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8

Esa noche, a las diez, golpearon la puerta de la habitación del Omega. Cuando fue a abrir se encontró a Zayn. Intentó cerrar la puerta nuevamente, pero sus manos fuertes se lo impidieron, forzándolo a retroceder.

- ¿Cómo sabías dónde estaba?

- Boyce tuvo la brillante idea de seguirte – dijo Zayn cerrando la puerta y apoyándose en ella.

- No tiene derecho a hacerlo – dijo Liam amargamente.

- Él trabaja para mí. Y tú eres el objetivo número uno para cualquier secuestrador. Ha hecho lo que debía. Como yo, que voy a hacer lo que debo hacer.

- ¿Y qué se supone que es?

- No dejarte marchar.

Liam sintió un frío que le recorría de pies a cabeza.

- Eres como un perro que entierra un hueso y se olvida de él. ¡No tenías el más mínimo interés en ese hueso hasta que vino otro a desenterrarlo!

- Eres mi esposo.

- ¿Desde cuándo? ¿Crees que alimentándome y vistiéndome ya está todo cubierto? Bueno, puedes quedarte con tu ropa y tu comida y tu asqueroso dinero.
No quiero nada. Igual que no te quiero a ti.

- Tú siempre me has querido...

- Has perdido el tren. Te he olvidado hace mucho tiempo – dijo Liam con una alegría llena de resentimiento.

- Pero aún quieres que pague por mi actitud –dijo Zayn con rabia contenida—. Por eso te vas sin siquiera decírmelo. Ni siquiera una nota...

- ¿Y qué esperabas? Un «querido Zayn, han sido unos cinco años horribles, adiós»?

- Lo has traído a mi casa – murmuró el Alfa bruscamente.

Liam se puso pálido, y se quedó mudo ante la noticia de que Zayn sabía que Paul había estado en su casa.

- Y seguramente no te hubiese importado llevarlo a nuestra cama también.

Liam se rió cínicamente. Por fin tendría la oportunidad de decirle algunas cosas. —¡Jamás hemos tenido una cama nuestra!

- ¡Basta ya! Estoy tratando de no perder los estribos – dijo el Alfa tensando los músculos de la boca.

- ¡Me da igual! Quiero que te vayas.

- No me iré sin ti.

- ¿Por qué? ¿Qué tengo yo de especial? ¿Por qué no te vas con todas esas Omegas con las que andas? ¿O crees que no me entero del todo de lo que pasa
aquí? ¿O es que todas esas Omegas atractivas eran una tapadera como lo era nuestro
matrimonio? ¿Por qué quieres que me quede? ¿Es que eres un Alfa amanerado y te sirvo
para cubrir las formas?

En el mismo momento en que Liam pronunció esas palabras, se arrepintió de ellas. Los rasgos de la cara de Zayn parecían a punto de estallar de furia.

- No... Amanerado no – mientras lo decía se quitó la chaqueta y se aflojó la corbata -. Tal vez necesites una demostración...

Liam sabía que no había peor insulto para Zayn, y en cierto modo se sentía satisfecho por haberlo disgustado tanto como Zayn a él.

- ¿Qué estás haciendo?

- Algo que debí hacer hace años – el pelinegro se quitó la camisa dejándola junto a la chaqueta.

- ¿Puedes volver a ponerte la ropa, por favor? – dijo Liam titubeando, y sabía perfectamente que sus palabras sonaban ridículas, un hecho que poco lo ayudaba en esa situación.

- ¿Te asusta ver algo que tal vez te guste? ¡Dios! Y pensar que estuve a punto de malgastar mi tiempo en cortejar a mi esposo. ¡Pensar que había pensado en
hacer cosas estúpidas, como comprarte flores o invitarte a salir! Sube a esa cama.

- ¿Te has vuelto loco?

Antes que pudiera moverse, Zayn lo había alzado y lo había depositado en un diván que había detrás suyo. Se subió encima del Omega con tanta rapidez que no le quedó ni la más mínima esperanza de poder escapar. La situación lo sobrepasaba.

- Eres mi esposo– la voz de Zayn sonó como un gruñido, y por el tono empleado parecía que con esa afirmación estaba justificado.

- ¡Sal de encima! ¡Me estás aplastando! – le gritó Liam furioso, rechazándolo con fuerza.- Ve a buscarte una Omega guapa de las tuyas. Por lo menos con ella no necesitarás mentir.

- No miento. ¿Cómo iba a mentir?

Zayn se apretó contra él, metiendo una de sus piernas entre las del castaño. Se movía desvergonzadamente, haciéndole notar la dura protuberancia de su masculinidad.

- No es ninguna mentira.

- Eres desagradable. – le dijo Liam acalorado, mientras sentía su entrepierna tensarse.

- Te deseo – dijo el Alfa hundiendo su boca en la curva del cuello de Liam.

- ¡No! – dijo el Omega con pánico, a la vez que sentía que una espiral de sensaciones de calor se apoderaba de él.

Zayn levantó su cabeza morena, y lo miró con deseo. Entonces lo besó apasionadamente, con un gesto que indudablemente quería expresar su posesión sobre el Omega y un intento por dominarlo. Y Liam lo sabía perfectamente; y luchaba por
no sentir lo que sentía. Pero en cada movimiento de su lengua, Zayn le demostraba que él quería más y más.

El castaño alzó las manos hasta la piel satinada de los hombros de Zayn, abrazándolo. Rodaron por la cama, y el Alfa le quitó la camiseta, dejando al descubierto su torso, que al rozar el vello del pecho de Zayn le hicieron articular un gemido salvaje.

Un segundo después, Liam estaba recostado de espaldas nuevamente, y las manos del Alfa acariciaban la suave piel que había descubierto un momento antes.

El Omega cerró los ojos. Le faltaba el aliento, y lo había abandonado totalmente su parte racional. La boca de Zayn por fin alcanzó sus pezones, y él se arqueó de placer, con una ferocidad que jamás había conocido antes. Su corazón galopaba.

Zayn lo acariciaba con la lengua y con los dientes, atormentándolo con el placer de
su boca en los pezones, que ya se habían erguido para él. Entonces el castaño dirigió sus propios dedos a la cabellera del Alfa, y gimió por la oleada de sensaciones que lo invadía.

—Eres mío.- dijo Zayn en un gemido, de manera que Liam apenas se dio cuenta que hablaba. De todos modos el castaño no lo estaba escuchando atentamente. Entonces Liam alzó
la cabeza y tocó la boca sensual del Alfa con sus labios, y luego, de manera más descarada, con la punta de su lengua, imitó inconscientemente lo que él acababa de enseñarle.

Zayn se estremeció y aceptó la invitación, reaccionando con una pasión que lo desbordó. Los brazos del Alfa lo apretaron tan fuerte, que apenas podía respirar.

Rodaron nuevamente, envueltos e una excitación que ninguno de los dos podía controlar.

Liam oyó el desgarro de la voz de Zayn. Él estaba perdido totalmente en la ola de calor y la fragancia de su cuerpo. El Alfa estaba tan excitado, que su fragancia era como un afrodisíaco que le ponía la piel de gallina. Cada parte de su cuerpo musculoso en contacto con la piel de Liam lo volvía loco de placer. Cada caricia era una incitación a más.

El Alfa llevó sus manos a acariciar a Liam entre sus muslos, su miembro se había vuelto increíblemente sensible de pronto, y Zayn jugaba con él con la maestría erótica que lo caracterizaba. El Alfa jugó también con los rizos de su pubis, y explorando un poco más, encontró el borde del Omega arrancándole un gemido de placer.

Liam no podía quedarse quieto, estába completamente lubricado, a la espera, no dominaba su cuerpo. La ola de deseo se había apoderado de él. Sus caderas se movían con un ritmo que acababa de descubrir. Una sensación de placer casi intolerable iba creciéndole, hasta que por fin lo obligó a pronunciar el nombre del Alfa una y otra vez.

Zayn dijo algo en griego y gimió contra la boca roja e hinchada de Liam. —«No puedo esperar».

Entonces el Alfa entró donde Liam más lo deseaba. Le subió las piernas con impaciencia, deslizándose por la tierna bienvenida que el Omega dispensaba gracias a los preparativos de Zayn. Abrió los ojos grandes, sus ojos miel, intensos de pasión. Podía sentirlo, tan caliente, como suave y duro a la vez y por momentos tan amenazadoramente Alfa.

Liam buscó los rasgos tensos de la cara de Zayn, y por un momento vio en el Alfa tal expresión de vulnerabilidad, que su corazón dio un respingo. Y entonces le deseó tanto que casi le dolió.

Zayn entró en Liam lentamente, suavemente, con un gemido ahogado por momentos. Liam sintió un leve dolor, que se le olvidó en medio de una tormenta de desenfrenada pasión que la derritió por completo. Cada vez sentía más, e iba en busca de una nueva satisfacción.

El Alfa se movió más rápido. Liam lo abrazó. El corazón del Omega bombeaba cada vez más rápido, y entonces ocurrió una explosión de calor y placer que lo transportó, dejando su mente en blanco.

—S'agapo... s'agapo - dijo el Alfa penetrando en Liam rápidamente, luego su cuerpo
entero tembló, con espasmos de placer, con toda la fuerza de quien por fin se deja arrastrar.

Liam aún no había vuelto a la tierra, seguía flotando en su propio placer. Se pegó al Alfa, oliendo su fragancia, presionando sus labios sobre los morenos hombros de Zayn. Se fue la luz. Y un silencio cayó sobre los dos. El Omega estaba exhausto, y pasó de la irrealidad al sueño, con el cuerpo extendió encima del Alfa.







Holi, ¿Cómo están? ¿Qué les ha parecido hasta ahora?✨

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