Viperion observaba detenidamente cómo Ladybug y Chat Noir peleaban contra el nuevo Akuma oculto entre las sombras de un edificio cercano.

El héroe felino activó su cataclismo, pero el esbirro de Hawk Moth lo estaba esperando y lo esquivó con facilidad ocasionando que el rubio tocara con su mano una farola de la avenida que provocó su caída sobre la catarina lastimándola en el acto.

Viperion chasqueó la lengua malhumorado.

"Demasiado impulsivo chico gato" pensó con desdén.

Sin pensárselo demasiado tomó su pulsera y, girándola a la altura del cierre, pronunció las palabras "Second Change" para darle una nueva oportunidad a los héroes.

Todos se posicionaron en su lugar inicial y comenzó de nuevo la pelea. Sin embargo, en esta ocasión, fue Ladybug quien metió la pata cuando, al esquivar un ataque de su adversario, tropezó con Chat Noir provocando la caída de los ambos. Momento que el Akuma aprovechó para dejarles fuera de combate mediante un ataque rápido y contundente.

El héroe viperino bufó exasperado y, sin otra opción, volvió a emplear su poder para retroceder en el tiempo.

Y así estuvieron toda la mañana una, dos, tres, cuatro, cinco, seis intentos...

Viperion ya estaba realmente aburrido y cansado cuando los famosos héroes de París por fin lograron derrotar al Akuma.

–¡Lo hicimos! –exclamaron felices tanto la moteada como el chico de traje negro a la vez que chocaban sus puños celebrando la nueva victoria.

En ese momento Viperion salió finalmente de su escondite y, acercándose lentamente a sus ex-compañeros, comenzó a aplaudirles de manera sarcástica.

–Sí, sí... bravo, lo hicisteis... sólo que después del vigésimo intento ya me cansé de contar –les comentó con una sonrisa irónica mientras los otros se volteaban al percatarse de su presencia.
–Si estuviste aquí todo el tiempo, ¿por qué no nos ayudaste Viperion? –le recriminó Chat Noir frunciendo el ceño enojado.
–¿Qué no me has oído chico gato? –contraatacó con indiferencia–. Estuve salvándote el culo todo el rato porque eres un inútil.
–¡Serás...!

Chat Noir caminó hacia él dispuesto a tener "más que palabras" con el portador del Miraculous de la serpiente, pero Ladybug le agarró del brazo con fuerza deteniéndolo en el acto.

–¡Ya basta los dos! –exclamó la catarina–. Por favor –mirando a su fiel compañero suplicante, a lo que el rubio acabó asintiendo resignado y con cierto resquemor–. Gracias por ayudarnos Viperion.
–Sí, bueno... solamente cumplo con mi deber –le dijo con una voz carente de emoción.

Y sin esperar respuesta alguna, se fue del lugar sin tan siquiera despedirse de los héroes y provocando el gruñido indignado en el chico con traje de gato.

–No entiendo por qué le consientes este comportamiento, My Lady.
–Dime Chat Noir, ¿cómo te sentirías si fuese yo quien estuviera inconsciente en esa cama del hospital?

El héroe la miró dolido por ese golpe bajo.

–Destrozado –admitió él–. Pero pelearía al lado de mis compañeros y no permanecería todo el rato oculto sólo Dios sabe dónde para después salir y terminar diciendo que todo ha sido gracias a él. Si se dignara a dar señales de vida cuando llega, derrotaríamos antes al Akuma como un equipo –cruzándose de brazos molesto.
–Razón no te falta, pero uno nunca sabe cómo va a reaccionar ante una situación así Chaton –le dijo la heroína negando con la cabeza–. Viperion ahora mismo está abrumado por el estado de Ryuko.
–Sabes, eso es lo que no entiendo –musitó el rubio pensativo–. Sé que se llevaban muy bien y eran buenos amigos, pero le está afectando demasiado. Es como si en vez de amigos fueran...
–¿Novios? –dijo la heroína acabando la frase por él e intuyendo lo que iba a decir.

Chat Noir asintió con la cabeza.

–Tengo la sospecha de que lo eran... y de que revelaron sus identidades sin decirnos nada.
–¿En serio Bugaboo?
–Sí, y por eso actúa así. Es obvio que se siente culpable por no haber podido salvarla.
–¿Entonces qué vas a hacer con él? –le preguntó Chat Noir sabiendo que ella era la nueva guardiana desde la marcha del Maestro Fu–. ¿No deberías buscar a otro portador para Sass?
–Sass no ha presentado ninguna queja sobre su elegido y lo que necesita Viperion en este momento es que le concedamos tiempo para asimilar lo que ocurrió. Es una buena persona Chaton. Si no fuera así, no habría venido a ayudarnos.

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Mientras tanto, lejos de donde se encontraban los héroes de París...

Luka Couffaine tomaba las manos de Kagami Tsurugi mientras ésta seguía postrada en la cama de su habitación, ubicada en uno de los hospitales más prestigiosos de toda la capital francesa.

–Hola, mi amor –la saludó apretando fuertemente sus manos e intentando que su voz no se quebrará debido a su congoja–. Hoy me he retrasado un poco porque he tenido que ayudar a Ladybug y Chat Noir con un Akuma bastante escurridizo, pero ya estoy aquí para pasar la tarde contigo.

El joven se la quedó mirando un largo rato en busca de alguna reacción por parte de su amada; no obstante, y como los días anteriores, no sucedió nada.

–A veces me pregunto por qué sigo con esto... por qué sigo siendo Viperion cuando cada vez que me transformo me asaltan miles de imágenes en la cabeza de nosotros dos luchando juntos en favor de la justicia atormentándome sin piedad y enrareciendo mi carácter bajo una fría sombra de oscuridad –le confesó–. Recordar por todo lo que hemos pasado y darme cuenta que tú ya no estás ahí, es la canción más dolorosa y amarga que puedo evocar en estos días.

Sus ojos comenzaron a cristalizarse y un par de lágrimas recorrieron inevitablemente sus mejillas.

–Pero luego imagino lo que tú me dirías... –le dijo forzando una pequeña sonrisa–. Que no importa las circunstancias en las que nos encontremos porque nuestra labor es permanecer siempre al lado de Ladybug. Pues nosotros fuimos los elegidos sobre todos los demás y, por ti, seguiré cumpliendo con mi deber hasta el día en que despiertes... –besándole el dorso de sus manos con infinito cariño–. Para volver a luchar a tu lado como Ryuko, la leal y valiente portadora del Miraculous del dragón.