«Un amor, dos corazones, un  mismo destino.»

Taehyung lo sabe desde hace algún tiempo, pero es tan terco como una mula y decide ignorarlo por más tiempo, en cambio JungKook, lo sabe a la perfección y no lo niega, el paraíso es un espacio en la tierra junto con su hyung, ni más ni menos; no hay límites a su alrededor, es una inminente caída al vacío.

JungKook solo era un simple pasante más en aquella empresa, un joven chico aventurero de veintidós años a punto de graduarse, Taehyung era el CEO de la empresa en donde el pelinegro aplicó, solo bastó un minuto en el que sus miradas coincidieran, sesenta segundos en los que no habían dejado de verse para que la atracción naciera entre ambos, y aunque al principio de todo nada fue realmente fácil, siendo Taehyung ocho años mayor que el pelinegro y éste un auténtico dolor de cabeza para el mayor, quienes encuentran el destino no son capaces de escapar de éste por más que lo intenten.

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— Eres un desastre. — Mencionó el mayor serio mientras se llevaba la mano a la frente y masajeaba la zona. — Me vas a causar un dolor de cabeza con todo este desorden. — Susurró por lo bajo mientras veía los papeles sin ordenar en el cubículo que se le había proporcionado al menor.

— Tú pudieras causarme un dolor de culo pero te niegas. — Susurró encogiéndose de hombros restándole importancia al poco orden que tenía en su mesa. Taehyung frunció el ceño.

— ¿Dijiste algo? — Preguntó confundido mientras observaba al menor, JungKook pestañeó exageradamente fingiendo confusión e inocencia.

— Que ordenaré lo más rápido que pueda, jefe. — Mencionó lo último burlón mientras arreglaba los papeles, Taehyung negó para luego salir del cubículo.

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Nada en ellos fue fácil, pero tampoco fue difícil para que pudieran desistir, siendo JungKook alguien arriesgado y aventurero, la atracción que sintió hacia Taehyung quizás no fue amor a primera vista pero si había sido amor, algo dentro de él lo impulsaba a seguir adelante incluso si no viera interés por parte del castaño.

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— Me gusta alguien. — Susurró el pelinegro a su mejor amigo mientras veía las fotos de la campaña para la que estaba trabajando. Jimin asintió en acuerdo.

— Ya lo sabía. — Rió sinceramente mientras jugaba con los negros cabellos del menor. — Tienes ese brillo indescriptible en tu mirada. — Jimin comentó. — Me recuerda cuando me hacías burlas con YoonGi-hyung.

— Tú eras peor, hyung. — Se quejó el menor. Jimin iba a replicar pero la voz seria de alguien más lo detuvo.

— Jeon, más trabajo y menos juegos con tu noviecito. — Taehyung entró al cubículo con una mirada seria mientras dejaba una caja de rollos de fotografías. — Recuerda que en esta empresa pagamos el trabajo que haces, no tu coquetería con los demás miembros.

— Yo no... — Jimin empezó a negar mientras JungKook reía.

— Está bien, mi novio ya se va. — Comentó JungKook mientras Jimin balbuceaba cosas sin sentido. — Estoy seguro que Kim & Asociados no perderá muchos ingresos por una pequeña distracción de mi parte. — El mayor asintió y con la misma rapidez con la que entró en el lugar, así mismo salió.

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— ¿Cómo hiciste para aceptar que te gustaba alguien menor que tú? — YoonGi frunció el ceño mientras escuchaba lo que uno de sus mejores amigos le decía. — Me gusta un crio.

— ¿Cuántos años tiene? — Cuestionó buscando información.

— Va a cumplir veintitrés. — Respondió.

— ¿Y qué tiene? — YoonGi arqueó las cejas en confusión. — No es tan pequeño.

— Voy a cumplir treintaiuno en diciembre. — Le recordó.

— Yo voy a cumplir un año más que tú y Jimin va a cumplir veinticinco el año que viene apenas. — Se encogió de hombros. — Si te gusta y le gustas, no veo nada malo.

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Pasaron dos meses lejos para que Taehyung lo entendiera por completo, no había marcha atrás, no cuando los sentimientos retenidos lo mareaban y su corazón latía a mil con solo ver de lejos al menor cuando llegó de aquel viaje de negocios. Un minuto bastó para que nuevamente se reconocieran, sesenta segundos exactos en los que ambos se sintieron en completa armonía. JungKook siendo un manojo de nervios y Taehyung siendo el soporte perfecto para el menor.

Taehyung ahora lo sabe y no tiene miedo, lo vive y lo expresa, está enamorado del pequeño joven que entró por la puerta pequeña de su empresa y se iba siendo uno de los mejores pasantes que habían tenido en años. Y está vez está decidido, lo toma en manos y lo lleva junto con él, la noche de fin de año había sido el momento exacto para que dos almas volvieran a encajar en una. Ya no existe temor alguno, solo existe el deseo de querer compartir más con la persona que ama y que amará.

— Te lo dije. — JungKook se burla del castaño mientras ambos van caminando por las calles de Seúl. — Somos quienes encontramos nuestro destino solo con verlo un minuto.

— No podías adivinarlo en ese tiempo. — Niega el mayor pero JungKook ríe con más fuerza mientras aprieta la mano de Taehyung y se posiciona al frente de él.

— Quizás en aquel momento no lo supe con exactitud pero de algo si estaba seguro. — Taehyung lo observó fijamente mientras el menor se relamía los labios. — Estoy en el paraíso solo por estar contigo porque te amo. — Confesó sincero, siendo la primera vez que mencionaba aquellas palabras. — Te amo y sé que me amas de igual manera. — Taehyung rió tímidamente antes de juntar sus labios con los del pelinegro en un pequeño beso.

— Te amo, sí. — Susurró cerca de aquellos labios que tanto ama probar. — Te amo y te amaré de aquí a otra vida si es necesario.

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— En otra vida u otro universo paralelo. — Mencionó el omega con dolor mientras veía al alfa en sus manos irse poco a poco. — Te lo prometo hyung, volveré a ti porque yo soy tu destino y tú el mío.

— Porque me amas y te amo. — Concluyó Taehyung con una sonrisa dibujándose en su rostro.

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¡Hola!

Este es mi primer OS TaeKook, tenía rato queriendo escribir algo de ellos y se me dio la oportunidad al fin.

¡Espero les gustara la historia y muchas gracias por leer!