4 UN DÍA TORMENTOSO
" Es normal sentirse perdido como un ratón si el mundo te ataca"
Al día siguiente mientras desayunaban mis padres, tomé el teléfono inalámbrico, me dirigí a mi habitación y antes de salir con dirección al colegio llamé a Alejandra.
no esperé mucho porque al segundo tono de timbre Alejandra contestó.
-- Hola Alejandra espero tengas un bonito primer día de clases, no te olvides que tenemos que investigar por qué la tía Rous dice tener 4 hijos cuando estoy presente y lo comenta con otras personas.
-- Sí Cárol para ti también un bonito día, no he olvidado ese asunto pero, ¡hasta ahora no tenemos nada, ninguna pista!
¿Y si nos hacemos un ADN?
Preguntaba Alejandra con voz entusiasmada.
-- No es mala idea dije yo.
Luego de unos segundos de silencio Alejandra notó que algo faltaba y con un poco de inseguridad dijo:
-- Es buena mi idea pero Cárol es costoso para nosotras. Además, yo aún soy menor de edad.
Escuchaba entristecer tu voz al otro lado del teléfono.
-- Tranquila Alejita, es un examen de compatibilidad familiar y yo tengo dieciocho años, así que sí podemos realizarnos ese examen. Descubriremos la verdad y sabremos que es lo que nos ocultan.
-- Está bien Cárol, mantenme informada para pensar en una escusa para ir a quito y hacernos ese examen, no puedo estar tranquila sólo de pensar que nos mientan.
Te comento que ayer mi tía Alice me preguntó ¿Qué harías si tuvieras una hermana mayor? ¿Sentirías ira con tu mamá? ¿Qué harías si tu hermana fuese una persona que ya conoces? todas esas preguntas me dejaron aún más nerviosa.
-- No te preocupes Alejandra, llegaremos al fondo de todo esto, algo me dice que estoy involucrada y sabremos que nos ocultan, por ahora te dejo tengo que desayunar a toda prisa y correr al colegio, afortunadamente está al frente de mi conjunto habitacional ja, ja, ja.
-- Ten un bonito día Cárol.
Colgué la llamada, tomé un poco de chocolate caliente, me coloqué mi mochila en los hombros y salí corriendo al colegio.
-- ¿No se te olvida algo Cárol? ?
Decía mi mamá mientras terminaba su café.
-- Perdón mamá, los quiero mucho; nos vemos tarde.
Les lancé un beso, tomé mi bastón y salí del departamento a toda prisa.
Desde la ventana mi papá gritaba.
-- ¡Cuidado te golpees, no corras!
Mis padres no me acompañaron el primer día, sabían que era el último y no querían abergonsarme frente a los otros estudiantes llevándome de la mano a mi salón de clase, esa era tarea del inspector.
Ese era mi último año de secundaria y no quería problemas con nadie
Ya tenía suficiente con haber soportado durante años a mis compañeros de clase y que todo el tiempo dijeran mis profesores que a pesar de mis circunstancias yo siempre me esforzaba por ser la mejor en todas las materias
Eso era muy cierto, pero en lugar de ser estímulo de superación, era motivo de molestia para mí, porque sin conocerme ya me odiaban y me ponían apodos como:
cerebruto
Miss bastón
orejas de elefante
antenas de radio
Cuatro ojos
Esqueleto con falda
Enana lagartija
esos insultos me dolían y mucho, lo más frustrante era que las autoridades nunca hacían nada por poner un freno al acoso que yo soportaba.
Empecé ese día decidida a dejar buenos recuerdos al menos en mis profesores y juro que me esforcé por no darle importancia a las ofensas de algunos jóvenes, pero ellos hicieron de mi primer día de clases una tormenta.
Crucé el pasillo y le pregunté al inspector cuál era mi salón ese año.
él se acercó y me tomó del brazo.
-- Buenos días Cárol, vamos te ubico en tu salón. Éste año es fácil para ti llegar es el salón que está subiendo los escalones, no te perderás pero, ten cuidado al bajar el bastón podría enredarse en las gradas y causarte un accidente.
Asentí y di las gracias.
---- . Me estrechó la mano.
-- De nada Cárol, ingresa y colócate donde te sea más cómodo, faltan 20 minutos para empezar. Éste año no habrá discurso de ingreso porque ya todos nos conocemos.
El inspector se retiró y al bajar para dirigirme al baño algunos estudiantes pasaron junto a mí.
Murmuraban.
-- ¡Miren ahí va la presumida cuatro ojos! ¡seguro éste año le regalan el diploma.
otros insinuaban:
-- Seguro ya le tienen las respuestas listas y sobornó a algún profesor.
Una joven dijo:
-- No hablen tan alto el papá de Cárol es oficial de policía, ¡Seguro nos lleva detenidos! y otro respondió tranquila Cárol no escucha y ni se da cuenta lo que está frente a su nariz. todos rieron y eso me lastimó pero los ignoré y continué caminando.
Todos empezaron a abuchearme, gritar y burlarse hasta que el inspector pidió que guarden silencio.
-- ¡Basta jóvenes, guarden la compostura ya vamos a iniciar las clases, diríjanse a sus salones!
Ignoré todos esos comentarios desagradables, aceleré el paso y entré al baño para tomar aire.
Me repetía una y otra vez
-- ¡tú puedes con esto Cárol, eres más fuerte que ellos, esas burlas no deben afectarte!
Pasaron ocho largas horas aburridas y en el recreo continuaban los insultos y burlas contra mi, pero, por primera vez, no me defendí y eso les molestó aún más.
El primer día terminó como un dolor de cabeza.
No hablé con nadie, no respondí a nadie, tampoco comí nada y mucho menos le dirigí la palabra a Gabriel, él era mi mejor amigo. Sabía que no tenía la culpa de todos los insultos que escuché en la mañana pero me sentía bulnerable y si hablaba con él y le informaba lo que pasó con seguridad terminaría llorando y no quería eso el primer día.
Gabriel no resistió más mi silencio.
-- Cárol, Cárol, ¡háblame!
Todo el día me has ignorado. ¿te pasó algo? ¿Quién te ofendió?
Perdóname por no llamarte en las vacaciones estuve en club de básquet. Por favor Cárol háblame.
Insistía mientras me sacudía de los hombros, pasé las manos sobre mi rostro y le contesté:
-- Hoy no Gabriel estoy agotada.
Al ver mi molestia no insistió más y bajó sus manos de mis hombros, pero me hizo girar sobre mis talones y me abrazó, no sin antes decirme:
-- Está bien princesa, pero, si quieres hablar me llamas.
Asentí, tomé mi mochila y bajé despacio las gradas hasta salir del colegio.
Ese día fue tormentoso, pensé que al ser el último año de clase sería mejor y ya no me molestarían, pero estaba muy equivocada.
Crucé la calle, saludé al guardia de seguridad del conjunto donde yo vivía y entré, caminé un poco por el pequeño jardín que se encontraba cerca del edificio en donde yo vivía.
Subí las escaleras, respiré profundo, saqué mi llave de la mochila y abrí la puerta con cautela como si tuviese miedo de encontrar algo que no me agradara ahí dentro.
Me sentí más tranquila al notar que no había nadie; fui a mi habitación , busqué mi diario en mi cajón y me dispuse a escribir todo lo que había sucedido ese día
"Querido diario:
-- Hoy fue el primer día del último año de secundaria y ya quiero que se acabe tengo un mal presentimiento y sé que algo va a suceder, algo que no me va a gustar y no sabré cómo reaccionar.
Dime loca y todo lo que quieras, pero es un presentimiento que me da miedo.
Mis compañeros son idiotas, mis profesores aburridos, la directora estresante y me da asco sentir que miren mi cuerpo como si fuese un objeto. Mi papá tiene razón, lo que no se ve se siente y yo siento esas miradas sobre mi busto, sobre mi cuerpo y es frustrante.
Sólo quiero hacerme bolita en mi cama y olvidar todo, pero tal vez ya estoy grandota para resolver mis problemas escondiéndome en las frazadas, creo que tienes razón querido diario, debo ser valiente y poner un freno a todas esas ofensas"
Me sentí mejor luego de expresar en mi diario todo lo que guardaba en mi cabeza y mi corazón.
"Las palabras lastiman si se dicen con intención
Es más fácil destrozar sin pedir perdón
Vivimos en un mundo que no tiene compasión
Es momento de hablar y educar a la razón...
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