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BEBÉ ☀️

Taehyung ya no puede más, ha estado buscando por tres horas un supermercado abierto donde pueda conseguir guayabas porque su omega tiene antojos y en Corea conseguirlas es una tarea sumamente compleja.

El sonido de su teléfono lo alertó y se estacionó para poder responder.

—Ho- —intentó saludar.

—¿DÓNDE ESTÁN MIS GUANÁBANAS? —apartó el teléfono de su oreja. —¡KIM TAEHYUNG, TRAE MIS GUANÁBANAS O NO TE DEJARÉ ENTRAR A LA CASA! —el alfa suspiró, se sentía mal por no poder cumplir el antojo de su bebé. —¿Ya no me amas? —el llanto de su omega lo hizo reaccionar. —Es verdad, ahora estoy gordo y feo. —Jungkook estaba llorando a moco tendido. —Sé que ya no soy bonito como antes, pero dijiste que te quedarías conmigo hasta que la muerte nos separe.

—Amor, claro que te amo y no estás feo, eres hermoso, tu pancita te hace ver precioso. —halagó al omega y este se limpió la nariz con una de las camisas del alfa que tenía en el nido que había hecho en su cama.

—¿De verdad? —sonrió al escuchar una respuesta afirmativa de parte del alfa. —¡ENTONCES TRÁEME MIS GUANÁBANAS O NO TE CREO! —y colgó.

—Ah~ —sonrió sumamente enamorado el alfa. —Es tan lindo. —en eso estaba cuando su celular nuevamente sonó y respondió al ver que era Jungkook. —¿Qué pasó, amor?

—Perdón, Tae. —sonó triste y realmente arrepentido. —No sé por qué te grité, pero te amo. —el alfa sonrió bobamente por aquellas palabras. —No me dejes, ¿OK? —un ruido de afirmación fue la respuesta del pelirrojo. —Si me dejas, nuestro bebé no tendrá un papá y si no tiene un papá, la gente lo molestará y una maldición te caerá por dejarnos solos. —el alfa volvió a sonreír con ternura. Amaba los cambios de humor repentinos, todos eran tiernos para él. —¡PERO TRÁEME MIS GUANÁBANAS! —colgó de nuevo y mandó un mensaje.

—Perdón, te amo. —leyó en voz alta el alfa y se carcajeó. —Debo estar locamente enamorado para ver con amor cada faceta tuya Kim Jungkook. —sonrió al escuchar su apellido y el nombre de su omega juntos.

Prendió de nuevo el auto y condujo hasta que encontró una frutería abierta, esto era un milagro. Se estacionó frente al lugar y bajó del coche para ingresar a la frutería.

—¡Bienvenido! —lo recibió alegremente un omega. —Soy Min Yoongi, ¿en qué le puedo ayudar? —el pelinegro sonrió amablemente.

—Hola, mi omega está con antojos de guayaba y si tienes algunas en serio me salvarías la vida. —explicó. —¿Tendrás guayabas? —preguntó esperanzado y cuando el omega asintió, Taehyung vio un aura angelical al rededor del pelinegro. Era su ángel salvador. —Gracias al cielo. —festejó.

—¿Cuántos kilos? —la pregunta le pareció graciosa a Taehyung y por eso sonrió.

—Todos los que tengas. —el omega se sorprendió al escuchar semejante respuesta. —No es broma, los quiero todos, él ha tenido antojo de guayaba durante los últimos seis meses y estoy seguro de que será así estos dos meses que faltan. —a partir del segundo mes de embarazo, los antojos de guayaba se presentaron para no irse, pues actualmente, con 7 meses de gestación, Jungkook aún deseaba comer guayabas todo el tiempo.

—Ahora tengo 12 kilos de guayaba y si dices que llevaras todos, sería un total de 7,920,000 wons. —el alfa asintió y sacó su billetera. —¿Los llevará todos? —Yoongi estaba sorprendido y quería asegurarse de que era verdad y no una broma.

—Sí. —sonrió agradecido. No era así de amable, pero el aroma de este omega le causaba una calidez que lo hacía querer ser amable y sonreír. Le entregó la cantidad necesaria y Yoongi abrió los ojos en demasía al notar la cantidad de dinero en sus manos.

—Yooooooonieeeeee —se escuchó una tercera voz, haciendo que la vista de Taehyung se dirija hacia el rubio que apenas ingresaba al lugar. Yoongi ni se inmutó, sabía quién era. —¿Qué haces todavía en la tienda? —miró al alfa pelirrojo y se disculpó uniendo ambas manos y bajando la cabeza. —Ya es tarde. —se dirigió de nuevo al pelinegro.

—Jimin, no es el momento. —el omega le dio su cambio a Taehyung y este lo recibió bajo la mirada vigilante del alfa con olor a vainilla. —Sígame, por favor. —pidió ingresando a la bodega y Jimin lo miró sorprendido.

—¡¿Por qué te debe seguir a la bodega?! —Yoongi volteó los ojos, aburrido. —Eso no es parte del- —se detuvo al ver la mirada de furia del omega.

—Una disculpa, mi alfa es un idiota la mayor parte del tiempo. —Taehyung sonrió y asintió, él sabía eso perfectamente.

—Así somos los alfas. —afirmó y el omega comenzó a reír, Jimin tenía celos. Él era el único que lograba hacer reír a su omega.

—No respondiste mi pregunta. —le dijo al pálido y este suspiró.

—El señor compró todos los kilos de guayaba y pues yo no los podré alzar solo, por eso lo llevaré para que él los obtenga. —Jimin al escuchar de la gran venta sonrió.

—¡Haberlo dicho antes! —aplaudió una vez y se puso a un lado de Taehyung. —Vamos, lo ayudo gran hombre. —sonrió con amabilidad y guio al pelirrojo dentro de la bodega. Yoongi solo blanqueó los ojos.

“Interesado” pensó Yoongi, pero el alfa pelirrubio logró escucharlo por el lazo que los unía.

“Así me amas” le respondió Jimin entre pensamientos, haciendo a Yoongi suspirar.

—Bueno señor... —Jimin lo miró con duda y Taehyung entendió.

—Kim Taehyung. —La mandíbula de ambos se cayó al piso por la impresión.

“¡KIM TAEHYUNG!” gritaron internamente.

—Oh My God! —Jimin sonrió en grande. —Por favor vuelva por guayabas cuando guste. —con más amabilidad, del que Yoongi algún día vio en su alfa, atendió a Taehyung.

Una vez cargaron todas las guayabas en el lujoso auto, se despidieron y agradecieron al pelirrojo por su compra.

Taehyung estaba feliz, al fin tenía las guayabas. Después de conducir por unos minutos, llegó a su casa y fue a la cocina para limpiar las frutas que le daría a su omega.

Las lavo, las secó y las colocó en un traste hondo para que no se salieran. Subió las escaleras e ingreso a la habitación y sonrió al ver una montaña en la cama. El omega estaba tranquilamente recostado en medio de su nido, cubierto completamente de pies a cabeza con el suave edredón que le proporcionaba la calidez que necesitaba.

—Volví, amor. —avisó apenas llegó a un lado de la cama. No tuvo respuesta. —Compre tus guayabas. —informó el mayor.

—Yo pedí guanábanas. —regañó el menor y Taehyung recordó que Jungkook llamaba guanábanas a las guayabas.

Todo comenzó durante el segundo mes en el que los antojos del omega se explotaron, Jungkook exigía comer guanábanas y Taehyung compró varios kilos para satisfacerlo, pero el omega decía que esa no era la fruta que quería.

Taehyung se puso a investigar para tratar de conseguir lo que el pelinegro quería y fue hasta que Jungkook le dijo que su secretario estaba comiendo esa fruta y se le antojó que el alfa pudo averiguarlo. Jungkook hizo que Taehyung le pregunte a su empleado qué estaba comiendo y resultó que eran guayabas, no guanábanas.

Pero tratar de convencer a Jungkook, un omega embarazado y gruñón, que se equivocó de nombre; era casi imposible para Taehyung, así que hasta el día de hoy, Jungkook llama guanábanas a las guayabas.

—Sí, perdón amor, son guanábanas. —extendió una y Jungkook sacó su manita para obtenerla, sí, era lo que quería porque su bebé se removió feliz cuando el olor a "Guanábana" llegó a su nariz.

—Gracias. —destapó su cara y comenzó a comer la fruta. Taehyung miraba maravillado al omega que tenía los cachetes rellenos de fruta y una sonrisita de satisfacción.

—Hola bebé. —destapó el abultado vientre de Jungkook y lo acarició por sobre su ropa. —Te compré lo que tanto has pedido. —hablaba con su bebé en desarrollo. —Solo dos meses más y te conoceremos. —sonrió muy feliz, la idea de tener un cachorro con el amor de su vida, era un sueño hecho realidad. —Papá tuvo que ir muy lejos. —se recostó en la cama, pero dejando su rostro a la medida de la pancita del omega. Con la mano fue levantando la camisa de Jungkook hasta que descubrió su abultado vientre. —Todo porque los amo mucho, mucho. —besó la barriguita del omega, quien sonrió al ver a su alfa abrazando su vientre con una mano y sentir los suaves labios sobre su piel.

—Ha estado tranquilo. —el menor había vuelto a ser como normalmente es, pues sus antojos fueron satisfechos. —Pero te extrañamos. —el alfa miró hacia arriba, encontrando la mirada del omega.

—Yo también los extrañé. —sin dejar de dar caricias en el vientre del omega. —¿Quieres que te ponga cremas? —ofreció el alfa y el pelinegro asintió eufórico. —Bien.

El pelirrojo se levantó y fue hacia la mesita de noche para tomar unas cremas que se suponen son para relajar al omega.

—Dame espacio, lindo. —pidió el alfa y el omega se arrimó al frente para que Taehyung pueda sentarse detrás de él y pegar la espalda del omega a su pecho. La camisa, que antes estaba levantada, regresó a su estado original. —Me dices si está frío. —el pelinegro asintió.

Taehyung desabotonó los últimos botones de la camisa del omega para dejar expuesta su pancita y después echó un poco de crema en sus manos y las frotó entre sí, no lo pondría directo en la piel del omega porque podría estar frío.

Jungkook recostó su cabeza en el hombro del alfa y dejó su cuerpo recargado, quitando toda tensión o posible fuerza ejercida. El pelirrojo comenzó a darle suaves masajes por todo el vientre del omega, que solo disfrutaba de la satisfactoria y cómoda sensación.

—¿Te gusta? —preguntó el alfa y Jungkook asintió. —En unos minutos estarás dormido, siempre pasa. —sonrió embelesado.

Los masajes relajaron tanto al omega que en pocos minutos ya estaba dormido, pero Taehyung continuó masajeando la piel del menor unos minutos más.

—Papi está cansado. —hablaba melosamente a su hijo. —Es todo un guerrero. —sonrió cuando el bebé se movió como estando de acuerdo con lo que decía su padre alfa. —No le digas que hablamos de él cuando duerme, ¿ok? —nuevamente el bebé se movió y Taehyung sonrió. —No te muevas tanto o lo despertarás. —le pidió a su hijo al escuchar los quejidos de su omega.

La vida estaba siendo perfecta, tanto que le sorprendía lo feliz que era. Después de unos minutos, cerró la camisa del menor y lo arropó con la sabana para que su barriga no esté expuesta al frío de la noche.

Abrazó protectoramente al omega y recostó su cabeza en la base de la cama, en esa posición el que más sufría era él, pero no se movería, ya que eso podría despertar al tierno omega en gestación y despertar a Kim Jungkook... Solo significaba llanto y berrinche.

El pelirrojo cerró los ojos y suspiró, sintiendo el aroma a leche materna que emitía su esposo. El aroma a fresas y leche era un regocijo para el alfa, el nido que Jungkook armó en su cama era hermoso y acogedor, tanto, que salir en las mañanas para ir al trabajo era un martirio.

Lentamente la paz y tranquilidad surtieron efecto, llevándolo a un profundo sueño. Quizá mañana el cuerpo le duela, pero valía la pena si Jungkook dormía tan cómodo entre sus brazos.

Jungkook despertó y se levantó para ir al baño, se estaba haciendo pipí, últimamente iba más al baño y eso lo traía de un pésimo humor, ya que no dormía bien por la incomodidad de su gran vientre y por las ganas de ir al baño a cada rato.

Taehyung no la tenía fácil tampoco, pues los quejidos y malestares de su omega lo afectaban indirectamente por el lazo que los unía.

Estaba lavándose las manos cuando el jabón se le resbaló y cayó al piso, intentó levantarlo, pero su embarazo no se lo permitió, por lo que decidió llamar a su alfa para que lo levante y limpie el piso porque quedó resbaloso.

—Taehyung. —llamó a su alfa cuando salió del baño, pero el pelirrojo parecía un tronco. —Tae… —sin respuesta, suspiró ya harto después de intentarlo unas veces más, pero sin éxito y recurrió a su táctica más eficiente. —¡TAEHYUNG YA VA A NACER EL BEBÉ! —gritó con todas sus fuerzas.

Taehyung se levantó al escuchar eso y aunque sus ojos estaban perdidos, corrió al closet y metió varias ropas en un bolso, ropas que ni siquiera serían de utilidad.

Jungkook solo se reía por lo que estaba haciendo su alfa. El pelirrojo corrió al baño y pisó el jabón que Jungkook no pudo levantar, cayendo de trasero al suelo y evitando caer de espaldas al resistirse con sus manos, pero aun así se quejó por el dolor que sintió al caer, tanto sus manos como su trasero le dolían.

—Estoy bien, estoy bien, ¿cómo está el bebé? —dijo aún medio dormido, levantándose y sobándose el trasero.

—¡YA SE VE LA CABEZA TAE! —gritó el omega y el alfa abrió sus ojos, sorprendido.

—CARAJO, UNA TOALLA, AGUA ¿CÓMO SALE EL BEBÉ? —comenzó a jalar las toallas del baño y mojarlas. —TENGO QUE HACERLO YO. —sentenció y se lavó la cara para estar por fin despierto. —Espera... —suspiró en el momento que su cerebro por fin comenzó a funcionar. —Jungkookie no me hagas esto. —se giró para ver con enojo al omega que solo explotó en risas. —No es gracioso, amor. —salió ya más tranquilo del baño, sobando su trasero. —Casi me quedo sin nalgas por el tremendo porrazo que me di. —se acercó y abrazó al omega que seguía riendo.

—Hubieras visto tu cara, estabas muy serio buscando ropa. —el omega se removió entre los brazos del alfa y tomó la bolsa que su esposo preparó. —Ni siquiera metiste ropas mías, estos son pañales de tela y esto —tomó una tanga. —, esto ni siquiera deberíamos tenerlo.

—Pero si te gustó cuando lo use para ti. —el omega se sonrojó. —Acabas de recordarlo, ¿no? —dijo alzando sugestivamente las cejas.

—Cállate, mejor ve a cepillarte los dientes y levanta el jabón porque podría caerme. —Taehyung asintió. —También lava el baño, está resbaloso el piso. —el alfa volvió a asentir y se metió al baño para hacer lo pedido por su omega.

—Kookie, no vuelvas a despertarme así. —regañó al omega mientras fregaba el piso. —Debes saber que soy sensible cuando se trata del parto. —comenzó a secar lo que había lavado. —No lo hagas de nuevo, por favor. —suplicó el alfa.

—Pero siempre lo hago y siempre caes. —le restó importancia el omega. —No es mi culpa, es tuya por creerme.

—Pero ¿qué pasa si no te creo y resulta ser verdad? —reflexionó el mayor. —Por eso siempre te creo. —puchereó mientras terminaba de limpiar el piso del baño y se levantaba para lavar sus manos. —Aunque ya no lo haré.

—Bueno, pero debes despertar cuando te hable porque luego me da hambre y yo no puedo estar de pie tanto tiempo. —se quejó el pelinegro.

—Puedes despertarme normalmente, con besos o palabras bonitas. —el omega bufo. —No eres nada lindo. —se quejó el mayor, pero al ver los ojos llorosos de su omega se retractó. —No, amor...

—No tienes que quererme, está bien. Me voy a ir, pero me llevaré a mi bebé. —tomó la “maleta” que Taehyung había hecho y la cargó para después dirigirse a la puerta.

—Ni aunque quisieras dejarlo, está en ti, amor. —se burló el alfa y Jungkook solo se enojó más de lo que ya estaba.

—Vámonos kotete, tu papá no te quiere. —decía mientras acariciaba con amor su abultada pancita.

—Amor, no es así, estaba bromeando. —corrió y abrazo al pelinegro por la espalda. —Faltan solo dos semanas para conocer a este pequeñín, no hagas esfuerzos. —posó sus manos por sobre las del omega y asentó su barbilla en el hombro del mismo. —kotete debe estar triste de que sus padres peleen. —el omega comenzó a llorar más fuerte. —Hey, no cariño. —giró al omega para que quedaran de frente y pudiera limpiarle sus lágrimas. —No llores, todo está bien. —besó la nariz sonrojada del pelinegro y sonrió.

—Soy un mal papá. —el omega empezó de nuevo a llorar. —Quería irme sin pensar en mi bebé. —Taehyung abrazó a su omega con cuidado de no lastimar su abultada barriga y comenzó a repartir besos en sus cabellos.

—Eres el mejor papá del mundo, amor. —se alejó y luego se arrodilló para quedar frente al abultado vientre de su esposo. —¿Kotete piensa igual, verdad? —el bebé se removió en acuerdo. —¿Lo ves? -miró hacia el omega y este sonrió. —Nuestro bebé te ama, así que no llores porque si tú lloras él también lo hará y si mis dos razones de existir lloran... Yo también lo haré. —el omega asintió y se limpió el rostro.

—Tengo hambre. —demandó, rompiendo la burbuja de amor que había construido su alfa. —Vamos, prepárame algo. —se giró y tiró el bolso a un lado. —Rápido o tendré que cocinar yo. —el alfa se levantó y corrió hacia su omega.

Jungkook era así, lloraba como si hubiera sufrido lo peor de la vida y a los 3 minutos tenía hambre. Taehyung no se terminaba de acostumbrar a esos cambios tan abruptos.

Salieron del cuarto de invitados del primer piso, lugar donde decidieron empezar a dormir por comodidad del omega y para estar más cerca de la salida en caso de que inicie el parto. Llegaron a la cocina y el omega tomó asiento en una silla acolchonada hecha exclusivamente para él.

—¿Qué quieres comer? —el omega miró el helado cuando el alfa abrió el refrigerador y los ojos le brillaron. —No, el helado es postre. —eso causó un leve gruñido por parte del menor. —Jungkookie, ya hablamos del helado antes de comer, es malo para el bebé. —al escuchar eso el omega se detuvo.

—¡Quiero comer galletas con mostaza! —el alfa miró con extrañeza al menor. —¡y un jugo de guanábana! —el alfa quería vomitar por los antojos que tenía su mimado omega, pero no podía decir que no, así que preparó lo solicitado por el menor.

—Aquí tienes. —con recelo asentó el plato con galletas y mostaza frente a su omega. —¿Está rico? —el omega asintió feliz.

"¿Será que sí?", pensó el alfa y muy inteligentemente se preparó una galleta con mostaza (porque Jungkook no lo dejaría tomar una de las suyas) y se la comió.

Sus papilas gustativas murieron al sentir el desagradable sabor, y no pudo evitar el ruido vomitivo que su garganta hizo. Corrió al baño y escupió todo el resto en el excusado para después cepillarse de nuevo los dientes.

—Eso fue asqueroso. —dijo viéndose al espejo, sus ojos estaban llorosos por el mal rato. —Nunca volveré a probar los gustos de un omega embarazado. —se lavó la cara y bajó de nuevo, encontrándose a su omega sentado frente al televisor, viendo su serie favorita.

—¿Todo bien? —preguntó apenas se sentó a su lado. El omega se acercó a él y recostó su cabeza en su hombro, Taehyung pasó su mano alrededor del omega para abrazarlo. —No comas mucho helado. —advirtió al ver la cuchara de Jungkook completamente abastecida del amarillo helado. —¿Qué ves? —preguntó para sacar conversación.

—Olivia la cerdita. —Sí, Taehyung sabía eso. —Es un nuevo capítulo. —el alfa siguió viendo la aburrida escena de la cerdita cuando debe despedirse de sus amigos.

—¿Qué pasa, amor? —preguntó al escuchar los sollozos de su omega. —¿Te duele algo? —El omega negó.

—¿No ves que ella no quiere alejarse de sus amigos? —apuntó hacia la televisión y Taehyung quedó más perdido que antes. —Ella los quiere. —comenzó a llorar.

El alfa ya no sabía qué hacer, Jungkook no era de llorar, normalmente era un omega regañón e independiente, pero el embarazo lo hizo completamente lo contrario.

—Pero amor, solo se despide porque ya es de noche y tiene que volver a su casa. —le aclaro el alfa, pero su omega seguía llorando con helado en la boca, porque no había dejado de comer. —Kookie, amor deja ya de comer —le quitó la cuchara de la boca y el helado de entre sus piernas para ponerlo en la mesa que estaba al centro del lugar. —, te puedes atragantar. —el alfa limpió las comisuras del labio del pelinegro y le pidió que se siente en sus piernas, cosa que el omega no tardó en hacer. Las piernas de Jungkook quedaron de un solo lado.

—Es que pobrecita, quería jugar más. —el alfa comenzó a dejarle caricias en su vientre, eso siempre lo calmaba.

—Lo sé, amor. —limpio las lágrimas que aún estaban plasmadas en las mejillas del menor. —Duerme, seguramente eso ayudará a calmarte. —abrazó más fuerte al omega que dejó caer su cabeza en el hombro de su alfa y escondió su nariz en el cuello del mayor para poder disfrutar de su agradable y cómodo aroma.

Con las caricias y tarareos del alfa, no fue mucho el tiempo que duró para que el omega se durmiera. Taehyung se levantó con Jungkook en brazos y llevó a su bolita de cambios de humor al cuarto de invitados.

Jungkook suspiró de gusto al sentirse en su nido, eso lo hizo dormir más profundamente, el alfa se fue al trabajo, dejando a la empleada doméstica que era beta, ya que el omega era territorial, con el gran trabajo que era cuidar al omega.

Jungkook se levantó después de 3 horas por el hambre que sentía y salió de su habitación, la beta le sirvió todo lo que el omega pidió, pues esas eran las especificaciones del alfa.

—¿Tae aún no vuelve? —la beta negó. —¿Será que ya no me ama? —al escuchar eso la chica sintió como todo su cuerpo se tensaba, sabía lo que venía. —Ya-Ya no me ama. —y el llanto tan esperado inició, la pobre chica sufría con sus ataques de llanto porque ella no podía calmar al omega ni con helado.

—Joven Kim, estoy segura de que el señor Kim lo ama. —se acercó al omega. —Él siempre habla de usted y hace todo por usted. —el omega que yacía sentado en el sofá de la sala de estar, cesó su llanto y la chica se halagó internamente por lograrlo.

—Es verdad, iré a verlo. —la beta abrió los ojos en demasía. —Él me ama, así que seguramente me extraña. —se levantó y con pasos lentos, pero veloces según el omega, se dirigió a la puerta.

—Espere joven Kim, no puede salir en su estado, menos conducir. —el omega la miró con enfado. —Lo llevaré. —suspiro, cuidar de omegas en gestación siempre ha sido difícil, pero siendo Jungkook un omega poderoso, la tarea se complicaba más. —Si algo le pasa en el camino, me mataría su alfa. —Jungkook sonrió y asintió.

La chica llevó a Jungkook a las oficinas del alfa y se bajó para luego ayudar al omega a bajarse y encaminarse hacia la oficina de Kim Taehyung.

—Buen día. —saludó el recepcionista, pero su mirada se engrandeció al ver al esposo de su jefe frente a él. —Joven Kim, por favor pase a sentarse llamaré al señor Kim. —Jungkook negó.

—Iré. —siguió su camino hasta llegar a la puerta y tocar, pero ni siquiera requirió llamar a la puerta cuando esta fue abierta.

—Amor. —dijo el alfa al abrir la puerta, el lazo que compartían le había avisado de que su omega estaba cerca suyo. —¿qué haces aquí? —besó al omega quien sonrió.

—¿No puedo venir? —el alfa negó desmintiendo lo dicho por el omega. —Kotete y yo te extrañamos. —Taehyung sonrió y se agachó para besar la barriguita de su omega.

—¿Es verdad? —le preguntó a su hijo y sonrió. —Pasa, no debes estar de pie tanto tiempo. —el omega entró y se sentó en el sofá que estaba en medio de la oficina.

—¿Por qué me dejaste sólito? —se quejó el menor y el mayor se sentó a su lado. —Gracias. —dijo cuando el alfa le ofreció unas galletas que estaban en la mesita. —Responde. —exigió.

—Estabas muy dormido y yo debía venir al trabajo, te dejé una notita. —Jungkook no recuerda haber visto tal cosa. —Bueno, pero perdón por no despedirme adecuadamente. —besó la abultada mejilla del menor que seguía comiendo las galletas.

—¡Quiero una guanábana! —anunció y el alfa se levantó para ir por la guayaba. —¿Tienes guanábanas aquí? —preguntó sorprendido.

—Tengo guaya- —se detuvo. —, guanábanas en todos lados por precaución. —corrigió. —Siempre me pedías guanábanas y por eso ahora soy precavido. —el omega comenzó a reír.

—Gracias y perdón, últimamente lloro por todo. —suspiró.

—No pasa nada, aun así te amo. —sonrió y le dio la guayaba al menor que sonrió feliz al tenerla en sus manos. —Deja término un trabajo y luego vamos a casa. —el omega asintió.

El alfa se fue a su escritorio y comenzó a hacer a la velocidad de la luz, todo lo necesario para poder irse y pasar tiempo con su omega.

Después de casi cuatro horas terminó y llevó a cenar a su omega a un muy prestigioso lugar que solo acepta personas con traje de noche y el omega traía puesto su ropa de maternidad, pero al ser el señor Jeon Jungkook, un prestigioso crítico gastronómico y dueño de los mejores restaurantes, no cometerían el acto de negarle la entrada porque no querían firmar una sentencia tan cruel.

Además de que es el esposo del hombre más rico de Corea, es obvio que negarle algo al gran Jungkook no terminaría bien, pues es poderoso tanto por sí mismo como por su esposo.

Una vez que su cena terminó, Taehyung llevó al omega a su casa y le lavó los pies con agua tibia para dejarlo dormir a gusto, pues terminaron hinchados de tanto caminar.

Se acostó a su lado y se dejó encantar por las feromonas de su omega, lo abrazo protectoramente y terminó durmiendo profundamente, pues estaba cansado también.

Jungkook despertó en la madrugada porque sentía muchas ganas de ir al baño, pero al sentir el líquido entre sus piernas pensó que las ganas le habían ganado y se había orinado.

Destapó su cuerpo y vio sus ropas y el colchón humedecido por un líquido que no era orina. Abrió los ojos al caer en cuenta de que se le había roto la fuente y eso era líquido amniótico.

—Ta-Taehyung —llamó a su alfa, pero este ni se movió. —¡TAEHYUNG! —gritó con desesperación.

—¿Mmmmm? —fue lo único que el alfa emitió.

—¡Taehyung ya viene el bebé! —golpeó el hombro del alfa levemente para despertarlo.

—Ya te dije que dejes de bromear con eso. —dijo entre sueños, desesperando a su omega.

—¡TAEHYUNG IDIOTA, DESPIERTA! —le dio un fuerte golpe en su abdomen y el alfa se levantó rápidamente. —Tae, ya viene el bebé. —informó y miró hacia abajo, el alfa miró hacia dónde su omega veía y abrió los ojos al notar la humedad entre sus prendas.

—¿Ya... Ya viene el bebé? —preguntó con nerviosismo mientras conectaba su mirada con el omega que asintió. —Ya... Ya... —sus ojos quedaron en blanco y su cuerpo sin fuerza, cayendo de espaldas al colchón.

—¡¿TAEHYUNG, ES EN SERIO?! —gritó Jungkook al ver a su alfa desmayado. —¡TAEHYUNG, DESPIERTA! —comenzó a golpear al alfa, pero se detuvo al sentir un fuerte dolor en el vientre. —Aaaah. —gimió de dolor. —Maldito, no puedes desmayarte ahora, de nada sirvió el entrenamiento de cada mañana. —se quejó el omega. —¡TAEHYUNG! —por más que lo llamara no despertaba. —¡ALFA! —gritó con desesperación y el pelirrojo se levantó, mirando fijamente al menor. —No puede ser. —dijo al ver los ojos color dorado del mayor. —Taehyung, vuelve. —pidió mientras se quejaba por las continuas contracciones que sentía. Sin quererlo, había usado el llamado omega y despertó al alfa de Taehyung.

—Cachorro. —dijo el pelirrojo al sentir el aroma de su cachorro en el aire de la habitación.

—Sí, llévame al hospital. —suplicó el omega.

—No. —el alfa recostó su cabeza en las piernas del omega y lo rodeo con sus brazos. —Míos. —gruñó, ningún alfa permitiría que su omega sea tocado por alguien más en este estado tan vulnerable. —Mi cachorro. —rozó su nariz en el vientre del omega.

—Carajo —se quejó, sabía que esto pasaría. —, Taehyung vuelve por —un alarido de dolor emitido por el pelinegro, hizo al alfa ver el rostro de su omega que se cubría de lágrimas. —, por favor, tráeme a Taehyung. —el llanto del omega hizo que el alfa hiciera lo pedido. Las pupilas del pelirrojo cambiaron del fuerte dorado a su color natural.

—Jungkook... —dijo apenas regresó en sí. —Amor, perdón. —se levantó y miró al omega que sudaba por su esfuerzo. —Tranquilo, todo estará bien. —corrió hacia el closet y tomó el bolso que el omega ya había preparado. —Vamos. —cargó al omega que se sujetó de su cuello y olfato a su alfa con la intención de disminuir sus malestares.

Después de un largo trayecto, por fin llegaron al auto y Taehyung dejó a Jungkook en la parte trasera mientras él subía al asiento del piloto. Una vez que ambos estaban dentro, suspiro y encendió el carro para ponerse en marcha.

—Todo irá bien, amor. —repitió el alfa una vez que el auto estaba en marcha. —Todo estará bien, todo estará bien. —repetía más para sí mismo que para el omega.

—AAAAAAAAAAAAAA —gritó el omega al sentir una fuerte contracción.

—AAAAAAAAAAAAAA —gritó por reflejo el alfa.

—¿Por qué gritas? —regañó el menor.

—Es que estoy nervioso. —las manos le sudaban y su alfa estaba inquieto. —Pero tranquilo, todo estará bien, sí, llegaremos a tiempo. —el omega suspiró.

—Taehyung... —llamó a su alfa.

—¿Sí?

—El hospital queda del otro lado.

—Es verdad. —sonrió con nerviosismo y giró hacia el lado contrario, rumbo al hospital. —¿Te encuentras bien? —miró al omega con ojos temerosos.

—MIRA AL FRENTE. —gritó y el alfa se reincorporó. —Taehyung, cálmate, solo conduce por favor. —el pelirrojo asintió y mantuvo su mirada al frente, a los pocos minutos llegaron al hospital.

—Ahorita regreso. —anunció y abrió su puerta para poder salir. Bajó del auto y cerró su puerta.

—¡TAEHYUNG! —el alfa miró al omega. —Quita las llaves del auto y ponle seguro a las puertas. —el alfa le dio la razón a su omega y quitó las llaves del coche. —¿Qué pasaría si me secuestran con todo y el auto?—lo regañó. —¡Llama a un doctor rápido! —el pelirrojo salió corriendo una vez que puso seguro a su auto.

—¡UN DOCTOR! —gritó al llegar a la recepción. —¡MI OMEGA ESTÁ PARIENDO! —el enfermero lo miró sorprendido, era Kim Taehyung. —¡POR FAVOR, UN MÉDICO! —el enfermero tomó una silla de ruedas y se acercó al alfa.

—Buenos días, señor Kim, mi nombre es Namjoon. —el pelirrojo miró al enfermero y lo tomó de los hombros.

—Mi omega está teniendo a mi bebé. —los ojos desesperados del alfa pelirrojo hicieron al alfa moreno sonreír.

—¿Dónde está su omega? —Namjoon tenía que usar supresores para evitar despertar a la parte alfa de los pacientes o familiares como Taehyung. —Vamos por él. —el pelirrojo asintió y guio al moreno hasta su auto, abrió la puerta trasera y cargó al omega para después sentarlo en la silla. —Hola, mi Nombre es Kim Namjoon y seré tu enfermero, ahora nos dirigimos al área de partos. —el menor asintió.

—Soy Kim Jungkook. —Namjoon sabía quién era, esta icónica pareja era muy bien conocida. —Vamos. —ordenó y el moreno comenzó a empujar la silla para regresar al hospital.

—Hasta aquí llega usted, señor Kim. —Taehyung se sorprendió. —Los alfas de los omegas en parto no pueden ingresar, ya que sus feromonas de posesión pueden incomodar a los otros omegas y también hay ocasiones en las que se descontrolan al ver sufriendo a sus omegas. —informó el peli rosa y Taehyung negó.

—Soy bueno controlando mis feromonas e instintos. —aseguró el alfa y Namjoon miró a Jungkook por una confirmación.

—Déjalo pasar, pero si se descontrola, no volveremos a tener ni un solo cachorro. —miró serio al alfa pelirrojo, quien tenía los ojos completamente abiertos.

—¿Seguro que desea pasar? —preguntó el enfermero y una sonrisa burlesca apareció al ver negar al pelirrojo.

—Está bien así, yo esperaré aquí. —Namjoon creía que nadie podía imponerse ante el gran Kim Taehyung, pero al parecer era el omega quién gobernaba.

—De acuerdo. —empujó la silla y se adentró al pasillo del área de maternidad.

Taehyung se quedó a esperar que vinieran a darle la noticia en el pasillo.

Una hora...

Dos horas...

Tres horas...

Sus ojos ardían y sus párpados pesaban. Justo cuando sus ojos se cerraron, una voz resonó en sus tímpanos.

—Familiares del joven Kim Jungkook. —llamó el doctor a cargo. —¡Familiares de Jungkook! —repitió y Taehyung se levantó rápidamente alzando la mano.

—Yo, yo soy su esposo. —el doctor asintió y se acercó al alfa.

—Ya está en reposo, por ahora duerme debido a la anestesia, pero puede ir a ver a su hijo en el área de recién nacidos. —Taehyung negó.

—Lo veremos al mismo tiempo. —el omega sonrió con ternura y asintió. —Quiero sentir su emoción mezclada con la mía. —informó con real euforia.

—Bien, en un par de horas se abre el horario de visitas. —anunció. —Le informaré cuando pueda pasar a ver a su omega.

—Gracias. —el alfa se sentó de nuevo.

Su secretario había ido para llevarle alimentos y para felicitarlo por el nuevo integrante que se incorporaba a la familia Kim.

—Le deseo mucha felicidad, señor Kim. —dijo antes de retirarse para encargarse de las empresas a cargo de su jefe, pues él vería todo durante la ausencia de Taehyung.

—Señor Kim, ya puede pasar a ver a su omega. —informó el doctor apenas llegó y Taehyung no tardo en seguirlo hasta la habitación donde estaba reposando Jungkook.

Cuando entró a la habitación, sus fosas nasales inhalaron el agradable aroma a fresas y leche que emitía su omega. Su corazón latió fuerte al sentir el leve aroma a vainilla de su cachorro, pero lo que hizo su corazón detenerse fue la mirada de su omega cuando conectó con la suya.

—Alfa. —lo llamó el pelinegro extendiendo sus manos. —Ven. —nunca ha desobedecido a su omega y hoy no sería la excepción.

Corrió y se dejó envolver por los brazos del amor de su vida, bueno, uno de sus dos grandes amores. Jungkook beso la frente del alfa después de despejarla de los traviesos mechones.

—Fuiste un buen alfa. —sonrió tiernamente y después miró hacia la puerta, su instinto podía sentir a su cachorro cerca.

El doctor había dejado a la pareja e ido a buscar lo que sería la cereza del pastel para hacer de ese momento el más hermoso y perfecto de la vida de ambos.

—Aquí está el pequeño Kim. —dijo el doctor entrando con un carrito en el que venía un recién nacido. Cargo al bebé para luego pasárselo a Jungkook que lo abrazó con sumo cuidado. —Es un bebé sano, de casi dos kilos. —anunció y el omega sonrió.

Tanto Taehyung como Jungkook sintieron una fuerte alegría y curiosidad, no sabían a quién de los dos les pertenecían, pero el disfrutar de esas emociones, juntos, era una experiencia inolvidable que estaría tatuado en sus corazones por siempre. Cuando Jungkook destapó el rostro de su bebé, su corazón latió rápido y sus sentidos de omega se despertaron, los ojos de su pequeño Kotete se cruzaron con los suyos y el vínculo de omega-cachorro solo se fortaleció. Taehyung fue testigo de todo eso e incluso pudo experimentar esos sentimientos gracias a su vínculo con Jungkook y también por el que compartía con su hijo.

Después de unos minutos; Jungkook acariciaba con delicadeza el pequeño rostro de su bebé, mientras que Taehyung admiraba todo con real enamoramiento, esa imagen de Jungkook cargando a su cachorro, al fruto de su amor, permanecería eternamente en su mente.

—Hoseok. —anunció el omega. —ese será tu nombre, mi vida. —el alfa sonrió y beso la frente de su omega para luego bajar y besar a su pequeño hijo.

—Bienvenido a la familia, Kim Hoseok. —dijo el pelirrojo y sonrió.

—Doctor Kim —recordando que el mencionado seguía en la habitación. —, ¿cuándo se me dará de alta? —preguntó Jungkook.

—Llámeme Jin, por favor. —ambos asintieron. —Sobre el alta, lo dejaremos dos días bajo observación por cualquier cosa y después podrá irse a casa. —Jungkook bufo, él quería regresar a su nido. —Bueno —ignorando el bufido del omega. —, los dejaré solos para que disfruten de este bello momento. —anunció antes de salir de la habitación.

—Gracias, cariño. —El omega dejó de mirar a su cachorro para mirar a su alfa. —Gracias por darme una familia tan hermosa. —Jungkook sonrió con cariño.

—Gracias a ti también. —recibió gustoso el beso de su alfa. —También a ti. —besó la frente de Hoseok. —Te amo.

—Los amo. —dijo el pelirrojo mirando a sus dos grandes amores.

Ambos envolvieron al pequeño Hoseok en un abrazo que dejaba a relucir el ambiente familiar y cálido que lo hacía sentir a gusto. La familia Kim realmente era afortunada y ellos lo sabían, el pequeño Hoseok se convertiría en un alegre y hermoso alfa que sería imposible no amar.

Y aquí termina esta tierna historia de amor.

¿Y qué tal está esta linda historia?

Espero que les haya gustado, aquí está algo censurada, si la quieren leer sin censura pueden encontrarla en Inkspired [MaliBN] dónde subo todo el contenido que Wattpad no me deja subir aquí jsjsjjsjsjs

Les agradezco mucho su apoyo, amo demasiado leerles y como me han pedido actualizar papá, pero no tengo tiempo para hacerlo, mejor les subí una historia que ya tenía escrito y que es igual de soft que mi otro fic <3

En fin, las amo lunitas preciosas 💜

*Mali fuera*

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