Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 27

DEDICADO A TOD@S LOS LECTORES ★

Nada más salir Saray por la puerta, me excusé con Luna para que me dejara ir a entregarle una cosa a mi "supuesta vecina".

Estaba intranquilo, y al mismo tiempo triste por haber escuchado de sus labios que se aleja de mí.
No tenía tiempo, por lo cual decidí bajar por las escaleras.

Al salir a la calle pude observar como iba a montar en su auto.
Salí despavorido corriendo hacia  ella.

— Saray espera no te vayas. — Me puse por delante del auto intentando inmovilizarla.

— Qué quieres Lander, acaso pretendes volverme una asesina.

Escúchame por favor. No te vayas sin antes hablar.— Me sentía sofocado, preocupado y nervioso por poder encontrar una solución.

Mi estado comenzaba a cambiar, aún así algo me decía que aquella noche todo se distorsionará.
Saray se bajó del auto, y tras rodearlo se paró a pocos metros de mí.
Sus ojos me mostraban la decepción.
Llevé mis manos hacia sus mejillas con poco éxito. Ella me rechazó.

Saray, puedo llegar a entender que estés enojada. También te pido que me comprendas, sabes que las cláusulas del contrato especifican que cuando esté con la clienta debo permanecer todo el tiempo con ella según lo estipulado en el contrato.  Me está prohibido acercarme a otra mujer y sabes que me pueden denunciar por incumplir el contrato.

— También lo podías haber rechazado.

— Luna ya había pagado un anticipo hace dos meses. Antes de saber que tú existías, no tenía alternativa.

— Puedo llegar a entenderte, pero ponte en mi situación. ¿Cómo reaccionarias tú si me vieras con otro hombre?

— Mal. ¿Entonces te irás de mí lado?

— Sí. Es lo mejor para los dos, puesto que tampoco hemos tenido una relación de años.

— No me gustaría que te fueras de mí lado, puesto que tú has sido quien me has liberado de mis males haciendo que vuelva a enamorarme.
Pero tampoco pretendo obligarte a quererme y construir una relación.

— Gracias por entenderlo Lander, quizás no estemos hechos el uno para el otro.

— El destino nadie lo sabe, yo siempre he dicho que dos personas que están destinados a estar juntas, se encontrarán al final del camino aún tras dar mil tropiezos. —Fijé mis ojos en ella interpretando cada expresión en sus ojos. Tenía una llama de esperanza en mi corazón. Aún así su decisión fue despedirse de mí.
Guardé silencio viendo como ella se alejaba de mí montada ya en su auto.

Noté en ese instante como mi corazón latía despacio, mis ojos se quedaron mirando a la nada y mi estado de ánimo a venirse abajo.
Caminé arrastrando los pies hasta mi apartamento donde me esperaba Luna con un camisón transparente color púrpura. Mis ojos miraban hacia el mini bar, donde me serviría un trago.
Dejé que el alcohol recorriera mi garganta abrasandome con su sabor.

— Lander qué te ocurre. Esta noche estás fuera de combate.

— Está noche he perdido todas y cada una de mis ilusiones.

— Es por ella ¿Verdad? No hay que ser muy idiota para ver qué es lo sientes hacia tú vecina.

— Y eso qué importa ahora si ella me ha de dejado.

Luna acarició mi rostro, no dijo nada tan solo apoyó su cabeza en mi hombro.

— Siento mucho haberme venido abajo. — Intenté hablar sacando fuerzas para hacer algo que no deseaba.

— Lander, no te voy a obligar a que te acuestes conmigo aunque haya pagado.
Comprendo perfectamente por lo que estás pasando. Y por ello rompo el contrato.

— ¿Estás segura?

— Sí. Admito que he aprendido una lección.
No todo en esta vida se puede conseguir con dinero. Las manos que toquen mi cuerpo deben mostrarme cariño, no solo intentar complacerme.
Te doy un consejo. Ve y búscala antes de que sea tarde.

— Bueno si insistes me marcho y muchas gracias por todo Luna. Digo, por ser tan comprensiva, tan buena...

— Anda vete ya Romeo.

Madre mía qué feliz me hallaba en ese momento, agradecí el detalle a Luna y de inmediato me fui a buscar a Saray.

Exhalé varias veces mientras conducía dirección hacia mi casa. Estaba triste, pero tampoco iba a llorar como una tonta. Debía de plantarme seguir con mi vida y por supuesto encontrar al hombre adecuado. De amor no se muere nadie, pero si sufre.
Había tomado una decisión y no pensaba dar más marcha atrás.

En ese instante mi hermana me llama dándome una trágica noticia.
Mi padre había sufrido un ictus, y estaba en el hospital en cuidados intensivos.
Ni me lo pensé, me fui para la primera gasolinera que vi, llené el depósito y sin meditarlo comencé a conducir hasta Monterrey.
Por nada del mundo me perdonaría que algo le pasara a mi padre y yo no poder ni siquiera despedirme de él.

Horas después llegué a Monterrey, volví a comunicarme con mi hermana y seguí conduciendo hacia el hospital.

Estaba agotada por el viaje, me dolía bastante la cabeza y apenas había dormido lo suficiente. En esos momentos me daba todo igual, solo quería acompañar a mi hermana y mi madre.
Nada más verla las abracé llorando angustiadas por lo sucedido.
Los médicos aún no habían salido para hablar con nosotras y la incertidumbre de no saber nada nos mataba.

Pasados unos minutos, un doctor nos habló referente al estado de mi padre.

Las tres abrazadas preocupadas, escuchamos con atención al doctor.
Mi padre ha sufrido un ictus isquémico. De momento deberá permanecer en observación hasta ver su mejoría, contando con que la parte izquierda no podrá moverla, tendrá dificultad al hablar y problemas al recordar.
Dicho eso, el doctor se marcha y mientras tanto nosotras intentamos analizar la situación rezando para que mi padre pueda salir adelante.
Ahora sólo falta esperar.

Esta angustia me está consumiendo despacio.
No sé nada de Saray desde hace días, y yo debo de viajar a Monterrey, allí me esperan varias reuniones y una de ellas con José Antonio.
Desde que le presté el dinero para que salvara su empresa, solo he tenido dos reuniones con él.
La anterior le dejé claro que debía de romper la sociedad con Sergio, ese desgraciado no hace más que causar problemas y robar el dinero que no le pertenece.

Vuelvo a insistir en llamar a Saray, pero sigue sin responder. Le mando un sms, y espero su respuesta.
Aunque ya me pueden dar las uvas.
El mensaje es claro, no quiere saber nada de mí.
Tenía la mínima esperanza de que recapacitara y poder hablar para empezar una relación, mi mayor deseo sigue siendo el poderme casar con ella, al parecer nunca se va cumplir. Su distancia me hiere y su silencio provoca en mí una cierta incertidumbre de culpa.

Me costará, me va ocasionar muchas lágrimas, y aun así debo aceptar su criterio referente a nuestra historia.

Es duro cuando debes separarte de la persona que amas y más cuando habido tantos malos entendidos entre nosotros. El dolor y la amargura ha estado presente en nuestra relación para dar por finalizado algo que comenzó como un juego y acabemos enamorándonos uno del otro.
¿Qué me quedará?
Recuerdos y la alusión de cada momento que viví con junto a ella.

La preocupación por el estado de salud de mi padre llegó a los oídos de muchos de lo que trabajan en la empresa.
Aquella mañana me encontraba reunida con Jacinto, el director de fianzas.

El hombre me estaba explicando todo el funcionamiento de la empresa.
Lo escucho con atención, pero como yo de empresas sé lo justo y menos, me limito a escucharlo y de vez en cuando interrumpir lo con mis preguntas. A su vez, él me explica todo sin ningún problema.

Cómo ahora mi padre está así, debo ser yo la Directora General, ocupando el puesto de mi padre.
Tuve que dejar mi trabajo en la inmobiliaria, y organizar todo para mudarme de nuevo a mi casa.
Parece mentira como la vida te puede cambiar.
Hace años me marché de aquí huyendo del sufrimiento de no querer volver a ver a Sergio.
Y ahora, regreso de nuevo para trabajar con él.
Aunque no sé porqué demonios mi padre aún permite que este desgraciado, corrupto, miserable...que todo lo que se le diga es poco,  sigue trabajando en la empresa.

Recién había llegado a Monterrey, le pedí a mi hermana poder verla.
Ella aceptó gustosa quedando que viajarían los tres.
Ganas de ver a Telma no tenía, pero tampoco quería abrumarme por algo tan absurdo. Espero que le quedó claro que ya no siento nada hacia ella, porque mi corazón pertenece a Saray.

Y hablando de Saray, hoy tengo una reunión con su padre. Aunque le fastidie le preguntaré por su hija.
Tomé asiento en mi sillón detrás de mí escritorio avisando a mi secretaria que podía hacerle entrar.
Mi sorpresa fue que José Antonio no acudió, si no Jacinto, el director de finanzas.
Me extraño un poco del porqué no ha venido José Antonio.

Nada más ver a Jacinto, nos saludamos, le indico que tome asiento y seguido nos trae mi secretaria un café.
En un principio hablamos de cómo va la economía, hasta que ya no puedo más y decido preguntarle por José Antonio.

— José Antonio no ha podido venir porque está hospitalizado, sufrió un ictus y aún permanece en el hospital.
Ese es el motivo de mi visita señor Valles.

— Dígame.

— Resulta, que al estar enfermo José Antonio, le pedí a Saray que ocuparse  el puesto de su padre pero como bien sabemos ella no tiene mucha experiencia en temas de dirigir una empresa.
Por ello y por miedo a que Sergio que aún sigue como socio en la empresa pueda hacerle alguna jugada, pensé en recurrir a usted, puesto que es el dueño.

— ¿Ese miserable sigue después de lo que hizo en la empresa? No me lo puedo creer.

— Precisamente por eso vengo a verle. Necesito que sea usted como dueño de la empresa que asuma la responsabilidad y el cargo y al ser posible que ponga en su lugar a ese patán.

— Hay un problema. Yo soy el dueño de la empresa, pero solo tengo la empresa como aval  hasta que José Antonio me pague la deuda.  Pero no puedo tomar decisiones.

— Lo hará, hablaré con los abogados  para que le redacten un documento en el cual, en este caso Saray, le otorga ese derecho.
Si no actuamos Lander, la empresa va desaparecer.
Y yo llevo muchos años trabajando junto a José Antonio y sé cuánto sacrificio le ha costado mantener la empresa, como para que unos miserables como Lorenzo y su hijo Sergio acaben destruyendo lo que por tanto esfuerzo le costó levantar.
Necesito su ayuda, usted tiene la capacidad para poder romper ese consorcio con el miserable de Sergio.

— Cuente conmigo. Haré lo que haga falta para hacerle pagar a ese desgraciado todo el daño que ha causado.
Y por supuesto tomaré las medidas necesarias en contra de ese desgraciado, cara dura.

— Me alegro mucho de poder contar  contigo, Lander. Puesto que yo con Sergio no tengo ningún contacto y José Antonio nunca escuchó mis advertencias.
Nos volveremos a ver, mientras tanto organizaré una reunión entre usted y Saray para que puedan debatir sobre lo que acabamos de hablar.
Hasta pronto Lander.

Me despido de Jacinto y tras dejarme solo esbozo una sonrisa.

Cuando creía que no volvería a ver a Saray, ahora la voy a tener más cerca que nunca. Por supuesto, en esta ocasión no seré su novio de alquiler, si no el hombre que la ama y el cual lucharé por volverla a conquistar.

____________________________________

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro