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Capítulo 9

¿Habrá decidido bien?

En ese momento, sentía miedo de dar ese paso, su mente estaba hecha un completo lío. De verdad quería a Naruto, no tendría miedo de pasar su vida con él, y eso solo lo ha podido confirmar en todos esos meses de noviazgo y los tres meses de prometidos. Ya un año de relación, mas otros dos meses desde que se conocieron. Desde que lo vio, se encantó por esa mirada, esa sonrisa, esa personalidad. Quizá eso es lo que llaman amor a primera vista, ¿no? Aunque él no creía en eso. Sí conocía ese sentimiento de ver a alguien y atraerse hacia esa persona, y fue justo lo que le pasó con Naruto, pero nunca fue amor... al menos hasta ese momento.

—Aunque no me creas, esta es la primera vez que ayudo en la selección de un traje de boda. La señora Hinata tuvo ayuda de su madre y hermana, y así no hubieran estado ellas, tampoco me habría pedido ayuda. —la anciana miraba todos los trajes de boda, sería igual al de Naruto, tal vez lo que podría variar sería el color. —Pero mejor para mí, me enteré que duraron casi una semana en elegir el vestido, y si te soy sincera, no me gustó el estilo.

—No me imagino cómo pudo ser. —ya lo había visto. Una vez charlando con Naruto sobre su niñez, los dos apreciaban un álbum de fotos. En la última página vio la fotografía de él y Hinata después de haberse casado, le parecía que la Hyuga se veía encantadora. —¿Le gusta alguno? —a pesar de ser su boda, tuvo estrictas órdenes de Chiyo de no interferir en su búsqueda, quiso darle el gusto y solo la observaba desde un sofá.

—No, tiene que ser perfecto. —sacó uno para poder tocar la tela, rápidamente lo devolvió juntos los demás. —Tienes que verte maravilloso, no puedes ir con lo primero que te encuentres. ¿Te gustaría que fuera blanco o negro?

—Ahm... no lo sé. Yo...

—O puede ser gris... ¿sería buena opción? ¿Cómo te verías? —ya estaba hablando consigo misma. —Señorita, ¿tiene más colores de este mismo estilo?

Sonrió, siempre creyó que su madre sería la que lo ayudaría para esa ocasión, pero de igual manera se sentía feliz de ver a Chiyo. Aún no olvida cuando se le iluminó el rostro en el momento que le pidió ayuda. Naruto, por su lado, le había dicho que unos amigos del trabajo se habían ofrecido a ayudarlo a buscar un nuevo traje.

Su celular vibró en el bolsillo de su pantalón, lo sacó y se asombró al ver quien lo llamaba. Aprovechó el despiste de Chiyo y se alejó rápidamente para contestar.

—¿Sakura?

¡Sasuke! ¡Hasta que te puedo localizar! —tuvo que alejar un poco el celular de su oreja por el grito. —¿Qué rayos pasa contigo? De no ser por tu mamá, pensaría que estabas muerto o algo. Hasta empecé a ver la serie aquella de los aeropuertos, a ver si salías por ahí.

Lo siento, he estado algo ocupado.

¡¿En más de un año?! ¡Debes de estar bromeando!

—Bien, de acuerdo, no tanto así, pero sí he estado últimamente bastante ocupado.

Tenemos muchas cosas de qué hablar, espero que puedas sacar algo de tiempo. Hace unos minutos que llegué a Japón.

Espera, ¿lo dices en serio?

¡Siii! ¡Estoy tan emocionada! Hacía mucho tiempo que no venía, y a eso tengo que sumarle que estás aquí. ¿Qué estás haciendo en este momento? Pensaba que quizá podíamos vernos.

Estoy escogiendo un traje para una boda.

Vaya, ¿se casa algún conocido? Ah, ¡taxi! la muchacha extendió su mano para llamar más la atención.

—Más bien... el que se casa soy yo. —escuchó bastante ruido del otro lado, incluso miró su celular para asegurarse de que la llamada seguía activa. —¿Hola?

¡¿Cómo es eso de que te vas a casar y yo no sabía nada?!

—Bueno, te acabas de enterar. No te sientas mal, aún no me digo a mi familia. —anotó en su lista mental avisarle a su madre, jamás le perdonarían que no les dijera algo así.

No sé si sentirme bien por mí o mal por tu familia. cerró la puerta del auto. —Iré a casa de mi tía, mándame tu ubicación cuando estés... donde sea que estés viviendo, para buscarte al rato.

De acuerdo.

¡Tengo que conocer a tu prometido y saber si es digno de ti!

Soltó una risa antes de cortar la llamada. Su amistad con Sakura no había empezado de la mejor manera, y ni siquiera él se imaginó que ella sería una de sus grandes amigas. Se conocieron en el jardín de niños, ella siempre trataba de llamar su atención, y no fue la excepción en la escuela o secundaria, era el mismo cuento. Más de una vez le había confesado estar enamorada de él, sin importarle que fuera doncel, aunque claro, nunca pudo corresponderle. Hace cuatro años, en una fiesta de amigos, ella le confesó que todo había sido para engañarse a sí misma; gustaba de las mujeres, y temía lo que pudieran pensar los demás, por eso había creado la farsa de estar enamorada de él. Ese día solo la abrazó y le expresó su alegría por tener la valentía de ser honesta con ella misma.

A partir de ese momento, su amistad empezaba crecer más. A veces la hacía de hermana mayor, y eso que solo era mayor que él por unos pocos meses, pero ella se lo tomaba muy en serio.

En la verdadera traición de amor que experimentó a sus 22 años, cuando encontró a su primer novio en la cama con una de sus amigas, ella fue la primera en estar ahí. Esa vez quiso darle una sorpresa a su ex, había tocado varias veces la puerta, y se extrañó al ver que ni siquiera tenía seguro. Entró con confianza, y fue hasta su habitación, el resto de la historia se cuenta sola. Aún recuerda las palabras de Sakura.

Escucha, no cualquier idiota puede estar contigo, eres mucho más que "un rato en la cama". así se lo había dicho su ex, tan solo lo quiso para eso. —Aunque no lo parezca, pero tienes un corazón sincero, mereces a alguien que te ame en serio. Es más, yo misma me aseguraré de que el siguiente sea el indicado, y si no lo es, será un buen pretexto para golpear a alguien, ¿no lo crees?

Sakura en verdad es una buena amiga.

Recordó la llamada pendiente con su madre. Chiyo aún estaba, casi discutiendo, con la encargada de ese turno, ya podía ver varios trajes fuera de su lugar. A los pocos timbres, escuchó la voz de su mamá.

¡Sasuke, me alegra tanto que llamaras! Hoy pensaba en llamarte, ya me hacías falta, mi niño. ¿Cómo estás? ¿Ya sabes que Sakura está en Japón? Me dijo que lo primero que haría sería buscarte.

Sí, mamá, me llamó hace poco. Escucha, tengo algo que decirte.

¿Pasó algo? ¿Estás bien?

No te preocupes, no es nada malo. —al menos no para él. —Ya te había contado de que conocí a alguien.

Ay, sí, debiste de haber visto la cara de tu padre y tu hermano cuando les dije, creyeron que estaba bromeando.

Sí, bueno, resulta que... él... —temía que no se lo fuera a tomar de la mejor manera, pero sabía en el fondo que su madre se alegraría, siempre ha sido así. —... me pidió matrimonio.

¡¿DE VERDAD?! chilló de la emoción, el Uchiha menor pudo sentir un calor en su pecho. —Ay, no te imaginas lo mucho que me emociona saber eso. ¿Cuándo se casan?

En tres semanas, ¿crees que...?

¿Podamos ir? ¡Por supuesto! Le diré a tu padre, sé que irá con tal de conocer a tu prometido. Y ni qué decir de tu hermano. ¿Crees que podamos hablar con él? Me dijiste que no habla coreano. 

—Le he enseñado un par de cosas, pero aún no es suficiente. Estaré allí con él, así que no habrá ningún problema. Avísame si en verdad podrán venir, y, por favor, que Itachi y papá no vengan con intención de interrogarlo.

Tranquilo, me haré cargo de eso, confía en mí. En serio, me siento feliz por ti, hijo. Tu prometido no se salva de mí, eh, confío en tu criterio, pero como tu madre, quiero estar segura de que estarás bien.

Lo sé, estoy seguro de que te agradará.

—¡Sasuke! ¡Mira este traje!

—Nos estamos hablando, mamá, esperaré noticias de ustedes.

Cuídate, ¿?

Frente suyo había una gran variedad de trajes, de distintos tonos, incluso uno lo vio desde que entraron en uno de los maniquíes. Aún estaría un largo tiempo allí.

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Había tardado un par de horas en instalarse en la casa de su tía, y otro poco de horas en llegar a la ubicación que Sasuke le había enviado. Se acercó a lo que creyó sería un timbre, tenía un pequeño parlante.

—Disculpe, ¿aquí vive Sasuke Uchiha? —por un momento creyó que la dirección había llegado errónea, pero ya dio varias vueltas por la urbanización y todo indicaba que estaba frente a la casa correcta.

Solo bastó decir el nombre del Uchiha para que la dejaran entrar, quizá él ya había avisado de su visita. El terreno era enorme a su parecer, la casa maravillosa, el jardín encantador, los trabajadores amables, todo parecía ser sacado de un cuento de hadas. Se detuvo al ver salir a ese pelinegro de la enorme vivienda, sus pasos se hicieron presurosos para saltar encima de él. Suerte que decidió cambiarse de ropa y vestir algo más casual; unas tenis, un jeans y un suéter rosa.

—¡Sasuke! —se abalanzó a sus brazos, lo había extrañado muchísimo, incluso sintió sus ojos humedecerse. —En serio me hiciste mucha falta, a la próxima no dejes de comunicarte conmigo, ¿si?

—Ya me disculpé. —correspondió al abrazo.

—¿En serio aquí vives? —alzó su mirada para contemplar mejor la fachada de la casa. —Es impresionante, ¡es más grande que la casa de tus padres! Tiene que ser una broma.

—En realidad, no, no vivo en esa casa. Vivo con la señora Chiyo, aquella mujer que está allá sentada. —le señaló la misma banca que daba vista al jardín. —No pienso vivir en esa casa hasta no estar casado.

—¡Aún así es impresionante! ¿Es la casa de tu prometido? —él asintió. —Vaya, alguna día debería de hacer lo mismo a ver si así encuentro al amor de mi vida, me empiezo a aburrir de estar sola. ¿Dónde está?

—Ah, él...

—Sasuke, tengo que irme, Kiba me llamó y dice que... ¿quién es ella? —miró a la muchacha de pies a cabeza, ni siquiera se le hacía familiar de algún lado.

—Se llama Sakura, es una amiga, llegó a Japón hace unas horas.

—Oh, ¿ella también...?

—No es coreana, nació acá y fue a vivir a Corea desde los cinco años.

—Mu-mucho gusto. —reaccionó luego de salir de su trance, extendió su mano como saludo formal. —Sakura Haruno, espero no causar molestias.

—No te preocupes, si eres amiga de Sasuke, entonces eres bienvenida. —rodeó al cintura de su prometido para darle un rápido beso en los labios e ir a su auto. —Regresaré en la noche.

Al irse y volver a dejar a los dos jóvenes a solas, solo se escuchó el chillido de Sakura, incluso provocó que Chiyo volteara a verlos asustada.

—¡No inventes, Sasuke Uchiha! E-ese es Naruto Namikaze, ¡lo es! ¡Y es tu prometido!

—¿Lo conoces?

—¡Claro! Lo he visto en muchos reportajes y revistas de moda, ¡su empresa es una de las más famosas! Pero, ¿que no estaba casado con... Hinata Hyūga?

—Larga historia...

—Espera, estas son las conversaciones que obligadamente tienen que darse comiendo algo. ¿Qué tal si preparamos galletas? Podríamos hacer varias para los trabajadores, ¡y chocolate! Eso no puede faltar.

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Se fueron al jardín interno, sentados en la pequeña grada que daba al pasto. Una bandeja con un plato de galletas estaba en medio de los dos.

—Es demasiado todo lo que ha pasado, ¿y sigue en coma? —el pelinegro asintió. —Con razón no volví a saber nada de ella... siempre veía noticias en los medios, o fotografías, jamás pensé que le había pasado algo así. Tampoco lo del divorcio.

—Me alegra saber que no se ha difundido, queremos mantener esto en secreto al menos hasta que ella despierte, para después evitar problemas.

—Como se dieron las cosas entre ustedes parece como si fuera una telenovela, el típico amor a primera vista, solo esperemos que todo marche bien entre ustedes. —sonrió nostálgica.

—¿Y qué tal te pareció? —miró el cielo, la noche empezaba a llegar poco a poco.

—Te recuerdo que no salí de mi impresión al ver quien es tu prometido, tengo que verlo de nuevo. —cruzó sus brazos.

—Sasuke, ¿ya pensaste en las flores que quieres? —Sakura se espantó por la vocecita a su espalda, al voltearse, topó con una chica más o menos de su edad, rubia y de unos ojos claros.

—Sabes que las flores no son lo mío, prefiero confiarte eso a ti. —si bien había visto ya varios tipos de flores, no sabía cual podía ser la mejor para la ocasión.

—¿Lo dices en serio? ¡No te fallaré con esto, confía en mí! —se atrevió a abrazarlo, para la boda de Hinata, ella no pudo ni siquiera dar su opinión, esta sería su oportunidad. —Hola, ya escuché que eres amiga de Sasuke, ¿cómo te llamas? Yo soy Ino Yamanaka.

—Sakura Haruno...

—Un gusto conocerte, Sakura, espero verte más seguido por aquí. —le sonrió antes de volver por donde vino, iría a planear el acomodo de todas las flores que ya tenía en mente, quería que la decoración fuese perfecta.

—¿Te quedarás más tiempo?

—Sí que lo haré.

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Siguiente capitulo: Viernes 2 de Agosto.

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