
17. Esᴏ Fᴜᴇ...
Estaba sentada en unas de las mesas de la cafetería con Madison a mi lado.
—Hola señoritas —Eric llego a mi lado.
Madison y yo estábamos observando a James, el capitán de fútbol, se reía con sus amigos, era lindo, y tenía mas nalgas que yo. Lo odiaba solo un poco.
—Crees que tenga más nalgas que yo o solo son sus pantalones que juegan con nuestras mentes?—pregunto Madison.
Ambas observábamos detenidamente a James.
—No lo se, estaba pensando lo mismo que tú... serán reales?
Madison me miró divertida y llena de curiosidad.
—¿Que tal si pasamos por su lado y se la tocamos sin querer queriendo, para así saber con certeza quién es más nalgon?
Abrí mis ojos, convencida, casi.
—Buena idea. Tu me empujas y yo finjo caerme y se las toco.
Madison sonrió pero luego negó.
—No, tu me empujas a mi. Yo di la idea y debo ser yo quien se las toque por primera vez.
Negué cruzando mis brazos.
—Ya, pero yo soy la nueva, tengo más derecho.
Madison nego.
—No, yo tengo más derecho —ya estábamos discutiendo —Eric, se útil por primera vez en tu vida.
Eric nos observaba, confundido y algo divertido.
—Si, dime —dijo dudando.
—¿Quién debería tocarle primero las nalgas a James, Astrid o yo?
Eric dudo, muy confundido.
—¿Estaban mirando el trasero de James? —preguntó confundido —Creí que miraban el menú de hoy.
Madison bufó.
—¿Y yo para qué quería ver el menú?
—Tal vez para decidir y comprar comida? —dijo con obviedad —cierto Astrid.
Negué.
—Es aburrido lo que piensas —dije aun mirando a James —mas interesante es verle el trasero a James.
Eric abrió su boca, sorprendido.
—Estabas viendo su trasero? —gritó sorprendido.
Yo me cruce de brazos.
—Si, que tiene de malo?
—¡Pues todo!
Nos ganamos la miradas de todos, incluida la de James que seguramente nos atrapó mirándole el trasero. Giré la cara muy avergonzada.
—Estúpido, nos arruinaste la vista —Madison soltó.
Eric sonrió feliz.
—Me alegra...¿Esto es lo que hacen las chicas como ustedes cuando los chicos no las están viendo? —preguntó realmente interesado —cariño, voy a ponerme celoso, saber que me ignoras por esto me hiere.
Aquellas palabras llamaron totalmente mi atención. Creo que me sonroje un poquito.
—No te he ignorado.
Fingió tristeza.
—¿Entonces no me estabas ignorando al no responder mis mensajes?
—No, no sabía que tenía mensajes tuyos.
—Voy por más comida.
Madison se alejó de nosotros con la excusa de ir por comida.
—No tengo celular —dije cuando lo vi confundido.
—¿Lo dejaste en algún lugar y lo perdiste?
—Estuve en la piscina con el celular durante muchos minutos, mi madre casi me castiga de por vida —dije recordando su cara de enojo cuando metía el celular en arroz.
—¿En la piscina de quien? —que no había escuchado la parte en la que mi madre casi me mata?
—Fuimos a la casa de Madison —recorde que no había visto a Alisha después de ayer y que estaba en pésimas condiciones —Tengo que irme.
Me levante rápidamente y Eric siguió mis pasos.
—Bien, ¿te llevo a casa? —no entendí las palabras de Eric —luego, después de clases.
Asentí repetidamente.
—Estaré en clases de educación física.
Eric asintió.
Me despedí con un beso en la mejilla y fui con Madison que llevaba una cara de preocupación.
—¿Qué tienes?.
—No lo sé, Lluvia dijo que encontró a Alisha en los baños llorando.
—Bien, vamos a ver que tiene.
***
Entramos a los baños, solo estaba Lluvia tras la puerta del baño donde estaba Alisha, llorando, acaso alguien se murió?
Unas chicas intentaron entrar pero Mads les prohibió entrar, siendo muy ruda.
—No para de llorar, le he dicho de todo, pero no quiere salir —Lluvia estaba triste y preocupada.
—Vamos, sabemos que esta llorando por su ex, llora por un tonto.
Alisha abrió la puerta del baño y salió.
—Nadie va a entenderme —salió del baño no sin antes darle una mirada de odio a Madison.
—¿Ahora que hice?—pregunto la ahora odiada.
—Fuiste insensible —Lluvia le informó, desatando una pelea entre ellas.
***
—Buenos días queridos alumnos, disculpen la demora, problemas de tener hijos, como sea, hoy van a dar 8 vueltas a la cancha, rápido.
Todos nos quejamos, la cancha era grande y el sol era intenso.
—Ahora que lo pienso serán 15 vueltas, seguirán con 100 lagartijas, si no las terminan será peor. Vamos, ¿que esperan? ¡empiezen!
La profesora se sentó debajo del inmenso árbol que le daba sombra y comodidad, mientras que dábamos las vueltas bajo el sol.
A la segunda vuelta ya la mayoría estaba cansado, incluida yo, pero la mirada de la profesora nos advertía lo malo que podía ser si parábamos.
—Ya no puedo, voy a caerme —Lluvia tenía gotas de sudor por toda su cara.
—Apenas vamos tres vueltas, eres débil.
Madison corrió con fuerza dejándonos atrás.
Miré la hora en mi reloj.
—Solo falta 10 minutos para que sea la hora de irnos, si lo hacemos lento no nos dirá nada.
Lluvia asintió y seguimos corriendo a nuestro propio ritmo.
—Crees... Crees que Alisha volvió con Alex?.
—Lo dudo, creo que pasa algo más —dije convencida que era otra cosa, algo más grave.
—¿Y si se enojó con nosotras?.
—Esperaremos a que se le pase y quiera hablar, o podemos obligarla.
Sentía las gotas de sudor resbalar por mí frente, llevar la sudadera no me favorecía mucho.
—Quedan 5 minutos, continúen con las lagartijas —la profesora tomaba jugo mientras nos veía sufrir.
Observe a todos que se tiraban al piso y comenzaban con las lagartijas.
Me tire al suelo, pero no quería levantarme.
Yo no era una chica atlética, de vez en cuando corría, haber dado 6 vueltas había sido mucho. Sentía las piernas temblorosas.
A penas di 3 lagartijas cuando sonó el timbre que anunciaba que podíamos irnos. Todos agarraron sus mochilas y salieron prácticamente corriendo.
—Continuaremos en la clase que viene, no se salvarán —Nos advirtió la hermosa y para nada explotadora profesora.
De camino a las gradas, estaba Eric jugando candy crush, mientras yo sufría por subir casa escalón.
—Gracias por ayudarme.
—Oh, la profesora Kari se enojo con ustedes, que hicieron?
Vivir, eso hicimos.
—Nada, pásame la mochila.
—¿Estas enojada conmigo? Pero si yo no hice nada.
—Ese es el problema.
—Bien llevaré tus cosas —me agarró los cachetes, pero me aleje.
—No me toques, apesto y estoy sudada.
—Pareces un cerdito sudado.
Nunca había visto a un cerdo sudar, acaso él si?.
—¿Me estas diciendo gorda? —solté enojada.
—NOO... no quise ofenderte —soltó rápidamente —solo quería decir que te ves tierna como un cerdito.
Lo miré horrible.
—Mejor me callaré.
—Buena elección... espera, detente.
Le pedí que se detuviera ya que un paso de él eran tres míos.
—Caminas muy rápido y estoy ya muy cansada.
Eric se volteó a verme. Faltaba mucho para llegar al estacionamiento. Mis piernas habían sufrido mucho por hoy.
—Me veré obligado a cargarte.
Regreso por mi y se agacho un poco al frente de mi.
—¿Que? ¿Quieres cagar aquí en plena cancha?
Eric soltó una carcajada muy divertida y contagiosa.
—Voy a llevarte, quieres o no?
Accedí rápidamente y me subí a su espalda.
—¿Mejor?
—Caminas por mi, así que si. Todo mejor.
Después de una larga caminata me sorprendió un poco al ver que Eric nunca se quejó de mi peso o de mi comodidad, ya que puse mi cabeza en el espacio de su hombro y cabeza, no conforme a eso, también enrede mis piernas a su abdomen, él solo tomó mis pies para darle soporte. Su cabello olía muy bien, como a lavando y me relajaba mucho.
—Llegamos.
Baje de su espalda algo desanimada. Me abrió la puerta y luego me senté en el asiento del copiloto.
—Te tiraste un pe—solté abruptamente —que asco, huele horrible.
Eric comenzó a reírse como un tonto, mientras yo me moría con el olor, bueno solo exageraba un poco.
—He leído que muchas personas mueren a diario por retener un gas, no quieres que muera o si?
La manera en que lo dije fue tierna, casi divertida, solo por eso lo dejé pasar.
—Bien, bajaré a la ventana para no morir —exageré.
Le baje a la ventana de mi lado dejando entrar el aire fresco.
—Mierda, mierda, mierda —busqué en toda la mochila las llaves de mi casa —Olvidé las llaves de mi casa en mi casillero.
—¿Tienes la llave de repuesto? —negué. —todo el mundo tiene una llave de repuesto.
—No todos —susurré —no desde que Alisha entró a mi casa con la llave de repuesto.
—¿Tienes las llave de tu casillero? Podemos dar la vuelta e ir por ellas.
Me quería dar en la cabeza un golpe.
—Las llave de mi casa estaban con las del casillero, que están en mi casillero, como mierda voy a sacar mis libros. Mierda, cómo voy a entrar a mi casa.
—Eres muy despistada.
—Gracias por decírmelo.
Eric sonrió un poco.
—No te enojes, al menos puedes llamar a tu mamá.
—No recuerdo su nuevo número.
—En serio Astrid, que es lo que sabes? —moví mis hombros para no darle importancia.
—Podemos entrar por la ventana, al menos que este cerrada por dentro.
Salimos del carro y caminamos por el césped hasta llegar al patio trasero, frente a la ventana de la habitación de mi mamá, ya que estaba más cerca del suelo que la mía.
—Te subiré y entraras lo más rápido que puedas —me informo Eric —ah y necesito mis abrigos.
—Si lo quieres, tendrás que subir tu mismo.
Eric me agarro y me impulso a la ventana, faltaba muy poco para llegar, me agarré de un pedazo de madera que sobresalías antes de caerme.
—Si me caigo, morirás —dije amenazante.
—No lo harás si mueres primero.
Abrí la ventana con un poco de dificultad, traer pantalones deportivos me ayudó mucho, agarre fuerza y me tire dentro de la habitación de mi madre. Me asomé por la ventana y le di la mano a Eric, pero no alcanzaba, agarre la sabana favorita de mi madre.
—¿En serio, Astrid?
Si se dañaba habría otra razón para que mi madre me mate.
—Agárrate bien —dije esperanzada de que Eric no pesara demasiado.
En cuanto lo vi en el marco de la ventana lo agarre para ayudarlo, pero cayó sobre mi.
—¡Auch! —me queje ante su peso.
—Astrid, suéltame —pidió Eric.
Pero nosotros ya estábamos enredados con la sábana. Mis pies con los suyos y mis brazos también. Ambos nos removíamos intentando liberarnos pero eso no ayudaba mucho, de hecho, empeoraba la cosa.
—Deja de moverte así —pedí.
—Me estás apretando.
Me quede quieta. El también.
Nuestras respiraciones eran fuertes y rápidas, pero luego se normalizaron.
Sus ojos eran hermosos podía perderme en ellos.
—Astrid —murmuró.
Acarició mi cabello y luego se acercó lentamente hasta tocar mis labios, rozándolos de arriba para abajo, era una tortura.
Quería besarlo, besarlo de verdad.
Lo tumbé, quedando encima de él, tenía ganas de besarlo y lo hice. Sus labios eran carnosos y suaves.
Su lengua entró en mi boca, estaba cálido, puse mis manos en su cabello y la otra en el piso, sosteniendome. Era un beso rápido y necesitado, ambos lo queríamos demasiado.
Sus manos inquietas tocaron mi trasero provocando un pequeño gemido de mi parte, luego subieron a mi abdomen, provocando cosquillas, sus toques electrizaban mi cuerpo, sus manos eran suaves y deslizantes, su cabello era suave y brillante. Ambos estábamos muy ocupados en besarnos de una manera muy apasionada que olvidé que hoy venían a arreglar el problema que tenía mi ducha.
—Astrid, cielo baja —gritó mi madre desde la entrada —necesito ayuda con las compras y el señor Terry va a reparar tu ducha.
Escuche cerrar la puerta de la entrada y detuve mi mano que estaba acariciando el abdomen de Eric.
—MIERDA —solté aterrada.
Escuchaba cada vez a mi madre cerca, iba a entrar e iba a atraparnos con las manos en la masa o más bien en las manos sobre el abdomen del flaco a quien tenía abajo.
Mire a Eric quién estaba asustado, sus labios estaban rojos, cuanto tiempo nos estuvimos besando?
Concéntrate.
Salir por la puerta no era una opción, no si quería tener otro gran problema.
—Levantate, rápido.
Entramos al baño rápido casi tropezando pero justo a tiempo.
—Astrid, ¿estas en el baño?.
Le puse seguro a la puerta y metí a Eric en la bañera.
—Si, mm tenía ganas de hacer de la segunda, pero pensándolo bien voy a bañarme —Abrí la llave de la ducha mojando por completo a Eric, quien quería matarme con la mirada
Estúpido, minutos atrás me estaba agarrando las nalgas y ahora se hacía el muy decente.
¡Puerco!
—Podrías traerme ropa limpia, la más grande y cómoda que encuentres.
—De acuerdo no te gastes toda el agua caliente.
—Esta bien, mamá.
La escuché alejarse y salir de la habitación. Solté un suspiro de alivio y estaba a punto de hablarle a Eric.
—Por cierto, sabes de quién es el auto que está en la entrada?
—Mm, ni idea —solté ignorando al desbocado de mi corazón —cuando llegué no vi nada.
—Seguro que es de los vecinos, son tan groseros.
Muy groseros.
De nuevo escuché que se alejó y cerró la puerta, espere unos segundos.
—Aah —me quejé —se me durmieron las piernas alguien está embarazada —solté rápidamente... creo que me acabas de embarazar con ese beso.
Eric empezó a reírse pero rápidamente le tapé la boca.
—Mo te embaracé con un beso —negó divertido.
—Como sea, tienes que irte sin que te vean.
Ya estaba elaborando un plan.
—¿Esas son gomitas? —Eric no me miraba, estaba mirando hacia las repisas, parecía que no había escuchado nada de lo que salía de mi hermosa boca —Si, si son gomitas.
—Mis gomitas, así que aquí las escondio —Eric me miró confundido —me las prohibió comer porque como muchas gomitas, me quito el tarro que tenía escondido en mi habitación, específicamente en los zapatos, ese no es el punto, el punto es que en cuanto traiga la ropa te la cambias por la húmeda, esperamos a que salga y te avientas por la ventana, si tienes suerte tal vez te quiebres una pierna, es el pequeño costo de que no sepan que estas aquí.
—Hija, ¿estas hablando con alguien?
Mi madre volvió a aparecer al otro lado de la puerta. Ambos nos sobresaltamos y hasta brinqué a los brazos de Eric.
—No,estaba cantando... Los pollitos dicen pío, pío pío...
Eric abrió la ducha muy divertido y me mojo por completa.
—Que voy a matar —susurré —cuando tienen hambre, cuando tienen frío —cante más fuerte—lo juro —le susurré a mi enemigo.
—No sabía que te dieras baños en seco. Al menos no quieres que tu mamá nos descubra de esta manera?
—Bien. No te preocupes mucho, saldrás en cuanto mi madre me entregue la ropa y se devuelva a la cocina.
Me saque la sudadera con malicia, quedando solamente en top, para proseguir cerrando las cortinas de baño y luego abrir la puerta, no totalmente.
—Alice, eres la mejor. Gracias.
Prácticamente le cerré la puerta en la cara a mi mamá.
—Esperare aquí, necesito que nos des la llaves de tu habitación.
Y MI PLAN SE ACABABA DE IR POR LA BORDA COMO SIEMPRE.
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