Capítulo 53
—Y bien, ¿cómo van las cosas con tu veterinario, amigo? —dijo Francis buscando algo de conversación.
Tweek sostenía su copa y le miró algo raro.
—Ngh, no lo preguntes de esa forma. Me hace pensar que soy un animal o algo así.
—Jaja, perdón. No me dí cuenta —se río al escucharlo y le dio otro sorbo a su vino—. Lo corrijo, ¿cómo te va con tu amorcito?
—Estamos maravillosamente bien... Gracias por preguntar.
—Mm, me alegro.
—Si... De hecho quería llamarlo hace un rato, pero estaba tan ocupado que no he tenido tiempo.
—Hazlo apenas salgamos de aquí.
—¿Y hasta que hora tendremos que estar aquí?
—No tengo idea.
—Agh. Tal vez pueda salir un momento de aquí y...
—Buenas noches, caballeros —se escuchó una tercera voz, áspera y Serena. Tanto tweek cómo Francis fijaron su vista en el hombre que se había acercado a su mesa.
Tweek se le quedó mirando por unos segundos. No sabía de quién se trataba, pero por su aspecto parecía ser alguien importante.
—Disculpen, no me he presentado. Mi nombre es hank jones, gerente de bienes raíces acá en seattle, y con quién esperan hacer negocios pronto.
—Ah, es usted a quién le presentaremos nuestro proyecto mañana, Ugh es un gusto, señor jones. Mi nombre es tweek, tweek tweak... —contestó el rubio algo nervioso, poniéndose de pie y extendiendole su mano para saludar.
—... El gusto es mío... —sonrió el otro, correspondiéndole el saludo con una sonrisa. No podía dejar de ver los ojos del rubio, los cuales eran de un precioso azul con destellos de oro.
—Amm... El gusto también es mío, señor jones —habló Francis, dejando la copa ya medio vacía sobre la mesa—. Yo soy Francis, ingeniero y asistente de Presidencia —se presentó igualmente con un saludo de mano.
—En un gusto, Francis —le respondió inmediatamente para luego volver su atención al rubio.
Francis no dejó pasar ese detalle. Al parecer su amigo le había llamado muchísimo la atención. Y no era de extrañarse, tratándose de alguien cómo tweek. Tendría que mucho sentido, si es que esté nuevo gerente era un hombre gay, o bisexual.
—Me interesa mucho escuchar su plan de negocios para mañana, tweak.
Tweek asintió con su ligera sonrisa nerviosa. Esté sujeto lucia algo intimidante pero agradable a la vez. Era extraño.
—Ngh si, se que le va a interesar... —respondió.
—... ¿Que le parece si me acompaña un rato, y así platicamos un poco sobre el tema?
—¿Uh?
—Se que la junta es mañana y ahí podrá explicar todo con más detalle. Sin embargo, tengo entendido que está reunión se hizo con la intención de familiarizarme con los empleados.
—Emm... Si, es cierto —se encogió de hombros.
—Entonces...
—Está bien, señor.
—Puedes llamarme hank.
Tweek observó por un momento a Francis, quién no le vio ningún problema en que lo acompaña. Al contrario, capaz y si lograba simpatizar con él gerente, hasta le daría puntos de ventaja.
—Te veo luego, supongo —dijo el de cabello castaño, seguido se levantó de su silla y se alejo de la mesa.
—...
El hombre movía suavemente la copa en su mano y bebía un sorbo. Mientras tweek sostenía su copa aún algo llena y le sonreía apenado. El ambiente se volvía incomodo.
—Vamos al balcón.
—... Ok.
Era un bonito apartamento, sala para fiestas, o lo que fuera. La música no estaba tan alta, pero aún así el hombre prefería ir a un sitio mucho más silencioso. Subió por unas pequeñas escaleras que los guiaban a otra sala de estar. Ahí no habían invitados, y justo cerca se encontraba el balcón, en dónde había una mesa de madera con sillas y al lado un sofá largo y blanco con cojines.
El gerente le invitó a tomar asiento primero y tweek accedió. Se dirigió lentamente hasta el sofá y tomó asiento, luego vio al hombre acompañarlo a su lado. El viento soplaba suave y la vista era hermosa.
—Así que... ¿Llevas mucho tiempo trabajando para esta empresa? —pregunto el mayor.
—Cómo unos dos años aproximadamente.
—Que bien. Mm, por ahí escuché que eres un muy buen empleado.
—Si bueno, jeje. Talvez exageran. Pero me esfuerzo bastante —respondió, dándole inconscientemente un largo sorbo a su vino.
—... Bueno, no te conozco lo suficientemente para decir que eso sea verdad. Pero ya veremos... —declaró el hombre en un tono seductor.
—...
—¿Por qué no me cuentas un poco sobre ti, tweek? —en un rápido movimiento apoyó sus brazos por encima del sofá, sin apartar su vista del rubio.
—... ¿Que quiere saber? —lo miró alzando las cejas.
—¿De dónde eres? Sé que muchos tuvieron que viajar hasta acá por la reunión.
—Si, y eso me incluye también. Yo vivo en denver colorado.
—Vaya... Denver. No he estado mucho por allá, pero dicen que es una ciudad agradable. No lo tendría en duda si hay más hombres cómo tú viviendo en ese lugar.
Claramente eso fue un coqueteo, y para tweek no pasó desapercibido. Esa sonrisa ladina y mirada profunda no era simplemente por querer ser amigable. Si quisiera conocer a sus empleados estaría conviviendo con cada uno de ellos en la sala y no acá a solas con él.
—Amm... Señor hank.
—Ya te dije que puedes llamarme hank, sin el señor, jeje —río un poco y tweek le mostró una sonrisa falsa.
—Hank, ¿puedo saber exactamente para que me trajo hasta acá? No soy el único empleado con el que quieres familiarizarte, ¿o si? ... —fue directo, mientras el otro seguía sonriendo.
—Solamente quería conocerlo un poco más, tweak, dígame ¿tiene eso algo de malo?
—Y ¿porque a mi?
—Mm...
—Disculpe si hago muchas preguntas, pero me gusta conocer las verdaderas intenciones de las personas. En especial si son del trabajo...
—Wow, vas directo al grano. Eso me gusta —comentó dándole otro sorbo a su vino blanco, luego agitaba con cuidado su copa.
—...
—No suelo encontrarme con chicos tan apuestos cómo tu cada vez que tengo una reunión de negocios, ¿sabes? Me has dejado deslumbrado.
—Ngh ¿disculpe?
—Me atrae... Eso es lo que quiero decir. Y se que le interesa mucho que lleguemos a un acuerdo mañana. Es una gran oportunidad para que demuestre sus habilidades.
—No lo niego. Es una gran oportunidad para mi y la empresa. Pero ya veremos que pasa mañana ¿no?
—Por supuesto. Entonces, veo que no tiene ninguna inseguridad.
—Ugh no. Mi diseño es asombroso, cualquiera que lo vea sabrá que está muy bien elaborado —habló confiado. No podía seguir llevándose por los nervios, ya no más.
—... Tienes mucha confianza en ti mismo, tweek. Pero dime una cosa... No te gustaría, tal vez... ¿Tener un pase directo a una victoria segura?
El rubio parpadeó sin entender.
—¿Que quiere decir?
—A qué tu proyecto podrá ser el mejor del mundo, y puede que acepte hacer negocios con ustedes. Tu ganarías una buena reputación, y todos felices. Pero, seguro que las cosas seguirían siendo las mismas en esa empresa. Seguirás con tu cargo de siempre, y sólo te llamarán cuando necesiten de tu talento.
—...
—A veces, ¿no sientes que te menosprecian en tu trabajo?
—Ugh, no, claro que no.
—¿Seguro?
—... —Tweek dudó.
—Pues aúnque no sea ese el caso, tu mereces un mejor cargo, en la empresa que sea.
—... ¿Cómo sabe que lo merezco?, apenas me conoce —sospecho el joven.
—No pareces ser una mala persona —dijo éste cómo si fuera algo demasiado obvio. Claro que no lo conocía bien, pero a él sólo le importaba que le diera cierta cosa.
—... Mejor dígame de una vez, que es lo que quiere ofrecerme.
El hombre lo veía detenidamente, sonriendo de una manera un tanto diferente y seductora. Y dejando la copa a un lado, se acercó peligrosamente a tweek. El rubio se quedó estático y lo veía a los ojos, muy alertado en su interior.
—Te puedo dar... Un alto cargo de trabajo.
—... ¿Y que pide a cambio?
—Pues... Acabó de mencionar que eres un chico bastante apuesto. Así que, ya tendrás una idea de lo que quiero a cambio ¿o no? —decía éste cada vez más cerca de su rostro. Esa voz grave y seductora le estaba erizando la piel al rubio.
—Ngh.
—¿Que me dice?
Sus labios estaba a centímetros de su boca, pero Luego buscó besarle el cuello y antes de que pudiera un teléfono comenzó a sonar.
—¡Ugh, es mi teléfono! — exclamó tweek, levantándose rápidamente del sofá y sacándo con torpeza el teléfono de su bolsillo. Mientras el otro se quedó sentado mirándolo y soltó un suspiro frustrado.
Al mirar la pantalla tweek leyó el nombre de su novio y busco calmar su respiración, ¿Que diablos estuvo a punto de suceder?
—Ugh, hola —dijo tweek contestando la llamada. Y mientras escuchaba la voz de craig miró de reojo al hombre en el sofá, quien sostenía nuevamente su copa y le daba el último sorbo —. Todo está bien, craig. Tuve que asistir a una reunión importante está noche. Una fiesta para empleados o algo así... Jeje. Si, yo también los extraño. Dejame darle las buenas noches a liam.
—...
—Hola mi amor. Ngh, si, volveré a casa pasado mañana. Te amo mucho y lo sabes.
El hombre soltó una apenas audible risita mientras lo escuchaba hablar.
—... Que duermas bien, cariño. Ahora pasame a tu papá.
Después de eso, tweek se despidió amorosamente de su pareja y cuando finalmente colgó, respiró hondo y regresó su mirada a hank.
—¿casado? —pregunto hank con las cejas levantadas. Luego vio asentir al rubio.
—Ngh... S-Si... Así es.
Esté sonrió.
—Y ¿tienes hijos?
—... Si. Un niño.
—...
Tweek se sobresalto un poco cuando lo vio ponerse de pie y se le acercó. Esté tenía una expresión serena, pero determinada al mismo tiempo.
—Y bien ¿Que piensas de mi propuesta? —quiso saber, sin importarle lo demás.
Los ojos del rubio mostraban algo de desconcierto y de cierto modo pánico. Este tipo, con quien se reuniría el día de mañana le estaba ofreciendo un alto cargo ¿a cambio de sexo?, No era tonto, y era obvio que sólo quería eso de él. Por eso lo trajo sospechosamente al balcón.
—... No voy a tener Sexo con usted, hank —le aclaró con una mirada más seria.
—Mmm... ¿Ya lo decidiste tan rápido?
—Agh ¡por supuesto que si! ¿Con quién cree que está hablando? No soy un cualquiera —respondió ofendido por tan sucia propuesta.
—Yo lo pensaría dos veces antes de responder eso, tweak. No cualquiera ofrece un alto cargo en su empresa a cambio de una sola noche de sexo jeje.
—...
—Probablemente la idea si se le pasó por la cabeza antes de recibir esa llamada. Pero al parecer se arrepintió al pensar en su familia. Es muy tierno.
—Lo que usted hace no es ético ni profesional. Por eso lo estoy rechazando —dijo, con el ceño fruncido.
—Jajaja, por dios, tweak —no pudo evitar reír. El de cabellera rubia era muy inocente de alguna manera—. Si supieras la cantidad de personas que hacen éste tipo de cosas para subir de puesto. Y luego simplemente lo olvidan. Así son los negocios.
—... Supongo que lo dice porque ya ha estado con muchos empleados ¿no?
—Si. Y ninguno a dejado ir semejante oportunidad.
—Lástima que yo si la vaya a dejar ir.
—Oh vamos... —le sujeto suavemente la barbilla, y la acariciaba — tu marido no tiene porque saberlo, al menos claro que tu mismo se lo digas. Pero no creo que seas tan tonto.
Tweek alejó la mano de éste y miró el suelo, ya algo enojado por su insistencia.
—¿En serio cree que puedo guardar un secreto de ese tamaño? —negó con la cabeza y río amargamente —. Eso es prácticamente imposible para una persona cómo yo. Y además, jamás le haría eso a craig... —lo miró seriamente.
En eso hubo un corto silencio y la brisa movía las cortinas que adornaban de las puertas del balcón. El hombre veía a tweek en silencio, esperando que cambiará de opinión, pero al parecer sería imposible convencerlo.
—¿Es tu última palabra?
—Si...
—... Bien. Cómo quieras, tweak... Nos vemos mañana en la presentación. Y le deseo mucha suerte. La va a necesitar —le dijo éste en un tono serio y bajo. Seguido dejó la copa vacía sobre la mesa de madera y se adentro a la casa mientras tweek seguía en el balcón.
El rubio se quedó en silencio y pensativo, tratando de procesar todo lo ocurrido. El viento movía su fleco dorado y después de un rato ahí parado decidió volver a la reunión y seguir hablando con su amigo Francis.
*********
Eran aproximadamente las diez y media de la noche y craig aún se encontraba despierto usando su computadora, éste recostado en la cama mientras leía sus últimos informes médicos, hasta que su teléfono empezó a sonar. Craig observo el aparato a su lado y lo tomó, luego lo puso en su oreja al ver de quien se trataba.
—¿Cariño?
—Ngh, craig. Qué bueno que sigues despierto.
—Mm si. Revisaba una cosas del trabajo, ¿Ocurrió algo? —pregunto al notar su tono de voz preocupado.
—Ugh sólo quería escuchar tu voz. No me siento muy bien ahora —confesó el rubio, soltando uno que otro sollozo.
—¿Dónde estás? ¿Sigues en esa fiesta de empleados?
—No... Llegue al hotel hace cómo media hora, y luego quise terminar mi presentación escrita para mañana, pero... Ngh, pero ahora me doy cuenta de que me falta mucho y estoy estresado y la ansiedad no ayuda en nada Ughh —sostenía firmemente su teléfono y también temblaba.
—Tweek, mi amor. Respira hondo por favor... Estás hablando muy rápido. Intenta calmarte ¿si?
—No puedo concentrarme, craig —respondió mientras hacía lo que esté le pedía —. Y siento que voy a meter la pata mañana en la presentación.
—No digas eso, cariño. Todo va a salir bien.
—Ngh, ¿cómo lo sabes?
—Pues... Porque eres el hombre más inteligente que he conocido en mi vida. Y tienes un carácter fuerte y admirable, además de que estoy seguro de que no es tu primera presentación. Y ni hablemos de tu determinación por hacer las cosas a tu modo...
Tweek río un poco al oír eso. Su ansiedad de repente empezaba a disminuir, y la confianza volvía a su cuerpo.
—...
—¿No estoy en lo cierto?
—Nhn... Eres mejor que los antidepresivos. Te amo tanto...
—... ¿Cómo te sientes?
Esté respiró profundamente y miró la pantalla de su laptop con más calma.
—Mejor.
—Podemos hablar toda la noche si eso te hace sentir mejor...
—...
—¿Tweek?
—... Craig. Yo... Mientras estaba en la fiesta, me paso algo que... Sé que me provocó está ansiedad.
—¿Quieres hablarme sobre eso? —pregunto atentó.
Tweek asintió a pesar de que éste no podía verlo, y luego habló con pesar.
—Si, si... Se trata de un nuevo gerente de seattle, que le interesa asociarse a nuestras empresa de bienes. El estará presente en la reunión de mañana.
—... ¿Ok?
—Lo conocí hoy en la fiesta... Y, hablamos un rato.
—¿Y luego?
—...
—Cariño...
—Me ofreció un cargo alto en la empresa, si yo me acostaba con el... —confesó el rubio, llevándose la mano al flequillo de su frente y cerrando sus ojos. Odiaba tener que contarlo, pero su terapeuta le había aconsejado dejar salir esos malos sentimientos con tu persona de más confianza.
Continúara...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro