Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 33

Me sentía agotado ya que durante días he permanecido encerrado entre cuatro paredes sin saber nada sobre el exterior, salvo lo que me dicen mis abogados
Siempre lo mismo que pronto saldré de aquí.
Menudo consuelo me dan.
Y aún así estoy desesperado por salir de aquí, quiero proteger a Saray, necesito estar libre y no. Pasan las horas y yo permanezco aquí con el único pensamiento de que Saray esté bien y mi familia no les pase nada malo.

Me levanto acercándome hasta los hierros fríos que me retienen comenzado de nuevo a  desesperarme para terminar enojándome.
Apoyo mi cabeza en ellos lamentando me puesto que no encuentro otra cosa mejor que hacer.

Sobre las once de la mañana un agente me dice que tengo visita.
Vaya qué novedad, alguien viene a visitarme. Ya era hora.

Me  ponen las esposas para salir de la cárcel e ir hasta el área de visitas. Una habitación donde tienes que hablar por un teléfono separado por un cristal.
Y allí está Saray.
Nada más verla una alegría me nace, sin embargo no puedo ni tocarla.
Mis ojos empiezan a rajarse en agua de la misma emoción de tenerla frente a mí.

— Mi amor. — Susurré al coger el aparato para escuchar su voz.

— Lander...— Sus ojos no tardan en sollozar, nuestros dedos se quedan plasmados en el cristal. Cuánto me gustaría acariciarla.

— Dime cómo estás.

— Nada bien, verte con ese aspecto hace que se me encoja el corazón. Te Quiero, Lander no debiste sacrificarte.

— Ahora eso no importa, verás como pronto voy salir de este encierro y volveremos a estar juntos.

— Pero yo quiero ayudarte, no puedo soportarlo más, me esta torturando la idea de presenciar como estamos separados por culpa de otros.

— De momento no se sabe quién es el culpable.

— Sergio y Lorenzo.
Hemos llegado a esa conclusión, y yo voy hacer todo lo que sea necesario por sacarle información y que sea ese desgraciado quien ocupe tú lugar.

— Mi amor, aléjate de ese bastardo. No quiero ni pensar que algo malo te hiciera y entonces si me iban arrestar por asesino.
Por favor Saray, prométeme que estarás bien y verás como pronto este mal sueño se acabará.

Palabras expresadas en la misma inercia. Ni yo mismo me las creo, por lo quo acabo derrumbando me y dejo que varias lágrimas recorran mi rostro mirando fijamente a Saray que al igual que yo está rota de sufrimiento.

El policía anuncia que el tiempo se ha acabado. Me despido de Saray con el corazón encogido en un puño y mas tenerla que dejar ir para yo volver a encerrarme entre cuatro parades.

Adiós mi amor. Artículo mientras me llevan de vuelta a mi celda.

Por mucho que me hubiera dicho Lander, no podía estarme quieta.
Verlo con ese aspecto tan desaliñado, ropa sucia, barba de varios días, en su rostro se podía apreciar lo mal que lo está pasando  sabiendo que el hijo de puta de Sergio y Lorenzo van en fiesta en fiesta como si nada, hace que se me revuelva el intestino.
Echo un último vistazo a Lander antes de despedirme de él. Cuánto me hubiera gustado poder rozar con las yemas de mis dedos su piel y besar sus labios aliviando le de algún modo todo este lamento.

Salí de aquel lugar peor que había entrado, pero con las suficientes fuerzas como para ir investigando por mí cuenta.
Tal vez me estaba jugando una carta y mi pescuezo.
Pero si de algo estaba decidida era ha llegar hasta el final en todo este asunto.

Me sequé mis lágrimas, bebí un trago de refresco y con mis manos temblando llamé a Sergio.

— Hola Saray en qué puedo ayudarte.

Ha morirte desgraciado, rata de laboratorio.

— Oh nada te llamaba porque en estos momentos....( Aver que me invento) tengo una reunión con algunos inversionistas y como no sé a quién recurrir había pensado en ti.

— Gracias. Por supuesto que te ayudaré en todo lo que pueda. ¿Cómo estáis?

Estaré bien cuando tú estés mal, basura.

— Imagínate muy mal. Nos vemos en un par de horas si no te molesto claro.

— Para nada. De acuerdo en un par de horas nos vemos en tú oficina. Paciencia Saray y ánimos.

— Gracias Sergio, eres tan bueno y amable.

Termino la conversación, golpeando el volante con todas mis fuerzas gritando como si eso me fuera a servir de algo.

Llego a la oficina, imprimo un correo que me llegó ayer para disimular ante Sergio.
Al rato llega él con esa cara de estúpido, vestido con un traje negro, sonrisa de idiota y facha de cabron.

¿De verdad yo he sufrido durante años por este miserable?
Entonces estoy peor de la cabeza de lo que yo creía.

Bueno Saray, el show va dar comienzo. Espero interpretar bien mi papel para que sea creíble y este subnormal hable.

— Saray ven dame un abrazo quiero poder aliviar tú dolor de alguna forma.

Lastima que la escopeta sea más grande que yo, si no te juro por los enanitos de Blancanieves que me ibas aliviar mi lamento pero bien del todo.

— Ay Sergio, ya no puedo más. — Hago como que lloro escondiendo mi cabeza en su chaqueta.
Cuando Sergio empieza sobandome la espalda, noto como me tenso del mismo asco que me da de que me toque.

Alzó mis ojos observándole, ¿en verdad está preocupado por mí?
Su mirada es tierna, la expresión de su cara  es flexible, y se ve que está conmovido.

Vamos, resumiendo, finge sentimientos de culpa. Capullo.

Con disimulo me separo de él volviendo a sentarme en mi sillón detrás de la mesa, así por lo menos la mesa me servirá para no tenerlo tan cerca.

Hablamos durante un rato de cosas que ni comprendo, lo único que está consiguiendo es tentarme para darle un par de hostias bien das, y más cuando habla mal de Lander.
Pongo mis ojos en blanco pidiendo algún santo que me mande paciencia, para ser sincera no sé por cuánto tiempo podré soportar estar cerca de el miserable este y hacer como que no pasa nada.

Después de estar un par de horas escuchándole, me propone ir a comer, en ese instante declino su invitación proponiéndole de ir en otro momento.

— Saray, mírame a los ojos. Quería que supieras que aunque yo esté felizmente casado, puedes contar conmigo para lo que necesites.

— Hasta para hechar un polvo. — Ostras he hablado en voz alta.

— Ejem. Si lo deseas por mí no hay problema, siempre y cuando no se entere mi esposa.

— Pero...uy qué vergüenza...

— No tienes porqué ponerte roja, hemos estado juntos siete años y  conozco demasiado bien cada parte de tu cuerpo.

— Lo sé. Y sabes, me muero de deseo por recordar cómo son tus caricias, esos besos que me robaste y...

— Tranquila, pronto volveremos a recordar los viejos tiempos no te puedes imaginar cuanto te deseo.

Y yo de verte ardiendo en el infierno primo de Satanás.

Nos despedimos quedando en vernos mañana.
Sergio se va y yo me voy directa ha lavarme la cara.
Me miro por unos instantes en el espejo, casi apenas me reconozco, quizás si pienso en que todo esto lo hago para poder liberar a Lander y poder aportar pruebas en contra de esta gentuza, todo me resulte menos difícil de afrontar.

Llego a mi casa y voy directa ha la habitación de mi padre.
Nada se oye en la habitación, salvo mis sollozos pidiéndole a Dios y mi padre que me den fuerzas para poder soportar todo este calvario.

En el momento que me dispongo a ir  a dormir escucho a Eloy hablando con mi madre. Desde la puerta hago oreja para poder escuchar lo que dicen.

Bravo por mí amigo. Le está confensando a mi madre la verdad y lo que más me emociona es como se lo toma de bien mi madre.
Presencio como ella sentada me mitad de mi hermana y Eloy le agarra de sus manos entrelazando las deseándoles que sean felices y siempre se quieran como el primer día.

Llorando a moco tendido, paso al salón y les doy a la parejita un fuerte abrazo.
Al parecer debemos vernos en las situaciones más difíciles para sacar ese coraje que necesitamos.

Los cuatro hablamos sobre Lander y Sergio. Tanto Eloy como mi hermana me dicen que siga adelante que lo haga por el amor que siento hacia Lander.
Mi madre no me dice nada, sabe que lo que estoy haciendo no es muy correcto, puesto que estoy traicionándolo y eso me está poniendo muy nerviosa.
Tanto como que ya no tengo ganas de continuar con esta falsa.
Aunque si lo pienso desde otra perspectiva debo de armarme de coraje y defender lo que es mío.

Al día siguiente sentía demasiado cerca la silueta de Sergio parecía una lapa todo el día pegado a mí.
Sus intenciones eran tan claras como el agua.
De vez en cuando me daba un pico, tocaba mis brazos e incluso mi rostro.
En mi vida me había sentido tan acoquinada siento tanto desprecio hacia una persona, y más notar sus mugrosos dedos puestos en mí.

— Eloy, busca la escopeta que yo este tío me lo cargo ahora mismo.

— Saray deja de decir estupideces y céntrate debemos sacarle información si queremos que pague por lo que ha hecho.

— Joder Eloy que no puedo, que te juro que cada vez que siento su aliento pegado a mí se me levanta una angustia.

— Entiendo que no debe de ser fácil, a decir verdad te estás exponiendo demasiado. No sé  piensa que es Lander quien te toca y así podrás sobrellevarlo mejor.

— Sabes que no tengo imaginación y mucho menos no me compares a Lander con este tonto los huevos.

— Saray paciencia, Jacinto está buscando más información y nosotros estamos contigo. Ánimo.

Sí claro como si fuera a jugar a un billar. A él lo quiero ver en mi misma situación. Maldita sea, bastantes problemas tengo como para encima tener que fingir que estoy desesperada por meterme en la cama con él.
Pero ¿porque me ocurren estás cosas a mí?

Habían pasado dos días desde que le propuse a Sergio ir a cenar.
Al final tuvieron que pasar cuatro días hasta que pudimos quedar para cenar.

Y aquí me encuentro, mirándome en el espejo como voy arreglada para la ocasión.
Vestido amarillo desmangado con algo de escote, maquillaje lo justo, mi pelo está trenzado y no me apetece ponerme tacones, mejor unos planos así no me duelen los pies.
Harta de estar mirarme en el espejo decido marcharme hacia el restaurante donde supuestamente vamos a cenar y terminaré acostándome con esa basura.

Me siento tan mal que me veo incapaz de seguir con esto.
Empiezo a conducir cuando de pronto se me ocurre una idea.
Paro en la primera farmacia que veo para comprar un fármaco: ranitidina (Zantac).
Verás este no va salir del baño.

Llego media tarde al restaurante, Sergio está en la puerta del restaurante esperándome.
Nada más verme sus ojos se vuelven maliciosos y sin ningún tipo de pudor me besa.

— Estás hermosa Saray. — Escuchar la palabra " hermosa" de los labios de Lander me enrojezco, pero que me lo diga este payaso es para darle dos hostias.
El teatro da comienzo, tomo asiento enfrente de él sin dejar de mirarlo. El camarero nos hace entrega de la carta y mientras Sergio pide el vino yo miro la carta pensando en la manera  de como voy a hecharle el fármaco.

Durante la cena, Sergio no deja de acariciar mi mano recordando como fue nuestra relación.

— Sergio, eso ahora son recuerdos. Para serte sincera yo lo pasé muy mal con nuestra ruptura.

— Hay algo que no sabes Saray.

— Tú dirás.

— Me costó mucho romper contigo, y si lo hice fue... porque mi padre así lo quiso... Sufrí mucho puesto que aunque estaba con María, mi amor hacia tí no se iba de mi corazón.
Te quiero Saray.

— No comprendo, ¿Porqué te casates si no amas a tú mujer?

— Yo solo soy la marioneta de mi padre, el que debe hacer lo que él no pudo conseguir.
Mi matrimonio solo es de papel. El verdadero contrato vale millones.
Me siento como un estúpido Saray, te amo y tuve que alejarme de ti por qué mi padre así lo quiso.

— A ver qué yo me entere.
¿Me estás queriendo decir que tú matrimonio es de conveniencia, y que a pesar de amarme tú padre te obligó a romper conmigo por interés?

— Exacto.

— Sigo sin entender Sergio porqué no luchaste por nuestra relación.
Pienso que eres tan ambicioso como tú padre y un idiota por permitir que maneje tú vida de esa forma. Y no quiero ofenderte.

— No lo haces Saray. Llevas razón, fui un cobarde cuando otorgué que mi padre me convenciera para romper contigo supuestamente porque la empresa iba a ir a la quiebra y según mi padre, quería lo mejor para mí. Un matrimonio sin amor, dormir con una mujer que no quiero y hacerle el amor porque no me queda de otra, para estar pensando todo el tiempo en tí preguntándome si amas a Lander, y ya me has olvidado.

— Sergio, no te niego que lo pasé bastante mal, y admito que he estado después con hombres y ninguno me ha llenado porque la herida que tú me provocaste estaba aún abierta, el tiempo cura las heridas y piensa que yo tengo que volver hacer mi vida.

— Lander. ¿Lo amas? — Exhalo mirándole fijamente a los ojos. Espero que mis ojos no me delaten puesto que de mis labios va sonar un no. Cuando solamente es Lander el unico que puede provocar que mi pulso se acelere y mi cuerpo busque su calor.

—  No. Yo no siento nada por Lander. A él solo lo alquilé para que fingiera ser mi novio.
Entre yo y Lander no hay nada, de hecho lo odio por todo lo que nos ha hecho. Se merece estar en la cárcel y por mí que lo juzguen por muchos años. — Dios mío perdóname por ser una pecadora y por decir todas estas barbaridades. Al parecer Sergio se ha tragado todo el teatro. No hace falta más que ver sus ojos brillar sus labios esbozar una sonrisa y besarme como si ese beso fuera para él un trofeo, y para mí me saben tan amargos.

— Voy un momento atender la llamada ahora estoy contigo.— Sergio se disculpa y se marcha para atender la llamada. Mientras yo aprovecho para echarle el fármaco en su bebida.

En ese instante noto como mi mundo girase al mil hora. La silueta de Telma parada enfrente mía solo hace más que empeorar todo y cuento con que no halla escuchado la conversación.

— Vaya Saray, que pronto has olvidado a Lander.

— Qué quieres Telma, estoy ocupada.

— Víbora. Eres peor de lo que yo imaginaba, como puedes estarle haciendo esto a Lander sabiendo todo el que te ama. Ahora a la mínima vas y vuelves con tu ex. Eres una zorra Saray.

— Baja el tono y deja de insultar me. Esto no es lo que parece, todo tiene una explicación.

— A no me interesa con quién te acuestes. Eso deberás explicárselo a Lander.

Iba a responderle cuando Sergio volvió  aparecer. Telma se marchó sin añadir nada más y yo volví a mi aparencia de que aquí no ha pasado nada, hasta yo misma me veo que estoy en un callejón sin salida.
Debo de sacarle información a Sergio, y hasta ahora lo que dijo Jacinto era cierto, al parecer Lorenzo es el que está detrás de todo esto. Pero me queda por descubrir si Sergio dejándose llevar por sus celos ha sido quien ha manipulado la mercancía para culpar a uno de los dos con el propósito de separarnos.

Ahora más que nunca quiero llegar hasta el final de todo este tema y hacer que el responsable de todo pague por sus malas acciones.
En verdad lo que más me preocupa, es que vaya Telma con el cuento ha Lander.
Entonces si estaré arriesgando nuestro amor.


 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro