Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 4

Le parecía increíble como, lo que se suponía que iba a ser única y exclusivamente una relación de jefe-empleado, había empezado a transformarse en algo cercano a una amistad. Es decir, su plan nunca fue la de establecer semejante relación con su jefe, menos si su esposa ya le había demostrado en más de una ocasión tenerlo entre ojos.

Sabía que Hinata no era ninguna estúpida, era evidente que ella podía notar la confianza que había entre su esposo y él. Ya le había dejado en claro su desagrado hacia la idea.

¡Pero no era su culpa! Por supuesto que no lo es, él trata de ser lo más discreto posible cuando hay alguien cerca, tanto para bien personal como para la imagen de Naruto. Pero resulta que todos sus intentos son en vano gracias a ese rubio, solo a él se le ocurría ofrecerse a ayudarle en la cocina, o invitarlo a "hacer compras" frente a otros empleados. Era un hecho que alguien le estaba informando de las cosas a Hinata, porque todo ocurría a espaldas de ella, y de una u otra manera, siempre se enteraba.

—Si sabes que me estás poniendo en grandes aprietos, ¿no? —dijo en modo en reclamo sin apartar la mirada de la ventana, nuevamente estaba sentado en el espacio del copiloto. Según Naruto, quería hacer unos cambios en la remodelación de la casa, y quería su opinión, ¡cuando debería de estar pidiendo la de Hinata!

—¿Por qué lo dices? No veo nada de malo en todo esto.

—¿No ves nada de malo? Estás bromeando, ¿verdad? ¡Es evidente que tu esposa sabe que entre nosotros hay algo más que una relación de jefe a empleado! —apretó los dientes con frustración. En esos dos meses que han pasado, cada día sentía más sobre sus hombros la carga del desprecio de Hinata.

—¿Ah, sí? ¿Y qué clase de relación es esa? —sus ojos se conectaron, no era la primera vez que Naruto le brindaba esa sonrisa llena de una segunda intención. Podía fingir que nada pasaba, pero no era tonto, sabía identificar un coqueteo de otra cosa. Le incomodaba el solo pensar que podían llegar a algo más si seguía permitiendo esa confianza.

—No te hagas ideas locas, me refiero a una relación de amigos. —cerró los ojos, nunca antes se había puesto a pensar en una relación más íntima entre ellos dos. De no haber un matrimonio de por medio, estaría dispuesto a aceptar algo así, pero se negaba a la idea de ser el causante de una ruptura de ese nivel. Prefería guardar su atracción hacia el Namikaze, que poner en riesgo un compromiso de años. —Es solo cuestión de días para que ella quiera que me vaya, y creo que no lo culparía.

—¿Por qué no?

—Si me pongo en sus zapatos, es decir, ser yo el que está casado contigo, no me gustaría verte con mucha confianza hacia otra persona. Sabes a qué tipo de confianza me refiero. —aclaró.

—Oye, no suena mal.

—¿A qué te refieres?

—Tú y yo casados, ¿qué opinas?

Eso último lo desconcertó, puso sentir la vergüenza subiendo hasta sus mejillas. De verdad que cada día estaba más convencido de que su jefe es un completo idiota, aunque no se lo diga directamente, al menos no todavía. Se animó a mirarlo, sabiendo que él no lo haría por estar "concentrado" en los demás vehículos.

—Hoy solo has dicho locuras, procura que nadie te escuche diciendo algo así. En cualquier momento tu esposa va a querer que me vaya de esa casa. —se repetía mentalmente que no la culparía si eso llegaba a pasar.

—Eso no pasará, quédate tranquilo.

Por fin, habían llegado al enorme edificio lleno de todo tipo de decoraciones para el hogar. Desde ese momento estaba deseando con que no ocurriera nada fuera de lugar entre ellos dos, porque sí, han habido momentos que solo lograron incomodarlo.

—¿Ah, sí? ¿Y cómo estás tan seguro?

—Antes me divorcio de ella. —no habían pasado ni diez minutos y ya había escuchado otra locura de ese tipo. —Sé lo que piensas, y no te preocupes, no me importaría. A Hinata no la quiero, bueno, sí la quiero, pero no como esposa. Fuimos buenos compañeros en el trabajo, terminé casado con ella más que todo por... ¿presión social? No sé si ese sea el concepto adecuado; todos empezaron a decirme que era lo mejor, que nunca encontraría a alguien como ella, y muchas cosas más. A decir verdad, me daba igual si me casaba o no con ella. Hasta creo que Hinata piensa lo mismo que yo.

—No puedes asegurarlo, ella...

—Desde hace mucho tiempo que no nos comportamos como esposos, parecemos dos personas tratando de convivir sin matarse. Incluso te puedo asegurar de que ni siquiera existe esa amistad que tuvimos en la empresa. Si no me he divorciado de ella hasta el momento, es para evitar todas las mierdas de la prensa, yo por ser dueño de esa agencia, ella por ser una de las modelos más conocidas. Pero creo que solo necesitaba un motivo para hacerlo, y hace tiempo que lo encontré. —se detuvieron frente a unos cuadros de paisajes, cada uno con un estilo propio, indicando al dueño con su firma en una de las esquinas inferiores. —¿Cuál te gusta más?

—Lo más lógico es que digas cuál te gusta más a ti. —a pesar de seguir intentando hacer ver lo obvio, observó con detenimiento cada detalle de las obras, ya sabía que Naruto le iba a insistir de todas maneras. —Me gusta ese...

—Tienes buen ojo para esto, lo llevaremos al final. —se fueron hacia otra sección, esta vez con una alta variedad de esculturas de mármol, de varios tamaños. —¿Y qué te parece esto?

:::::::::::::::::::::::::::::::::::::

—No te estoy mintiendo, Hanabi, sé que algo está pasando entre esos dos. —golpeaba la mesa con sus uñas, mientras tenía su mentón apoyado en la otra mano. Había decidido darle una visita a su hermana, en busca de liberar toda la tensión que siente en su hogar.

—¿No te estarás haciendo de ideas? Naruto nunca sería capaz de engañarte, mucho menos con alguien que conoce de hace dos meses. Parece que no conoces a tu propio esposo.

—Sé que no me engañaría, ¡pero eso no quita que pueda sentirse atraído hacia ese... entrometido! —su mano se formó en puño, sintiendo las uñas encajarse en su palma.

—Si tanto temes que se sienta atraído hacia ese muchacho, entonces compórtate como una verdadera esposa, Hinata. —las dos muchachas miraron hacia su madre, se acercaba a ellas con seriedad, mirando fijamente a su hija mayor. —Dime, ¿cuándo fue la última vez que te preocupaste por algo que involucre a tu esposo? ¿Cuándo fue la última vez que tuviste un mísero detalle como esposa?

—Mamá, yo...

—Si las cosas son como sospechas, que lo dudo viniendo de él, entonces trata de que cambie de parecer. —se sentó en el sillón al lado de Hanabi, con sus manos sobre sus regazos. —No solo tu belleza es suficiente para que tengas a un hombre a tu lado, también tu actitud e interés.

—Lo único que quiero es que ese se vaya de la casa, estábamos muy bien sin su presencia.

—Pensemos que entre ellos hay algo, y tú insistes en que ese muchacho se vaya, es evidente que tu esposo se va a oponer si en él encuentra lo que tú no le das. Sería cuestión de tiempo para que te pida el divorcio.

—¡Eso jamás! Naruto me ama tanto como yo lo amo a él. —se levantó de golpe, sintiéndose ofendida por el comentario de su madre.

—Demuéstrale que lo amas, y, aunque suene extraño, trata de llevarte bien con el otro. Ya sabes, ten a tu enemigo de tu lado, demuéstrale la clase de mujer que eres. Con suerte y él mismo se irá sin necesidad de que tengas que hacer algo.

—Pero me pone furiosa el solo pensar que...

—No le demuestres que sus acciones tienen poder sobre ti, si te alteras y lo enfrentas por cada cosa que hace o dice, te estás rebajando demasiado. Eres mejor que eso.

—Quizás... tienes razón.

Siempre había escuchado los consejos de su madre, y todo le ha salido, hasta ese momento, de maravilla. Ella misma la motivó a acercarse a Naruto cuando lo conoció hace más de seis años en la empresa, todo con intención de tener algo más allá que una relación laboral. Su resultado fue caminar de blanco al lado de esa mujer para casarse con él, a pesar de haber sido una boda civil, sintió como uno de sus sueños se volvía realidad. De verdad estuvo, y está, enamorada del Namikaze, aunque ese día pudo ver en la mirada de él que no compartían el mismo sentimiento. Pensó, quizás, que sería cuestión de tiempo para que él también se enamorara, pero aún sabe que no es así. Esta era su oportunidad de conseguirlo después de tanto tiempo.

:::::::::::::::::::::::::::::::::::::

—Eres un chiquillo problemático, ¿lo sabías?

La anciana le apuntó con un periódico hecho rollo, los dos estaban en la sala de su casa, después de haber dejado la cena preparada, solo quedaba esperar a que fuese la hora de servirla.

—¿Por qué lo dice? No he hecho nada. —pensó en algún error que pudo cometer en sus labores, pero no encontraba alguno.

—Escucha, sé muy bien lo que está sucediendo, y la verdad no sé si estresarme o sentirme feliz. Estamos hablando de un matrimonio, niño, y no uno cualquiera.

—Repito, no he hecho nada. —respondió ya sabiendo a qué se refería. —Lo más que he aceptado es tratar a Nar... al señor Naruto con más confianza, fuera de eso, he mantenido la raya entre los dos. Sé muy bien lo que está de por medio, si ese matrimonio llega al fracaso, no será por culpa mía.

—Lo conozco mejor que nadie en esta propiedad. —dijo refiriéndose a Naruto. —Ten cuidado con la señora, puede aparentar no matar ni a una mosca, pero eso no quita que tenga sus mañas. Te he tomado mucho aprecio, muchacho, así que toma tus precauciones.

—No se preocupe, ya verá que esto no pasará a más.

>>>

Miraba el techo, con su espalda apoyada en el respaldar de la silla de su oficina, llevaba varios minutos pensando en todo lo que ha estado pasando en su vida hasta ese momento. Aceptaba tener sentimientos hacia Sasuke, no tenía problemas en hacerlo, su único inconveniente era Hinata. Sus sentimientos nunca habían sido tan grandes como para casarse con ella, quizá en algún momento sí llegó a sentir algo, pero nunca a un nivel de tomar semejante compromiso. Sin embargo, aceptó el matrimonio con todas sus leyes, a pesar de no amarla, tampoco la ha defraudado o hecho a un lado, siempre le dio su lugar.

Después de haber complacido durante tanto tiempo a las demás personas, suponía que ya era hora de complacerse a sí mismo. No era feliz al lado de Hinata, bien podía haber otro hombre dispuesto a brindarle ese amor que él no podía darle; en cambio, si pensaba en Sasuke, empezaba a sonreír como idiota. Veía en él algo diferente, lo atraía como si se tratara de un imán, deseaba poder tenerlo a su lado, pero de ninguna manera daría el siguiente paso sin antes haberse separado de Hinata.

¿Qué podía salir mal? Era cuestión de hablar las cosas.

—Naru... —y como si la vida le diera la oportunidad de hacerlo, su esposa estaba entrando a su oficina. No había nadie en la casa en ese momento, refiriéndose a los empleados, cualquier discusión fuerte que se diera, quedaría entre ellos. —¿Cómo te fue hoy?

Parpadeó varias veces seguidas, ¿acaso ella estaba interesada en saber cómo fue su idea? Ya había olvidado cuando fue la última vez que se lo preguntó.

—Ehm... bien, ¿por qué lo preguntas?

—Solo quiero saber cómo fue el día de mi esposo, ¿es malo?

—No, claro que lo es, solo... olvídalo. ¿Necesitas algo?

—En realidad, no, solo quiero hablar contigo, eso es todo. —se acercó a su asiento, con una ligera sonrisa en el rostro.

—¿Segura de que no quieres nada? Es extraño que solo quieras hablar. —inclinó disimuladamente su cabeza, evitando la caricia de Hinata en su mejilla.

—No hay nada de malo con que solo quiera hablar contigo, es lo que haría una esposa, ¿no? —su voz se endureció por el rechazo que estaba recibiendo.

—¿Después de tanto tiempo quieres serlo?

—Naruto, yo...

—Escucha, lo último que quiero hacer en lo que queda del día, es discutir contigo, créeme que he tenido suficiente. Hay algo importante de lo que quiero hablar contigo...

—¿Sabes? Estoy bastante cansada, tuve un día agotador, mejor hablamos de eso en otro momento, ¿sí? —trató de darle una última sonrisa, antes de salir de la oficina y cerrar las puertas detrás de sí, apoyándose en estas para soltar todo el aire que contuvo.

Su pecho se contrajo de solo imaginar que lo que su madre le había advertido estaba por cumplirse. Tenía poco tiempo para recuperar a su esposo, y estaba decidida a lograrlo.

~~~
Siguiente capítulo: Lunes 22 de Julio.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro