PROLOGO OCHO AÑOS ANTES COMIENZA LA HISTORIA

-¿Tan difícil es encontrar al hombre perfecto? –Margaret suspiró llevando a su boca la copa.

-Depende –Analía se acomodó en el asiento -¿Qué es para ti el hombre perfecto?

-Un hombre simpático, respetuoso, cariñoso, amable, gracioso –Margaret enumeraba contando con los dedos.

-Que sea guapo, que este bueno –Candela siguió con la lista –Que sea bueno en la cama

-Que te cuide y te consienta –Raquel hablo pensativa –Que sepa lo que necesitas con solo mirarte.

-Pero eso no existe chicas –Analía rodó los ojos –Nunca encontrareis al hombre perfecto

-Pues yo seguiré intentándolo –Margaret levanto su copa -¿Por el hombre perfecto?

-¡Por el hombre perfecto! –Todas levantaron su copa riendo y brindaron, después bebieron.

-Me la terminé –Raquel dejó la suya sobre la mesa –Voy por otra –se levantó y atravesó la pista de baile con una sonrisa. Nada más llegar a la barra se apoyó en ella y esperó a que el camarero la atendiera.

-¿Así que buscas el hombre perfecto? –Una voz grave sonó en su oído, se giró sobresaltada y se encontró con un hombre alto, moreno, de espalda ancha que la miraba de forma intensa.

-¿Así que eres un cotilla? –Raquel respondió con otra pregunta mientras le miraba con una ceja levantada.

-Un margarita para la señorita –El hablo al camarero que estaba parado ante ellos.

-¿Y cómo has sabido que es eso lo que quiero? –Ella frunció el ceño.

-Porque se lo que necesitas con solo mirarte –El sonrió con prepotencia –Me llamo Carlos

-Raquel –le respondió mirándole a los ojos

-Aquí tienes tu copa Raquel –pronuncio su nombre con delicadeza, al mismo tiempo que se acercaba a ella y tomaba su copa para dársela -Ha sido un placer conocerte

-Gracias por la copa –Ella asintió y con el margarita en su mano camino hacia su mesa

-¿Por qué has tardado tanto? –Analía, su hermana la observo con el ceño fruncido

-No os lo vais a creer –Raquel se sentó en su lugar

-Disculpe señorita –Un camarero se paro junto a ella y le dio una servilleta

-¿Y esto? –Margaret frunció el ceño

-No se –Raquel abrió la servilleta y una sonrisa se dibujo en su rostro

Me gustaría cuidarte y consentirte

CARLOS

-¿Alguna tiene un boli? –Miro a todas

-Yo, espera –Candela busco en su bolso y se lo dio

-Gracias –Comenzó a escribir deprisa

Puedes empezar por invitarme a salir.

670 02 58 22

RAQUEL

Dobló la servilleta y se la devolvió al camarero, que le sonrió y desapareció rápidamente

-¿Qué ha sido eso? –Analía interrogo a su hermana

-He conocido al hombre perfecto –Suspiro ilusionada

El hombre perfecto, el hombre con el que compartiría dos años de noviazgo y seis años de matrimonio. Con el que construiría su vida, tendría a sus hijos. Y que la traicionaría y dañaría de la manera que jamás podría imaginar ¿Existe el hombre perfecto?

¿A CASO EXISTE EL HOMBRE PERFECTO?

PROXIMAMENTE...