"Las mentiras duelen y más cuando las dice alguien que amas"

Después de mi terrible mañana en el colegio la tarde estuvo un poco más ligera.

Escribir en mi diario en Braille me ayudó a despejar el estrés acumulado. 

Realicé un poco de ejercicio de meditación y me convencí a mí misma de no dejar que los comentarios de los jóvenes de mi colegio me afecten.

Pero, no sólo eso me afectaba, también estaba la duda que tenía Alejandra y la loca idea que se instaló en mi cabeza.

La posibilidad de que la mujer que yo creía que era mi madre no lo fuera me asustaba

Recordé que no había comido nada aún, así que me retiré el uniforme y me puse ropa deportiva para estar más cómoda, acomodé todo en su lugar para no tropezar.

Preparé algo fácil, un omelet con huevos, tocino, jamón de pollo, salchichas y queso mosarella. un poco de arroz y listo, estaba mi comida.

Salí de la cocina y me acomodé en el sofá, mientras comía alcancé el teléfono y llamé a Alejandra

Esperé un momento y luego de cuatro timbres contestaron. 

-- ¿Si, con quién desea hablar?

-- Con Alejandra por favor. 

Respondí con algo de desánimo.

-- Un momento por favor.  

Me respondió Merlina la encargada de cuidar la casa de Rosmery.

-- Niña Alejandra Al teléfono es la señorita Cárol.

-- Gracias Merlina ya tomo la llamada.

-- Hola Cárol,  que sorpresa ¿Cómo estuvo tu día hoy en el colegio?

Hice memoria de todo lo que sucedió mi primer día en el colegio. Sacudí la cabeza para borrar los malos recuerdos, no quería comenzar una conversación con malas noticias así que omití detalles.

-- Haber Alejita, que te puedo contar, mi primer día fue aburrido como  siempre  y sin dejar de pensar en nuestro asunto. -- -- 

Cuéntame ¿Cómo estuvo tu día? ¿tienes amigas nuevas? ¿Cuántos profesores nuevos ingresaron éste año? 

Le formulé una lluvia de preguntas mientras terminaba de comer mi omelet.

-- Haber Cárol, tengo muchas amigas nuevas, los profesores son jóvenes y divertidos y somos un grupo pequeño, así que estoy segura que nos llevaremos bien. 

-- Tu voz está algo apagada Cárol ¿Sucedió algo en la mañana que no me has contado verdad? 

Me acomodé mejor en el sofá para contarle un poco más de mi terrible día. 

-- Sí Ale, no puedo ocultarte algo así, mi día estuvo horrible, soporté las ofensas de los majaderos de siempre que no desisten en ofenderme y como es habitual, las autoridades los escuchan y sólo dicen ¡Guarden silencio!  pero la buena noticia es que tengo salón de clases nuevo y creo que la situación entre Rónal y yo está peor que el año anterior; no me habló todo el día.

-- Ay Cárol, ¿Ya empezaron a pelear el primer día del último año ustedes dos? La verdad no lo entiendo, creí que por ser el último año ustedes podrían tener por lo menos un trato de compañeros. 

-- Sabes que fue una relación de dos años y terminó mal a causa de sus mentiras y este es el último año, simplemente trato de lograr un trato cordial con Rónal sin resentimientos, pero él continúa tratando de llamar mi atención. 

-- La verdad Alejita, a pesar de que necesitaba desahogarme con alguien y contarle lo terrible que fue mi primer día, también te llamaba porque quería contarte que ya tengo un poco de dinero y podemos en vacaciones de navidad  salir de dudas.

-- Me alegro muchísimo Cárol, eso es ¡genial, genial, genial!

Me contagiaba de su emoción, pensé unos instantes y respondí:

-- Sí, Alejita, sólo es cuestión de esperar estos meses, por ahora tengo que dejarte debo realizar muchos ejercicios de física y ya es un poco tarde.

-- No te preocupes Cárol, cualquier cosa me llamas yo también tengo mucha tarea por terminar.

Luego de colgar la llamada con Alejandra, tomé mi mochila, saqué mis cuadernos y me dispuse a resolver unos problemas de física.
No es por presumir pero las matemáticas y la literatura de romance era lo mío; siempre me gustaba leer y   escribir poemas, por ese motivo aprovechaba mi tiempo libre para hacerlo.

Las horas pasaron muy rápido y no me di cuenta que ya era bastante tarde, me había demorado casi siete horas en acabar mis tareas y estaba agotada.

Mis padres llegaron de su trabajo, me saludaron, cenaron, yo les había preparado pollo a la naranja con papas cocinadas y ensalada de tomate; lo hice mientras tomé un descanso de mis tareas; así que me lo agradecieron  y liego de dejar todo ordenado en la cocina se retiraron a descansar.

Transcurrieron unos minutos y escuché a mi padre levantar un poco su voz; me retiré la frazada y salí sin hacer ruido. Despacio me acerqué a la puerta de la habitación de mis padres, traté de oír lo que decían

No entendía muy bien de que hablaban.

Hice mucho silencio para entender. De pronto mi padre habló...

-- ¡No es necesario que Cárol descubra la verdad! 

Han pasado dieciocho años y lo hemos manejado sin problemas. Cuál es tu objetivo de que mi hija descubra que tiene otra madre, no entiendo porque hablar de eso ahora Marifer. 

No pude controlarme y abrí con fuerza la puerta de la habitación.

Los dos me miraron muy atentos

-- ¿Desde cuándo entras sin tocar la puerta ? cuestionaba mi madre.

Mi padre trataba de mantener la calma.

Entre lágrimas y sollozos grité

-- ¿Escuché bien ? ¿Tengo otra mamá? 

Mi padre se acercó  y me abrazó con fuerza para calmarme un poco, pero lo aparté con ira.

-- ¡Suéltame por favor papá, ya no soy una niñita!

-- No cariño, has entendido mal, yo decía que no quiero que le digas madre a tus madrinas aunque figuren como eso, como tus segundas madres y como Mónica y Rosmery son tus madrinas, no quiero que tengas otras madres sustitutas a parte de tu mamá. 

el nerviosismo de mi papá al darme esa explicación sólo empeoró la situación porque mi madre lloraba y nadie llora porque la madrina de una sea una madre sustituta.

mi madre también intentó abrazarme pero tenía la  voz entrecortada 

-- ¡Tú no eres mi hija biológica, tu madre es Rosmery!

al escuchar eso sentí que me faltaba el aire, se me comprimió el corazón y sólo deseaba gritar.

No pude mantenerme cerca de mis padres y me escapé del abrazo de mi papá para salir de su habitación, no podía contener mis lágrimas.

mientras cruzaba el corto pasillo del departamento gritaba con tristeza.

-- ¿No mamá es una broma verdad? Eso no es cierto ¡dime que es mentira!

Temblaba de la impresión, la confusión y no quería estar más en el departamento.

Mi padre trataba de detenerme y salí a toda prisa; tropecé al pasar por un mueble de cristal, se rompió y los cristales se dispersaron por el suelo; mi papá corrió a verificar si me lastimé, pero, en ese momento no pensaba.

Salí gritando:

-- ¡No es verdad!¡Eres mentirosa mamá, sólo quieres confundirme! ¡Te odio!

Nunca le había gritado a mi madre, pero, esa confesión me desgarró el corazón

Antes de que hagan algo más lancé la puerta y salí corriendo del departamento.

Ya era casi medianoche y no sabía qué hacer.

Busqué mi celular en el bolsillo de mi pantalón y llamé a una amiga.

-- ¡Hola Anita!, ¿Puedo ir a tu departamento?

-- Sí, Cárol, estoy únicamente con mi mamá.

-- ¿Te encuentras bien? Te escucho llorar

-- Muchas gracias Anita ya voy para allá y te explico.

Nunca había dormido en otra casa, pero en ese momento me sentía mal.

Laura, la madre de Anita, llamó a mis padres y les informó que yo dormiría esa noche en su departamento

Es fácil perder la confianza y herir sin intención

Se ha quebrado el alma de una pequeña flor

Una lágrima ha reemplazado aquél amor

Ahora sólo el tiempo curará el dolor...