mientras estaba internado recibió la visita de la policía. Le preguntaron que fue lo que sucedió. Y habló, les dijo todo lo que sucedió.
-Creí que así era el amor... Pero me cansé de todo y decidí pedirle el divorcio. Hace unos días me enteré del embarazo y me decidí mas a abandonarlo... Pero todo resultó mal. Me golpeo, violo y perdí... Perdí a mi bebé.
Después de estar internado una semana fue dado de alta, quizo ir con sus padres y pero ellos no lo recibieron. Los Kagami le abrieron las puertas de su casa.
Días después de estar recluido en aquella habitación decidió salir y retomar su trabajo. Dos meses después fue al médico y le confirmó que sí podría tener bebés en un futuro, pero que por un par de años era mejor no concebir.
Con apoyo y sugerencias de todos sus amigos decidió tomar la terapia. Había decidió rehacer su vida.
Una vida donde no dependiera de un varón para ser feliz...
El sonido de pasos lo alertaron, se sentó y limpió las lágrimas. La puerta de su habitación fue abierta -Sensei...
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Estaba preocupado. Era aniversario de la pérdida del castaño y no respondía a los mensajes y a las llamadas. Tetsuya le habían llamado para informarle que si se había podido comunicar y que no quería ver a nadie. Realmente estaba preocupado por él.
Mordió su labio frustrado. Desde aquella cena notó que el castaño lo trataba diferente... No, lo trataba como en su primera consulta.
Durante esos meses había intentado retomar la confianza que había logrado tener pero el castaño se negaba.
Sabía por su padre que aveces se reunían para cenar o almorzar pero siempre y cuando estuviesen solos ¡Sin él presente!
¿Por qué el castaño se había alejado de él?
Más importante, ¿por qué le importaba eso? ¿por qué no había dejado de pensar en él? ¿por qué recordaba esas sonrisas espontáneas, ese rostro llorando, esa tímida mirada?
-Joder- tomó sus llaves y se dirigió al edificio del castaño.
Entrar fue fácil, tuvo que amenazar a la recepcionista para que le será el código de acceso al departamento del castaño. Abordó el elevador y tecleo el código, al bajar empujo la puerta y estaba abierta, sonrió por el descuido del castaño y entró al departamento.
Se escuchaba los sollozos del castaño y los siguió, abrió y se encontró con un castaño pálido, ojeroso y lleno de lágrimas.
-Sensei...
No dijo nada. Se quitó la chaqueta y zapatos, entró en la cama.
-¿Qué hace?- chilló al ver que lo tiraba de espalda.
-Hacerle compañía- abrazó al castaño -No está sólo Kōki-san.
Kōki sollozó y se abrazó al pelirrojo.
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