Año I
Estaba acurrucado en la cama, grandes lágrimas surcaban sus mejillas.
Era el año.
Un año desde que perdió a su bebé... Y a Hiroshi.
El teléfono sonó. No iba a responder pero vió el id de la llamada -Kuroko.
-¿Dónde estas? ¿Por qué no respondía?
-Estoy en casa- se limpió las lágrimas.
-Voy para...
-No venga. Quiero estar sólo.
-Pero...
-No por favor- sollozó -No quiero ver a nadie.
Colgó y apagó el teléfono. Se levantó y desconectó la línea de la casa, y volvió a regresar a la cama.
-bebé... - acarició su vientre y volvió a llorar. Recordaba ese día cómo si fuese sido ayer.
----- Un año y 4 meses antes -----
-Duele- colocó hielo en un trapo y se lo puso en el estómago. ¿Qué iba hacer? Faltaban unas horas para reunirse con con sus amigos.
"Eso te pasa por andar de puto. Sólo debes verme a mí. Yo soy tú marido"
-¿Un marido hace esto?- una lágrima surcó su mejilla.
Últimamente se cuestionaba muchas cosas sobre su matrimonio. Ya no recordaba cuando fue la vez que salió al cine o cenar con su Hiroshi. O cuando le sonríe...
Negó y fue a ducharse. Si no asistía lo iban a regañar.
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Llegó a la casa de Midorima Kazunari, cuando entro la mayoría ya estaba allí -Siento llegar tarde...
-¿Otra vez?
Kagami Tetsuya se levantó y del asiento -¿Qué fue esta vez?
-No se de que hablan.
-Tienes marcas en el cuello.
-Dejalo Kō-chan. No te dejes que te golpeé, él no te ama.
-Me ama.
Yukio se sentó frente él y lo tomó de las manos - Se que es difícil para tí verlo pero no te ama. Ningún varón golpea a la persona que ama. Ni Ryōta, Kagami, Aomine ni Murasakibara golpea a cada uno de nosotros. Tú has visto como es el amor de ellos por nosotros. Abre los ojos. Sí realmente te amará no te golpeará. Kōki-san ¿Realmente crees que vale la pena seguir al lado de un hombre que te golpea, te maltrata, te humilla... Te viola?
-Yo...
-Lo sabemos. Abre los ojos.
-No sé... No sé...
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Lo habia estado pensando los últimos 4 meses.
Estaba decidido. Cada vez era peor, ya no aguantaba los golpes y la violación.
Lo iba hacer, le iba pedir el divorcio...
-Gracias a Dios a despertado- Ryō estaba junto a él.
-¿Qué sucedió?
-No se mueva. Se desmayo.
-Mis niños.
-Están bien. Wataru-sensei se quedó con los que faltaban ¿Por qué no dijo que se sentía mal?
-Pensé que era la presión.
-Ya veo pues...
-Fukuda-san.
-Midorima-san.
-Le tengo notícias...
-¿Noticias?
-Esta embarazado.
Su mundo se detuvo -¿Qué?
-Tiene 3 meses de gestación. Hice el ultrasonido mientras estaba inconsciente.
-Un bebé- comenzó a sollozar - ¿Qué haré? ¿Y si me obliga a abortarlo? Yo no quiero. Mi bebé no tiene la culpa.
-Siga con el divorcio. En algunos casos puede ser peor...
-Entiendo. No le digan a Hiroshi- tomó la ecografía y sonrió. La silueta de su bebé era visible.
---- Días después
-Hoy. Cómo las 9 o 10 pero lleguen unos antes cómo a las 8.
-Llegaremos antes. Estaremos con Furihata-kun.
-Gracias. Dejaré la copia de la llave bajo la maceta.
Colgó y corrió a dejar la copia y luego fue a la recámara de invitados por las maletas. Regresó a la habitación con las maletas y comenzó a empacar lentamente. Iba y venía de la sala llevándose fotos de él y su familia.
Ya eran cerca de las 8 de la noche, había empacado casi todo, sólo estaba quitando los ganchos a su ropa cuando escuchó una voz a su espalda.
-¿Qué crees que estás haciendo?
-Hi-Hiroshi- giró lleno de miedo.
-¿Por qué estás empacando?
Se armó de valor. Era ahora o nunca - Me voy a ir de la casa.
- ¿Qué has dicho?
-Me voy a ir de esta casa. Por eso estoy empacando.
- ¿A quién le has pedido permiso?
-A nadie. Yo me voy a ir. Estoy harto de esto. De tus golpes. De tú mal trato ¡De que me violes! ¡Por eso me voy! ¡Por eso quiero el divorcio!
-¿Divorcio?
-¡No te acerques!- retrocedió al ver que le aproximaba.
-Ella tenía razón.
-¡No! Suéltame. Me estas lastimando- trataba de forcejear.
-No le creí pero tenía razón. Eres un puto que le abre las piernas a cualquiera ¿Quién es tu amante?
-¡Yo no tengo amante! Nunca me he acostado con otra persona qué no seas tú!
-¡Mientes!
-No me pegues- se acarició la mejilla recién bofetada.
-¡Te lo mereces! Ella tenía razón. Debí creerle.
-¿De quién hablas? Yo nunca te he engañado- dijo retrocediendo.
-Mi amante.
-¿Qué?- ¿Amante? Esas llamadas.
-Tengo una mujer que me satisface por completo. No parece un muñeco en la cama.
-¿Y cómo quieres que reacciones si eres un maldito violador?- gritó enfadado y llorando
-No me llames así- tomó al castaño y lo azotó contra la cama.
-¡Detente! Déjame- gateo en la cama tratando de bajarse de ella.
-No te irás. Y no te daré el divorció. Me has costado muy caro. Nunca te dejaré ir. Eres mío.
¿Caro?
-Waaa nooo- Fue jalado de los tobillos y lo regresó a la cama. Trató de luchar pero recibió un fuerte golpe en la cara. En dolor fue peor que otras veces. Sentía la sangre emanar de la nariz -Por favor suéltame.
-Te enseñaré a respetarme.
-¡No!
Le rompió la ropa y volvió a pegarle, está vez en el vientre.
-¡NO! Estoy embghhggg.
-He dicho que te calles.
Trataba de quitarse la mano que impedía que hablará. Las lágrimas ya no me permitan ver con claridad. Quizo defender con sus piernas pero cada que lo hacia Hiroshi le volvía pegar en el abdomen.
-¡MMGGHH! - quizo gritar. Nuevamente lo estaba violando. No quería eso. Queria que se detuviera.
A los pocos minutos de los golpes y que comenzará a violarlo sintió un fuerte dolor en su vientre -Por favor no. No lo quiero perder. Dios haz que se detenga - pensó mientras aún oponía resistencia. Lo rasguño, pellizco y aún así no resistía.
Sintió el teléfono vibrar y tocó como pudo los botones -MGGGHhhb.
-Deja de moverte- otro golpe.
-aaasghiiiiiioo.
-¡Cállate!
Duele. Duele. Duele.
Se sentía muy mal y muy húmedo. Quiera que todo terminará. -¡Qué terminé ya! Alguien ayúdeme. Por favor.
Sintió cómo los movimientos aumentaron hasta que no hubo más y Hiroshi abandonó su interior, y lo liberó.
-Duele. Duele mucho.
Hiroshi se separó y lo vió. Sangre se expandia por las sábanas -Kōki.
-Mi bebé. Duele- sollozó aterrado.
-¿Qué?
-Estoy embarazado- sollozó -¡Por eso te dije que te detuvieras! Si lo pierdo es tu culpa. Lo estoy perdiendo. - El dolor era insoportable. Estaba tratando de mantener cerrada su entrada. Estaba perdiendo mucha sangre.
Escuchó la voz de Hiroshi llamando a la ambulancia.
-Lo siento Kōki yo...
-¡Te odio! ¡Te odio! !Te odio tanto! Nunca te he sido infiel. Siempre te he amado ¡No sabes cuánto daño me has hecho! ¡ Convertiste mi vida en un infierno! ¡Tú no eres de quien me enamoré! Jamás te perdonaré si pierdo a mi hijo ¡Nunca lo haré! ¡Te odio!
Se hizo bolita en la cama. Sólo rezaba porqué esa ambulancia llegará y resistir.
El sonido del espejo romperse lo alertó. Trato de voltear pero Hiroshi cayó a su lado mirándolo mientras lloraba.
-Perdóname. Te amo Kōki...
-Mi único error fue amarte...- el dolor no lo dejó continuar por varios minutos- Jamás te perd....- estaba perdiendo la conciencia. En los últimos segundos de conciencia vio a Hiroshi escupir sangre, y unos ojos azules mirándolos aterrorizados...
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