Capítulo 17
Solo una semana bastó para que las cosas volviesen a calmarse en la mansión, podía empezar a sentirse un poco de paz después de algunos días algo tensos. Naruto y Hinata pasaban cada vez menos tiempo en casa, todo gracias a un gran evento que se celebraría con varias compañías de modelaje, en el que varios diseñadores darán conocer su arduo trabajo de meses. Y Sasuke no se quedaba atrás, ya que tuvo que asistir varias horas diarias en la pequeña agencia de Yahiko, quien era uno de los invitados de dicho evento.
—Hay algo muy importante que tienen que saber, sé que el evento es mañana, y lamento no haberlo dicho con tiempo. —mencionó el pelinaranja dejando un vaso de agua encima de la mesa, varias personas estaban reunidas alrededor en distintos asientos. Todos se miraron entre sí. —Hemos trabajado muy duro, y sabemos que la marca de donceles se dará a conocer en este evento, y también sabemos quien será el protagonista en esta ocasión. —miró al Uchiha sonriendo, este solo pudo bajar la mirada al saber que el resto también lo observaban. —Tuve unas cuantas reuniones con Naruto, a causa del convenio que hay entre nuestras agencias, y llegamos al acuerdo de que Sasuke va a representar a ambos en el evento.
—¿Cómo dice? —mencionó a voz baja. —Yo creí que...
—Tu trabajo ha sido impecable, y este evento es importante para todos, ¿qué mejor que seas tú el que nos represente?
—Pero se supone que Hinata iba a representar a la compañía de Naruto, ella es mil veces más reconocida que yo. Apenas si las personas me conocen, ¿cómo me van a pedir algo así? Además, solo me han tomado fotografías, no creo tener la experiencia suficiente para estar al frente de esas personas.
—Puedes hacerlo, de eso no tengo dudas. Además, precisamente por eso es que eres perfecto para esto, Sasuke, puedes generar un gran impacto en los demás si te presentas.
—Varios diseñadores, conocidos de Yahiko, tienen mucho interés en ti. —le dijo Haku a su lado. —No hay que ser listos para saber el potencial que tienes para esto, esta es una buena oportunidad para todos. Tú carrera empezará a crecer rápidamente, y el señor Namikaze y Yahiko habrán ganado un grandioso modelo para sus propias marcas.
—Todos saldremos beneficiados. —habló otra chica, sentada varios asientos en su mismo lado.
—¡Sí, puedes hacerlo! —le animó una que tenía al frente. —Tienes un aura que expresa seguridad, pero a la vez te ves sensual. —eso lo avergonzó un poco.
—Sí, la señora Hinata es muy buena en esto, pero siempre se ve tierna, a veces es bueno tener un poco de fiereza.
—¿Ves? Todos estamos de acuerdo. —dijo Yahiko de último.
Se dejó caer en el asiento, de todas maneras sabía que no tenía opción a negarse, el evento estaba por realizarse al día siguiente, no era capaz de darles la espalda si estaban confiando en él. Así que solo le quedaba resignarse, decidiendo invertir sus energías en prepararse mentalmente para ese evento. Lo que le preocupaba era Hinata, ¿ya se habría enterado del cambio?
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—Ay, mamá, estoy tan emocionada por el evento de mañana. Por un momento creí que no podría asistir, pero me siento tan bien que no me importa el resto. —cepillaba su cabello sentada frente al espejo de su cómoda, pensaba que quizá podría ondularlo. —Además, no he vuelto a tener dolores de cabeza.
—Ya verás que será tu noche de brillar, ha sido así en años anteriores, y este no será la excepción. —Himiko se acercó a su hija, poniendo ambas manos en sus hombros.
—Solo que Naruto aún no me dice nada, siempre lo ha hecho.
—Seguramente ya sabe que aceptarías, así que no se toma las molestias de avisarte.
El teléfono de Hinata comenzó a sonar, lo había dejado encima de la cama. Dejó el cepillo junto sus demás productos para el cabello, sonrió al ver que era su hermana.
—Hermana, qué alegría saber de ti.
—Sabes que nunca me pierdo estos eventos. Ya tengo mi entrada, gracias por enviarla. ¿Representarás a la compañía de Naruto?
—Es lo más probable, voy para el cuarto año consecutivo. —sonrió para sus adentros, sintiéndose orgullosa de los frutos que había dado todo su esfuerzo de años. —Me pregunto si Sasuke estará ahí, ya ves que está trabajando con Yahiko. Aunque... no sé, tardé tiempo en poder entrar en esta clase de eventos, quizá aún le falte un poco de experiencia antes de ir.
—Puede ser... es muy bueno.
—¿En serio? No he visto ni una sola fotografía, incluso Naruto me ha dicho que no tiene ninguna, al parecer Yahiko está siendo algo celoso con este trabajo.
Himiko, sabiendo que la conversación de sus hijas tomaría un rato, salió de la habitación para darles un poco de espacio. Había un pequeño problema en la primer planta, esa mujer llegó sin siquiera avisar, y la tenía en verdad incómoda. Tenía suerte de que ella prometió ocultar el matrimonio de Naruto y Sasuke, así que no había de qué preocuparse por ese lado, sin embargo, Kushina podía ser bastante astuta si se lo proponía.
Se quedó a mitad de las escaleras, ahí estaba la pelirroja en compañía de Chiyo en los sillones de la sala, hablando tan animadas. Se acercó para poder escuchar.
—No puedo creer que este sea mi nieto, he soñado tanto con poder ser abuela. —admiraba con una gran sonrisa las ecografías. —¿Cuánto tiene?
—Un mes y cuatro semanas, el muchacho se enteró la semana pasada. —respondió Chiyo también sintiéndose feliz por el bebé, al fin habría a quién cuidar en esa enorme casa. —Le conté a Sasuke su emoción por ser abuela, así que aceptó que se lo dijera, con la única intención de que guardara el secreto, solo Sakura y yo sabemos, bueno, la señora Himiko también.
—¿Esa bruja?
—Sí, ¿algún problema, Kushina? —se acercó cruzada de brazos, mirando fijamente a la Uzumaki.
—Solo que no sé qué tan problemático pueda ser que alguien como tú sepa algo tan importante. —se levantó, aún sosteniendo las ecografías. —Sasuke no te agrada, ¿qué nos asegura que no harás algo en contra de este bebé?
—Ay, por Dios, me tomas por un monstruo.
—Se puede esperar cualquier cosa de ti. Vine porque quería ver cómo la está pasando mi hijo con todo esto, pero ya que sé que va a ser papá, te advierto de una vez que si algo de pasa a mi nieto, no dudaré en decir la verdad. —le apuntó con un dedo, frunciendo el ceño. —No voy a permitir que destruyas su sueño.
—Deja tus amenazas para otro momento, ¿quieres? No haré nada contra con un bebé.
—¿Bebé? ¿Cuál bebé?
Hinata recién bajaba las escaleras, las dos mujeres dejaron su discusión de lado, incluso tomaron distancia. Kushina volvió a tomar asiento a un lado de Chiyo. La Hyūga menor las había escuchado hablar con enojo, sin embargo, no pudo entender con exactitud lo que decían.
—¿Y? ¿Me dirán?
—No es nada, señorita Hinata. —volvió a hablar Chiyo. —La señora Kushina vino a mostrarme las ecografías de una amiga de la familia Uzumaki, ¿no es así?
—Sí, querida, mira. —extendió su brazo con los tres ultrasonidos. Himiko se sentó en un sillón individual, observando cada movimiento de su hija.
—Dele mis felicitaciones. —las devolvió con un gesto suave. —¿Usted y su esposo asistirán al evento de mañana?
—Por supuesto, esto es importante para Naruto, por nada del mundo fallaríamos.
—Estoy ansiosa, no sé qué habrán preparado o cómo se ve el salón, pero cada año siempre es más hermoso que el anterior.
—De eso no hay duda, mi hijo se esfuerza mucho para que esta clase de eventos salga impecable. Sí me comentó que había una sorpresa, pero no quiso decirme qué será exactamente.
—Siempre es tan reservado en estas cosas.
—¿Ya sabes que te pondrás mañana?
—¡Claro! Verá...
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Todo estaba de locos. Apenas estaban terminando por afinar los últimos detalles y poner las decoraciones que hacían falta. Ya habían personas afuera del salón, todos los espectadores ansiosos por ver los nuevos conjuntos de moda de sus diseñadores favoritos. Los diseñadores, por su lado, tenían su propia entrada para evitar toda la aglomeración.
—¡No estés nervioso! Me contagias. —se quejó Haku, acomodando el traje de Sasuke.
—¡Son demasiadas personas! Ya sabía que esto era una mala idea.
—Sé que no te gusta ser el centro de atención, pero esto es un evento MUY importante.
—Lo sé, mi prima siempre suele verlo con mi familia. —sus ojos se abrieron de la sorpresa, su piel fue palideciendo cada vez más, más lo que ya estaba. —Ay, no...
—¿Qué ocurre? —acomodó unos mechones de cabello rebeldes que se negaban a quedarse en su lugar, ese día se tomó el reto de peinar al Uchiha.
—Esto se trasmite en vivo, ¿no?
—Ahm... tú mismo lo dijiste, tu prima lo ve, es evidente que se transmite. Es un evento importante a nivel mundial, ¿por qué?
Solo había un pequeño detalle en todo ese cuento... y era que su familia lo vería.
—¿Cómo va mi modelo estrella? —Yahiko entró a la habitación, sosteniendo una caja de terciopelo en su mano derecha. Vestía un traje formal negro.
—Parece que está al borde de un ataque de pánico. —respondió el castaño. —Ahí te lo dejo.
Haku salió del cuarto, dejándolos solos, aún tenía que ayudar a arreglarse a unas cuantas personas que eran un completo desastre en eso. Yahiko puso una de sus manos sobre el hombro del Uchiha, captando su atención.
—Lo harás bien, ya lo verás.
—No es eso lo que me preocupa. —bajó su vista al ver que su jefe abría esa cajita. —¿Y eso?
—Pensaba dártelo antes, incluso lo dejé en tu cuarto en la agencia. —recordó el papel que había dejado encima. —Pero supuse que sería apropiado que lo usaras para este evento. Tómalo como un regalo de todos nosotros.
—No puedo aceptar, es demasiado. —era una hermosa cadena masculina de oro, con pequeñas incrustaciones de diamante.
—Vamos, no la rechaces. De verdad estamos emocionados por esto, danos este pequeño gusto, ¿sí?
Lo dudo un poco, pero ya podía imaginarse a todos sus compañeros ansiosos con esa idea. Aunque aún le seguía pareciendo demasiado grande ese gesto que estaban teniendo con él. Pensó en tomarla y solo ponérsela, pero la mano de Yahiko lo detuvo.
—¿Me permites?
—Ah, está... bien. —se dio media vuelta, podía verse en el espejo, le hubiese encantado que fuese Naruto quien está detrás suyo.
—Te avisaré cuando sea tu turno, primero haremos la pasarela de los otros diseñadores, después viene el turno de Naruto y el mío.
Sasuke solo asintió, se dejó caer en una silla en cuanto Yahiko salió del cuarto.
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—¡Tía, apresúrate, ya empezó! —la castaña volteó ligeramente su cuerpo, aún estando en el sofá, para ver cuando llegaba Mikoto. Todos estaban en la sala expectantes al evento favorito de la Uchiha menor.
No eran fanáticos de la moda, pero no podían negarse al único favor que Izumi les pedía en todo el año, y era ver ese dichoso evento juntos.
—Tranquila, primero van a hacer toda la introducción. —intentó relajarle su hermano, Shisui estaba sentado en el suelo, con la espalda apoyada en el sofá.
—Solo me faltan Sasuke y Sakura. —agachó la mirada, era el primer año que su primo estaba ausente.
—Ya estoy aquí.
—¡Ven aquí! —su ánimo volvió a cambiar radicalmente, se corrió un poco para que Mikoto pudiese sentarse a su lado.
Cada diseñador daba unas palabras sobre su línea de ropa, algunos detalles esenciales para llamar la atención del público. En tanto fue el turno de Naruto, la Uchiha soltó un chillido de emoción ahogado en el cojín.
—¡Estoy ansiosa por ver qué traerá en este evento!
—Ahh, mi yerno tan encantador. —mencionó Mikoto con una sonrisa, los demás Uchiha voltearon a mirarla, a excepción de su hijo y esposo. —¿Qué?
—¿Cómo que yerno? —le preguntó Shisui, miró a Itachi pensando que él le respondería más rápido.
—Oh, cierto, no les contamos. —rió nerviosa. —Bueno, familia, les presento a mi yerno. —extendió su mano en dirección al televisor, como si Naruto estuviera al frente.
—¡¿Cómo dices?! —Izumi dejó caer el cojín sobre la cabeza de su hermano.
—¿Qué significa eso? —indagó el mayor de todos, Madara.
—Bien, saben que mi pequeño se fue a Japón, pues por azares de la vida conoció a Naruto Namikaze, y están casados. ¿Por qué creen que nos fuimos del país hace unos meses? Estábamos en su boda.
—¡¿Por qué nunca supe nada?! —exclamó indignada la Uchiha menor.
—Sasuke quiso que fuera algo pequeño, si acaso habían 20 personas en la ceremonia. Tranquilos, me dijo que algún día vendrá, así que le pedí que trajera a Naruto para que los conocieran.
—Ya empezarán los desfiles. —habló con voz tranquila Naori, otra integrante de la familia. Poco le había afectado el escándalo de Izumi.
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Su pie golpeaba constantemente el suelo a causa del enorme estrés que estaba sintiendo en ese momento. Primeramente, desfilaron unas modelos de la compañía de Naruto, después unas cuantas compañeras de trabajo, ahora era su turno de ser presentado. Cada diseñador tenía a un, o una, modelo que era la imagen principal, no podía creer que él sería de dos compañías. ¿Eso podía hacerse? Bueno, había un convenio.
—¡Ve, párate ahí! —Haku le empujaba suavemente por la espalda, se sostuvo de una columna para quedarse fijo en ese lugar.
—¿Estás loco? No puedo llegar y pararme ahí, me vería como un estúpido.
—Oh, vamos, para eso está el humito ese. El público no va a ver cuando estés ahí, ni siquiera tu silueta, bueno... eso tal vez sí. Ya sabes qué hacer.
Terminó por empujarlo, ya tenía una idea de las personas que estaban al frente. La pasarela no era como las típicas, más bien, era un escenario. Tan solo estaba unas tres gradas arriba del piso en el que estaba el público, las modelos caminaron por el límite que pusieron con unas bandas también diseñadas, luego subían al escenario y daban su última demostración. El humo lo empezaba a ahogar, aguantó las ganas de toser.
—...Por último. —siguió Yahiko con su discurso. —Es un placer hacer público el convenio que he establecido con la compañía de Naruto Namikaze, de ahora en adelante, varios de nuestros proyectos serán en apoyo mutuo. —varios murmullos se escucharon en el público. —A causa de este convenio, hemos decidido tener un solo modelo para que nos represente a ambos, y créanme que es todo un gusto presentarlo ante ustedes.
—Naruto... —Hinata miró al rubio a su lado, no entendía nada de lo que estaba sucediendo. Su esposo miraba con fascinación hacia el escenario, su corazón empezó a latir con fuerza.
—¡Con ustedes... Sasuke Uchiha! —los aplausos no se hicieron esperar, sin embargo, todos aún estaban a la espectativa de ver el rostro del modelo. En tanto el humo se empezó a disipar, todos pudieron presenciar la mirada fija y poderosa que tenía el pelinegro, los hacía estremecer. El traje que llevaba puesto era solo un plus al enorme atractivo que ya por su cuenta tenía, incluso algunos diseñadores se interesaron en él como modelo. Definitivamente era único. —El trabajo del joven Uchiha ha sido impecable hasta este momento, y sé que nos darán la razón al haber tomado la decisión de elegirlo como modelo de ambas compañías. Lleva poco tiempo en este mundo del modelaje, pero solo hay que verlo para saber lo exitoso que puede llegar a ser. —varios del público asintieron ante su comentario.
—Naruto, ¿qué es...? —quedó con las palabras la boca cuando el rubio se fue de su lado, para acercarse al Uchiha. Presionó su vestido entre sus manos.
—No puedo estar más que satisfecho por tener a Sasuke trabajando con nosotros. —le brindó su mano para que bajara las escaleras. Sabía cómo era su esposo con ese tipo de gestos, solo le guiñó el ojo para que aceptara. —Sin duda, hará un excelente trabajo, muy pronto podrán ver más de él, y solo se van a convencer más de esta decisión.
Hinata dio media vuelta, empujando a las personas con fuerza, ignoraba el llamado de su madre que moría entre los aplausos del público. Empujó la puerta del baño con fuerza, sintiendo la rabia subir por todo su cuerpo, ahora entendía porqué Naruto no le había dicho nada sobre ese evento, ¡porque la había reemplazado! Se metió en uno de los cubículos del baño, sentía unas grandes ganas de gritar, pero no era ni el lugar ni el momento indicado para hacerlo.
—¿Qué diablos estás haciendo? —le dijo el pelinegro entredientes a Naruto, les estaban tomando fotografías y lo tenía agarrado por la cintura.
—Aprovechar la ocasión. Sonríe. —lo acercó más a su cuerpo.
—Esto no estaba pensado, se suponía que te quedarías al lado de Hinata.
—¿Y dejar que todos te miren como largartones? No, gracias, para eso tu esposito está aquí.
—Estás mal. Deberías de ir con Hinata.
—Ella entenderá, ha estado en tu misma posición.
—¿Tomándose fotografías contigo?
—Bueno, eso no, me refería a ser modelo. Nunca me tomé una foto con ella en estos eventos, se supone que el modelo debe de estar solo.
—¿Entonces?
—Meh, no importa en esta ocasión.
Cuando la celebración principal llegó a su fin, las personas presentes en el enorme salón se dispersaron por todo el lugar, charlando con sus conocidos o buscando alguien con quien poder hablar. Sasuke miraba a todos lados en busca de la Hyūga, cuando les tomaron las fotografías no la vio por ningún lado.
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Siguiente capítulo: Sábado 17 de Agosto.
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