Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 14

Que me diga alguien lo que acaba de pasar ahora mismo.

¡¡¡Qué morbo por favor!!!

Si todavía me cuesta recuperar el aliento, mi cuerpo sigue agitado y encendido.

¡Oh Dios mío!
Me estoy volviendo adicta al sexo. O lo que es peor, aficionada a todo lo que me  provoca Lander.

Escucho que sale del baño, sacudo mi cabeza para salir del shock del cual sigo tras este último asalto para darme una ducha.

Al pasar al baño, me sumergido rápidamente bajo la ducha. El agua fría recorre mi piel acalorada, apoyo mi frente y mis manos en los azulejos cerrando los ojos con fuerza.
Necesito recuperar la compostura, repetirme a mí misma que esto solo es un juego, que simplemente es sexo. Y cuando todo esta falsa acabe volveré a recuperar mi vida. La vida tan sosa que tenía antes de haber conocido a Lander y haber tejido esta telaraña de emociones, placer, y lo que más preocupa que yo misma ya he comenzado a segregar la en mi corazón.

Todo lo que proviene de él me hace sentir bien, es como si el tiempo no avance y solo estamos él y yo.
Entonces ¿porqué me siento tan frágil?
Abro mis ojos lentamente y sin darme cuenta estoy llorando.
Son lágrimas de frustración por no saber tomarme esto como lo que es, un maldito entretenimiento.

¡Ya está bien!
Me restrego los ojos prometiendo me a mí misma que sabré estar a la altura dejando a un lado mis sentimientos por Lander.
Cómo me diría mi abuela:
Ahora estás en el principio de la relación, y si dejas de que vaya creciendo tu amor también crecerá.

Pues como no quiero que crezca lo mejor es arrancar de raíz lo que empiezo a sentir por Lander.
Ordeno a mi cerebro que se ponga en off cuando esté cerca de él, y a la seta le dio un aviso.
Que no sea tan golosa, contra más le das más quiero.

Me seco mi cabello con la toalla y tras enrollarme la toalla al cuerpo salgo fuera a la habitación para buscar mi ropa interior.
Pero mira por donde, cuando salgo veo a Lander con la caja del vibrador en la mano.
Tuvo que haberse caído cuando lo dejé sin ningún cuidado al entrar y comenzar a discutir con él.

— ¿Qué haces registrando mi bolso? — Intento quitarle el vibrador de la mano pero él lo esconde detrás de su espalda empezando a jugar conmigo.

— Venga quitámelo si puedes. Al final me voy a creer que eres adicta al sexo.

— Mira pedazo de cabron, o me das a rednal o te vas a enterar.

— ¿Rednal? Dónde has ido a por ese nombre. — Me encojo de hombros cruzando mis brazos por encima de mi pecho riéndome para mis adentros. Puesto que es su nombre al revés. Pero que le den, no se lo voy a decir.

— De acuerdo, ¿sabes cómo jugar con él?

— No tengo mucha idea qué digamos. Siempre me ha dado cosa de utilizar esos cacharros.

— Okey. ¿Me dejarás que juguemos los tres. Rednal, tú y yo?

Siento mi boca reseca, mis ojos se  han abierto al máximo y mi boca fijo que está demasiado abierta. Tanto que no sé que responderle.

— Déjame probar y verás como te va gustar.

Miro desconcertada el dichoso vibrador que sujeta Lander en sus manos. Admito que cuando lo compré tenía muchas ganas de utilizarlo. ¿Pero con él? Me parece que estoy comenzando a echarme para atrás con la idea.

Mis coloretes tienen que parecer dos amapolas, me muerdo un trozo de carne por dentro de mi carrillo me da mucha vergüenza el ser tan inexperta.

— ¿Qué dices Saray?

— Yo...me da corte, es que nunca...quiero decir...

— Relájate, cierra los ojos y coge aire, empezaré suave y conforme tú me digas así iré haciendo.

Su voz ronca y sus ojos grises me traspasan como un dardo.
Mi corazón comienza a latir frenético, asiento con la cabeza dejando que Lander tome mi cuerpo.

Me hace sentarme en la cama abriendo mis piernas al mismo tiempo que se pone él de rodillas.
Apoyada con mis manos atrás en el colchón, siento un cosquilleo en mi seta. Es estimulante y excitante.
Echo mi cabeza hacia atrás gimiendo del gusto que me da.
Unos ojos cenizosos me observan con sensualidad.
Mi piel arde, me excito inmediatamente, Lander está consiguiendo estimularme, los movimientos del vibrador me activan queriendo más.
De pronto me da la vuelta y cambiamos de postura.

En verdad Lander es un buen maestro, mis temores han desaparecido para dar la bienvenida a una mujer animada a todo lo que él me provoca y al parecer sabe muy bien hacerme llegar al clímax.

Me encuentro tumbada en la cama abrazada a este hombre que tan cautivada me tiene.
Después de nuestros juegos, hemos acabado haciendo el amor. Y para ser sincera me gusta más lo manual al cacharro de pilas.
Lo que él me deplora cuando traspasa mi piel no lo había sentido anteriormente con nadie.

Veo que se ha quedado dormido, me muerdo mi labio observándolo. Sus rasgos están relajados, parece que no fuera el mismo hombre que hace un momento. Pienso que ya estoy comenzando a conocer a Lander y sus cambios de actitud.

Sin embargo, sigo preguntándome porque tiene tanto odio hacia Telma, y porqué se culpa de haber destruido el amor y la confianza de su padre.
Lo que fuera que sucedió, es lo que hace que se porte de esa manera y no de una oportunidad al amor.
Y como que me llamo Saray González, pienso averiguarlo.
Pensándolo bien, no sé para que me molesto si entre él y yo nunca va ver nada.
Se me hiela el corazón de pensar que cuando nos vayamos de aquí, todo esta magía desaparecerá y jamás volveré a verlo.

Debo ser realista, llegará el día que le tenga que decir adiós y entonces sabré lo que es sufrir de nuevo.
Y como soy una romántica, o mejor dicho una mujer que desea que la amen, aquí estoy, follando con un tío que está buenísimo, que me ha despertado de mi letargo de niña buena y lo que es peor. Estoy empezando a quererlo. Si no lo quiero ya.

A la mañana siguiente, me despierto con la llamada de Eloy.

¡Ay, señor qué cansino!

Pero me encanta que se preocupe de mí. Él me cuenta cómo le van las cosas con Fabián.

— Mi linda, qué hago. Dame tu consejo, dime algo porque yo ya no puedo soportarlo más.
Anoche lo vi cenando con unos amigos y su mujer.
Saray cuando lo vi con su mujer mis ojos se quedaron fijos en él. Tuve que irme al baño para poder golpear los azulejos de la misma impotencia que sentía.

— Eloy, porqué no vienes aquí y así pondrás distancias y podemos hablar tranquilamente, así estamos juntos.

— No es mala idea. Llevas razón tengo que viajar y alejarme para poder pensar en todo esto. Quiero a Fabián pero me jode verlo con su mujer haciendo como que no pasa nada y cuando me vio hizo como que no me conocía de nada. Y somos amantes. Me siento tan mal. Muy mal.

— Entonces ven, por favor Eloy yo también te necesito toda esta historia con Lander me está confundiendo.

— De acuerdo mi linda. Haré mi maleta ahora mismo y cuando llegue te aviso. Te quiero Saray.

— Te amo mi tesoro.

Al colgar escucho una tos. Es Rebeca, y esta por donde ha pasado.

— Hola Rebeca, qué tal. — Pregunto como si nada.

— Yo bien. Había venido para saber cómo te fue anoche con mi hermano pero al parecer me acabo de enterar que hay otro tío.

— Espera un momento Rebeca y antes que pienses lo que no es, te lo voy a explicar.

— Eso espero. Porque si estás saliendo con mi hermano no veo bien que andes engañándole.

— Rebeca, entre tú hermano y yo no hay nada. Yo fui una clienta suya y después el me propuso hacer lo mismo. Y aquí estoy haciéndome pasar por su novia y...bueno ya sabes practicando el Kamasutra. Lo siento mucho Rebeca. Eloy, es mi amigo, el único que tengo y nos llevamos de maravilla. Eso es toda la verdad.

— Joder tía, pues para estar fingiendo lo hacéis de maravilla. De hecho tengo que confesar que nunca he visto a mi hermano en plan Romeo. Y... bueno solo nos presentó como novia a Mirta, pero las cosas no llegaron a cuajar.

— Rebeca no digas nada por favor. Sobre todo por Tony, él está muy contento.

— Ya me dado cuenta, y  ahora que me lo has confesado, yo también estaba feliz de que mi hermano dejara esa vida de ser un hombre de alquiler para centrarse solo en una mujer.

— Y a todo esto...¿A qué has venido? ¿Y cómo has entrado?

Rebeca se echa a reír ante mí falta de conocimiento.

— Tengo llaves, este apartamento lo utilizamos como picadero.
Y como te he dicho venía para ver cómo estás, traerte algo de ropa y de paso
me contases si habéis hecho las paces. Pero como veo lo revuelta que está la cama me imagino que aquí habido un ring de intercambio de flujos.

A Rebeca le hace gracia todo este asunto, pero a mí no tanto. Me quedo un poco desconcertada al enterarme que esto es un picadero.

Ahora comienzo a  entender todo, en verdad Lander si me está utilizando, y aunque ha sido franco yo me siento herida.
Estoy acumulando muchos momentos juntos y esto solo me va causar dolor.
Dolor porque yo solita me lo estoy buscando.

Después de darme una ducha rápida y vestirme escucho como Rebeca vomita.

— Rebeca te encuentras bien.

— Ahora mismo no. La cabeza me da vueltas y siento mucha angustiada y ganas de vomitar.

Ayudo a Rebeca a tumbarse en la cama después de haber puesto sábanas limpias.
Me quedo observándola preocupada, en verdad está pálida. Intento darle algo de beber pero no quiere.

— Rebeca te llevo al médico no te veo bien.

— Tranquila se me pasará.

— No sé yo qué decirte. Venga ven que te llevo a que te vea un médico. Estás pálida, y no dejas de vomitar.

— Saray, me quieres hacer un favor.

— Sí claro. Dime qué necesitas.

— Serías tan amable de ir a la farmacia y comprarme un test de embarazo.

Ostras, ahora me doy cuenta de todo. Mira que soy lentita así me pasa que me las dan todas en el mismo lado.
Entonces me acuerdo que Lander me dijo que en uno de nuestros encuentros, no usó preservativo.
Trago saliva, poniéndome algo nerviosa.
Dejando a Rebeca dormida, agarro mi bolso y me voy directa hacia una farmacia.

Una vez que compro la pastilla del día después y el test de embarazo salgo de la farmacia cuando me llama Rebeca comunicándome que ha quedado con su hermano en comer pidiéndome que le acompañe. Por un lado no deseo ir, ante la insistencia de Rebeca termino aceptando.

Suspiro profundamente, me voy hacia el lugar donde va venir a buscarme Rebeca.

Media hora después, me encontraba en un restaurante con vistas al mar, tomando un refresco cuando apareció Telma con otra mujer.  Rebeca me dió la mano susurrándome que no dijera nada de las sospechas que teníamos. Aún no se había hecho el test. Y el momento que me lo iba a contar cómo podría haberse quedado embarazada, Telma se sentó con nosotras presentándonos a la mujer que la acompaña, una tal Mirta.

Me quedo mirando a la tal Mirta, y si es amiga de Regina Mills, no debe ser un angelito precisamente.

Nos encontramos las cuatro hablando de todo un poco, cuando Lander hizo su aparición.
Saludó a su hermana, se salta a Telma y para mi asombro saluda a Mirta con un beso en los labios, la hace girar sobre si misma diciéndole lo guapa que está, la vuelve abrazar agarrándola por su cintura subiéndola hacia arriba mientras se ríen.

— La ex.  Verdad. — Le pregunto a Rebeca por lo bajito con retintín. Está me lo afirma con la cabeza.

Tranquila Saray, y recuerda que a pesar de que Lander solo tenga boca y ojos para la Barbie humana yo no tengo porqué hacer un drama de todo esto.

Comenzamos a comer y Lander sigue hablando con Mirta cómo si yo fuera transparente.  Sólo me ha dado dos besos en mi mejillas preguntándome como estoy.

Sí, me enerva la sangre de verlo tan sonriente con la Barbie humana. Aunque en este momento quien me preocupa es Rebeca. Veo que tose, seguramente para no vomitar. Con la tos se ha manchado un poco su bluda con la bebida.
Rápidamente agarro mi bolso para darle una toallita, y con tan mala pata que se me cae el test al suelo.
Lander lo recoge y cuando lo ve me echa una mirada difícil de describir.
Le sonrio encogiéndome de hombros para quitarle importancia.
Él no dice nada, me lo devuelve y yo rápidamente y con disimulo lo meto en el bolso.
Seguido le propongo a Rebeca que me acompañe al baño.

Mientras Rebeca vomita yo espero fuera lavándome la cara. Necesito quitarme de alguna forma los celos que se me han formado y todo por culpa de la odiosa de Mirta.

— Saray no estoy bien.

— Mira Rebeca, vamos hacer una cosa, nos vamos ahora mismo al picadero, te haces el puñetero test, y vamos a salir de dudas. Después te acompañaré a que te vea un doctor.

— Saray eres una buena amiga. Gracias por ayudarme. Porque en verdad me encontraba muy sola.

— Anda ven, y vayamonos total a mí se me ha quitado el hambre.

— Es por Mirta. ¿Verdad?

— Por ella y por tú hermano, si se supone que me ha traído para dar celos a una tía, y solo estuvo con Mirta, porque me ignora de esa manera precisamente delante de ella.

— Llevas razón. Lander no se portado en está ocasión bien. Pero debo avisarte que Lander y Mirta se acuestan cuando quieren. Te prevengo de que no te alteres, al final vas a ser tú quien salga mal parada de todo esto.

— Llevas razón. Si no hay nada entre yo y Lander, no tengo porqué actuar como una loca celosa dando el espectáculo.
Ante todo la calma y la sensatez.

— Así es como debes de actuar querida. Y ahora nos podemos ir.

— Por supuesto.

Nos despedimos de los demás achacando que no me encuentro nada bien. Rebeca me ha pedido que la respalde y no diga nada.
Hago lo que me pide y tras despedirnos de todos nos vamos directos hacia el apartamento, picadero lo que sea.

Llegamos al apartamento  y Rebeca sigue mal, después de vomitar le doy agua para que pueda orinar y hacerse el test.

Mientras Rebeca duerme, yo miro con más detenimiento el apartamento.

De verdad, no se como mi madre me pudo parir tan gilipollas. 

Cómo no me había dado cuenta antes, solo tiene el mobiliario indispensable, en los cajones hay bastantes preservativos, gel lubricante, una cosa que parece un anillo anal y unas esposas de terciopelo y antifaz.

Vamos que el dote no está guardado.

Abro el armario y solo hay toallas y sábanas.
En el otro lado hay ropa de Lander, pero poca. Me imagino que será la que haya traído con él.

De pronto una desilusión golpea mi pecho encontrándome vulnerable por haberme echo falsas ilusiones en una situación que me destrozará el corazón.
Porque si Lander no hubiera prendido mi corazón en estos momentos no estaría llorando por idiota.

Pero vamos que llorando no se saca nada, hay que ser capaz de salir airosa de esta situación y yo pienso hacerlo.

Ya derramé demasiadas lágrimas por un tío que en cierto modo me hundió destrozándome interiormente.
Por lo cual de los errores se aprende y una debe ser más inteligente y para nada voy a venirme abajo.
Si lo importante es divertirse lo haré y...
¡Arriba Paquito que el ritmo no pare!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro