Capítulo 14
Mucho tiempo después...
Desperté esta vez primero que él, había descubierto que mi esposo no dormía mucho. Salvo algunas horas y un sueño ligero, me incorporé despacio, para no despertarle. Me gustaba admirar la vista en las mañanas, aún no salía el sol, pero el celeste del mar que rodeaba todo el frente de la mansión era de ensueño.
Llevábamos más de un año alli casi dos años de casados. Seguía siendo el jefe malhumorado y controlador, pero como esposo y al llegar a casa, era muy diferente. Bromeaba y jugaba con Enrico siempre que tenía oportunidad, a policías y ladrones. Que no era otra cosa, más que entrenarlo según él, para cualquier caso de peligro. Ahora con mi posible embarazo, la duda era si él quería hijos y de ser afirmativa esa duda, si no iba a desplazar a Enrico al tener sus hijos propios.
Tenía que hacerme unos exámenes, pero todo indicaba que estaba en embarazo. Cambiaba mucho mi situación laboral, Kurn no me dejaría trabajar y menos viajar. Aunque yo no iba a muchas reuniones, algunas según él no ameritaba mi presencia y a mí me gustaba estar con mi hijo, en la reunión de la inauguración de la filial en Londres, por ejemplo, yo no fui, eso sí, estuvo muy pendiente a mi casi toda la reunión. Solo dejo de enviar mensajes, cuando le di las buenas noches. En conclusión, Kurn Tomasevic, era un excelente esposo y un ogro como jefe.
—¿No puedes dormir? — me pregunta detrás de mí y tomándome por la cintura.
—Me gusta la vista a esta hora— le respondí inclinando mi cabeza a un lado, al sentir sus labios en mi cuello. — parece que estoy en un sueño, del que no voy a despertar.
—Si quieres te despierto —me dice y mordisquea un poco mi cuello, haciéndome lanzar un gemido.
— No es un sueño, — le digo en respuesta —pero me gusta la vista, esta y la tuya en mi cama. — lo sentí sonreír mientras seguía dando besos en mi cuello.
Todo el cuerpo de seguridad vivía allí, algunos estaban casados, como era el caso de Deán y Olivia, ellos eran pareja y sólo allí en la mansión me pude dar cuenta. Tenían dos niños de 10 y 8 años que jugaban con Enrico constantemente.
—A mí también me gusta esta vista, pero contigo... Eso la hace perfecta. —sonreí como estúpida al escucharle decir aquello.
—¿Crees que te gustara esa vista, si estoy pasada de kilos? —le pregunto y lo siento detener los besos.
Me giró lentamente y me observó en silencio, estaba casi segura que lo estaba. Pero quería confirmarlo antes de decirle algo, tendría que decirle a Deán que me llevara a algún laboratorio.
—No creo que exista problemas, si el interior sigue siendo el mismo —esa respuesta no la esperaba, pero me gustaría que fuera verdad.
—Nunca tuviste hijos ¿Por qué? — y se quedó en silencio.
Esperaba cualquier tipo de reacción, menos esa el silencio, sólo era consciente estaba bien, por su abrazo fuerte hacia mí y su mano en mi vientre. Dio un fuerte suspiro besando después mi cuello. Si sus empleados lo vieran de esa manera, quizás le perdiera el miedo.
—Con Belma y Sila, pero los perdieron — Me dijo. —Fue de los peores momentos de mi vida, — dice luego se unos minutos de tenso silencio. — tengo enemigos Dilcia, muy poderosos. El primero fue por descuido de Sila y mío, yo no estuve muy pendiente a su estado y ella no le importaba mucho cuidarse.
— ¿Y el otro? —pregunté y asintió.
—Belma, estaba en su cuarto mes, había aprendido la lección con lo de Sila y la cuidaba. Ella también quería al niño, su deseo era ser madre. — continúa diciendo.
Tenían problemas, pero el embarazo les hizo querer arreglarlo. Asistieron a una gala, en ella, y en una ida al tocador, un mesero le ofreció una bebida y en vista que era la que ella amaba, un té helado, él se la guardó a ella. En ese instante no ocurrió nada, salvo que ella empezó a sentirse cansada. La llevó a la casa y fue en la madrugada que empezó a sangrar, perdiendo al bebé horas después.
—¿Cómo sabes que fue ese mesero y esa bebida?
—No tomó nada más, y ella misma dijo, que empezó a sentirse cansada y por eso no siguió tomando. Pero ya había bebido lo suficiente. — se incorporó y caminó hacia los ventanales — fue complicado y aún lo es, señalar a alguien, pero mi enemigo más fuerte era Epson Frederick. Ella me culpó a mí de ese aborto, según ella era la mejor forma de deshacerme de ese matrimonio.
—Era también tu hijo, eso es absurdo ¿Qué fue de ella?
—Las cosas empeoraron, tenía crisis nerviosas y salía de la casa a cualquier hora. En aquella época era más pequeña y no tenía la seguridad de hoy día, asi que le puse un escolta personal, un chico joven Tyson. Se fue con él, pidió el divorcio y lo último que supe fue que estudió hizo carrera, tienen hijos y es feliz — concluyó.
—Sé que en estos casos atacan donde más daño cause, pero ¿Un bebé? ¿Una mujer en embarazo?
—Mi madre es custodiada por tres grupos de seguridad, de cerca, a dos metros y el revelo. — dice y girando hacia mí y hace una mueca.
Luce relajado, tranquilo, está desnudo en mitad de la habitación y parece encajar perfecto en el lugar. Nadie creería que el hombre broceado y de 1,85cm que esta ante mí, es de cuna humilde o que pasó por tantos problemas económicos en su niñez.
— Es imposible acercarse a ella y a mí, no sería un daño si me hieren a mi o me matan, no sufriría mucho, salvo quizás en el infierno. — ríe y ante su broma, me permito reír yo también, pero no tanto como el — Pero en un hijo mio es distinto, ellos saben que mi madre y un posible hijo, son mis mayores debilidades.
Me aterraba pensar que existiera personas capaces de hacer daño a una criatura no nacida. No quise escuchar más, quizás era el que llevara un hijo suyo, pero toda esa historia me daba terror. Entre a la ducha y lo dejé al teléfono con Lucíano, él tenía que viajar al otro día. Porque antes teníamos que llegar a la empresa, eso me daba cierto tiempo libre en la tarde para hacerme esos exámenes.
Una vez me vestí, le fui a la habitación de Enrico y la sorpresa fue única al encontrarlo despierto y con la ropa que usaría dispuesta en la cama. Le había dicho que me acompañaría a hacerme esos exámenes, para saber si tenía o no hermanitos.
—¿Por qué tan diligente? —le pregunto al verme poner su pantalón.
Me mira en silencio y sonríe de forma pícara, Enrico era mi primer amor. El motivo por el cual estoy viva, pensar que estuve a punto de hacerle daño me hizo querer llorar de repente.
—Tenemos que ir a ver si hay o no bebé —dice y le sonrió, resumiendo, eso era, pensé.
—Recuerda que es secreto y que no queremos levantar esperanzas—le recordé y asintió —que debemos ir en la tarde, vendré por ti.
—Si Mami — besé su mejilla y le ayudé a vestirse.
Minutos después bajaba las escaleras, para esperar a Kurn, mientras le esperaba, contesté correos y organizaba su agenda, bajó media hora después, con el móvil en su oreja.
—Buen día preciosa —me dice besando mis labios y niego divertida.
—Ya te di los buenos días Kurn.
—Un primer síntoma de la vejez hija mia —dije la señora Maya entrando al comedor —¿Por qué tan galante mi nieto preferido?
Le pregunta a un Enrico que solo me mira y sonríe, mientras divago entre permitirle mentir o no. Decido por lo segundo, por aquello de valores y que por muy piadosa que sea, una mentira es una mentira.
—Saldremos en unas horas, pero primero debo asistir a una reunión — respondo y Kurn asiente.
—Ali puede llevarla, Deán no está —recomienda y Kurn parece dudar —es de mi total confianza Kurn.
—Y te creo, solo que me gustaría ir también, pero debo viajar. Hablaré con él, para que este pendiente a ti, Deán está en Ankara solucionando algo. —asi quedó estipulado.
Una hora después salíamos rumbo a la oficina, me habían presentado al tal Ali, un hombre de unos 45 años y con cara de pocos amigos. Pero que mi suegra aseguraba era un amor, con nadie más estaría mejor. Su móvil sonó justo en las puertas del edificio. Escuchó a su interlocutor en silencio, para luego colgar y mirarme enojado.
—¿Recuerdas las hojas en blanco que te firmé? —asentí, fueron de las primeras ordenes que recibí. —¿Qué hiciste las demás?
—Las dejé en la caja de seguridad, te envié un video y nunca la volví a abrir sin tu consentimiento y las pocas veces estabas allí...
—¡Pues allí no están! —gritó.
—Que busquen bien, porque tuve cosas más valiosas en mis manos y siempre regresaron a tu poder sanas y salvas —en ese punto ya entrábamos al edificio.
El guardó silencio e imaginé que pensaba que había hecho con ellas. Era extraño, porque no se volvió a tocar el tema de esas hojas firmadas y yo di por hecho que él las había sacado. Desde esa ocasión, confío en mi un poco más y creí que era porque le había demostrado ser de fiar.
Supe que estaba en problemas gruesos cuando hizo reunión y me pidió no entrar. Mientras ella transcurría, llamé a Sandra, con quien seguía teniendo contacto, quizás ella podía darme noticias.
—Pensaba en ti en estos momentos, ¿Qué ta grabe es tu situación? —me pregunta y sé en ese momento que ella sabe algo más —Aquí se dice que tu vendiste unos documentos en blanco firmados por el señor Tomasevic.
—Jesús...
—María y José cariño, — escupe y si no fuera porque la situación es delicada para mí, me hubiera reído — Casandra se ha encargado de decirles a todos que te casaste solo para vender información y por qué desde un comienzo, estabas confabulada con el tío de tu hijo.
Lo que me faltaba, eso no podía estar sucediendo. Si entregué esas tierras era para el supiera que tenía buenas intenciones y que podía confiar en mí.
—Te juro que no eso no es así Susana —le rogué —Debe existir algo con lo que me pueda defender.
—Sé que no tienes que ver, algunos lo sabemos y hasta creemos que fue Douglas quien entró y robo esos documentos...
—¿Douglas a estado allí? —pregunté ansiosa.
—Sí, él Angy y ese abogado son muy amigos Wladimir (el nuevo jefe) y se han reunidos por varias horas casi todo el día... También Richard el de seguridad me dice que ayer, pidió estar solo en la zona de las cámaras....
—No me digas... Se perdieron los videos de seguridad de su oficina. —Interrumpí.
—Sí, cuando salió amenazó a Richard con despedirlo si decia algo y está mañana llegaron de la competencia con documentos, en donde el señor cedía algunos pozos...
—Dilcia ven aquí... —gritó desde el interior y solté el aire.
—Suerte cariño, yo estaré pendiente y cualquier cosa llamo al jefe —dice antes de colgar.
Colgué la llamada y metí el móvil en mi bolsa, por el timbre de voz me dijo que para él yo tenía la culpa. Lo que no era particularmente raro, pues solo él y yo teníamos acceso a esa caja de seguridad en los últimos días de estar allí. Una vez entré a las oficinas, los demás ejecutivos salieron, todos me miraban y bajaban el rostro.
—Confíe en ti, eres mi esposa Dilcia ¿Cómo me haces algo así? — habla al quedar solos, él estaba sentado y su cabeza apoyada en sus manos, tenía una postura de alguien que había sido defraudado— ¡Siéntate!
—Explícame primero ¿De qué me acusas Tomasevic? — pregunté y alzó el rostro y me miró de forma dura, me senté a regañadientes y esperé que me dijera algo.
—Vendiste información a Industrias Frederick y esos documentos en blanco desaparecieron de la caja de seguridad...
—¿Y yo soy culpable? ¿Alguien me vio? —dije incorporándome de la silla.
—Solo tú y yo sabíamos esa clave...
—¿Y tu hermano?, porque te recuerdo que esa fue su oficina por años y que lo echaste por ladrón. — me defendí.
—¿En serio culparas a Douglas? No se ha acercado a nosotros...
—Él te robó, yo jamás te he robado un dólar y todo lo que me diste te lo pague con esas tierras... Te tripliqué el pago —dije mostrando tres dedos hacia él, su respiración subía y bajaba, sus ojos habían adquirido un noto oscuro y su mandíbula y puños estaban tensos. — aquí todo me acusa por lo que sabes de mí. — seguí diciendo.
—No me vengas que te acuso por tu pasado Dilcia, porque jamás ha sido así —interrumpió —todo aquí es claro, tu sabia de esos documentos...
—Hace un año que no voy y además ¿Cómo sabes que no están? Tu y yo estamos aquí ¿Quién se dio cuenta que no estaban allí?
—Por qué le di la combinación de la clave de esa caja, esta mañana... Precisamente porque necesitaba que Wladimir hiciera un documento por mí — sonreí hasta llegar a las carcajadas.
—Wladimir… —grité—¿Cuál Wladimir? ¿Ese que ha sido visto con Angy, Connor y Douglas todos los días y por horas? —pregunté y se levantó lentamente. —¿El que entró ayer a la oficina de Richard y pidió estar solo con los circuitos? O el que le amenazó con echarle si decia algo.
—¿Cómo sabes eso? Te daba el beneficio de la duda Dilcia...
—Vete al mismísimo infierno Kurn Tomasevic, tú y todo tu maldito imperio. Llamé a Susan la recepcionista y fue ella quien me contó de los rumores. —aclaré, porque en ese punto quería dejar todo claro, antes de tomar una decisión — ¿No te casabas conmigo era para quitarme esas tierras? Yo te escuché ese mismo día decirlo por teléfono, aun asi jamás te juzgué o te hice escenas …. ¿Y tu hermano? ¿No te ha robado desde que entró? Lo humillaste y lanzaste a la calle, prohibiste su entrada a la casa y a las oficinas...
—Intentemos calmarnos... Preciosa...
—¡Preciosa y una mierda! Ahora soy yo la que no quiere hablar o saber de ti —di media vuelta y salí de la oficina.
Del edificio, lo hice media hora después, llamé a Olivia y pedí que sacara a Enrico a las afueras. Tenía que calmarme para poder hablar con él más tarde. Pero primero tenía que limpiar mi nombre. Tenía Ali como mi sombra, eso me daba cierta paz y tranquilidad.
Me hice los exámenes y esperé, ante la atenta mirada de Ali, quien enviaba mensajes a alguien. Resultó ser un hombre comprensivo e incluso me dijo que intentara entender a su jefe, estaba acostumbrado a que las mujeres le engañaran. Fue el quien me recomendó el laboratorio, pues según él era de un familiar y seria discreto.
—Felicidades señora Tomasevic, tiene usted doce semanas de gestación — dijo la doctora saliendo de su oficina y mi hijo brincaba de felicidad.
—¿Tendré un hermanito? —pregunta y la doctora le sonríe.
— ¿Doce? Es imposible... Ni se nota y manché hace dos meses...
—Eso es muy común señora —me interrumpe y me pide entrar con ella, pero al hacerlo recibe una llamada que la hace detenerse —Espéreme un momento, debo contestar esta llamada es urgente.
(...)
Una vez solo y con la cabeza fría decido que puedo hacer para averiguar que sucedió exactamente. La única cosa que se me ocurre es llamar a los Frederick, pero con Marck, que es la persona más accesible.
—Tomasevic, estaba por llamarte — me dice al levantar la llamada —Estoy con Jasón, mi hijo y ambos estamos buscando una solución a este infortunio.
Jasón lo recordaba cómo alguien a quien su abuelo amaba mucho, pero que según mis recuerdos su padre le mantuvo lejos del dominio de su abuelo. Algo que yo no le culpaba, Epson Frederick eral el demonio hecho humano.
—Kurn ¿Cómo estás? —Escucho su voz y sonrió, porque les temía a ambos y se escuchaban accesibles —tiempo sin verte, desde que trabajas con el viejo. —sonrió, porque sé que hay una crítica en su voz.
—No me culpes por tener moral, viejo —me defiendo y lo escucho reír —tenía un límite, pero no fue a eso que llame Necesito saber ¿Cómo recibieron esos documentos y de manos de quién?
—Al ser tu hermano nos es difícil verlo como un timador — eso me hace sentarme de golpe en la silla y pasar una mano por mi rostro — pero pueda que no sepa nada, pues envió a su abogado… ¿Cómo era su nombre? — le pregunta a su hijo y ambos respondemos.
—Connor Cook.
—Ese mismo, fue mi hijo quien se dio cuenta de la falla, al ver la firma rodada y dijo que no era algo que una persona como tu hicieras…
—A no ser que la vejez te esté dando duro o el Parkinson, de ser asi en eso puedo ayudarte —vuelve a arremeter y esta vez el que ríe es su padre —no iremos a juicio, cuando claramente has sido engañado y agradezco que solo di el 20% del 70% que pedía.
— No lo tomes a mal hijo, recibimos ese documento, porque vimos lo extraño y sabes que estaba mejor en mis manos que en otros…
— Lo sé padrino y le agradezco mucho esto, mañana mismo estaré allí y solucionaré eso — hablé algunos minutos más.
No di mis condolencias por la muerte de ese miserable, pues el mundo se había librado de una escoria humano. Pero si pregunté por su esposa e hijos, que eran algo asi como mi familia, yo lo sentía de esa manera, por los Bradford.
Al colgar tirar al piso todo lo que tenía en el escritorio. Le había acusado injustamente… otra vez. Demostraron ser totalmente distinto a al maldito de Epson, Jasón, había concluido que si el documento era ilegal el documento se echaba hacia atrás. Solamente exigía la devolución del dinero que dieron.
Lo que siguió de la tarde y con la confianza que ella estaba en casa, fue para ubicar a mi hermano. Así me enteré que se había casado con Angy que estaban en América. Llegando a casa cuando promediaban las seis de la tarde.
—¿Dilcia está en su cuarto con Enrico? —pregunté al ver que el niño no salía a recibirme como era costumbre.
—Ella se lo llevó esta mañana y no ha regresado —dijo Olivia solté el aire frustrado. — Deán llegó en la tarde y al ver su ausencia fue en su búsqueda, eso fue hace una hora señor…
Pensaba que ella ya se le había pasado el coraje. Pero tenía el móvil apagado y Ali, el hombre encargado de su seguridad también. Se me ocurrió llamar entonces a Deán, pero lo vi en la puerta.
—¿Qué sucedió? —pregunté caminando hacia el —¿Deán? — pregunté y mi hombre de confianza al ver que guardaba silencio.
— El GPS los ubicaba en un laboratorio y el auto estaba allí, pero no hay señales de ella. Hablé con la doctora, dice que recibió una llamada que el hijo sufrió un accidente y salió a llamar a su esposo. Resultó siendo mentiras, pero ya ni ella, el niño y Ali estaban…
—¿Qué exámenes se hacía?
—Estaba haciéndose una prueba de embarazo, luego la pasaron a una ginecóloga… no sé si esto sea una buena o mala noticia jefe tiene tres meses de gestación — intenté calmar el torbellino que era mi mente y corazón en esos momentos miré a mi madre, quien estaba contrariada.
— Jamás le creí capaz de algo asi, es un buen hombre …
—Creo que esa era la idea jefa, ganarse la confianza, imagino que ella le dijo que estaba en embarazo, sola y con el niño… fue blanco fácil. — asentí, en ese punto nadie creía que ella se había ido por su voluntad.
—Será mejor movernos, iremos a la policía, o a los locales cercanos, las cámaras de seguridad deben mostrar algo — tomé las manos de mamá y las besé —Tú no tienes la culpa y no te preocupes los encontraré.
—Envié la alerta a los terminales y aeropuertos, por eso me demoré, no quería llegar solo con las malas noticias — no saldría de la ciudad, daría la vida para que eso se cumpliera.
—Será mejor no involucrar a la policía, los medios no me dejaran trabajar —mi móvil vibrar me hizo levantar la llamada rápidamente y solté el aire al escuchar su voz.
—No me busques —fue lo primero que dice y le digo al chofer que detenga el auto y pongo el altavoz —esto jamás debió llegar tan lejos, mi presencia en ese puente fue a propósito… todo lo que hice o dije lo fue, Adrien solo quería un hijo tuyo y ya lo logramos. —Apreté el aparato con fuerza al ver que mis hombres escuchaban como fui engañado por ella.
—¿Qué ganas con eso? Me diste esas tierras ¿Qué ganas? — pregunté al ver que Deán me decia que siguiera hablando.
—No mucho en realidad, solo que mis hijos estarían conmigo y tú lo dijiste tu fortuna valen un millón de veces más que esas tierras… nunca debiste pasar esa noche por El London Bridge — colgó y me dejó con la sensación de terror y felicidad.
—¿A casa? —pregunta Deán y lo miró unos instantes, para negar segundos después —Si ella esa en esto hay que pensar por el momento en que quizás ese niño no sea suyo señor.
—Yo no cruce el London Bridge, ella se quiso lanzar del puente de la Torre, exactamente de la orilla norte… del Tower Halmets.
—La señora es inglesa y jamás cometería ese error —Asentí, ahora había que buscar porque ese puente exactamente. — ¿Buscaremos algo sobre ese puente entonces?
—No lo nombro al azar — respondí ¿Qué ingleses conocíamos? Que personas eran tan sagaces tan viles para hacer algo parecido.
—Angy … su cuñada es inglesa y ella está detrás de lo que le quisieron culpar a la señora —lo miré intrigado porque él no estaba allí cuando eso ocurrió —los chicos me lo contaron y también que ella, su hermano y ese hombre están en esto. Imagino que la idea era alejarla de usted.
—Ni yo sabía de su estado de embarazo ¿Cómo lo supo Angy? Ali — respondí— empezaremos por él.
Intentando ignoran que mi hermano estaba detrás de todo esto y pensando que quizás estaba siendo usado o quizás estaba secuestrado como mi esposa y mis hijos…mis hijos.
Tenía por fin una familia y nuevamente me seria arrebata, desde antes de nacer, esa palabra había sido esquiva para mí. Fueron mis padres los que me dieron la posibilidad de creer en que era posible tener un hogar.
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