Capítulo 65
Sus ojos pestañearon molestos al sentir la blanca luz atravesar sus párpados.
Se sentía liviana. Como una pluma. Sus ojos se abrieron y observaron el lugar a su alrededor.
Le resultaba familiar y a la vez no.
Se encontraba en el césped, rodeada de árboles y arbustos. Los pájaros cantaban, y el extraño ruido de un animal se escuchaba de fondo.
Se levantó del suelo donde estaba acostada. Traía puesto unos pantalones celestes y una remera blanca. Iba descalza.
Se le dificultaba recordar que había ocurrido. Habían vuelto a la mansión Malfoy , y allí posiblemente había muerto.
O tal vez no... Si no no estaría en ese lugar conciente en este momento.
-eres lista- dijo alguien a sus espaldas. Se giró rápidamente con el ceño fruncido, no le gustaba que la tomarán por sorpresa.
Frente a ella, una mujer de vestido y cabello blanco, estaba junto a un árbol de roble enorme, observandola quien sabe desde cuándo.
-estas muerta, pero no ascendiste completamente- volvió a traerla a la realidad
-evangeline- dijo ella por primera vez en años- ¿De que estás hablando? Complete mí mision-
-hija- sonrió la mujer con ternura acercándose a ella, acariciando su rostro como Narcisa lo había echo la última vez-lo hiciste, y estoy muy orgullosa por ello, no muchos logran hacerlo-
-tu no lo lograste- la "acuso" su hija. La sonrisa de Evangeline se entristeció un poco.
-lo se, lamento no haberme quedado más tiempo a tu lado, pero no tenía opción...-
-¿Qué es este lugar?- pregunto Hannah queriendo cambiar el tema, no quería llorar , no frente a su madre
-¿No lo reconoces?- movió la mano alrededor, fue ahí cuando distinguió que era el sonido del animal, era un pavo real blanco. Solo había un lugar que conocía con esos animales.
-los terrenos de la mansión malfoy- comprendió de inmediato. Pero estaba diferente.
-lo son, cuando eras pequeña te traía a menudo a este lugar a jugar con el joven Draco, aún escucho tu risa en algunos rincones- el lugar estaba lleno de vida, algunas ardillas peleaban entre los árboles mientras el sonido de los pájaros traía paz al lugar
- ¿Y qué hago aquí?- pregunto la joven sin entender - estoy muerta, ¿Por qué termine en este lugar?-
-por que tu misión fue completa, y el sabe recompensar a los que cumplen-respondio su madre con naturalidad
-¿El?- preguntaste confusa
-puedes elegir Hannah , puedes quedarte aquí, servirle y ser feliz por siempre, conmigo a tu lado- explicó la mujer de cabellera blanca- podría ser lo que siempre soñaste-
-¿O...?- pregunto la joven al ver que su madre hacia silencio.
-volver a la tierra, con todo lo que eso conlleva, las consecuencias de la guerra, el dolor, la angustia...-
Hannah hizo silencio. Su corazón latía fuertemente. Su madre había sido lo que siempre soño tener. Aspiraba a ser como ella.
Su madre la miraba espectante.
-¿Podria convertirme en Ángel o ser humana nuevamente?- pregunto incapaz de creerlo
-hija, tu ya eres un angel.- sonrió dichosa su madre señalando a su espalda.
Hannah giro su rostro hacia atrás y se sorprendió de lo que vio, dos enormes alas emergían de la parte superior de su espalda, blancas como algodón, ni siquiera sentía su peso. Las movió levemente sorprendida sin saber cómo hacerlo, y sin embargo las alas respondieron.
Pero un pesar de instaló en su interior haciendo que regresara su vista al piso.
-pero no es lo que tú quieres corazón ¿Verdad?- pregunto su madre con voz dulce.
-no quiero dejarte, madre- respondió la joven sintiendo su voz quebrarse un poco- pero no merezco este lugar, no soy un ángel, fui un mortifago, asesine personas y lo disfruté... No merezco este lugar- señaló a su alrededor- hay demasiadas almas aquí por mi, tal vez de personas inocentes-
-se por qué lo dices, y te conosco, te observe toda la vida hannah- su madre se acercó a ella y coloco sus manos en sus hombros- tú eres especial, y mereces poder ser feliz al menos una vez-
-¿Podré volver a verte?- pregunto la joven dejando resbalar una lágrima por su mejilla
-en sueños quizás-la reconforto- pero cuando despiertes tal vez no recuerdes lo ocurrido aqui, y no podrás volver a utilizar tu don-
-mas que don, diría maldicion- respondió la joven riendo, mientras secaba su lágrima con el dorso de su mano- pero es lo mejor, además, digamos que no se me da bien eso de seguir órdenes y servir-
Su madre soltó una pequeña risa que sonó como campanillas, completamente hermoso.
-te amo hija, nunca olvides eso- dijo Evangeline besando su frente y abrazando a su hija- Narcisa a echo un gran trabajo contigo, y estaré en deuda con ella por siempre-
Luego Evangeline se separó unos centímetros de su hija y la empujó hacia atrás. Hannah sintió el vértigo invadir su cuerpo, sintió atravesar el césped como si de aire se tratara y sus ojos se cerraron como si fuera anestesiada.
Y luego el agua la golpeó.
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