II. El reencuentro
Antes de salir el sol, Taehyung despertó a la hora que su cuerpo estaba acostumbrado, eran las cinco de la mañana y todo seguía a oscuras. El dolor de cabeza se hizo presente, pero en el momento que intentó moverse, aparte del dolor en su espalda, un fuerte agarre alrededor de su cintura fue lo que lo detuvo.
Su mirada fue hasta el brazo del hombre que prácticamente le respiraba en la nuca, un poco desconcertado por el afecto, la tinta el brazo del contrario le seguía llamando la atención, aun con sus ojos entrecerrados pasó sus dedos cuidadosamente por este y lentamente levantó el brazo de Jungkook hasta poder salir de la cama.
Se supone que debió irse en el momento que tuvieron sexo, pero en cambio terminó dormido sin siquiera darse cuenta, no recordaba haberse limpiado, pero no estaba pegajoso, tampoco recordaba haberse puesto la ropa interior, pero no estaba completamente desnudo, por lo que dedujo que Jungkook lo hizo por él.
Si hubiese sido otro de los tipos con los que se ha acostado antes, lo despertaría y prácticamente lo patearía fuera de su casa, el mismo haría lo mismo si hubiesen quedado en su casa. El dormir juntos después del sexo se lo dejaba a las parejas, lo que claramente ellos no eran y no serán.
Con algo de nerviosismo volvió a colocarse su ropa que encontró en el sillón gris junto al ventanal cubierto por las cortinas del mismo color. Cuando estuvo listo, desvió su mirada al hombre que seguía dormido en la cama, con las sabanas desarregladas cubriéndolo de la cintura hacia abajo, su cabello corto desaliñado, vio cómo su pecho subía y bajaba con tranquilidad.
Se sentó en la orilla de la cama, sin saber que hacer exactamente, podría intentarlo, pero entonces recordó que el quedarse no serviría de nada si él vivía del otro lado del mundo. En ese minuto pensando lo que haría, terminó dejándole una nota y yéndose a su lugar de destino, en pocas horas debía estar en el aeropuerto y sabía que el primer rostro que vería en cuanto aterrizara sería el de Yoongi y su novio Hoseok de guardaespaldas.
El sol que se filtraba por debajo de las cortinas, fue lo que hizo que Jungkook se despertara, en el momento que abrió sus ojos y no vio al chico que se durmió a su lado la noche anterior, sintió cierta decepción, no había ni un solo rastro de él.
Con el dolor de cabeza llegando a su cuerpo, Jungkook se sentó en la cama dejando salir un suspiro, lo único que sabía de él era su nombre, no tenía nada más. Se supone que así eran las relaciones de una sola noche, así que optó por ducharse y cambiarse con la ropa holgada que solía usar cuando se quedaba en casa.
Notó una nota en su mesita de noche y sonrió con la esperanza de que le hubiese dejado al menos su número de teléfono para invitarle un café luego, pero no. Y otra vez, no tenía nada más que su nombre y ahora una nota de agradecimiento por haberle dado buen sexo.
El timbre de la casa interrumpió sus pensamientos y el simple sonido trajo de vuelta su dolor de cabeza. El único que podría estar del otro lado de su puerta era Seokjin o Jimin y dudaba que fuera este.
—Te traje sopa para la resaca, ¿tienes compañía? —cuestionó Seokjin dejando sus zapatos en la entrada.
—No, solo yo, como de costumbre.
—Jungkook, abre las cortinas y las ventanas, es domingo, hace buen clima y hay que ventilar —demandó el mayor al dejar la sopa sobre el comedor, donde Jungkook se sentó de inmediato.
—Hyung, me acabo de despertar —expresó tomando los palillos en sus manos, listo para comer la carne y la sopa que era más que bienvenida, porque él no pensaba cocinar nada esa mañana.
—Pensé que tendrías compañía después de que le metiste la lengua hasta la garganta a ese pobre chico —comentó tras abrir todas las ventanas, permitiendo que la brisa y la luz natural entraran al apartamento.
— Ese pobre chico, solo tiene cara de ángel, pero es un demonio, incluso es mayor que yo —declaró Jungkook—. Que se haya ido, dejando solo una nota después del maravilloso sexo que tuvimos, me deja pensando.
—Quizás no le gustaste como crees y por eso no te dio su número.
— Si no hubiese gritando tanto anoche, creería toda esa basura. Pero no, el mismo escribió, cito: "Fue una noche maravillosa, gracias por ser un amante cinco estrellas, no lo olvidaré nunca. De tu futuro esposo, Taehyung :)" y puso una carita feliz junto a un corazón.
—¿Y por qué no dejó su numeró?
—No lo sé. Pero necesito encontrarlo, ¿puedes ayudarme con eso?
El domingo era de esos días que se tomaba libre, no hacía nada más que ejercicios y tumbarse en la sala de su casa a ver televisión todo el día y comer. Durante todo el día no dejo de pensar en Taehyung, a veces se encontraba a si mismo sonriendo al recordar la respuesta del chico cuando le preguntó quién era. Su manera de coquetear, su cabello esponjoso y tan suave como sus labios, sus manos traviesas, todo su cuerpo; la manera en la que gritaba su nombre, todo estaba tan fresco en su memoria y permaneció así por meses.
Por meses lo buscó, no podía sacarlo de su cabeza, llegó a encontrarlo primero en sus sueños que en la vida real, es como si hubiese usado un nombre falso. Hasta llegó a pensar que todo lo que pasó esa noche fue solo una ilusión o producto de haber tomado tanta ginebra.
Aún tenía esa nota con su letra y de vez en cuando la llevaba consigo, sabía que tenía algo especial cuando lo vio en su fiesta y cuando tuvo sexo con él sabía que no sería alguien fácil de olvidar, es por ello que no detuvo su búsqueda con ayuda de sus amigos.
Había demasiados Kim Taehyung en el país, pero ninguno de ellos era el hombre que se coló en su fiesta y debajo de sus sabanas.
Los grandes autobuses rojos, las personas leyendo en cada lugar que volteaba a mirar, las casas de ladrillo, los pubs, todo aquello le recordaba que había llegado a casa. Hace cinco años que vivía en Londres, a veces si echaba mucho de menos la comida coreana, o las tiendas de supervivencia en las que comía ramyeon en medio de la madrugada.
Volvió a su rutina del trabajo a la casa, a veces se quedaba hasta tarde en su pequeño apartamento en Marylebone, de vez en cuando salía con Yoongi al pub, pero en el momento que volvió a recordar aquel hombre tatuado en Corea salía prácticamente corriendo de allí, porque desde que llegó a Londres no pudo sacarlo de su cabeza. Estaba allí ante la más mínima cosa que le recordará a él.
—¿Otra vez pensando en el tipo que te cogiste hace cinco meses? —cuestionó Yoongi sentándose a su lado en el balcón de su apartamento.
—No... —dijo volviendo su mirada al frente—. ¿Puede ser?
—¿Fue tan bueno?, ¿la tenía grande?, ¿qué es lo que te tiene suspirando por él?
—Tamaño promedio, sabe cómo usarlo, joder sí que sabe —comentó mordiéndose el labio inferior—. Pero no es eso, es que fue... lindo.
—¿Lindo?
—Sí, caballeroso, cuidadoso, es decir... ¿algunos de tus amantes de una noche te preguntaron si te lastimaron?, ¿te limpiaron luego?, ¿o te abrazaron durante el sexo?
—Joder, ni siquiera Hoseok ha limpiado después del sexo —comentó Yoongi.
—Exacto, eso es lo que no puedo sacar de mi cabeza, ¿y si era el indicado? —se cuestionó Taehyung tomando del té que recién había preparado—. Pero es imposible tenerlo si tenemos vidas completamente distintas, en otro país, ni siquiera podría ilusionarme, todo lo que me queda es pensar en él.
—Bueno, tú le dijiste que serias su futuro esposo cuando lo conociste —demandó Yoongi casi echándose a reír al recordar el relato de su amigo en cuanto volvió de su viaje a Corea.
—Fue solo para evadir la verdad, pero perfectamente lo sería.
—Ni siquiera le dejaste tu número, idiota.
—Debí hacerlo, ahorra me estoy arrepintiendo de no tener a ese hombre musculoso, tatuado, rico y lindo, escribiéndome —se lamentó causando la risa de su amigo, quien solo negó ante la declaración de su amigo.
Se sumergió en trabajo tras trabajo mientras intentaba superar su última noche en su país de origen, estuvo con más personas, pero desde que estuvo con él no volvió a conocer a un hombre que lo tratara como Jungkook lo hizo esa noche. Definitivamente había dejado una marca en él.
Jungkook se rindió cuando no pudo encontrarlo, nada de él, no redes sociales, nada. Trató de llevarse del consejo de sus amigos, quienes le pidieron que conociera a otras personas, pero esos intentos de salidas terminaron en sexo en algún hotel, pero ninguno siquiera se asemejaba a lo que sintió cuando estuvo con Taehyung.
¿Era su mirada?, ¿sus toques atrevidos?, ¿la manera en la que le gustaba tener el control? No lo sabía, pero definitivamente fue de sus mejores experiencias con un chico, quizá es por el hecho de que era mayor que él y quizás en ese sentido tenía más experiencia.
Aun no tenía a nadie en su vida, solo alguien con quien satisfacer sus necesidades fisiológicas. Como siempre, estaba sumergido en trabajo, en entrevistas y reuniones de largas horas con accionistas.
Después de un año de haberlo conocido ya no estaba en su mente tan frecuentemente como tiempo atrás, pero eso no quiere decir que lo haya olvidado, no lo ha hecho. Una que otra noche seguía cuestionándose si aquello fue algo de una noche, con el tiempo que ha pasado dudaba mucho que haya sido solo sexo, definitivamente tuvieron una conexión y no podía hacer más que cuestionarse si él pensaba lo mismo al respecto.
—Necesitamos un fotógrafo de desnudos para la sesión de fotos de la nueva ropa interior para mujeres —comentó Jungkook al mirar las fotos que les mostraba Seokjin en la reunión que tenían mensual.
—¿Qué tienen estas fotos? —preguntó Seokjin.
—Están muy simples, esto no llama la atención.
—¿Y un fotógrafo de desnudos si lo hará? —cuestionó Jimin curioso.
—Sí, lo hará más hermoso, es de la diferencia entre un fotógrafo común y uno de desnudos —comentó Jungkook—. Eso es lo que haremos.
Su mente estaba concentrada en la nueva pieza de ropa interior que tenía previsto lanzar al mercado dentro de pocas semanas y el no tener las fotos que tenía en mente obtener, le empezaba a estresar.
Se supone que Taehyung estaba de vacaciones en su país para visitar a su familia, pasear a su perro y no pensar en nada de trabajo o en tener la oportunidad de volver a encontrarse con el hombre que estuvo exactamente hace un año. Paseaba a su perro que era más de la familia que suyo cuando tuvo que dejarlo en Corea por el bien de la salud de su madre.
Y allí estaba el, era su quinto día en el país y seguía yendo a todos los parques cercanos a ese edificio en el que conoció a Jungkook, se sentía patético al hacer aquello casi a diario, aun buscando poder reconocer su espalda o su brazo tatuado, por supuesto que no obtuvo nada de eso.
Había pasado un año desde entonces, ese es tiempo suficiente para conocer a otra persona, incluso para casarse. Llevó la mirada a su perro que se movía impaciente debajo de él y dejó salir un suspiro, ya no servía de nada buscarlo, ¿qué haría si lo volvía a ver?, ¿lo besaría?, ¿le daría su número finalmente? Probablemente ni siquiera lo recordaba.
En cuanto volvió su camino a casa, el teléfono en su bolsillo interrumpió la caminata de calidad con su perro y la búsqueda de un hombre que muy seguramente ya lo había olvidado. En cuanto vio el nombre brillar en su pantalla supo que se trataba de trabajo, se dijo a si mismo que estaba de vacaciones, no necesitaba más del trabajo que rechazó en Inglaterra, pero aun así terminó contestando la llamada insistente.
Era uno de los socios que pudo conseguir desde su último compromiso que hizo en el país, sabía que contestar porque se trataba de esas personas que trabajaba con grandes marcas y eso le aseguraba una buena paga, no podía rechazar algo como eso aun estando de vacaciones.
—¡Taehyung! Pensé que no contestarías —dijo el hombre del otro lado, podía saber que tenía una sonrisa en el rostro sin siquiera mirarlo.
—No podría, señor Lee.
—Bueno seré directo, uno de mis socios necesita con urgencia un fotógrafo de desnudos, si podrías estar en el país para mañana te aseguro que no te arrepentirás —comentó el hombre—. Es más, podría llevar a los modelos a Londres, sé que nadie más hará este trabajo mejor que tú. Le mostré tu portafolio al dueño, te quería para hoy, pero le expliqué la situación, pero está realmente desesperado, solo falta que tu aceptes.
Definitivamente aquello arruinaba por completo sus vacaciones, apretó sus ojos con el móvil aun su oreja. No podía negarse, ganaría algo más que dinero, mas relaciones con personas como ese hombre que lo necesitaba específicamente a él con urgencia.
—¿De qué marca estamos hablando? —cuestionó Taehyung resignándose a lo que sería su próxima respuesta.
—Coveland, lanzaran un nuevo modelo de ropa interior.
En ese momento recordó las letras en grande y brillantes de aquella fiesta, era de la misma empresa que lo requería en ese momento, el hecho de que Jungkook estuviese en esa fiesta para empleados lo ponía en alerta, sus caminos podrían volverse a cruzar, pero considerando todas las sucursales que tenían, quizás no, solo era un invitado especial.
Debía dejar de pensar en él y aceptar el trabajo porque era una oportunidad para él.
—Estoy en el país, envíame todos los detalles por correo, por favor —le pidió Taehyung.
Jungkook agradecía que ya no debía preocuparse por el fotógrafo, lo que ahora le preocupaba era no llegar al tiempo previsto para el lanzamiento cuando ya había hecho tratos con tiendas. Tenía el tiempo encima, pero confiaría en la recomendación de uno de sus accionistas y esperaría rápidos resultados.
Taehyung sabía que estaban desesperados y que le exigirían un tiempo de entrega que podría llegar a ser imposible si para el hacer su trabajo no fuera como tomar el té en la tarde, podía con eso. La paga era mucho más de lo que esperaba, ni siquiera discutió ese punto, era mucho más de lo que él estaba dispuesto a pedir considerando el tiempo que tenía para terminar, pero fue ambicioso y firmó aquel contrato.
Tuvo un tour por todo el edificio principal de la empresa, de donde salían las grandes ideas, era mucho más amplio de lo que esperaba, espacioso, creativo y cómodo. Estuvo todo el tiempo trabajando con la asistente del encargado de logística y publicista.
Inmediatamente llegó al salón donde se llevaría a cabo la sesión de fotos, hizo su primera inspección mientras sacaba su propio equipo, por más alta gama que fueran los equipos de la empresa, confiaba en lo que él tenía y siempre lo haría.
Hizo una primera sesión de fotos para evaluar el entorno, pero todo lo que obtuvo fue incomodidad y sabia donde residía aquello.
Tenían demasiadas personas innecesarias monitoreando cada cosa, era normal que las modelos estuvieran rígidas al posar, de esa manera nunca obtendría las fotos que les exigían, eso y la música era sumamente tranquila y aburrida. Fue su primera condición, tener solo a los maquillistas y encargados de vestuarios en el salón, por supuesto que también cambió el tipo de música por una más divertida para aligerar el ambiente, habló con las modelos, bromeó con ellas hasta que el ambiente fue mucho más ligero.
Jungkook se enteró de la llegada del fotógrafo cuando salía de su última reunión del día, por lo que decidió ir al estudio tan solo para ver cómo iba todo. Se detuvo en las puertas dobles que le daba paso al salón, cuando escuchó música alta viniendo del interior, risas de las modelos y entre todo eso logró escuchar las instrucciones del fotógrafo.
—Él dijo que las modelos estaban incomodas por la cantidad de personas, sacó a la mitad del personal —le comentó Jimin, quien aparentemente ya había terminado su jornada de trabajo.
—Entonces no debería interrumpir.
—No, mejor deja de trabajar tanto y vamos al bar cerca de aquí, Seokjin nos lleva —comentó Jimin empujando al hombre lejos de la puerta.
Los próximos tres días, cada que intentaba monitorear el trabajo del fotógrafo, él ya se había ido a casa. Estar fuera de la empresa por mucho tiempo evitaba que pudiera hacerlo, pero por lo que había escuchado de sus empleados era un persona bastante amable y divertida, eso le dejaba claro que todo estaba yendo bien, aunque lo creería cuando tuviera los resultados en manos.
Tres días fueron suficientes para terminar la sesión de fotos, eran muchas fotografías que debía editar precisamente en tres días más. Cuando tuvo que quedarse hasta tarde editando las fotos una por una, fue cuando en definitiva les dijo adiós a sus vacaciones.
No salió de casa ni siquiera para pasear al perrito inquieto que llegaba a sus pies mientras trabajaba desde el comedor de la sala. Apenas había dormido bien, solo quería terminar él trabajo por el que ya había recibido la mitad del dinero, cobraría el resto y volvería a la última semana que tenia de vacaciones antes de tener que irse a Londres.
El sábado en la tarde ya se encontraba nuevamente en la empresa, se sorprendió cuando algunas modelos lo saludaron durante su camino hacia el salón de reuniones en donde presentaría los resultados de su trabajo al dueño y al publicista. Aun tenia aquel vaso de café en manos para sobrevivir al sueño acumulado.
Intentó estar lo más presentable posible a sabiendas de que conocería al presidente de la marca. Después de cinco minutos de espera en el vestíbulo fuera del salón en el que se encontraban, la asistente le permitió pasar.
—Buenas tardes —saludó Taehyung haciendo una pequeña reverencia.
No estaba nervioso hasta que levantó su mirada y se encontró con aquellos ojos brillantes y ese cabello negro corto justo igual que la última vez que lo vio, detuvo sus pasos sin poder creer que del otro lado de la gran mesa se encontraba Jungkook, vestido con un traje gris de cuadros y a su lado el hombre que lo acompañaba en aquella fiesta.
—Adelante —le pidió Jungkook señalando la silla a su otro lado.
No lo recordaba, por la mirada y el tono de su voz Taehyung supo que no lo recordaba, lo que lo hacía sentir aún más patético por ponerse nervioso al sentarse a su lado. Respiró profundo y se concentró en su trabajo, saldría de allí corriendo y se olvidaría del hombre que aparentemente ya lo había olvidado.
Cuando las puertas se abrieron dejando a la vista al fotógrafo, Jungkook mostró una sonrisa que hizo desaparecer de inmediato solo para mantenerse profesional ante la situación. Seokjin lo miró con una sonrisa cómplice cuando el hombre se detuvo en medio del salón para mirarlo con los ojoso abiertos, escaneando todo su rostro, uno que Jungkook mantuvo neutral hasta que se sentó a su lado.
—Son hermosas, todas —halagó Jungkook al ver las fotografías sobre la mesa—. Tiene buen ojo y buen gusto —comentó Jungkook tratando de reprimir la sonrisa que lo delataría.
—Hice lo mejor que pude.
—Las quiero todas, ¿se puede?
—Pagó por una cantidad específica, eso le costará más, ¿está seguro? —cuestionó Taehyung apretando su dedo pulgar en la palma de su mano por debajo de la mesa.
Como deseaba abalanzarse contra el como lo hizo en su departamento aquella noche y el que le hablara de esa manera, le dedicara esas miradas, le hacía dudar de si realmente había olvidado todo.
—Envía el precio por correo y yo me encargo de que llegue el dinero completo, pero quiero todas las fotos.
—Pueden tener las muestras, enviaré las originales de manera digital con los tamaños que solicitaron —comentó Taehyung recogiendo las fotografías esparcidas sobre la mesa.
—Seokjin, puedes encargarte del resto, terminaré aquí y nos reunimos el lunes para discutir la logística —declaró Jungkook extendiéndole el sobre con las fotos al hombre que los miraba con una sonrisa cómplice.
—Cuidado con lo que haces aquí —comentó antes de irse.
—Bien, creo que mi trabajo termina aquí, fue un placer...
Taehyung se quedó a media frase cuando sintió una mano tocar su muñeca en el instante que se puso de pie.
—¿Acaso no me recuerdas? —cuestionó mirándolo desde su lugar.
—Es lo mismo que me pregunto yo.
—Qué difícil es encontrarte, no pensé que todo este tiempo fueras tú el fotógrafo.
—Bueno, estamos a mano, yo nunca me imaginé que fueras el dueño —admitió Taehyung volviéndose a sentar aun con la mano de Jungkook alrededor de su muñeca.
—Te busqué por meses, solo dejaste una nota, futuro esposo, ningún numero o correo, nada —demandó Jungkook al dejar ir su mano—. ¿Por qué te fuiste así?
—Se supone que ni siquiera debí quedarme, fue solo sexo.
—¿Lo fue? —preguntó Jungkook inclinándose más hacia el con sus brazos sobre la mesa.
—Pensé mucho en ti luego, pero cuando volví te busqué, dudaba que me recordaras —confesó Taehyung.
—¿Cómo olvidaría al hombre que saboree hasta la última gota en la sala de mi apartamento?
—¿Solo mi cuerpo?
—Tú en general. Eres una persona difícil de olvidar, Kim Taehyung.
El castaño sonrió ante el halago y se perdió en la propia sonrisa de Jungkook, seguía igual o mucho más guapo de lo que lo recordaba.
—Salgamos mañana.
—¿Cómo en una cita? —cuestionó Taehyung alzando una ceja.
—Sí, quiero conocerte, al parecer eres mucho más interesante de lo que imaginaba.
—Ya tienes mi número, envíame la dirección y allí nos veremos.
—Bien.
—Bien —repitió Taehyung viendo como el hombre se acercaba peligrosamente a su rostro y el no apartaría si seguía haciéndolo.
—Quiero besarte, pero no es el lugar, ni el momento —admitió Jungkook casi sobre los labios entreabiertos de Taehyung.
—Al carajo.
Taehyung no tardó un segundo más antes de tomar el rostro de Jungkook en sus manos y finalmente juntar sus labios en un beso desesperado que ambos deseaban tener. Se levantó de su lugar sin dejar de besarlo. Sentía que se derretiría en sus manos cuando Jungkook tocó su cintura en el instante que se sentó en su regazo a horcajadas.
—Creo... que no deberíamos salir como en una cita, vayamos al punto sin más —comentó Taehyung al apartarse de los labios del contrario, quien empezaba a jadear entre besos y lo menos que debían hacer era llamar la atención.
—¿Qué? No te invito para tener sexo —replicó Jungkook con cierta indignación en su rostro.
—¿En serio?, ¿de verdad quieres conocerme? —preguntó acomodando su ropa y tomando su bolso dispuesto a irse.
—Sí, lo que quieras decirme, hablemos mañana, ¿sí? Solo te invito a un café, sin segundas intenciones detrás —expresó Jungkook tomando la mano de Taehyung.
—Entonces te veo mañana.
—Sí, hyung.
Taehyung asintió con una sonrisa de lado. Cuando estaba con el olvidaba que él era mayor, no al contrario. Se olvidaba de la edad y todos los honoríficos con él y apenas era su segundo encuentro después de un año sin saber nada del otro.
—Por favor dime que no cogieron en el salón —le pidió Seokjin mientras salían del trabajo.
—No, pero nos besamos como si fuéramos a tener sexo —admitió Jungkook con una sonrisa de oreja a oreja que su amigo no dejó pasar desapercibido.
—Es increíble como lo encontraste después de un año, pensé que ya lo habías superado.
—Lo hice, hasta hoy.
Esa noche ambos se fueron a la cama más temprano de lo regular, ansiosos por que el domingo llegara pronto. Taehyung en el fondo quería una sola cosa, volver a tener sexo con ese hombre, porque sabía que tener algo más que eso no funcionaria, aunque las intenciones de Jungkook fuera simplemente conocerlo y compartir con él, no se quejaba si llegaba a conocer mas sobre él, pero al mismo tiempo le aterraba que le gustara más que sexualmente, porque si lo hacía sería más difícil mantener una relación únicamente de amantes.
A la mañana siguiente, el día parecía mucho más radiante que cualquier otro, paseó a su perrito temprano y cuando volvió recibió el mensaje de Jungkook avisándole que ya estaba de camino al lugar de encuentro, lo que hizo que fuera corriendo a ducharse y cambiarse. Buscó con desesperación en su armario algo decente con lo que presentarse, terminó usando un jersey azul por dentro de su pantalones caqui y zapatos deportivos blanco.
Se confió por el hecho de que la cafetería que el eligió estaba cerca de su casa, así que cuando vio la espalda del hombre, reconocería esa espalda donde fuera, se maldijo mentalmente por haber llegado tarde. Jungkook iba vestido con una T-shirt blanco algo holgado que llegaba hasta por encima de sus codos, dejando a la vista la tinta negra en sus brazos.
—Perdón por la tardanza. —Fue lo primero que dijo en cuanto llegó a su lado, recibiendo de su parte una reverencia, lo que le permitió ver sus pantalones holgados color gris, y que llevaban el mismo par de zapatos blancos.
Era la primera vez que lo veía con ropa tan casual y amaba esa versión de él, se veía más tierno que con aquellos trajes que provocaban en él un comportamiento de ansia sexual casi incontrolable.
—Está bien, no tengo mucho tiempo aquí —comentó Jungkook al sentarse de frente a Taehyung.
—¿Has venido antes aquí?, ¿qué me recomiendas?
—El café cappuccino o el té helado, junto al croissant de queso crema, es una delicia —respondió Jungkook con la mirada en el hombre que movía su cabeza de un lado a otro para apartar su cabello largo de su rostro, con la atención puesta en el menú frente a él.
—Entonces pediré eso —dijo al levantar la mirada, sonrojándose al sentir la mirada de Jungkook sobre él.
—¿Qué? —preguntó Taehyung cuando este no hacía nada más que mirarlo.
—Deberías estar frente al lente de una cámara, no detrás, eres hermoso Taehyung hyung —halagó el hombre que tomaba café.
—Por favor, solo Taehyung —susurró sintiendo sus mejillas sonrojarse—. Y gracias, supongo.
Jungkook tenía razón, el café y el croissant eran un manjar, disfrutó de aquello al igual que la conversación tan sorprendentemente fluida que tenía con el pelinegro, quien de vez en cuando jugaba con el piercing de su labio inferior.
Se sintió bastante cómodo con Jungkook cuando le puso tanta atención mientras le daba un montón de razones por las que debía estar detrás del lente de una cámara, alguien finalmente le prestaba atención cuando hablaba de algo que amaba, se sintió escuchado cuando le hizo preguntas al respecto.
Jungkook podía ver como los ojos le brillaban cuando hablaba emocionado de lo que amaba hacer, como sonreía y estaba tan animado, se encontraba profundamente perdido en su sonrisa y el tono grave de su voz.
Se hicieron preguntas uno al otro, Taehyung supo mucho más del presidente de Coveland, de lo que esperaba. Ha estado soltero por dos años porque sus relaciones nunca funcionaban debido a su trabajo, algo que le recodaba mucho a su propia situación, supo que prefería el verano antes que el invierno, que prefería café antes que té, que le gustaba más ver una película que leer, aunque con ambas cosas siempre terminaba dormido a mitad de camino.
Rieron por cualquier comentario del otro, de vez en cuando sus rodillas rozaban debajo de la pequeña mesa que compartían. Salieron del café y caminaron hasta el parque que quedaba cerca; los temas de conversación no parecían terminar y no es como si alguno de los dos quisiera que terminaran.
—Entonces, ¿por qué no quieres intentar que seamos algo más que amigos? Tenemos química tu y yo, a este punto no lo puedes negar.
—Una relación entre nosotros no funcionaria.
—Tu dijiste que eras mi futuro esposo, aspiro a eso —declaró mientras se sentaba junto a Taehyung en uno de los bancos del parque, comiendo aquel helado que compraron en la tienda de conveniencia
—¡Wow! Vamos más despacio, primero deberíamos..., tener un poco más de contacto físico, ya sabes —dijo Taehyung riéndose bajito.
—En serio, quiero saber la razón, has estado evitando la respuesta durante toda la mañana.
—Vivo en Londres, esa es la razón por la que me fui sin antes pensar en dejarte mi número, debía tomar un vuelo —confesó—. Es por ello que no quiero que tengamos algo más que solo sexo, tu eres un hombre empresario muy ocupado que de cierta forma está bajo el ojo público, yo solo soy un fotógrafo de desnudos que también está muy ocupado ganándose la vida con ello y vivo del otro lado del mundo, ¿crees que funcionaria?
Jungkook aspira a ser el futuro esposo de Taehyung, ese hombre no quiere perder el tiempo, directo a la boda🤭.
Espero que la historia sea de su agrado, será de tres capítulos únicamente, quería publicarlo todos juntos, pero aquí estamos.
¿Cual creen que sea la respuesta de Jungkook?, ¿Tae volverá a Londres o se quedará por Jungkook? Leo sus opiniones, preguntas, lo que tengan🧍🏻♀️✨
Nos seguimos leyendo pronto. FELIZ SAN VALENTIN💜🫂.
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