Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 24. II parte.

Me encontraba tumbada en mi cama con los ojos abiertos mirando en silencio a Eloy.

— Qué, acaso la conciencia no te deja dormir querida Saray.

— Eloy, estoy algo desorientada con todo este asunto. Dime por favor lo que habéis hablando tú y Lander.

— Haber dejado que se hubiera explicado y te hubieras enterado. No llegar como una energúmena y tratarlo como si fuera Jack el destripador.
Ahora déjame necesito dormir mis diez horas.

— Eloy, por favor, dime algo.

— Saray. — Eloy se incorpora en el cabecero de la cama agarrando mi mano comienza diciéndome;
— Mira mi linda, todo el mundo juzgamos a las personas por su aperencia y en ocasiones ni le damos la oportunidad de conocerlas.
Pero chica, admite que tú si conocías a Lander y él no ha te mentido, pienso que ha sido sincero contigo todo el tiempo.
Ahora, admite que has metido la pata hasta el fondo, reconoce que no puedes ponerte como loca por lo que te ha dicho tú padre.
¿Acaso te has parado a pensar si las palabras de tu padre eran ciertas?

— Pues no. Me dejado llevar por mis impulsos. Y creo que la he cagado.

— Bastante, espero que busques a Lander y por lo menos hables con él y  quede todo solucionado entre vosotros.

— Eso espero. — Dejé caer mi cabeza en el pecho de mi amigo suspirando de tristeza.
Me abrazo a el y al momento me quedo dormida.

Al despertar me encuentro sola en la habitación, hago oreja y me percato que Eloy está en la ducha.
Paso al baño y durante el tiempo que está arreglándose me dice que ha quedado con Daniel, un amigo de Lander que le presentó ayer.

Tras terminar Eloy de arreglarse, me meto yo en la ducha pensando en la manera que voy abordar la situación con Lander y al menos disculparme.

Al bajar al jardín para desayunar, veo a mi padre apoyado su frente en su mano.
Me dirigí deprisa hacia donde estaba él sentando. Le doy su beso de buenos días preguntándole porqué se encuentra así de afligido.

— Papá ¿qué ha ocurrido, estás mal?

— No sé ni cómo estar. Lander ha echo la transferencia a mi cuenta esta misma mañana.

— Entonces deberías estar feliz. Ahora ya dispones del dinero para seguir trabajando. No veo la cuestión de porqué estas así.

— Hija estoy así por ti. Ese hombre me ha dado el dinero, pero a cambio debo exponerte a ti. Cómo si tú tuvieras culpa de mis errores. Lo siento hija.

— Tranquilo papá, todo tiene solución. Verás como dentro de varios días yo volveré a Ciudad de México y continuaré con mi vida.

— Rezo por que sea así y ese hombre no te haga nada malo.

Los ojos de mi padre se cargan de agua, su voz desvanece en mi hombro mientras lo abrazo intentando aliviar su malestar.

Después de terminar de desayunar y hablar un rato con mi madre, decidí ir a la empresa de Lander. Me sentía angustiada con todo este asunto y...bueno también porque quería aclarar las cosas con Lander.

Al llegar a su empresa, su secretaria me condujo hasta su oficina. Allí sentada en un sillón blanco, esperé hasta que Lander terminase su reunión.

Al verlo me quedé fija en él. La expresión de sus ojos era indescifrable, ese brillo que anteriormente mostraba ya no lo veía. Su rostro estaba demasiado serio para mi gusto y su porte era caballeroso como siempre.

— Gracias por recibirme. — Empecé habalndo para romper de algún modo el hielo.

— No tienes porqué dármelas. Ahora dime, que te se ofrece.

— Hoy mi padre me ha dicho que le has dado el dinero para saldar su deuda. Y yo...bueno... yo vengo para cumplir con el contrato que mi padre firmó.

— Eres más estúpida de lo que creía.

— No te permito que me ofendas.

— Y yo sí tengo que callarme cuando me dejaste claro la clase de persona que soy. Supuestamente, soy un masoquista, adicto al sexo que le se me la ponen dura las maduritas. ¿Así es como me ves Saray?

Tragué saliva con torpeza al mismo tiempo que intento buscar alguna palabra que no haga de comenzar una batalla.

— Veo que sí. — Su voz me deja descompuesta, su mirada me atraviesa como un cuchillo afilado y sus dedos al  dibujar el contorno de mi cara están fríos.
— Puedo llegar a comprender que digas cosas referente a mi que no sepas, pero ayer me hiceste mucho daño.
Tanto que mi corazón empezó a sangrar lentamente cuando te marchaste.
Mis intenciones hacia ti, y las cuales le dejé dicho a tu padre era casarme contigo siempre y cuando tú me aceptes. Y todo porque estoy enamorado de ti.
Ahora guarda silencio, puesto que lo que digas ya no podrás reparar el dolor que me causaste ayer con tu acusación.

— Lander...yo... No sabía nada. Mi padre...

Intenté hablar, pero qué demonios le iba a decir.
Qué había sido tan estúpida que nunca pensé en que el pudiera estar enamorado de mí.
Y lo peor de todo que yo también lo amo.

— Saray, te quiero, has sido como mi hada madrina, me has rescatado de mi resentimiento, me has echo ver que el odio no te lleva a ningún algo. Y sin embargo tú, precisamente tú, has destruido todas las ilusiones que había puesto en ti.
Creíste en la palabra de tú padre cuando sabías que él intentó sobornarme para que me aleje de ti. Jamás te cobré un centavo por acostarme contigo. Cada vez que lo hacía contigo más cautivado y prendado me tenías.
Anhelaba poder casarme contigo, formar nuestro hogar y hacerte feliz.
Ahora ve con tu padre y llora con él y de paso dile que te busque el novio que más te convenga.

— Lo siento Lander, nunca pretendía lastimarte, he sido una estúpida. Perdóname por favor.

— Estás perdonada. Toma, esta caja era donde había una anillo.
Al igual que mi corazón está vacío, esta caja también lo está.
Te deseo lo mejor Saray. Y espero que algún día cuando conozcas a otro hombre, no comentas el mismo error de creerte antes de los demás que anteriorme sabes. Escucha antes de hablar y pregunta algo que no sepas.

— Te amo Lander, te quiero con toda mi alma dame una oportunidad. Por favor...

— El tren solo pasa una vez, y debes saber esperar y coger el correcto para que te guíe por el camino de la vida. El tuyo ya ha se ha ido.
Adiós Saray. Cuídate y cualquier cosa que necesites puedes decírmelo.

Vi como se iba Lander dejándome con un nudo amargo en mi garganta. Agarré la caja de terciopelo roja y me marché de su oficina, no si antes dejándole una nota.

Nunca es tarde para el perdón. Sé que te lastimé con mis palabras. Lo siento mucho.
Jamás encontraré el amor en otro hombre puesto que la llave de mi corazón  lo tienes tú.
Tú eres mi dueño, el hombre que ha conseguido que volviera a descubrir el significado del amor. Te quiero Lander.

Hasta siempre Lander, las palabras están dichas. Mi ingenuidad me ha echo de tener que deshacer una a una las esperanzas que puse en ti. Mi terquedad solo ha aumentado mi llanto para sentirme tan mal y todo por culpa mía.
Ahora mi padre ha conseguido su dinero para levantar su empresa, y yo me quedado sin nada.

¿Qué me queda?

Agarrar mis maletas y volver de nuevo a mi hogar. A mí soledad, a comenzar desde cero e intentar no pensar en Lander y seguir con mi vida donde la había dejado.

Al llegar a casa, no había nadie y en parte lo agradecí. Estaba demasiado afligida y no quería hablar con nadie.
Comencé a empacar mis cosas cuando de pronto algo se cae al suelo. Lo recogí y veo que se trata del cheque que me dió Lander.

Me senté en al cama mirando el maldito papel. Pensé en cómo mi padre pudo darle el cheque si la empresa estaba arruinada o fue Lander quien me lo dio porque sabía lo que sucedía.
Pues mira, para salir de dudas salí como una escopeta dirección al banco.

Llegué justo a tiempo, pasé derecha hacia la mesa de mi amiga Berta. Somos amigas desde hace años y siempre nos hemos llevado bien.

— Hola Berta puedo hablar contigo.

— Hola Saray cuánto tiempo sin verte. Sí claro, toma asiento y cuéntame a qué debo tu visita.

— Pues mira hace tiempo me dio mi padre este cheque y no lo cobré y me gustaría saber si puedo cobrarlo. — Le hago entrega del cheque contándole un poco como me van las cosas mientras ella consulta el ordenador. Después de un rato, Berta me da la noticia, la cual me deja atónita.

— Te explico. El número de cuenta el cual pertenece este cheque no es de la empresa de tú padre. Pertenece a Sergio Morante.

— Y podría cobrarlo. — Le pregunto aguantando mi ira.

— Por lo que veo si. De echo siempre ha tenido saldo suficiente.

— Estamos hablando de millones verdad.

— Tanta información no puedo darte Saray.

— Solo dime una cosa. Siempre ha tenido saldo o ha estado en cero.

— No puedo darte esa información lo siento. Pero vamos que dinero siempre ha tenido en la cuenta.

— Perfecto. Muchas gracias por tu información. Me has ayudado muchísimo.
A continuación me despido de mi amiga y me marcho derecha para la oficina de mi padre.

Cómo bien esperaba una vez que llego a la oficina de mi padre agradezco que también se encuentre Sergio.
Mira que suerte tengo, voy a matar dos pájaros de un tiro.

— Saray hija que haces aquí. Te ha dicho algo fuera de lo común ese hombre.

— No padre, Lander me ha abierto los ojos. Y vengo a pedirte explicaciones.

— Qué pretendes con esas indirectas Saray. — Habla en tono vacilante Sergio.

Tomé asiento enfrente de los dos. Bebo un poco de agua y después cambiando mi semblante comencé explicando la situación.

— Resulta que hace tiempo, tú papá le hiciste entrega de este cheque a Lander. El cual, a pesar de acostarse conmigo no llegó a cobrarlo. Y claro yo me he cuestionado cómo podría cobrar este cheque si no había fondos.
Y fíjate tú por dónde, que cuando he ido a cobrarlo  resulta que este cheque no pertenece al número de cuenta de la empresa. La cual ha estado sin dinero hasta hoy que ha hecho Lander la transferencia.
Me equivoco padre. — Desvío mis vista hacia mi padre que aún se encuentra sentando sin decir palabra alguna.

— Hasta ahora no.

— Pero sabes papá, este cheque se podría haber cobrado cuando yo quise, puesto que en la cuenta había dinero. ¿No es así Sergio?

— No se que quieres decir.

— Muy sencillo, que nuestras  mi padre se ha estado comiendo el marrón de las deudas tu has hecho transferencias a tú cuenta y así no perder dinero dejándole el compromiso de pagar a mi padre.
¿Así da gusto de tener socios no papá?

— ¿Eso es verdad Sergio? Ese cheque que cogí de tú escritorio resultaba ser de tú número de cuenta.
¿Has desviando fondos de la empresa a tu cuenta?
¡Cómo has podido hacerme una cosa así!

Con una sonrisa de victoria, fulmino a Sergio, mirando con atención a mi padre, me vuelvo a dirigir a él.

— Eres mi padre, pero no te da derecho hacer lo que hiciste. Ahora estarás contento, puesto que has conseguido que entre Lander y yo nos alejemos para siempre.
Lo quería papá y él estaba dispuesto a casarse conmigo no hacer esas barbaridades que tú intentaste de mal meterme.

— Hija yo solo quiero lo mejor para tí.

— Pues ahí tienes a tu querido socio e hijo de tu mejor amigo. Ha estado llenándose los bolsillos a costa tuya y tú querido padre ciego aún por él, has apartado de mi vida al hombre que amaba.
Espero que estés orgullso de tus actos puesto que a tu hija la has defraudado.

Alcé mi barbilla echando un último vistazo a esos dos hombres que permanecen quietos mirándome. Sin nada más que añadir me marché de la oficina de mi padre dispuesta a volver de nuevo a Ciudad de México.

Hablé con Eloy y tras ponerlo al día con la última novedad agarré mi maleta finalizando mi visita con la despedida de mi madre y hermana que no paraban de decirme que  no me fuera, que a pesar de lo sucedido  me quedara más tiempo en casa.
Con la excusa de que tenía que comenzar a trabajar, me despedí de mi madre y hermana para volver a Ciudad de México.

Allí en Monterrey ya no tenía nada qué hacer.
Había ido con un novio de alquiler del cual me ido enamorado y por estúpida lo he dejado ir.
Todo se acabó, ya no hay marcha atrás.
Lo único que me quedan ahora son los recuerdos de todos los bellos momentos que he pasado con Lander y que ahora no tendré. Pero como se suele decir, la esperanza es lo último que se pierde.

Hola Lander, espero no molestarte, si lo hago dímelo.
Quería decirte que me marcho a Ciudad de México, aquí ya no tengo nada que hacer.
Me preguntaba si algún día viajas hasta allí, nos volveríamos a ver aunque sea en plan amigos.
Te deseo lo mejor, y siento mucho lo que te dije. Para mí no eres como te describí, eres el hombre más maravilloso del mundo y por eso te mereces lo mejor.

Le envío el mensaje con la ilusión de que cuando lo lea me responda. 
Pero no lo hace, me imagino que no querrá saber nada de mí. Y lo entiendo puesto que estimado toda su sinceridad y el amor que sentía hacia mí.

Mis lágrimas caen solas mientras veo como el paisaje pasa rápido por la ventana del tren.
Lo único que me queda es armarme de valor y seguir adelante con mi aburrida vida.

_______________________________





Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro