Capítulo 75
CAPITULO 75
Estoy sentada frente a la ventana, como siempre, me gusta estar en este lugar, doy vueltas a mi anillo de matrimonio en mi dedo anular una y otra vez mientras espero que Jack deje su trabajo de una buena vez. Tengo cosas que contarle y creo que necesitamos un respiro.
-¿Jack? ¿Ya? -pregunto, sin voltear a verlo, sólo escucho el sonido del teclado de su computadora.
-Amor, diez minutos.
-Eso me dijiste hace veinte -bufa, volteo levemente mi mirada hacia él y está viéndome con desaprobación.
-Rapunzel, no me estreses -menciona, suspirando. Vuelvo mi mirada a la ventana y continúo viendo el arbusto que hasta ya me sé de memoria.
-Lo que estás haciendo es demasiado -digo, luego de unos minutos, sin quitar mi mirada de aquel arbusto, sigo jugando con mi anillo de matrimonio, estoy
desesperada, desde hace media hora estaba lista y justo cinco minutos antes de salir recibió una llamada y se plantó frente a su computadora.
-Dijiste que me apoyabas -dice, mientras continúa tecleando.
-Y lo hago, pero también quiero salir contigo. Estás poniendo tu trabajo primero.
-Rapunzel, eso no es verdad, sólo quiero terminar esto, luego soy todo tuyo, ya sabes que no me gusta dejar cosas pendientes. Las cosas están yendo bien.
-Para ti.
-¡Rapunzel! -exclama, cerrando su laptop -Por favor, mañana tengo una exposición y lo que menos quiero son discusiones.
No digo una palabra, sólo lo observo, abre su computadora nuevamente y suspira comenzando a teclear otra vez, intento ser comprensiva, después de todo de eso se trata el matrimonio. Me siento a la par de él sobre la cama mientras lo espero, reposando mi cabeza sobre su hombro. El recuesta su mejilla en mi coronilla.
-Mi amor, lo siento ¿si? -deposita un suave beso en mi cabeza que me hace sonreír -sólo déjame que termine esto y luego vamos dónde tú quieras mi princesa ¿De acuerdo?
No me queda de otra más que asentir y esperar. Miro el reloj en mi muñeca izquierda, él mismo me lo había regalado la semana anterior, ya han pasado cuarenta minutos desde que me dijo eso y él está hablando por teléfono.
Veinte minutos después el sueño me está venciendo, pierdo cualquier esperanza de poder salir y me quito la cazadora de cuero blanca, me recuesto sobre la cama, pero llama mi atención el momento que Jack termina la
llamada y cierra su laptop, pero era sólo para llamar a otra persona, suspiro mientras lo observo hablar viendo por la ventana, se recarga con su mano
libre sobre el marco de la ventana. Aproximadamente unos diez minutos después me quedo dormida.
Unos besos húmedos sobre mi espalda me estremecen, abro los ojos y de inmediato la claridad golpea mi visión, parpadeo varias veces para acomodarme a la luz, el cosquilleo me provoca una leve risa.
-Jack, basta -río suavemente, él continúa el recorrido con sus labios, sus piernas están a cada uno de mis costados.
-Mi amor, traje tu desayuno -frunzo el ceño, volteo levemente lo que hace que él se levanta, bajo mi blusa. Y ahí está el desayuno a la par mía.
-¿Es en serio? ¿Hasta una rosa? -cuestiono y él arquea sus labios suavemente.
-Cariño -despeja un mechón de mi frente, llevándolo detrás de mi oreja-En serio lamento que no pudimos salir ayer donde querías, estaba bastante ocupado, pero hay buenos resultados...
-Está bien -interrumpo, sentándome sobre la cama -dices que es sólo un tiempo y voy a esperarte las veces que sea necesario -arqueo una de las
comisuras de mis labios tomando el desayuno y poniéndolo sobre mis piernas.
-Me tengo que ir, pero volveré temprano, muñeca ¿Si?
-¿Lo prometes? -pregunto, arqueando mis cejas, sé que esas palabras son inquebrantables para él.
-Lo prometo -esboza una leve sonrisa, se inclina hacia mí y deposita un beso suave en mis labios, a paso rápido se dispone a salir de la habitación acomodando su traje beige y toma su maletín del escritorio cerca de la puerta. Luego de holgazanear toda la mañana, tomo una ducha y le marco a Anna a la hora de almuerzo, desde que consiguió su trabajo soñado no la he visto, el empleo le deja poco tiempo pero es algo que ella ama hacer, sin embargo, me ha dicho que si almorcemos juntas, tengo muchas cosas que hablar con ella.
Conduzco hasta donde Anna me había dicho que se encontraba ubicado su nuevo trabajo, es la maquillista oficial en un programa que se está filmando
aquí en Nueva York, algo así parecido a The Walking Dead o eso entendí, pero no es cualquier maquillista, no, ella es la encargada de hacer todos esos
maquillajes horroríficos de heridas de arma blanca, mordeduras de zombies, heridas de balas, en fin, Anna es buena.
Milagrosamente me dejaron entrar, la diviso a unos cuantos metros de mí y está haciendo algo en el brazo de uno de los actores mientras ríen bastante amistosos. De inmediato levanta su vista y nuestras miradas se cruzan, pone lo que sea que
sostiene en manos sobre una mesa y camina a paso rápido hacia mí, lleva su dedo índice a su boca indicándome silencio, ahora entiendo porqué no gritó al momento de verme.
-Ven, quiero presentarte a alguien -menciona, con una traviesa sonrisa ¡joder! Que no sea el amante, toma mi antebrazo y me lleva a jalones hacia el chico al que estaba pintando -Astro, ella es Rapunzel, mi mejor amiga, de la que te hablé -miro a Anna con mis ojos entrecerrados ¿Qué le habrá contado? El chico voltea hacia mí -y bueno, él es Nod, el protagonista -el frunce su
entrecejo al verme y de inmediato forma una amplia sonrisa en sus labios.
-¡Nod! -frunzo mi entrecejo -¿Así que ahora eres actor? -él sonríe
nuevamente mientras asiente.
-Siempre te comenté que quería ser actor, y vaya... nunca pensé que la Rapunzel de la que Anna me hablaba tanto eras tú -vuelvo a repetir, ojalá no hayan sido cosas malas, Anna nos mira alternadamente. En ese preciso instante, un hombre con el cabello grisáceo se acerca y llama
a Nod, este asiente y se retira, pero antes muestra otra vez esa
perfecta sonrisa. Anna le da un adiós con su mano y de inmediato toma la mía para salir del lugar.
-¿Cómo es que...? -Anna enarca una ceja y me mira intrigada.
-Éramos compañeros en la secundaria -contesto -lo vi cuando estuve en Miami, pero estaba con Jack así que no pude charlar mucho con él.
-Bien -hace una pausa -que pequeño es el mundo. Vamos que tengo sólo 60 minutos -dice, mientras me lleva a jalones nuevamente y corre a toda prisa
con esos sus tacones. Pienso que en cualquier momento se doblará el pie, y hará el show pero luego recuerdo que yo me he caído más veces y con zapatos bajos.
Al llegar al lugar, comienza a contarme miles de cosas, dice miles de palabras en minutos, ya la echaba de menos, me relaja y me hace reír con cada cosa que se le ocurre ¡Por Dios! ¡Es Anna!
-¿Y qué hay de ti? ¿Muchas noches apasionadas? -pregunta, con una sonrisa traviesa, luego de unos treinta minutos hablando sobre el apocalipsis zombie, no puedo evitar reír.
-Van a publicar mi libro-digo, sonriente, ella se atraganta con la ensalada y me mira con asombro.
-¿Es en serio? -asiento con mi cabeza, enrollando algo de pasta en un tenedor.
-Recibí el correo poco antes de venir acá -me encojo de hombros con una sonrisa, ella chilla, lo que hace que todos los presentes volteen a vernos.
-Lo siento -menciona, viendo a todos lados apenada, se vuelve a mí y sigue con esos enormes ojos observándome con intriga -¿Y qué dijo Jack? ¿Tu madre? ¿Elsa?
-Aún no les he dicho, a Jack no lo he visto y no es algo que le quiera contar por un mensaje de texto que sé que va a ignorar, como todos mis mensajes últimamente -suspiro, recostándome sobre el espaldar de mi silla.
-Kristoff está igual, pero a mí me vale una mierda, significa que puedo salir con hombres sin que se dé cuenta.
-¡Anna! -riño, y ella sólo ríe a sonoras carcajadas, haciendo que yo también ría, sí, ya la extrañaba.
Llego a casa, Jack no está, típico. Él se aparece luego de unas cuantas horas, había preparado su comida favorita, lo espero en la mesa del comedor revisando mis redes sociales, al escuchar la puerta abrirse camino hasta él a
paso rápido.
-¡Jack! -exclamo, él me mira y esboza una sonrisa, correspondiendo mi abrazo y mi beso, pero está hablando por teléfono y lleva su dedo índice a sus labios indicándome silencio.
-Ahora no, Punzel -sisea, no interrumpo porque sé que debo ser comprensiva en cuanto a lo que sea que hace, tomo lugar en una silla del comedor mientras
él continúa hablando de matemáticas y esas cosas, estuvo así por alguna hora, pero luego, llegó Kristoff, hasta él comió de lo que preparé mientras esperaba a Jack terminar de hablar con quién sea que hablaba. Una vez que terminó la llamada ambos se fueron a entrenar y yo estoy aquí cenando sola lo que había preparado para pasar un rato juntos.
Ahora si, la pregunta ¿Ustedes que piensan de esta situación??
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